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Archivo por Febrero 2008

Desde que estaba en campaña a Rafael Correa le ha gustado utilizar frecuentemente una frase que para cualquier ser humano cuerdo del siglo XXI debería sonar a un intento a de tomadura de pelo o sino a un verdadero disparate. La frase es: "...esta entelequia llamada mercado..."

Vamos por partes. Según la Real Academia de la Audiencia:

entelequia: cosa irreal.

mercado: conjunto de actividades realizadas libremente por los agentes económicos sin intervención del poder público.

¿Acaso es irreal o un invento que hay un "conjunto de actividades realizadas libremente por los agentes económicos (aquí inclúyase) sin intervención del poder público"? ¿Acaso es mera ficción que usted y yo de vez en cuando hacemos "algo" sin la intervención del poder público? Asumo que la respuesta inequívoca es "no". Mi respuesta personal es "¡Afortunadamente no!"

Algunos, como nuestro presidente, continúan revelando sus ínfulas dictatoriales. Sobre todo cuando cree que es un invento que los individuos, en las sociedades libres, la mayoría de las veces hacemos cosas sin que el "Gran hermano" nos esté supervisando.

Se ha dado un paso importante hacia la transición democrática en Cuba. La decisión del dictador cubano de no aspirar a un nuevo período presidencial en la isla refleja que su estado de salud se ha deteriorado al punto que probablemente Castro no verá el final del año. Pronto pasará a ser una página más en la historia, una bastante negra por cierto, marcada por represión, torturas, presos políticos, empobrecimiento masivo, hambruna, escasez y asesinatos.

Su afirmación de querer darle una oportunidad a nuevas generaciones no es más que una mala broma, luego de casi 50 años en el poder. Peor aún, delega el poder en su hermano Raúl, que a sus 76 años difìcilmente pueda considerarse sangre nueva.

Sin embargo, mientras Castro siga vivo no podemos esperar cambios dramáticos en Cuba. Su presencia tras bastidores será muy poderosa para cualquier sucesor, quien lo pensará dos veces antes de realizar reformas que causen la ira del otrora tirano. Aún así, en los últimos meses se han enviado señales tímidas pero positivas de apertura política, o al menos de cierto grado de tolerancia hacia la oposición. Es probable que estas continúen aún cuando Castro siga vivo.

Los liberales tenemos que estar preparados para lo que se viene. Es probable que la transición dure años, pero es importante que la gente que tome las riendas de una Cuba democrática sea también firme creyente de las ideas liberales. Porque eso es exactamente lo que Cuba necesita, no solo democracia, sino también mucha libertad.

Una de las grandes lecciones que he aprendido de la obra de Ludwig von Mises es que toda intervención estatal genera distorsiones en la economía, que a su vez llevan a nuevas intervenciones y más distorsiones. Los políticos nunca responden al fracaso de una intervención eliminándola, sino que siempre proponen más regulaciones, empeorando la situación cada vez más.Los estudiantes de economía de la actualidad cuentan con el privilegio de tener a todo un país como laboratorio de los fracasos del socialismo intervencionista, ya sea del siglo XIX, XX, ó XXI.

Veamos:

  1. Cuando en un país el gasto público se sale de control, el gobernante recurre a la impresión de dinero por parte del Banco Central para financiar el gasto.
  2. Cuando el Banco Central imprime dinero sin ningún tipo de respaldo, genera inflación, la cual se puede salir de control fácilmente.
  3. Conforme los precios de los bienes continúan aumentando, el gobernante responde decretando controles de precios generalizados.
  4. Sin embargo, el control de precios desalienta la inversión en la producción de los bienes cuyos precios están congelados, lo que lleva a los productores a dedicarse a otras actividades, generando desabasto.
  5. Ante la escasez generalizada de alimentos, la cual amenaza con convertirse en una crisis alimentaria, el gobernante responde con la nacionalización de los medios de producción.
    A ver si alguien adivina qué sigue luego.

 

  • Los préstamos del gobierno para gastos –no así para obras duraderas- constituyen impuestos que pagarán las generaciones futuras. Como no están presentes, no pueden ni consentirlos ni oponerse. Es una medida chueca a la que recurren los gobiernos cuando son impotentes para convencer de pagar más impuestos a los ciudadanos adultos que están vivos. Entonces, los imponen a los que están por nacer o que aún son niños.
  • El colmo de lo absurdo es pretender fomentar la cultura y mantener impuestos de importación a los libros.
  • Los ingenuos (y los sacerdotes) creen que "el gobierno", léase los gobernantes, funcionarios y burócratas, son personas abnegadas, cultas, sacrificados, generosos, y que sacrifican el interés propio al interés general. Para comprobarlo, ¡vaya Ud. a hacer algún trámite!
  • Lo que hace aceptable y efectiva una ley es su generalidad (es decir, la ausencia de dedicatoria), su respeto al principio de igualdad ante la ley. Las leyes que conceden ventajas o privilegios a unos pocos a expensas de todos los demás causan pobreza a todos con excepción de los beneficiados.
  • Las leyes con dedicatoria son una transferencia coercitiva y regresiva de riqueza de pobres a ricos. Los muchos pobres pagan la cuenta y los pocos beneficiados hacen fortuna.
  • El Mundo Occidental se ha alejado cada vez más del factor más importante de su propio desarrollo, desde cuando evolucionaron de la condición feudal de antaño a la época moderna, con el principio del respeto al derecho individual.
  • Siempre ha existido algún conflicto de corto plazo entre el interés general y el interés individual. Pero a lo largo del tiempo se ha demostrado que el respeto al derecho individual es de prioritario interés general.
  • Los gobernantes, como no pueden saberlo todo, necesariamente recurren a asesores con conocimientos especiales de los temas que desconocen. Como desconocen el tema, tampoco tienen criterio para evaluar su competencia. ¡Que dilema!
  • Los políticos europeos creen en la Democracia siempre que sea la democracia “políticamente correcta”. Someten las reformas a sus normas constitucionales a consulta popular, pero solo cuando creen que la gente va a votar “correctamente”. Y si votan “incorrectamente”, lo vuelven a someter a consulta popular cuantas veces sea necesario hasta que la gente vote “correctamente”. De lo contrario las cambios los adoptan “por estatuto” (Portugal).
  • La inseguridad y el cambio son la madre del progreso. Legislar inmovilidad o rigidez en el mercado laboral impide el progreso, causa pobreza y estancamiento, porque desaparece el principal incentivo para el buen desempeño, cual es, el riesgo de perder el empleo. Si la ley anula el incentivo seguiremos pobres. Si el desempeño brinda la seguridad, nos enriquecemos todos.
  • El afán de nacionalizar servicios públicos como el teléfono llegó a tal extremo, que antes de la privatización, la ley establecía: "GUATEL es la institución responsable de prestar todos los servicios de telecomunicaciones, tanto nacionales como internacionales. … se entiende por servicio de telecomunicaciones, el prestado a través de los sistemas siguientes: telefónico, telegráfico, telex, gentex, teleproceso, radiodifusión, televisión, facsímil y todos aquellos de la misma naturaleza que en el futuro se desarrollen". ¡Que visión!
  • El "mercado" es vilipendiado por ideólogos zurdos que compran su comida en el mercado de alimentos, su ropa en el mercado de ropa, su vivienda en el mercado inmobiliario, su financiamiento en el mercado financiero. Si tanto les disgusta, ¿qué están haciendo allí?
  • La diferencia de incentivos para ser prudente en los gastos, entre funcionarios públicos o personas particulares es que, en el primer caso, el despilfarro y las pérdidas corren por cuenta ajena y, en el segundo, a sacrificio del patrimonio de quien toma las decisiones.

Muy de vez en cuando surgen aquí y allá personajes de un vuelo intelectual y un coraje moral que todo lo envuelven y que dejan rastros tan profundos en la historia que marcan períodos muy diferentes, en los que inyectan una luz tan penetrante y acogedora que resulta imposible atenuar y mitigar con las mediocridades habituales.

Este es el caso de Revel. Un ejemplo de conducta íntegra, abierto en su mente a la incorporación de nuevas contribuciones, pero incapaz de claudicar en sus principios liberales de respeto irrestricto al prójimo, los cuales incorporó fundamentadamente luego de abandonar el ideario socialista de sus primeras épocas el cual percibió como empobrecedor e inmoral.

Participé con él en distintos seminarios en diversos rincones del mundo. Disfrutaba de su amena conversación durante sus célebres aperitivos con jerez y jamón crudo y de las largas caminatas en las que siempre nos sorprendía con alguna reflexión aguda y alguna anécdota esclarecedora, las mas de las veces rebosante en buen humor. Tuvo la generosidad de escribir un sesudo prólogo para uno de mis libros.

Sus obras escritas son muy numerosas y exploran múltiples avenidas que ponen de manifiesto una pluma magistral con un contenido de información notable y una erudición pocas veces igualada. Selecciono en estas líneas unos pocos de sus pensamientos para que el lector le tome el peso a este "ciudadano del mundo", como decían los estoicos. Es apenas una muestra de la formidable producción de Jean-Francois Revel pero ilustra su tesón y su capacidad para exponer de modo simple problemas complejos.

No es que coincidamos en todo con lo que escribía este autor, eso no ocurre con nadie. Incluso cuando después de un tiempo leemos algo escrito por nosotros mismos, es frecuente que concluyamos que lo hubiéramos presentado de otra manera. Es que como decía Borges, no hay tal cosa como el texto perfecto y, citándolo a Alfonso Reyes, repetía que "si no publicamos, nos pasaríamos la vida corrigiendo borradores".

Manos a la obra entonces con las anunciadas muestras. En El renacimiento democrático Revel se pregunta y responde "¿Cómo extrañarse que excepto los liberales todos hayan mantenido que ninguna actividad puede desarrollarse plenamente sin auxilio del Estado, es decir, sin la ampliación de su propio papel?", esto es así debido a que todos los autoritarismos comparten "el único sentimiento que produce la unanimidad de todos los partidos y en todos los partidos: el odio salvaje que alimentan contra lo que denominan con horror 'individualismo'. Esa palabra designa para ellos la pesadilla suprema, la sospecha de que en alguna parte subsiste un fragmento del espíritu humano que escaparía a la esfera política, a lo colectivo, a lo comunitario, a lo gregario, al dominio del público". Y concluye que la perversión de la democracia, la que no respeta el derecho de otros, conduce a que "puedan existir poderes democráticamente elegidos que devoran a la sociedad civil, a la libertad, a la diversidad, a todos lo que es privado".

En La gran mascarada señala que "Si el nazismo y el comunismo han cometido genocidios comparables por su amplitud, por no decir por sus pretextos ideológicos, no es en absoluto debido a una determinada convergencia contra natura o coincidencia fortuita debidas a comportamientos aberrantes sino, por el contrario, por principios idénticos, profundamente arraigados en sus respectivas convicciones y en su funcionamiento". Asimismo, dice en el mismo libro: "Estoy de acuerdo en que se me exhorte a que abomine cada día mas a los antiguos admiradores de Himmler, a condición de que no sean antiguos admiradores de Beria los que administren esa homilía conminatoria [...] La analogía no es mía: es de Stalin. Fue el que llamaba a Beria 'nuestro Himmler' y fue en esos términos en los que lo presentó al presidente estadounidense Franklin Roosevelt".

En sus memorias --Diario de fin de siglo-- destaca una cita que toma de Einstein y que aplica a la tozuda repetición de los errores y horrores estatistas: "Los problemas no pueden resolverse con quienes los han creado" y en El monje y el filósofo , diálogo que mantiene con uno de sus tres hijos (el biólogo molecular y monje budista), afirma que "La idea directriz del Siglo de las Luces y, mas tarde, del socialismo 'científico' de Marx y Lenin es, en efecto, que la alianza de la felicidad y de la justicia ya no pasaría, en el futuro, por una indagación individual de la sabiduría, sino por una reconstrucción de la sociedad en su conjunto [...Así] la salvación personal se encuentra, desde entonces, subordinada a la salvación colectiva [...] esta ilusión es la madre de los grandes totalitarismos que han devastado nuestro siglo xx".

Encontramos tantas personas que confusamente tratan de explicar lo inexplicable y que suelen acompañar sus peroratas con torpes movimientos de las manos --"en ademán natatorio" como decía Ortega-- que deberíamos aprovechar mas los valiosos testimonios de intelectuales nobles y de fuste que explican los problemas y ofrecen las soluciones con precisión y claridad, tal como era el caso del prolífico Revel.

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