Blog Home

Archivo por Mayo 2010

En estos momentos no parece que puedan ser peores las noticias más destacadas respecto de los zafarranchos que crean los aparatos estatales en distintas partes del mundo. Es cierto que siempre hay lugar para algo peor, pero el hecho cierto es que el Leviatán, paso a paso, está carcomiendo los recovecos de libertad que aún quedan en pie.

Esto que se escribe fácil “al correr de la pluma” tiene un rostro horrendo y unas garras y fauces mortales. Tarde o temprano, comienzan los cortes de luz, la falta de medicamentos, el deterioro en las viviendas, la baja calidad de alimentos y similares, en el contexto de malos humores, gritos y manifestaciones iracundas. Pero lo peor, lo realmente aterrador, es la asfixia, la degradación y el aplastamiento de la condición humana debido al atropello inmisericorde a la libertad que pone en serio peligro el futuro de nuestros hijos y nietos.

Salvo honrosos excepciones, en América Latina, Europa y EE.UU. los valores y principios de la sociedad abierta ceden ante la avalancha de heridas que con particular saña le infringen los detractores de los derechos individuales (para no decir nada de lo que viene ocurriendo en la mayor parte de los países africanos y asiáticos).

El asunto es como enfrentar mejor estos problemas. Para ponerlo en una cápsula, sugiero una triada que puede cambiar el horizonte para bien. Hay tres vías que simultáneamente adoptadas permiten no solo abrigar esperanzas en la reversión de esos problemas, sino que arrojan paz interior e infunden una gran calma al sistema nervioso.

En primer lugar, proceder siempre y en toda ocasión a contribuir al enderezamiento de la situación con la mayor honestidad intelectual, apuntando a lo que es lo mejor sin dejarse amedrentar por lo que otros dicen, ni ajustar las propias convicciones a la corriente central para quedar bien con la opinión mayoritaria.

En este sentido, conjeturo que el mal de nuestro tiempo no se debe tanto a los que comulgan con tradiciones de pensamiento contrarias a la sociedad abierta, sino debido a los indiferentes y distraídos y, sobre todo, a los deshonestos intelectuales, a los timoratos que no resisten la presión de manifestaciones que operan en otra dirección a la propia y que están siempre dispuestos a la componenda. No ya desde la arena política donde la búsqueda de consensos se torna imprescindible, sino por parte de los que no ocupan cargos públicos y que abdican de sus valores por el aludido temor al que dirán y por ambiciones políticas subalternas.

En segundo término, en lugar de quejarnos porque otros no entienden ni comparten la filosofía liberal, resulta más fértil  preguntarse porque somos tan ineptos para trasmitir el mensaje. Al trasladar el foco de atención hacia uno mismo estamos obligados a pulir el mensaje y, consecuentemente, hacer mejor nuestros deberes. Y como tendemos a ser más benévolos con nosotros mismos que con el prójimo, este enfoque conduce a que se aquieten nuestros ánimos.

Y, por último, tomar con la debida seriedad la sabia sentencia de T. S. Eliot : “For us there is the trying, the rest is not our business”. Esto realza la soberbia superlativa que significa intentar la corrección del mundo. Nuestra misión es mucho más modesta, se circunscribe a las personas a las que tenemos acceso, sea a través de nuestras conversaciones cotidianas, sea en la cátedra o en la publicación de libros y artículos.

Para poder mirarnos al espejo con tranquilidad de conciencia en el corto camino por el que transcurrimos en este mundo —sin tomarnos demasiado en serio y con la capacidad de reírnos de nosotros mismos— debemos apuntar a que las cosas hayan resultado un poquíto mejor debido a nuestra infinitesimal contribución. Nada más y nada menos, lo cual inyecta serenidad, alegría y, especialmente, calma los nervios.

Publicado originalmente en El Diario de América el 27 de mayo de 2010.

Los logros del “Socialismo del Siglo XXI” en Venezuela son muy similares a aquellos del socialismo del pasado: escasez de bienes básicos, inflación elevada, crecimiento económico negativo, apagones de luz, racionamiento de agua, y persecución de los críticos de Hugo Chávez, además de una delincuencia que está por las nubes.

Ahora Chávez acusa a sus enemigos de sabotear su programa de televisión y radio, "Aló Presidente", ya que sufre de continuos problemas técnicos en el aire, incluyendo interrupciones de sonido y pérdida de la señal de satélite.

Un Chávez irritado señala: " Son bastante frecuentes las fallas por acá, casi todos los días. Yo no entiendo cómo ustedes tienen tanto equipo y tanta tecnología, no entiendo.... En cambio, tú ves los canales privados y eso no ocurre, casi no ocurre. Y a mí es casi todos los días que hay falla aquí, falla allá".

¿La solución chavista del siglo 21? Él ha ordenado a su inteligencia militar investigar la situación.

El Paso, Texas, es una de las ciudades más seguras de EE.UU., pero sus residentes están firmemente identificados con la tragedia humana que afecta a sus vecinos mexicanos que se encuentran al otro lado del Río Grande. El Paso comparte un área metropolitana con Ciudad Juárez de México, posiblemente una de las ciudades más peligrosas del mundo, donde más de 4.000 personas han sido asesinadas en lo últimos dos años.

Las comunidades de El Paso y Las Cruces, en Nuevo México, quieren cambiar esta situación. Hoy, políticos, académicos y líderes cívicos y empresariales de ambas ciudades llevarán a cabo un evento solicitando “una reforma profunda de la fallida Guerra contra las Drogas librada por EE.UU. y otros países”. Puede leer el comunicado de prensa [en inglés] aquí.

Entre otras cosas, ellos:

“proponen, como un importante primer paso hacia la reforma de la política sobre drogas, la derogación de las ineficaces leyes de marihuana con el fin de regular, controlar y cobrar impuestos sobre la producción, distribución y consumo de marihuana por parte de adultos. La venta de marihuana en el mercado negro de EE.UU. contribuye entre el 50 y 70 por ciento de las ganancias de los carteles mexicanos”.

El año pasado, el consejo municipal de la ciudad de El Paso emitió una resolución llamando a “un debate nacional abierto y honesto acerca de terminar la prohibición de los narcóticos”. Los líderes de la comunicad han entendido que la única manera de eliminar las violencia relacionada con las drogas es legalizando las drogas, no dependiendo de estrategias convencionales e irreales, incluyendo un control más firme y un cierre de la frontera — alternativas que no son atractivas para una comunidad tan integrada con sus vecinos mexicanos.

Al tiempo que se reúnen en la Casa Blanca este lunes, ¿acaso el Presidente Obama y el Presidente Calderón de México escucharán los llamados tendientes a cambiar las políticas sobre drogasque vienen desde El Paso y Las Cruces?

Días de tensión esperan a los negociadores centroamericanos y europeos esta semana en Madrid durante una última ronda tendiente a materializar un Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea (UE).

Las negociaciones ya llevan un par de años y dos previos intentos por cerrar el acuerdo fracasaron en gran medida por la solicitud de la UE de que Centroamérica permita la importación libre de impuestos de una cuota de 4.500 toneladas métricas de leche en polvo al año. Los centroamericanos se oponen radicalmente a dicha solicitud, argumentando que la leche europea es altamente subsidiada. Sin embargo, los centroamericanos están siendo obstinadamente inflexibles en su posición dado lo minúsculo de la cuota que pide la UE.

De acuerdo a los últimos datos de la FAO, el consumo per cápita promedio de leche  en Centroamérica es de 74,2 kg anuales. Tomando en cuenta la población de las seis naciones de la región que participan en las negociaciones (Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá), podemos calcular que el consumo anual del producto es de aproximadamente 3 millones de toneladas. La cuota solicitada por la Unión Europea representa entonces cerca de tan solo un 0,15% del consumo anual centroamericano. Viéndolo de otra forma, lo solicitado por la UE equivale a un consumo regional per cápita de 108,5 gramos anuales de leche. Si acaso un vaso de leche al año. Difícilmente esto represente un golpe mortal para el sector lechero centroamericano, donde destacan gigantes industriales como la Dos Pinos en Costa Rica, una empresa cuyas ventas equivalen al 2% del PIB de ese país.

Y, por supuesto, hay que mencionar el otro lado de la moneda, ampliamente ignorado por los negociadores centroamericanos: los consumidores de leche. En una región de pobreza generalizada como Centroamérica, resulta obsceno que los gobiernos de estos países se esfuercen al máximo por mantener leche barata fuera del alcance de las masas. Entre más pobres sean los consumidores, más diferencia hará en sus ingresos el monto que pagan por comprar productos básicos de consumo, como la leche.

Abaratarles el costo de los alimentos a los pobres a través del libre comercio es una política con alta sensibilidad social.

Es una lástima que los gobiernos centroamericanos ignoren esta realidad.

El verdadero legado de la administración de Oscar Arias en Costa Rica no es que “liberó las musas y apaciguó la sed del alma” como dijera en su último informe de labores del pasado 1° de mayo. Sino el déficit fiscal de 1 billón de colones que le hereda a su sucesora Laura Chinchilla, como reportó ayer el matutino La República. De continuar la vorágine de gasto estatal, Costa Rica pronto dejará de ser la Suiza centroamericana y pasará a ser la Grecia centroamericana.

El panorama financiero del gobierno costarricense es dantesco: Según el economista Eric Vargas en un artículo publicado en el periódico La Nación el jueves pasado, el déficit fiscal podría llegar al 6,6% del PIB a finales de año y hasta el 10% del PIB en el 2011. Estas son cifras insospechadas en tiempos modernos en dicho país. Tan solo en el primer trimestre de este año el déficit fiscal aumentó en un 146%, y no por una caída en los ingresos durante dicho período, como señala una y otra vez el presidente Arias, sino por un aumento desproporcionado en el gasto.

Ya la administración Arias ha recurrido a mecanismos poco ortodóxos para financiar el gasto público. En noviembre pasado la Asamblea Legislativa aprobó con votos oficialistas un presupuesto ilegal que financia gastos corrientes con deuda, a contrapelo de cualquier norma básica de contabilidad [y de la Constitución Política costarricense]. Pero el financiamiento interno se está secando, y ante la presión que este endeudamiento está ejerciendo sobre las tasas de interés, el próximo ministro de Hacienda, en lugar de anunciar una moderación en el gasto, afirma que se recurrirá a al endeudamiento externo.

¿Cuánto podrá ir el agua al cántaro hasta que este reviente? La deuda pública  de Costa Rica como porcentaje del PIB ha llegado a un 44%, que si bien no es una cifra alarmante, la tendencia sí inquieta dentro del contexto de mercados financieros en alerta ante problemas de deuda soberana en Grecia, Portugal y España. Lo más preocupante es si el componente externo de dicha deuda (denominada en dólares) empieza a crecer de forma sostenida. Ya entonces estaríamos añadiendo un riesgo cambiario: si el país decide devaluar para “alivianar” el monto de la deuda en colones, el componente en dólares aumentará exponencialmente.

También preocupa la madurez de esta deuda: qué tanto es de corto plazo y cuánto es de larzo plazo. Según La República, ya para el próximo año vencen bonos en el orden de los ¢129.000 millones. Conforme los mercados financieros tomen nota del déficit fiscal al aproximarse éste al rango del 10% del PIB, los intereses que el gobierno paga sobre los bonos costarricenses aumentarán, y esto elevará el costo de más endeudamiento para satisfacer la deuda que vence. La tarjeta de crédito no dará para tanto.

Costa Rica tendrá entonces tres opciones: prender la maquinita de imprimir billetes en el Banco Central y devaluar el colón (como lo hiciera el presidente Rodrigo Carazo a inicios de los ochenta), proponer un aumento considerable de los impuestos (a costa de quebrarle las piernas al sector productivo) o disminuir substancialmente el gasto público.

No hay otra.

Categorias

Autores

Archivos