Un nuevo estudio de Ryan Bourne del departamento de Tax and Budget Policy en Instituto Cato enumera 12 reglas fiscales para enfrentar la sostenida alza en la deuda en EE.UU. A la vez analiza los éxitos y fracasos de las medidas fiscales adoptadas por Chile, Suiza y Reino Unido.
El contexto fiscal en EE.UU. es desalentador. Los repetidos déficits presupuestarios han hecho explotar la deuda sostenida por el público (aquélla que descuenta la deuda del gobierno federal) desde un 32,6% del PIB en 2002 a un 77% en 2016, el nivel más alto desde el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Bourne señala que si bien el aumento de la deuda se ha reducido en los últimos años debido a los recortes en el gasto militar, el alto crecimiento económico y la inflación, las proyecciones muestran que en el futuro, el nivel de la deuda respecto del PIB aumentará rápidamente si se sigue postergando un serio recorte al gasto gubernamental.
El estudio enumera 12 reglas que, a pesar de no resolver todos los problemas, sí pueden a lo menos mejorar el funcionamiento de la política fiscal. Pueden crear objetivos claros y marcos presupuestarios, imponiendo desincentivos a los políticos que se desvían de ellos. "La clave es diseñar reglas que sean lo suficientemente simples como para ser bien entendidas y monitoreadas, pero lo suficientemente flexibles para ser duraderas frente a choques económicos imprevistos que desvíen temporalmente esa meta. Hacerlo requiere detalles de procedimiento bien pensados y medios de ejecución ".
Sobre el caso de Chile en particular, el autor evalúa los pro y contra de usar un estimado del crecimiento potencial del país como referencia para determinar el presupuesto anual. Para este país el método consiste en medir los potenciales ingresos del gobierno por medio de impuestos, que en gran parte dependen del PIB anual, el cual a la vez está influenciado por factores importantes como el estimado anual del precio del cobre.
Si bien dicho método ha traído relativamente buenos resultados en Chile gracias a su flexibilidad —como la amortiguadora respuesta frente a la recesión mundial del 2008, gracias a la prudencia fiscal de los años anteriores—, posee desventajas en cuanto a su dificultad para medir una estimación precisa y por los incentivos que genera a políticos el sobreestimar el crecimiento potencial y, por lo tanto, justificar más gasto.
Para conocer las recomendaciones fiscales en detalle y profundizar en los casos de Chile, Suiza y Reino Unido te invitamos a leer el estudio de Ryan Bourne en el siguiente link.