En La lógica del propio interés (El Deber, 21/01/12) Alberto Bonadona afirma que "No hay nada que pueda frenar la búsqueda de la propia satisfacción y no hay nada, en la concepción smithiana, que diga por cuál vía lograrlo. No hay prójimo por quien preocuparse, se trata de cada uno por sí mismo. Ni familia ni religión o, mejor dicho, la religión es esa incesante sed de acumulación". En mi artículo Adam Smith más allá del propio interés (El Deber, 07/02/12) hago notar el desconocimiento de Bonadona sobre la obra de Adam Smith, la cual abunda en temas de ética y religión. Lo curioso es que en un artículo posterior Del egoísmo y el mercado (El Deber, 10/11/12), Bonadona, cita a Amartya Sen para explicar que el pensamiento de Smith no se reduce a una acumulación egoísta. Dos cosas hago notar de este artículo: 1) refuta su propio artículo La lógica del propio interés, pero no hace referencia a éste ni admite su error original y 2) necesita citar a otros autores para referirse a la obra de Smith.
Luego de mucho tiempo Bonadona decide responder a mis saetas con Respuesta a un defensor del mercado (El Deber, 06/01/14) y escribe: "Tal vez lo que quiere decir el economista Javier Paz es que yo distorsiono lo que dice Adam Smith cuando defiendo la posición de este señor acerca de la benevolencia humana." Como ya expliqué, fue Bonadona quien redujo el pensamiento smithiano a egoísmo puro y fui yo quien refutó tal postura. Es hidalgo admitir los errores, pero Bonadona no reconoce su error, aunque asume una postura contraria a la que anteriormente él mismo postuló, mal representándose como un conocedor de Smith y mal representándome como alguien que no sabe lo que dice. Esta actitud no solo no es hidalga, sino que es deshonesta e impropia de un académico.
Bonadona vuelve a insistir con lo de no leer a Smith más allá de la página 27, cuando evidentemente él no lo ha hecho. Yo sí he leído La Riqueza de las Naciones en su lengua original, pero tengo que acotar que hay mucho de la literatura económica que no he leído y que apenas conozco. No hay nada malo en ello, nadie sabe ni lo ha leído todo. Lo reprochable es aparentar saber lo que uno no sabe y falsear sus propias posturas y las ajenas.
Finalmente Bonadona hace cuestión sobre mi hábito de citar. Poco o nada de lo que escribo es original; mis citas reflejan mis lecturas. Cito para dar crédito a quien lo merece, cito porque alguien ha expresado una idea mejor de lo que yo podría hacerlo; me parece insustancial polemizar al respecto.