La inflación, esa vieja aliada del subdesarrollo latinoamericano parece que esta de regreso, demostrando que no estaba muerta y sólo se encontraba “dormida”, al menos en los países que se resisten a seguir las medidas que enseña la ortodoxia económica.
Mientras Colombia, México, Brasil y Chile la combaten con organismos monetarios –más allá de las culpas del Banco Central y la coyuntura internacional- resistiendo presiones populistas de corto plazo; Venezuela, Argentina y Ecuador comienzan a despertar al “fantasma latinoamericano” y la enfrentan con controles de precios y subsidios que atentan contra el libre juego de la oferta y la demanda. Hoy el gobierno de Chávez enfrenta una escalada de precios que del 31%. Cristina de Kirchner dice que en su país esta en el 9%, sin embargo es sabido que bordea el 23%, mientras que el gobierno de Correa ya acumula un 9,29% el último año.
¿Que nos dicen las cifras en la perspectiva histórica reciente? La inflación fue frecuente durante la vigencia del modelo de industrialización sustitutiva de importaciones. Entre los años 1950 y 1960 Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia ya experimentaron incrementos que superaban el 15%. Entre 1965 y 1980 la región alcanzó en promedio un 31,5%, en tanto que para los años 1982-1986 fueron del 128% y entre 1987 y 1992 de 421%. Al desagregar las cifras, países como Brasil muestran niveles del 1,861% en 1989 alcanzando los 2,500% en 1993. Argentina, en los mismos años estuvo en los 4,923% pero logró bajar al 8%, en tanto que Venezuela del 81% bajo al 46%. En Perú se redujo del 2,775% al 46%; y Chile se movió del 21,5% al 13% para el mismo periodo.
El año 2000, un informe de CEPAL anunciaba que el crecimiento de la inflación de la región, en su conjunto, era inferior al 10%, la “más baja en 50 años, después de descender de casi el 900% en 1993 a alrededor del 10% en 1997". Para muchos, este era un problema estructural, en tanto que para otros era de masa monetaria. El mismo Chile fue un terreno de enfrentamiento entre ambas tendencias en pugna. “¿Cuál era el motivo de las altas y persistentes inflaciones latinoamericanas?”, se ha preguntado el historiador Carlos Sabino. La respuesta, no es ningún misterio y por mucho que se adornara con excusas estructurales, de costos y demanda, por entonces quedó en evidencia que el culpable fue la emisión inorgánica de dinero que fue cubriendo demandas de corto plazo, cediendo a las presiones salariales y más tarde cayendo en el endeudamiento hasta hacerse insostenible, para a continuación tener que aplicarse políticas monetarias que le permitieron bajar durante mediados de los 90 hasta hacerse contenible y en el último tiempo nos estábamos acostumbrando a crecer sin este flagelo, es más lo teníamos casi olvidado. Mas, la lucha en el terreno de las ideas como equivocadamente se creía no esta zanjada, así al menos lo demuestra la situación actual, porque si bien hoy la emisión esta controlada y la tendencia es a contar con Banco Central autónomo que frene las tentaciones del Estado, a éste le sigue atrayendo la intervención en la economía a través de distintos mecanismos, como por ejemplo el aumento en el gasto fiscal.
Los últimos años hemos visto que ha habido una regresión en materia de espacios para el libre mercado. La historia no es maestra de vida, tampoco se repite, pero quiénes la conocen podrían considerar sus errores.