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Archivo por Septiembre 2015

La sociedad que queremos

Publicado por Diego Quijano

Esta es una idea problemática. ¿Cuál es esa sociedad que queremos? Tácita está la idea que la sociedad que queremos es una mejor. ¿Quién no quiere una mejor sociedad? Acaso usted, estimado lector, desea una sociedad peor? Por supuesto que no. El problema es que no todos estamos de acuerdo en qué exactamente sería esa sociedad mejorada.

En las columnas de opinión de todos los diarios, sin embargo, es un concepto que se lee con frecuencia. Es una forma de llegarle a la emoción del lector, captarlo, y decirle: si no estás de acuerdo conmigo, entonces no quieres una mejor sociedad.

Este es el principal problema de nuestras sociedades, a saber, que todos les queremos imponer a otros nuestra visión de una mejor sociedad. Este proceso de imposición crea conflictos entre los que les gusta esa sociedad y a los que no.

No hay una salida fácil a este dilema. Por eso vemos las debates  entre socialistas y liberales, estatistas y libertarios, ateos y religiosos, los que favorecen la libertad sexual y de matrimonio y los que se oponen a ello. Es de nunca acabar. Y nunca acabará.

Entonces, ¿qué hacemos? Creo que el primer paso es sencillo, es un acto de humildad: somos humanos y, por tanto, nos podemos equivocar. No se trata de una opinión sobre lo que debe ser, sino una descripción de lo que es. No es discutible que las personas puedan tener una opinión distinta sobre lo que sería o no una mejor sociedad, es un simple reconocimiento de la realidad. La experiencia en la vida también nos debe haber demostrado que nos podemos equivocar en nuestras opiniones y afirmaciones. Nunca jamás ha habido un ser humano infalible. De haberlo, no sería humano.

El segundo paso es reconocer que las sociedades están compuestas de individuos diferentes y que no todos queremos lo mismo. Cada uno de nosotros, debe reconocer que lo que yo creo que es mejor para todos, no es necesariamente lo que otros creen que los mejor. Uniendo estas dos ideas, debemos estar dispuestos a aceptar que nuestra visión particular de qué es una mejor sociedad y cómo alcanzarla de hecho puede estar equivocada o puede causar un daño en largo plazo que no estamos viendo por nuestras limitaciones.

Llegamos otra vez al mismo punto. Si todos estamos de acuerdo que no tenemos que estar de acuerdo y que, además, podemos equivocarnos, cómo ha de organizarse una sociedad con miles o millones de individuos. La solución única está en establecer los valores y principios que permitirían la cohabitación pacífica de individuos con intereses distintos. El filosofo escosés David Hume, lo respondió claramente al señalar que las tres leyes fundamentales «son la de estabilidad en la posesión, la de transferencia mediante consentimiento, la de cumplimiento de las promesas hechas».

De no cumplirse estas tres leyes fundamentales, entonces no se podría vivir pacíficamente en sociedad. Preponderaría la violencia, la razón del más fuerte, el estancamiento material, cultural y espiritual.

Tal vez no podamos estar de acuerdo en qué sería una sociedad ideal, pero al menos pudieramos estar de acuerdo en que los dos podamos trabajar en nuestros círculos en los asuntos que nos interesan, sean estos religiosos, culturales, deportivos, artísticos o netamente materiales, siempre y cuando no violemos el derecho de otro a hacerlo.

Carta a Francisco

Publicado por Gustavo Coronel

Estimado Papa Francisco:

No soy uno de sus feligreses porque no se me ha concedido el don de la fe. Soy un agnóstico, pero tuve la suerte de tener una sólida educación ética, impartida en mi hogar venezolano y por maravillosos sacerdotes salesianos como Isaías Ojeda y Jorge Losch, hombres maravillosos que me enseñaron el camino de los valores y los principios. Es en este terreno de los valores y principios que me dirijo a usted, no en el terreno religioso.

En su visita a Cuba una de sus primeras frases en tierra cubana fue: “Quisiera pedirle a usted, señor Presidente, que transmita mis sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel”. Y luego de su misa en la Plaza de la Revolución se fue a visitarlo por unos 40 minutos, por cierto sin reunirse con quienes disienten del gobierno cubano.

No creo que usted desconozca a la persona a quien ha presentado sus saludos y respetos. Fidel Castro es un hombre que representa casi todos los anti-valores que un hombre de bien debe combatir con decisión. Un primer acto de combate contra los anti-valores es no mostrar respeto por quien los representa. Sin embargo eso es lo que usted hizo. Perdió usted una oportunidad preciosa de dar una lección de ética ante el mundo.

¿Sabía usted que Fidel Castro tuvo su isla particular, Cayo Piedra, donde iba en el yate de su exclusivo uso, el Acuarama II, construido para él, mientras los cubanos pasaban hambre y penurias? Cada viaje de Castro a esa isla movilizaba barcos, ejército y aviones, a un costo de miles de dólares, solo para preservar su tranquilidad y la de su familia. En esa isla no faltaba nada mientras en las mesas de los cubanos todo faltaba.

¿Sabía usted que la familia de Castro vive en una propiedad de 30 hectáreas llamada Punto Cero que tiene sus propias siembras, sus vacas lecheras, una para cada miembro de la familia, con sus cocineros y sirvientes y guardaespaldas atentos a la satisfacción de sus más mínimos deseos? Esta vida de Castro ha sido totalmente diferente de la población cubana, sometida a brutales racionamientos.

¿Sabía usted que en Punto Cero de Guanabo Castro tuvo una escuela para terroristas, en la cual se entrenó gente de la calaña del Chacal venezolano, Carlos, y donde visitaban los hermanos Ortega de Nicaragua, Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso, de Perú y los líderes de las FARC?

¿Sabía usted que Fidel Castro fue el protector, mentor, de Hugo Chávez, el sátrapa venezolano que ha hundido a Venezuela en la mayor miseria, quien llevó a la muerte a soldados bajo engaño y quien vivió como un pachá a costa del erario público venezolano?

¿Sabía usted que Castro era el aliado de los tiranos más despreciables del planeta: Mugabe, en Zimbabue; Gadafi en Libia; los dictadores de Corea del Norte, Al Bashir y muchos otros?

¿Sabía usted que Fidel Castro estuvo involucrado en tráfico de cocaína y que la ejecución de Arnaldo Ochoa, su mejor General, tuvo que ver maniobras para esconder este involucramiento?

¿Sabía usted que las muertes ordenadas por Fidel Castro se cuentan en miles y las prisiones en otros miles?

¿Sabía usted que Fidel Castro siempre manejó los bienes de Cuba como su propiedad personal?

Si Fidel Castro ha sido un asesino, un narcotraficante, un corrupto, una persona cruel e insensible al sufrimiento de su pueblo, ¿que lo hace a usted presentarle sus respetos e irlo a visitar, avalando así su despreciable naturaleza humana?

Francisco: ni siquiera disiento de su acción en su condición de jefe de la iglesia católica sino en su condición de hombre de bien.

Lo que usted ha hecho en Cuba es triste. Le ha enviado un mensaje profundamente equivocado a la gente de bien, quien lo ve a usted como un líder moral, esa gente necesitada de apoyo en un mundo en el cual sobra la injusticia, el abuso de poder y la miseria y escasean los puntos de luz. El ejercicio de la ética no debería asemejarse a un evento deportivo en el cual gana quien haga más puntos. Creo que en materia de ética se pierde todo con un solo punto en contra.

Lo siento,

Gustavo Coronel

A juzgar por el comportamiento de las masas populares, daría la impresión que la gente tiene una necesidad psicológica de tener ídolos a quien admirar.  Es una empresa que tiene el éxito asegurado porque si no encuentran uno auténtico, igual lo inventan. Y luego que suben a alguien a un pedestal, es muy difícil que en adelante lo vean como realmente es. Se guían por la emoción, que dirigen a un anhelo íntimo y no hacia la persona de carne y hueso.

Eso estaría sucediendo actualmente a nivel mundial con la imagen de José Mujica, el ex presidente de Uruguay.

Es indudable que el “Pepe” es una figura pintoresca. Este término designa a todo aquello –cosa o ser humano- que resulta sorprendente frente a las formas conocidas de su especie. No obstante, una silueta pintoresca nunca coincide con la realidad del objeto.

Mujica es llamativo por razones ampliamente promocionadas. Pero esas características no lo vuelven por sí mismas en un gobernante ideal. Si así fuera, nos quedaríamos en la superficie de las cosas sin entrar a considerar, qué es lo que realmente convierte a un presidente en alguien admirable: Por una parte, ser honrado y auténtico en el “ser” y no en el “parecer”. Por la otra, mejorar las condiciones de vida del ciudadano común. Es decir, cumplir cabalmente con sus obligaciones esenciales que son respetar la Constitución y asegurar que los mercados funcionen adecuadamente, para que cualquiera pueda progresar mediante su propio esfuerzo .Asimismo, garantizar servicios de calidad en la educación y la salud. Y finalmente pero no por ello menos importante, seguridad pública. O sea, que la gente pueda andar tranquila por la calle o en su casa, sin temer que le rapiñen o asesinen en cualquier momento.

En resumidas cuentas, un gobernante digno de admiración es aquel que respeta las limitaciones a su poder impuestas por la Constitución; que tiene honradez intelectual, lo cual significa que sus acciones no están guiadas por su interés personal sino que realmente son desinteresadas; y que deja a sus sucesor un país mejor que el que encontró.

Ahora veamos si Mujica se ajusta a esa definición o no. Es decir, analicemos si realmente es alguien excepcional dentro del mundo político, o, si más allá de la pura apariencia, entra dentro del común denominador. Con el objeto de guiar nuestras reflexiones en forma sintética, nos limitaremos a analizar su conducta con respecto a los refugiados sirios que trajo al Uruguay con el apoyo de la Naciones Unidas.

Los sirios arribaron a nuestro país en la mañana del 9 de octubre de 2014 por iniciativa expresa de Mujica, por aquel entonces presidente de la república. Es decir, ellos no pidieron para venir sino que los fueron a buscar. El contingente estaba formado por cinco familias que estaban refugiadas en el Líbano. Mujica los recibió al pie del avión y permaneció con ellos gran parte de la tarde de ese día, con toda la cobertura mediata tanto nacional como internacional que eso significa.

Veamos en qué contexto se realizó esta “movida” de Mujica. En el plano interno, a fines de ese mes se realizarían las elecciones nacionales. Las encuestas coincidían en predecir que muy posiblemente el partido de gobierno, el Frente Amplio (FA), sería derrotado en las urnas. Además, las proyecciones indicaban que la lista 609 del MPP --que es la que identifica a los candidatos tupamaros-- también perdería su supremacía dentro del FA.

En el plano externo, Mujica estaba candidateado para el premio Nobel de la Paz. Y “casualmente” por esas fechas, fueron numerosas las “iniciativas” de este tipo que anunció; algunas resultaron ser falsas, como cuando declaró que el presidente de Colombia Juan Manuel Santos le había pedido su mediación en el conflicto con las FARC y fue desmentido por el propio mandatario colombiano.

Volviendo al plano de la política uruguaya, frente a la complicada situación de su partido en general y se sector en particular, Mujica se involucró directamente en la campaña electoral, algo que está expresamente prohibido por nuestra Constitución. Tan descarada fue su actitud, que parecería creer que tiene “patente de corso”. Por esa razón con su “franqueza” habitual --que tanta admiración causa dentro y fuera de fronteras-- declaró que la publicidad de la lista 609, en la que aparecía bajo la forma de una caricatura, “se puede interpretar” como una injerencia en la campaña, aunque advirtió que no era el responsable del spot. “Concedo, pero no tengo para nada participación directa”.

Asimismo, en vísperas de las elecciones --con las cámaras de TV siguiéndolo-- les llevó a los refugiados sirios unos zapallos y unos frascos de tomate de regalo. En ese contexto declaró que esas familias estaban “inmensamente agradecidas” con el gobierno. Por si esto fuera poco –-y obviamente que sin ningún tipo “de participación directa” del honesto Pepe-- en la cuenta oficial de twitter de su sector político, @mpp609, se colgó una imagen de los niños sirios haciendo el signo de la victoria, con la siguiente leyenda: "Uruguay les da la bienvenida a las familias sirias" y en el ángulo inferior derecho la frase "El equipo de Pepe, la fuerza de la gente", y el logo de la lista 609 cuyo primer candidato a la Cámara de Senadores era el propio Mujica. E incluso, el MPP hizo pósteres con una gigantografía de esta imagen de los niños sirios.

Logró sus objetivos políticos: el FA volvió a ganar la presidencia y su sector nuevamente es el mayoritario. Lo que ha venido sucediendo desde entonces, trasluce que Tabaré Vázquez será el presidente nominal de la república, pero el que sigue teniendo el poder efectivo es Mujica. Y lo hace notar.

Pero esta historia no termina ahí. Cuando ya nadie parecía acordarse de los sirios, estos hicieron saber con contundencia su sentir. El lunes 7 de setiembre armaron una carpa en la plaza frente a la Casa de Gobierno, donde se instalaron las familias con todas sus pertenencias. Permanecen ahí hasta el día de hoy. Con la ayuda de un intérprete realizaron una improvisada conferencia de prensa, donde declararon lo siguiente:

Quieren irse de Uruguay y volver al Líbano o incluso Siria, porque el país es muy caro, es inseguro, y “el gobierno les mintió respecto de los sueldos que podrían obtener”,  razón por la cual, creen “que no tienen futuro” aquí.

"En Uruguay la gente tiene hambre. ¿Y nos traen a nosotros acá? A mí mujer la robaron dos veces, y le pegaron. A otra de las mujeres también le robaron y le pegaron. Así no se puede vivir".

Sostuvieron que “Este país no sirve para refugiados. El pueblo uruguayo es muy bueno, muy buena gente, pero primero que ayuden a su pueblo, que tiene problemas”.

Consultado el expresidente Mujica sobre esta situación, con desdén culpó a los organismos internacionales que colaboraron para traerlos y afirmó –-como si estuviera refiriéndose a alguna clase de mercancía-- lo siguiente: "Pedí campesinos y me trajeron clase media relativamente acomodada".

En consecuencia, no hay duda que Mujica es pintoresco, pero… ¿alguien a quien admirar?

Los orígenes de la desigualdad

Publicado por Javier Paz

El éxito de una sociedad debe medirse por la calidad de vida de sus habitantes. El mundo hace mil años tenía una distribución de ingresos mucho más igualitaria que ahora y sin embargo pocos se atreverían a afirmar que aquellas sociedades eran mejores que las actuales. Hace mil años la gran mayoría de la población era muy pobre y solo una pequeñísima casta aristocrática tenía un nivel de vida un poco superior al resto; en una sociedad donde más del 90% de la población era pobre, prácticamente no existía desigualdad. La revolución industrial y tecnológica junto al paradigma liberal que desvalorizaba a las castas aristocráticas y valorizaba el esfuerzo, la creatividad individual y los derechos humanos fueron la génesis y el motor del desarrollo económico y tecnológico del cual nosotros somos beneficiarios.

Hace 1000 años la riqueza estaba determinada por el apellido y la movilidad social era casi nula. Hoy los millonarios de los países capitalistas son en muchos casos personas cuyos padres, abuelos o bisabuelos eran pobres o de clase media. La calidad de la salud, educación, alcantarillado, agua potable y hasta el refrigerador de un albañil en Luxemburgo serían la envidia de un príncipe medieval. Una sociedad con gran desigualdad de ingresos donde la mayoría puede ganar lo suficiente para alimentar a su familia adecuadamente y darle salud, educación y ciertas comodidades es preferible a una sociedad donde todos son igualmente pobres. La desigualdad es una consecuencia casi ineludible del desarrollo capitalista, pero la desigualdad no es intrínsecamente ni buena ni mala. Lo que la historia demuestra es que la lucha contra la desigualdad es conducente al estancamiento económico, la pobreza, y a los abusos de una casta política casi todopoderosa. ¿Acaso la experiencia comunista en la Unión Soviética, China, Cuba y varios otros países no son ejemplo de ello? ¿Acaso estos experimentos, cuyo ideal máximo era la igualdad, no fueron nefastos y reprochables? ¿Acaso la ola populista actual con sus Estados plurinacionales y socialismos del siglo XXI y sus políticas de igualar para abajo no son otro ejemplo de lo contraproducente de la lucha contra la desigualdad?

La reserva moral no ata sus trenzas

Publicado por Javier Paz

Siempre me molestó que a los pobres se los tilde de humildes o que las palabras “pobreza” y “humildad” se las utilice como sinónimos. Pobreza es la carencia de algo, mientras que la humildad es una virtud, por lo tanto equiparar la carencia de dinero con una virtud del espíritu es un error conceptual. Y por supuesto, la falta de dinero no es la única forma de pobreza que tiene el hombre: también hay pobreza mental, pobreza espiritual, pobreza de criterio, pobreza de amor, pobreza de felicidad. Sin lugar a dudas que la escasez de bienes materiales no es la peor de las pobrezas.

Claro que hay pobres de bienes materiales que también tienen la virtud de ser humildes, sencillos y modestos, como también existen quienes teniendo mucho dinero, tratan a todas las personas con respeto y dignidad; esos adinerados también son humildes. Hay también quienes siendo pobres son sumisos y zalameros pero que al verse privilegiados con más riqueza que sus vecinos se convierten en farsantes, prepotentes y abusivos. Estos no eran humildes por ser pobres ni perdieron la humildad por ser ricos, sino que nunca poseyeron tal virtud; son los acomplejados que valoran a la gente y se valoran a sí mismos en función a la plata que tienen y que pueden ostentar.

Lord Acton escribió que el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente. Para quien carece de virtudes como la humildad, el poder es un elixir que inevitablemente saca a relucir la pobreza de su espíritu. Es sin dudas el caso de quien fue calificado por sus serviles y aduladores acólitos como la “reserva moral de la humanidad”: un indio puro, incorrupto y noble, ajeno a la malicia y la decadencia de la cultura occidental, tal como lo había imaginado Jean Jacques Rousseau; una persona con tanto sentido de responsabilidad que descuidaba a sus propios hijos por servir a la patria (o servirse de ella); un ser humano tan magnánimo que ante la afrenta no puso la otra mejilla sino un rodillazo entre las piernas; un hombre con tanta humildad que no se ata en público las trenzas de sus zapatos y tiene a disposición a un miembro de su séquito para tal labor.

Discreparé con sus lisonjeros, pero Evo Morales no es ni reserva moral de la humanidad, ni espuma de plata. No es ni siquiera un personaje novedoso, ya que la incultura, la prepotencia, la egolatría, el abuso y la sed de poder han sido características de incontables mandatarios, caudillos y dictadores.

Santa Cruz de la Sierra, 30/08/15

El buen y el mal socialismo

Publicado por Javier Paz

Una de las estratagemas que los pensadores de izquierda repiten con frecuencia consiste en denunciar a los gobiernos de izquierda que no satisfacen sus expectativas como malos o falsos socialistas. La premisa básica de la idea es que existe un buen socialismo, benévolo, democrático, generador de riqueza, eliminador de la pobreza y un mal socialismo, donde las castas políticas se enriquecen a costas del pueblo, donde los gobiernos reprimen y maltratan a los ciudadanos, donde no existe democracia y no se permite la libertad de expresión, etc.

La historia, sin embargo, nos dice otra cosa. El mayor y más serio experimento socialista, la Unión Soviética, fue una fuente inagotable de abusos, represión y censura. El partido nacionalsocialista alemán con su líder Adolf Hitler a la cabeza llevaron a Alemania a la guerra y el holocausto. El nazismo, en realidad es una variante del fascismo italiano, cuya característica central es que todo el poder debe estar en el Estado y el Estado debe dirigir los destinos y la economía de la nación, es decir, socialismo. China con Mao fue otro gran experimento socialista cuyas consecuencias no son muy diferentes de todos los experimentos socialistas: dictadura implacable, represión, pobreza y subdesarrollo. Todas las mejoras económicas en China desde los años 70 se deben a sus acciones para desmontar las políticas comunistas y reemplazarlas por mecanismos de mercado. Camboya, otro experimento socialista, tuvo a Pol Pot como líder y genocida. Y podemos seguir nombrando a Alemania Oriental, Cuba, Polonia, Checoslovaquia, Rumania, etc. donde el socialismo fue siempre dictadura, matanzas, represión, partido único, prensa estatal, desapariciones.

Entonces no tiene sentido tildar de malos socialistas a Hugo Chávez, Rafael Correa o Evo Morales por atacar a la prensa, encarcelar a opositores o apalear indígenas. No tiene sentido tildarlos de malos socialistas por falsear la historia y ajustarla a su visión. En todo caso, tal vez es justificado llamarlos malos socialistas por no ser tan despiadados como lo fueron Lenin y Stalin, Mao y Pol Pot, Hitler y Mussolini, Castro y Guevara, para quienes matar era una nimiedad.

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