EE.UU. es la doceava economía más libre del mundo según Libertad Económica en el Mundo: Informe Anual 2014 (en inglés). Co-publicado la semana pasada por el Cato Institute y el Fraser Institute, este informe encuentra una relación sólida entre la libertad económica y el bienestar humano.
El ranking estadounidense es parte de un preocupante declive en la libertad económica que empezó hace más de una década. Por décadas, EE.UU. se encontró en el segundo o tercer lugar del índice. En 2000 se ubicó en la posición No. 2, aún así para 2005 se encontraba en la posición No. 8 y continuó su caída precipitosa hasta hace poco. En una escala que va desde el 0 hasta el 10, la calificación de EE.UU. ahora es de 7,81, comparado con 7,74 el año pasado, lo cual muestra una pequeña mejora. El nivel de libertad económica en EE.UU. es más bajo hoy que lo que era en 1980. Desde 2005, Canadá se ha ubicado en una posición más alta que EE.UU.
Los autores del informe indican que EE.UU. ha caído en las cinco áreas que ellos miden: el tamaño del Estado; el sistema legal y los derechos de propiedad; una moneda estable y sólida; la libertad de comerciar a través de las fronteras; y la regulación. Pero el indicador del Estado de Derecho (sistema legal y derechos de propiedad) ha visto el mayor declive y, como muestra el gráfico, este ha sido enorme.
El declive de EE.UU.
El deterioro medido en el Estado de Derecho es consistente con el trabajo académico en ese campo y, según este informe, es el resultado del “creciente uso del derecho de expropiación para transferir propiedad a poderosos intereses políticos, las ramificaciones de las guerras contra el terrorismo y las drogas”, y otras violaciones a los derechos de propiedad. Dado que el Estado de Derecho es, por supuesto, una piedra angular no solo de la libertad económica sino de todas las libertades, y porque hay una relación fuerte entre la libertad económica y las otras libertades (civiles y políticas), todos los estadounidenses deberían estar preocupados con las conclusiones del informe.
Un deterioro del Estado de Derecho también debería preocupar a Hong Kong. Este es el territorio con el puntaje más alto en el índice, donde las recientes protestas resaltan el peligro que la interferencia de Pekín con el sistema legal (o incluso la percepción de que se de), constituye para las libertades y el éxito económico de Hong Kong.