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Archivo por Noviembre 2013

La historia de la economía venezolana y su moneda en problemas, el bolívar fuerte, puede resumirse con la siguiente frase: “De mal a peor” —una y otra vez. Si, la situación continuamente en deterioro en Venezuela ha empeorado todavía más.

En una respuesta nerviosa y mal concebida a los problemas económicos del país, el presidente venezolano Nicolás Maduro ha pedido poderes de emergencia sobre la economía. El gobierno de Maduro recientemente anunció planes de instituir un nuevo tipo cambio para los turistas en un intento de controlar el contrabando de moneda inducido por las oportunidades de arbitraje.

Las medidas probablemente muestren no ser suficiente y puede que lleguen muy tarde para la economía venezolana y su moneda en problemas, el bolívar fuerte. De hecho, la economía del país ha estado en declive desde que Hugo Chávez impuso su variante de socialismo en Venezuela.

Durante años, Venezuela mantuvo un programa masivo de gasto social, combinado con unos costosos controles de precios y laborales, así como también una estrategia agresiva de ayuda externa anual. Esta insostenible política fiscal se mantuvo a flote —a duras penas— gracias a los ingresos petroleros.

Pero conforme el costo del régimen Chávez/Maduro ha ido creciendo, el país ha vaciado cada vez más las arcas de la empresa petrolera estatal, PDVSA, y (cada vez más también) el banco central del país.

Desde la muerte de Chávez, este frágil castillo de naipes ha empezado a colapsar, y el tipo de cambio en el mercado negro entre el bolívar fuerte (VEF) y el dólar estadounidense (USD) nos cuenta la historia. Desde la muerte de Chávez el 5 de marzo de 2013, el bolívar perdió 62,36% de su valor en el mercado negro, como lo muestra el siguiente gráfico.

Caída del valor del bolívar fuerte

Esto, a su vez, ha derivado en una inflación muy alta en Venezuela. El gobierno ha respondido imponiendo controles de precios cada vez más severos para suprimir la inflación. Pero esas políticas han fracasado, resultando en la escasez de productos esenciales, como el papel higiénico, sin abordar la causa de raíz de la inflación en Venezuela.

El gobierno de Maduro ha reaccionado a este problema con las mismas tácticas que aquellas empleadas por otros regímenes con monedas en problemas. Si, desde el Zimbabue de Mugabe hasta la Corea del Norte de hoy, el libreto es sencillo, aunque mal concebido: negación y engaño.

Actualmente, los datos oficiales del gobierno ubican la tasa inflación de Venezuela en solamente 50% (una cifra considerablemente imprecisa para empezar). Aún así, el martes 22 de octubre, el Ministro de Finanzas Nelson Merentes envió a la Asamblea Nacional una propuesta de presupuesto para 2014 que calculaba la inflación en un nivel que era alrededor de la mitad de la tasa oficial de inflación.

Hasta ahora, parece dudoso que el gobierno de Maduro tenga razones para ser optimista acerca de la economía venezolana durante el próximo año. De hecho, esta última cifra del presupuesto es simplemente un intento de esconder la verdad acerca del gran problema que tiene Venezuela con la inflación.

¿Qué tan grande es el problema de la inflación en Venezuela? La tasa de inflación anual implícita en Venezuela ahora de hecho se encuentra en los tres dígitos, llegando a la sorprendente tasa de 283%, como se muestra en el siguiente gráfico:

Tasas anuales de inflación de Venezuela

Además, la tasa de inflación mensual implícita ahora ha subido a 36%, como se muestra en el siguiente gráfico. Eso es peligrosamente cercano al umbral de hiperinflación de 50% al mes. Esto se debe a una depreciación cada vez más veloz del bolívar fuerte, reflejando la perspectiva en declive de la economía venezolana.

Inflación mensual de Venezuela

A este paso, Venezuela podría unirse al Salón de la Vergüenza como el episodio No. 60 de hiperinflación. De manera que parecería que el gobierno de Maduro está determinado a persistir en sus fracasadas políticas, en lugar de aceptar la realidad acerca del experimento económico fracasado del chavismo.

Conforme la situación económica empeora rápidamente en Venezuela, el gobierno está volviéndose cada vez más autoritario y ahora está socavando activamente los fundamentos del desde ya deteriorado tejido social del país.

En la noche del viernes, el presidente Nicolás Maduro ordenó a las fuerzas armadas tomar control de una cadena de tiendas de electrodomésticos y confiscar todos los productos para venderlos a "un precio justo". Poco después grandes multitudes se reunieron afuera de las tiendas de electrodomésticos alrededor del país, lo que derivó en saqueos masivos. El anuncio vino un día después de que el Banco Central reportó que la tasa de inflación en octubre era de 5 por ciento, implicando una tasa anual de 54 por ciento. Sin embargo, como nuestro colega Steve Hanke documenta en su Proyecto de Monedas en Problemas (en inglés), la tasa de inflación implícita de Venezuela es en realidad de 320 por ciento.

El gobierno afirma que la inflación desenfrenada y la escasez generalizada de productos básicos son parte de una "guerra económica" siendo librada por EE.UU. y la "burguesía parasitaria local". Por lo tanto, Maduro ahora está movilizando a sus tropas en contra de presuntos enemigos. Los propietarios de dos cadenas de ventas al por menor han sido arrestados luego de ser acusados de "especular" y del delito de "usura".

Mostrando su analfabetismo económico, Maduro dijo que el Banco Central debería tener en cuenta estas medidas y se preguntó en voz alta: "Si estamos bajando los precios de los productos en un cien por ciento, esto debería afectar la tasa de inflación, ¿verdad?" Bueno, no. Siempre y cuando el Banco Central continúe imprimiendo dinero para financiar al gobierno, la inflación continuará aumentando. Sin embargo, al promover activamente el saqueo frontal, el gobierno está desestabilizando a la sociedad venezolana deliberadamente, probablemente como un medio para adaptar medidas todavía más radicales.

En abril de este año, cuando Nicolás Maduro asumió oficialmente la presidencia luego de una victoria muy cuestionable en las elecciones, mucha gente especuló que sería más conciliador que su antecesor Hugo Chávez. Eso demostró ser un pensamiento deseoso. Queda claro que durante el gobierno de Maduro, lo peor todavía está por verse en Venezuela.

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