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Archivo por Junio 2009

Argentina es un país que ha sido privilegiado por natura. Cuenta con inmensos pastos y tierras fértiles que históricamente han hecho de ese país una potencia agrícola y ganadera en América Latina. Además, la Argentina es una nación prácticamente inmune a desastres naturales. Ahí no llegan los huracanes, ni ocurren sismos de gran intensidad. Sin embargo, dicha nación ha sido víctima de una calamidad peor que cualquier sequía o terremoto: el peronismo, y en particular la versión Kirchner.

Basta con leer una nota publicada en The Economist la semana pasada para ver la magnitud del daño que el intervencionismo estatal impulsado por la pareja presidencial argentina ha inflingido en el sector agrícola de dicho país.

Como señala el artículo, las políticas fiscales expansivas y clientelistas de Néstor Kirchner a mediados de la década conllevaron a un aumento desproporcionado de la inflación. El gobierno quiso en un principio maquillar esto, y por lo tanto intervino el instituto de estadística con el fin de "masajear" las cifras de inflación. De esta manera, según el gobierno, el aumento en el costo de vida en los últimos años ha sido de alrededor del 9%, sin embargo diferentes entes no oficiales calculan que la inflación real ronda el 20% o incluso más.

Maquillar las cifras no fue suficiente para Kirchner, ya que el impacto en los bolsillos de los argentinos era evidente, por lo que procedió a "atacar" la inflación arremetiendo contra los empresarios por subir desproporcionadamente los precios a los productos de consumo. Esto es como culpar a los capitanes de los barcos por el hecho de que sus embarcaciones suban durante la marea alta. Uno de los grupos que generó más ataques del gobierno fue, por supuesto, los ganaderos. Cualquiera que haya ido a Argentina sabe lo importante que es la carne en la dieta local. De tal forma que la administración Kirchner procedió a limitar severamente la exportación de carne argentina, bajo el supuesto de que más carne quedándose en el país iba a generar que el precio de esta cayera.

No tan rápido. Los ganaderos argentinos reaccionaron limitando su producción. En su lugar decidieron dedicar sus tierras a la siembra de soja y otros granos, cuyos precios iban en constante aumento debido a la demanda de China. Esto condujo a un hecho insólito: en el 2008 Uruguay, con un equivalente del 6% del territorio argentino, exportó más carne que su gigante vecino. E incluso algunos pronósticos señalan que en 18 meses Argentina dejará de exportar carne del todo. ¡Pronto dicho país se convertirá en un importador de carne!

Pero ahí no acaba la historia. Los altos precios de la soja, y los gruesos ingresos que reportaban los agricultores argentinos, llamaron la atención de Cristina Fernández, la esposa de Kirchner, quien llegó al poder en el 2008. Es así como la flamante presidenta, en su apetito incontrolable por más recursos para financiar su gasto desmedido, impuso aranceles de exportación sobre la soja de hasta el 35%. Como lo reportara en su momento el matutino bonaerense La Nación, con estos nuevos tributos el agricultor promedio argentino trabajaba entre 200 y 300 días al año para pagar todos sus impuestos.

La consecuencia ha sido obvia: Muchos agricultores han dejado de sembrar del todo. La cosecha de trigo ha caído un 50% con respecto al año anterior, y es posible que el próximo año Argentina tenga que importar el grano por primera vez desde la década de 1870. Una potencia agrícola y exportador natural de granos se ve ahora reducida a importarlos.

La lección del agro argentino es importante en dos sentidos: Por un lado vemos cómo una intervención estatal conlleva a distorsiones que luego justifican más intervención estatal, terminando siempre en una espiral sin fondo. Solo falta que ahora salgan algunos culpando al mercado por el colapso de la agricultura argentina. Segundo, es un capítulo más en la larga y triste historia del descenso de Argentina hacia el subdesarrollo. Lo ocurrido en dicho país es quizás único en la historia mundial. Una nación que a inicios del siglo XX se encontraba dentro de los países más ricos del mundo ha caído--y continúa cayendo--en el subdesarrollo. Un caso de "des-desarrollo" sin paragón.

Claramente, me quedo con los huracanes y los terremotos.

Acá pueden ver, en dos videos, las palabras que Mario Vargas Llosa dio como inicio a la gran conferencia en Caracas organizada por CEDICE durante los días 28 y 29 de mayo, conferencia que le puso a Hugo Chávez tan nervioso toda la semana y en el que el escritor peruano declara que los liberales de todo el hemisferio que nos reunimos allí no queremos que Venezuela se convierta en una sociedad totalitaria comunista.

Venezuela: ¡No están solos!

Publicado por Juan Carlos Hidalgo

La semana pasada, Ian Vásquez, Gabriela Calderón y yo viajamos a Venezuela en representación del Cato Institute. El principal motivo del viaje era un nuevo seminario para jóvenes similar al que hicimos en Guatemala en enero pasado, pero un poco más corto. Titulado Universidad ElCato-CEDICE, el objetivo era introducir a 60 jóvenes que conforman el movimiento estudiantil venezolano a los principios económicos, filosóficos y políticos del liberalismo clásico.

Las autoridades venezolanas no lo tomaron a bien. Semanas antes del inicio del seminario la prensa oficialista empezó a catalogar como "subversiva" la actividad que íbamos a realizar en las afueras de Caracas, e hicieron llamados para que los cuerpos de seguridad del Estado tomaran "las medidas apropiadas" para impedir la realización del evento. Ya estábamos avisados.

No tuvimos problemas a nuestra llegada a Caracas. Y el domingo en la tarde/noche iniciamos el seminario sin ningún contratiempo, con la participación de 64 jóvenes de todos los rincones de Venezuela. No obstante, temprano el lunes por la mañana recibimos la visita del gobierno. Aproximadamente a las 10 am, personeros de la televisión estatal, del Ministerio del Poder Popular (Po. Po.) para la Educación Superior y la Guardia Nacional llegaron a la hacienda La Escondida a clausurar el evento. Su justificación: no contábamos con la autorización del gobierno venezolano para abrir una "universidad" en dicho país. Una excusa burda a todas luces. Nuestros colegas venezolanos les explicaron que lo nuestro no era una universidad, sino un simple seminario para jóvenes llamado así. Entonces, los representantes de Chávez argumentaron que habíamos contravenido la ley venezolana al hacer "publicidad engañosa". Habíamos prometido una "universidad" y lo nuestro era un simple seminario.Esta es una foto que tomé de las visitas:

Durante un par de horas los representantes chavistas permanecieron dentro de la hacienda amenazando con cerrar la actividad, mientras que afuera la guardia nacional solo esperaba órdenes. Trataron de entrevistar a los que veníamos por parte de Cato, pero nos negamos a dar declaraciones. Era claro que querían provocar una reacción airada por parte nuestra que les sirviera de mayor justificante para acabar con el seminario. Sin embargo, mientras ellos se encontraban en las oficinas de la hacienda, nosotros y los participantes empezamos a contactar a Globovisión, la única cadena independiente que queda en Venezuela. De inmediato empezaron a reportar sobre la situación, lo cual complicó la acción del gobierno. Las autoridades terminaron por marcharse ordenándonos quitar de Internet la "publicidad engañosa" sobre la Universidad ElCato-CEDICE. Aún así, la prensa oficialista continúo atacando la legalidad de nuestro evento. Este es el comunicado de prensa que preparamos sobre el incidente.

En horas de la tarde de dicho lunes estaba planeada la llegada de Álvaro Vargas Llosa, uno de los conferencistas del seminario. Como ya es sabido por muchos, Vargas Llosa hijo fue retenido en el aeropuerto de Caracas durante tres horas sin mayor explicación. Fue cuando nuevamente Globovisión empezó a reportar en vivo sobre el incidente que a Vargas Llosa se le permitió entrar al país, con la amenaza de que no podía ventilar opiniones políticas mientras se encontrara en Venezuela. (Ya vemos también porqué Chávez está haciendo todo lo posible por cerrar a Globovisión).

El seminario concluyó bien con la última charla de Álvaro Vargas Llosa sobre el futuro de la libertad en América Latina. A los participantes se les entregaron varios libros, incluyendo La Fatal Arrogancia: Los errores del socialismo de F. A. Hayek.

Regresamos a Caracas el martes. Al día siguiente viajé a la ciudad de Mérida, una ciudad encantadora a los pies del nevado Pico Bolívar. Ahí dí una charla en la Universidad de los Andes (ULA) sobre porqué el capitalismo no ha fallado. También tuve varias reuniones con organizaciones de la sociedad civil de cuatro estados venezolanos: Táchira, Trujillo, Mérida y Zulia. Los relatos fueron conmovedores dado lo que está en juego: la pérdida de las libertades que tanto damos por descontado en otras partes de América Latina. Una de las participantes casi me llevó a las lágrimas cuando me pidió, casi que imploró, que no los dejáramos solos en esta lucha por la libertad. Es poco lo que puedo hacer en lo personal. Soy un analista de un instituto con sede en Washington. Lo mío no es el activismo político, sino el análisis de política pública. Sin embargo a ellos no les importaba. Simplemente querían que alguien de afuera los escuchara.

El Diario Frontera, el principal periódico del estado de Mérida, publicó al día siguiente esta entrevista que me hicieron sobre mis impresiones de la situación venezolana.

El jueves y viernes fueron dedicados por completo a las actividades alrededor del 25 aniversario de CEDICE, el instituto liberal de Venezuela que ha sido una bastión en la lucha a favor de la libertad durante su cuarto de siglo de existencia. Durante los dos días tuvimos fuera del hotel la presencia de decenas de chavistas gritando todo tipo de insultos y consignas contra los "gusanos imperialistas" que nos encontrábamos adentro hablando de libertad, propiedad privada, derechos humanos, y sí, también de tolerancia a los que piensan distinto.

Regresamos el sábado a Washington con el corazón en la mano. Vuelvo a mi rutina donde cosas tan básicas como expresarme libremente sin tener miedo a las consecuencias es parte de mi día a día. Mis amigos venezolanos ya no pueden darse ese "lujo". La libertad empieza a escasear en Venezuela. Y lo único que puedo hacer es decirle a mis amigos allá es: ¡No están solos! Cuenten con nosotros.

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