Carlos Rangel (1929-1988), destacado intelectual venezolano, le dedica unas cuantas páginas a Francisco de Miranda al inicio de su destacada obra Del buen salvaje al buen revolucionario. Rangel presenta algunas citas de los Diarios de viaje a Estados Unidos: 1783-1784 de Miranda porque "Con tranquilo sentido común, Miranda atribuye las virtudes y prosperidad que observa en la sociedad norteamericana no a ningún todavía imposible e impensable abuso de poder en relación a otras naciones, sino sencillamente a 'las ventajas de un gobierno libre (sobre) cualquier despotismo', cosa que 'poquísimos franceses' o españoles familiarizados con los EE.UU. son 'capaces de discernir', por no haber 'penetrado el arcano maravilloso de la constitución británica".
Rangel señala la admiración que Miranda manifestó del respeto por la ley que imperaba en ese país, de "una sociedad que permite todo lo que no está prohibido expresamente, y presume la buena fe de cada cual mientras no haya motivo de sospechar lo contrario".
Me llamó la atención particularmente esta cita de Miranda:
Las tierras parecen...y son efectivamente pobres. El producto general es pastos, maíz y centeno. Sin embargo tal es la industria y el espíritu que la libertad inspira a estos pueblos, que de una pequeña proporción (de tierra) sacan (los hombres) con qué mantener sus crecidas familias, pagar fuertes tasas y vivir con comodidad y gusto, mil veces más felices que los propietarios (dueños de esclavos) de las ricas minas y feraces tierras de México, Perú, Buenos Aires, Caracas y todo el continente américo-español.
Esta y otras citas similares de Miranda, desde ya muestran indicios de la importancia para el desarrollo de la cultura y las instituciones, cosas que poco tienen que ver con la dotación de recursos naturales y/o la geografía. Leyendo estas impresiones de Miranda se me vinieron a la cabeza las lecturas del recientemente fallecido Douglass North acerca de la historia de la prosperidad en Occidente y aquellas del experto en economía en desarrollo, Peter T. Bauer.
Para concluir sus comentarios sobre los relatos de Miranda durante su paso por EE.UU. Rangel dice lo siguiente:
Estas sencillas verdades sobre el origen de la prosperidad y el poder de los EE.UU. antes de toda relación con América Latina, han sido hoy sustituidas por entorchadas explicaciones sobre cómo el auge norteamericano estaría en relación directa con el atraso del resto del Hemisferio, cuya explotación por los yanquis sería la causa principal, y hasta única, del éxito de ellos y de nuestro fracaso. Y si alguien lee esa parte del Diario de Miranda debe ser en secreto, porque nadie lo cita, nadie lo cuenta. Es incómodo, cuando se vive de mitos, toparse con la verdad, dicha de forma tan simple, tan clara, tan irrefutable. Y para colmo por uno de los auténticos héroes y uno de los más grandes hombres de Hispanoamérica.