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Archivo por Noviembre 2010

Liberalismo y religión

Publicado por Javier Paz

En la doctrina liberal, lo más importante es la libertad del ser humano; y una de las libertades fundamentales de todo ser humano es la de elegir y practicar sus creencias religiosas. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la religión era impuesta por las clases dominantes y se prohibía la práctica de cualquier otra religión que no sea la oficial. Por ejemplo, la reforma luterana y la contrarreforma en Europa causaron varias guerras y miles de muertos. Asimismo muchos inmigrantes que llegaron a las colonias que hoy forman EE.UU., lo hicieron para escapar de la persecución religiosa en Inglaterra.

Es con pensadores como John Locke (1632-1704), considerado el padre del liberalismo, que se empieza a debatir la libertad de religión y la separación de la iglesia y el Estado. El pensamiento de Locke influenció en los fundadores de EE.UU., quienes en la primera enmienda a la constitución dictaron que: “El Congreso no legislará respecto al establecimiento de una religión o a la prohibición del libre ejercicio de la misma;”. Esta enmienda por un lado estableció la separación de la iglesia y el Estado y además prohibió al Estado interferir con el libre ejercicio de cualquier religión.

La separación de Iglesia y Estado no tenía como objetivo inculcar el ateísmo, ni mucho menos. Los pensadores liberales como ser John Locke, Adam Smith o Alexis de Tocqueville, eran profundamente religiosos, como lo demuestran sus muchos escritos sobre el tema, como también lo fueron Thomas Jefferson o James Madison fundadores de la nación americana. Las siguientes citas de Madison pueden clarificar la cuestión:

“Consideramos como una verdad fundamental e innegable que la religión, o el deber que le debemos a nuestro Creador, y la forma de pagarlo, solo puede ser dirigido por la razón y la convicción, no por la fuerza y la violencia. La religión entonces, de cada hombre debe ser dejada a la convicción y la conciencia de cada hombre: y es el derecho de cada hombre de practicarla como éstas le dicten”.

“El propósito de la separación de la Iglesia y el Estado es de alejar para siempre de estas costas el incesante conflicto que ha empapado en sangre los suelos de Europa por siglos”.

Tanto en la teoría como en la práctica, el liberalismo ha procurado la tolerancia de todas las prácticas religiosas, y el libre ejercicio de la religión.

EE.UU. desde sus inicios como nación, guiado por un espíritu liberal, garantizó la libertad de religión y no adoptó ninguna religión oficial. Esto generó un clima de paz y tolerancia, cuyas consecuencias no son menores en el desarrollo económico del país. La tolerancia religiosa, producto de una visión liberal, fue un factor determinante para lograr mayor integración y paz en todo el mundo durante el último siglo.

Publicado originalmente en El Deber (Bolivia) el 25 de septiembre de 2010.

Las historias están plagadas de muertes y resurrecciones. Debemos estar alertas a los entusiasmos desmedidos ya que las políticas sensatas solo se mantienen con perseverancia y con apoyo intelectual a las ideas que conforman la sociedad abierta. De todos modos, las elecciones del dos de noviembre quedarán en la historia como un severo llamado de atención al estatismo rampante de la actual administración que elevó el déficit fiscal al 13% del PBI y la deuda al 95% de ese guarismo en el contexto de un alarmante engrosamiento del Leviatán que se inmiscuye en los recovecos más sensibles de la vida privada.

Ese proceso electoral convierte a la Cámara de Representantes con mayoría republicana (243 bancas contra 192 de los demócratas) y eleva su representación en Senadores a 47 asientos contra 50 del partido gobernante, al tiempo que la oposición arrebató 10 gobernaciones con lo que queda con 31 estados frente a 18 en manos demócratas. Pero lo más destacable es lo dicho por la estrella de esas elecciones: Marco Rubio, el nuevo senador que venció en Florida tanto al republicano Charle Crist como al demócrata Kendirick Meek y advirtió que “este resultado electoral no significa en modo alguno adherir al Partido Republicano sino que le otorga una segunda oportunidad para cumplir con la misión de aplicar los principios de un gobierno con poderes limitados”. Recordemos que la administración de G. W. Bush resultó en la tasa más alta de los últimos ochenta años en la relación gasto público-PBI, que recibió un superávit fiscal que transformó en un déficit del 5% del PBI, que pidió cinco veces autorización al Congreso para elevar el tope de la deuda que fue del 75% del PBI, que comenzó con la tropelía de los “salvatajes” a empresarios irresponsables e ineptos con los recursos coactivamente detraídos de los contribuyentes, que provocó la burbuja inmobiliaria a través del otorgamiento forzoso de préstamos hipotecarios sin las suficientes garantías con el apoyo de las manipulaciones en la tasa de interés y que inauguró la “guerra preventiva” invadiendo Irak que nada tenía que ver con la inaudita masacre del 11 de septiembre. Lo que ha dicho Rubio sirve para sacudir a los paquidermos del Partido Republicano instalados en Washington como una maquinaria que traicionó sus propias tradiciones y alabó a megalómanos siempre sedientos de poder. Asimismo, en su campaña, Marco Rubio recordó que Obama no ha hecho más que aplicar dosis mayores de lo mismo con el agravante de intensificar la monetización de la deuda que compromete más aún el futuro del dólar. Ahora la situación augura la reversión de algunas de las políticas de despilfarro y acelerado intervencionismo estatal del actual gobierno demócrata como la socialización de la medicina y la a todas luces contraproducente reforma financiera que profundiza errores anteriores en lugar adoptar medidas como la eliminación del sistema de reserva fraccional administrado por la banca central.

Entonces, esta vez no se trata de un partido versus otro sino de dos concepciones radicalmente opuestas sobre el futuro de EE.UU.: el estatismo en el que ha venido deslizándose a pasos agigantados o el retorno a los valores y principios de la sociedad abierta establecidos enfáticamente por los Padres Fundadores, para lo cual sin duda ha ayudado notablemente la acción decidida del Tea Party que ha hecho de locomotora para este revés electoral a los desaguisados del Leviatán tal como lo declaró Rand Paul de Kentucky, otro de los destacados senadores que ahora se estrenan e hijo del extraordinario, perseverante y sólido Ron Paul. Por ahora, así lo comprendieron algunos dirigentes del Parido Republicano como John Boehner quien presidirá la Cámara de Representantes a partir de ahora que manifestó la noche de las elecciones que éstas significaron “un repudio a Washington” en abierto contraste con la ceguera y la terquedad de Nancy Pelosi que deja —derrotada— la presidencia de esa Cámara y, en una manifestación de alarmante autismo, dijo que “el resultado electoral no resta importancia al trabajo que hemos hecho a favor del pueblo estadounidense”.

Muchos de los partidarios del gobierno con poderes limitados y del federalismo sintieron que Sharron Angle perdiera en Nevada por estrecho margen frente al tortuoso y obsecuente manipulador Harry Reid o la perdidosa Christine O´Donell en Delaware (que le había ganado en las internas a Mike Castle del viejo establishment republicano) a manos del militante y recalcitrante izquierdista Chris Coons, pero éstos como en otros casos muestran que el clima de opinión está influido por largos períodos de predica socializante desde no pocas instituciones supuestamente educativas. Ningún político es inmaculado —como no lo es ningún ser humano— pero como apuntó con razón Hanna Arendt “Nadie ha puesto en duda que la verdad y la política están más bien en malos términos y nadie, que yo sepa, ha contado a la veracidad entre las virtudes políticas”, a pesar de lo cual no deja de ser un buen síntoma lo ocurrido en estas elecciones en el seno del otrora baluarte del mundo libre, situación que da lugar a fundadas esperanzas para el retorno a la cordura al tiempo que otorga espacio para redoblar el trabajo intelectual e imaginar otras variantes en dirección al genuino respeto a las autonomías individuales.

Los sucesos en EE.UU. resultan trascendentales para el futuro del mundo libre. Otro barquinazo allí puede sellar la vida de la libertad en Occidente. EE.UU. fue durante largo tiempo el faro y el ejemplo de conducta civilizada. En ese gran país se gestó nada menos que la revolución más exitosa y fértil de la historia de la humanidad. La sabiduría de los Padres Fundadores fue notable y ejemplificadora para todos los espíritus libres. En mi libro titulado Estados Unidos contra Estados Unidos publicado en 2008 por el Fondo de Cultura Económica intenté explicar con el mayor detenimiento posible el truculento y vertiginoso desplazamiento de esa nación hacia los abismos del colectivismo y las portentosas reservas morales que allí habitan como sustento para un posible retorno al respeto recíproco como base de la sociedad libre.

Concluyo esta nota con la siguiente observación: si bien la votación del dos de noviembre significó un golpe al estatismo, ahora falta que se demuestre en los hechos el deseo de proceder en consecuencia y no dejarse engatusar por los enredos burocráticos de Washington.

Publicado originalmente en el Diario de América (EE.UU.) el 10 de noviembre de 2010.

Socialismo y religión

Publicado por Javier Paz

Las religiones buscan guiar a los seres humanos en la búsqueda de la paz y la felicidad, mediante la práctica de ciertos principios y prácticas. Los líderes socialistas buscan obtener el dominio y la obediencia de las masas. A menudo las creencias religiosas entran en conflicto con los planes socialistas y pueden dificultar el control de las masas, razón por la cual, como lo muestra la historia, los socialistas se han confrontado con la religión y sus líderes.

La crítica marxista de la religión consiste en que, mediante la promesa de la otra vida, hace posible que el proletariado viva sacrificando su existencia sin protestar. Ve a la religión y a sus líderes como aliados del Estado burgués. Considera que para liberar al obrero de sus cadenas, es también necesario liberarlo de sus prejuicios religiosos. Por eso Marx dijo de la religión que era “el opio del pueblo” (Crítica de la filosofía del derecho de Hegel) y Lenin dijo: “Debemos luchar contra la religión” (V.I. Lenin, Actitud del partido obrero hacia la religión). Y así fue: la Unión Soviética pasó a ser un Estado ateo que intentó eliminar, sin éxito, las prácticas y creencias religiosas de sus habitantes. Y donde se ha establecido un estado colectivista, la libertad de religión se ha visto disminuida. En China las prácticas religiosas son aprobadas y controladas por el Estado, a pesar que la Constitución de la República Popular de China establece la libertad de religión. Fidel Castro suspendió en 1962 las instituciones católicas en Cuba. En Corea del Norte se ha intentado hacer del caudillo una religión.

El socialismo no cree en la democracia y tampoco cree en la pluralidad. Lo que dicen los caudillos se acata y quien intente oponerse es eliminado de una u otra forma. Siendo que la religión puede significar una amenaza al liderazgo único que desean los caudillos, es natural que sea atacada y perseguida.

Nuevos líderes socialistas como Hugo Chávez y Evo Morales mantienen una permanente confrontación con los líderes religiosos en sus países. Pero como la historia ha mostrado en más de una ocasión que intentar acabar con las creencias religiosas es imposible, estos socialistas modernos no rechazan la religión abiertamente, no anuncian su intención de crear sociedades ateas, sino al contrario se declaran profundos cristianos, verdaderos seguidores de Jesús, y justifican su confrontación con la Iglesia acusándola, igual que Marx, de defender a los sectores ricos y opresores de la sociedad en contra de los pobres y desposeídos, o hablan de no estar en contra de la Iglesia, sino de sus líderes.

Los socialistas consideran la libertad como un invento burgués, y la rechazan como tal. Consideran que un grupo de iluminados tiene la capacidad de dirigir al pueblo incluso mediante la opresión y la coerción del mismo pueblo. Y consideran a la religión como un obstáculo a sus fines. La libertad de religión es parte fundamental de la ética liberal que el socialismo rechaza. Por ello, el socialismo en su esencia rechaza la religión.

Publicado originalmente en El Deber (Bolivia) el 25 de septiembre de 2010.

¿Chavismo en Chile?

Publicado por Gabriela Calderón de Burgos

El Ministro del Interior de Chile, Rodrigo Hinzpeter, propuso ayer cambiar la Constitución del país para permitir la reelección presidencial del gobierno actual (En Chile, la Carta Fundamental prohibe la reelección inmediata). José Piñera, ex Ministro de Trabajo y Previsión Social, y de Minería, de Chile, se opuso de inmediato a esta propuesta, la que calificó de “antidemocrática y bananera”, y aclaró que también se opuso cuando se hizo la misma propuesta el 2001 bajo el gobierno socialista de Ricardo Lagos.

Aquí La Tercera, que publicó de manera destacada en su edición del Domingo la entrevista al Ministro del Interior, recogió lo que escribió José Piñera en su cuenta de Twitter acerca de la propuesta de cambiar la Constitución de Chile para permitir la reelección inmediata.

Las guerras de divisas y la Fed

Publicado por Gerald ODriscoll

Las compras planificadas de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) de $600.000 millones de bonos de la Tesorería a largo plazo estaban dirigidos a resolver problemas domésticos, pero están teniendo consecuencias internacionales. La expansión de la hoja de balance de la Fed ejerce presión hacia abajo en el tipo de cambio del dólar y (lo mismo) fuerza a que el valor de otras monedas se aprecie.

Los mercados emergentes con altas tasas de interés a corto plazo atraerán flujos de “dinero caliente”. Estos flujos no son fuentes estables de financiamiento y volatilizan los mercados de capitales pequeños de estos países. A largo plazo, la apreciación de sus monedas perjudica su competitividad en los mercados globales de productos.

Brasil ya ha impuesto controles de capital y otros mercados emergentes podrían imitarlo. China, en particular, ha reaccionado de manera drástica. De acuerdo a un reporte de Reuters, Xia Bin, consejero del Banco Central de China, dijo que otra crisis financiera es “inevitable”. Agregó que China actuará para proteger sus propios intereses.

En resumen, las medidas de la Fed han deshecho cualquier beneficio que resultó de las reuniones del G20. Cualquier esperanza que haya habido respecto de una cooperación sobre los valores de las monedas y una estabilidad financiera ha sido descartada. Hay efectos secundarios potenciales en otras áreas de la cooperación global.

Las guerras de divisas, como otras guerras, tienen consecuencias no intencionadas y daños colaterales. Algunos países, de manera predecible, reaccionarán imponiendo controles de capitales. Esto podría ser seguido de medidas para desplazar las importaciones. El proteccionismo monetario conduce al proteccionismo comercial.

Como sea que la Fed quiera que se den las cosas, esta no puede actuar simplemente a nivel doméstico. Ha llegado al máximo nivel útil de un mayor alivio cuantitativo.

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