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Archivo por Marzo 2008

Bolivarianos argentinos

La reciente conferencia en ocasión al 20 aniversario de la Fundación Libertad en Rosario, Argentina, fue sumamente exitosa. La crema y nata del liberalismo latinoamericano estuvo presente, y fue una experiencia única compartir durante tres días con mentes tan ilustres.

El único punto negro en la actividad fue el encuentro que tuvimos con un grupo de manifestantes de izquierda el viernes por la tarde, cuando el bus en el que nos dirigíamos fue interceptado en la Plaza Ché Guevara (¿casualidad?) por unos 150 gamberros bolivarianos que apedrearon y destrozaron el vehículo. En el mismo se encontraban Mario Vargas Llosa, Mauricio Rojas, Cristián Larroulet, Otto Guevara, mi colega Gabriela Calderón, entre otros.

Fue un momento muy tenso e innecesario, puesto que el grupo atacó al bus sin ningún tipo de provocación. Por suerte el incidente no pasó a más. Sin embargo, esta situación refleja el grado de intolerancia y violencia que caracteriza a la izquierda "carnívora" latinoamericana, para parafrasear a los autores del Regreso del Idiota Latinoamericano (también presentes en el evento rosarino). Son personas dispuestas a utilizar la fuerza contra aquellos que piensan diferente a ellos, situación que se agrava cuando logran llegar al poder--como en Venezuela, Bolivia y Ecuador--y cuentan con el aparato represivo estatal a su favor.

En fin, el ataque fue reseñado por los principales medios latinoamericanos. Sin embargo, ya que no hubo periodistas cerca durante la agresión,  las únicas fotografías de dicho momento fueron captadas por un par de personas que estábamos dentro del bus. Aquí las comparto con el mundo:

La China es una dictadura; pero como es una dictadura “rica”, a los entusiastas de la realpolitik, a los posmodernos y a los pragmáticos, se les olvida aquel pequeño detalle.

El 24 de marzo pasado, mientras la antorcha olímpica era encendida en Atenas, el régimen de Beijing sentenció a un Yang Chunlin a cinco años de prisión, adivine usted por qué. Por decir que el respeto a los derechos humanos es más importante que los juegos olímpicos. El 14 de marzo la policía china le disparó a un grupo de manifestantes tibetanos; y el día 17, el Dalai Lama denunció el genocidio cultural en Tibet.

Desde que empezaron los disturbios en Tibet, la dictadura de China ha incrementado la cacería de los dirigentes de las manifestaciones y miles de soldados chinos han convergido en la frontera occidental con Tibet.

Hace poco, Zhang Qingli, el secretario del Partido Comunista de Tibet dijo que "actualmente estamos en una lucha intensa y feroz con el Dalai Lama; una lucha de vida, o muerte con el enemigo". Y las palabras del dirigente llaman la atención hacia el hecho de que la dictadura china, como todas las dictaduras, existe en condiciones específicas y muy limitadas.  Si esas condiciones cambian, la dictadura se quiebra. Así ocurrió en Polonia cuando Solidaridad cobró fuerza.  Así ocurrió en la República Democrática de Alemania cuando se abrió la frontera para Hungría. Eso fue lo que permitió el derrocamiento de los Ceaucescu, en Rumanía. Eso fue lo que le hicieron la Perestroika y la Glasnost a la Unión Soviética. Tibet puede ser el talón de Aquiles de la dictadura china; de modo que, en vísperas de las Olimpiadas, Hu Jintao se verá en la necesidad de resolver el asunto de forma que no quede duda de quién manda. Ciertamente no es de extrañar que sea una lucha de vida o muerte, como ha advertido Zhang; y que en algún momento, veamos "el uso máximo de la fuerza" para aplastar las manifestaciones.

Sin embargo, las reacciones internacionales y de la prensa, frente a lo que ocurre en Tibet, contrasta notablemente con las reacciones que se observaron durante los levantamientos contra la dictadura en Burma. ¿A qué cree usted que se debe esto?

Me alegré mucho de leer una nota en El Nuevo Herald sobre los jóvenes disidentes cubanos. El grupo al que hace referencia el artículo es el mismo que conocí en agosto pasado cuando visité la isla. Esto lo sé por cuanto me mantengo en contacto con uno de los integrantes de la Coalición Juvenil Martiana, que son los que participaron en este intercambio por video conferencia del que habla la noticia.

Una de las cosas que más me entusiasmó de este grupo es su vocación liberal. No son simplemente disidentes, sino que son muy claros en que quieren una Cuba libre, tanto política como económicamente. Son jóvenes muy valientes que le han perdido el miedo a la gerontocracia castrista.Ellos merecen todo el apoyo en la búsqueda de tan ansiado objetivo: una Cuba libre.

Poderes paralelos en acción

Publicado por Luis Figueroa

Hoy se confirma que, en Guatemala, hay por lo menos 27 usurpaciones de tierras en áreas protegidas. "De continuar la ola de usurpaciones que está penetrando sitios arqueológicos y reservas de bosque virgen, la tercera parte del país con cobertura forestal está en peligro de desaparecer, y con ello los servicios ambientales como la producción de agua", dicen las noticias.

Ya he comentado que esto ocurre, principalmente, porque lo que es de todos, no es de nadie; pero lo que ahora llama la atención es que Yuri Melini, ambientalista directivo del Centro de Acción Legal Ambiental Social de Guatemala, comentó que los invasores "no son comunidades, son grupos que trabajan para el poder paralelo".

 Lo interesante de las declaraciones de Melini (que no es vocero de la plutocracia, del ejército, o de los neoliberales) es que que ponen en evidencia lo que ya se sabe; pero, que pocos reconocen: que los invasores no son campesinos comunes y corrientes, que las usurpaciones son actos deliberados que forman parte de algún tipo de esquema, y que el poder paralelo es diverso.

Usualmente, en Guatemala y quizás en otros países, cuando se habla del poder paralelo se piensa en el poder económico, o en el poder de las armas (al margen del poder del Estado); pero los campesinos agraristas son harina de otro costal.  Empero, hay otros poderes paralelos como las Organizaciones no Gubernamentales, la comunidad internacional, la exguerrilla, los gobiernos extranjeros, por ejemplo.

El año pasado, allá por octubre/noviembre, un médico venezolano que viajaba por el departamento guatemalteco de Petén vió a un grupo de personas uniformadas al modo chavista, en reuniones con campesinos guatemaltecos. A lo que está ocurriendo en Guatemala en términos de usurpaciones, de secuestros de turistas, de lo que vieron los visitantes y de lo que dijo Melini, hay que ponerle atención porque involucra fuerzas y poderes que trascienden fronteras.

La ventaja de los precios

Publicado por Ignacio Illanes

La corredora de bolsa de Chile (Celfin Capital) quiso celebrar sus 20 años con un concierto gratuito del famoso compositor de cine Ennio Morricone. Para ello se pusieron 5 mil entradas a disposición del público vía internet, situación que hizo colapsar el sitio de la empresa y dejó a miles de personas criticando las deficiencias del sistema. Para enfrentar el descontento, la empresa acordó con el compositor un segundo concierto, nuevamente gratuito y puso a disposición del público 10 mil nuevas entradas, que se debían retirar desde la estación Mapocho. Nuevamente el caos, que exigió la intervención de Carabineros con carros lanza-aguas. Para rematar las cosas, varias personas han puesto a la venta las entradas regaladas, despertando la indignación de los organizadores. Entonces empiezan los análisis sociológicos y todo lo demás, como si lo ocurrido fuera algo que debiera sorprendernos.

El concierto gratuito de Morricone en Chile ha dejado en evidencia la conveniencia de los precios como instrumentos de información y asignación en función de las preferencias. Regalar claramente no es la mejor forma de asignar las cosas y al fin, por un lado u otro, el mercado busca ajustarse para que los bienes y servicios lleguen a quienes más los valoran.

 

Puede ser mal visto que cuando una empresa regala las entradas, quienes se las adjudicaron salgan a venderlas. Pero ¿es malo que aquellos que no accedieron al regalo, al menos tengan la opción de comprarlas? Alguien dirá que el problema no está en el que compra, sino en el que vende: abusó de un regalo. Pero démosle otra mirada: el que vende hizo el esfuerzo (aunque sea menor) de conseguir esa entrada para ahora ponerla al servicio de quienes no estuvieron (o no pudieron) estar en la cola el día en que se regalaron.

Síntesis: buena la intención de regalar, pero un sistema de precios habría evitado el caos y habría asegurado una asignación inmediata a los que más valoraban el concierto...Mucho más simple, ¿no?

Piqueros patas azules de cerca

Estuve en Galápagos este fin de semana y lo que más me sorprendió fue la inconsistencia de muchos científicos, ambientalistas y "guías naturalistas" (como ellos se describen) cuando defienden el orden espontáneo para los animales ("si se les encuentra parásitos en los nidos a las tortugas hay que dejarlos ahí porque no hacerlo sería intervenir en el orden natural de las cosas") pero no para los seres humanos ("el libre comercio es malo para el medio ambiente" o "el calentamiento global debe ser detenido a toda costa").

Veamos: El libre comercio es parte del orden espontáneo de los seres humanos y vino a ser intervenido después por leyes y barreras creadas por los hombres. Es decir, "el orden natural de las cosas", en un principio, tiene que haber sido un mundo libre de leyes que lo regulen o obstaculicen. El calentamiento global también es parte del "orden natural de las cosas" puesto que varios estudios demuestran que la gran mayoría del calentamiento ha sido causado no por el hombre sino por procesos naturales como, por ejemplo, las erupciones volcánicas.

Ahora vivimos en un mundo en el que mientras que la migración de animales se permite libremente (en la mayoría de los casos, solamente se prohíbe para proteger a especies en extinción de los predadores) porque ese es "el orden natural de las cosas", limitamos la libre migración de los seres humanos y el espontáneo deseo que tienen estos de intercambiarse entre si bienes y servicios.

Si algo aprendí en Galápagos es que el orden espontáneo encuentra su mejor expresión en la naturaleza. Resulta difícil, entonces, comprender que las mismas personas que valoran tanto el orden espontáneo en la naturaleza y para los animales, no lo quieran respaldar cuando se trata de crear instituciones y políticas públicas para los seres humanos. Friedrich A. Hayek, el más ilustre defensor del orden espontáneo hubiera estado maravillado en las Galápagos.

Por supuesto que el orden espontáneo no excluye la intervención voluntaria de cada individuo para asegurar su supervivencia y aquella de los seres que le importan. Por eso es que muchos científicos, ambientalistas y demás personas viven en Galápagos dedicando sus vidas voluntariamente--con la ayuda de la tecnología--para ayudar a preservar las existencia de las miles de especies que habitan las islas. Sin ellos y sin la tecnología, muchas especies como los piqueros patas azules de esta foto tendrían probabilidades muy reducidas de seguir existiendo.

Házme feliz, ¡ahora!

Publicado por Luis Figueroa

Como soy lo que comúnmente se conoce como “un instrumento del capitalismo” simpatizo con la lucha de las mujeres y la de los indígenas por la igualdad ante la ley y por la eliminación de privilegios. Dicho lo anterior, me llamó mucho la atención -de forma negativa- que el 8 de marzo pasado, en celebración del Día Internacional de la Mujer, en la ciudad de Guatemala, la marcha fuera "por el derecho a ser feliz".

Una de mis definiciones favoritas de derechos es que estos son facultades que pueden ser ejercidas sin que su ejercicio sea a expensas de otro; o sea, que se ejercen sin dañar a otros. Por eso es que todo derecho lleva una única obligación: la de no infringirle cargas a nadie, o sea, la de no dañar a nadie.

Cuando en una sociedad unos tienen derechos y otros deberes, los miembros de esa sociedad vivimos bajo un doble estándar moral que desequilibra las relaciones y hace difícil la cooperación social pacífica. Por eso creo que es malo que haya un estándar para hombres y otro para mujeres; o uno para indígenas y otro para lo que nosotros llamamos ladinos o no indígenas.

 

De ahí que me parezca equivocado el giro que da el eslógan de la marcha citada. Estoy de acuerdo con que todos tenemos derecho a la búsqueda de la felicidad (y ese es mi derecho favorito); pero me parece muy desatinado que se exija un supuesto derecho a ser feliz. Podemos exigir que los demás no impidan que busquemos la felicidad (sin dañar, ni gravar a otros); pero, ¿a título de qué podríamos exigir que otros nos hagan felices, o que nos den la felicidad? ¿A quién se le asignará el deber de hacernos felices?

Creo que este es un buen punto para meditar en beneficio de la efectividad de cualquier reivindicación de derechos, y en beneficio de la paz.

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