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Archivo por Septiembre 2008

El estudio de las bellas artes es un tema complejo, muy controvertido, lleno de vericuetos y andariveles. Se han destinado ríos de tinta para discutir si en definitiva la belleza en el arte trata de algo objetivo o subjetivo. En realidad cuando hablamos de algo subjetivo estamos aludiendo a apreciaciones personales, de gustos y perspectivas individuales lo cual no desconoce los atributos y naturaleza de la cosa en si.

Nada hay que discutir si a una persona le gusta el violeta antes que el colorado, si le atrae más tal o cual ornamento, si prefiere esa marca antes que aquella otra o si le resultan más los perros que los gatos. Nada de esto contradice el significado y las propiedades que definen los objetos de que se trate. Incluso cuando una persona dice que está observando el cielo azulado y otra sostiene que predomina el gris se debe a distintas posiciones, la captación de diferentes rayos solares y, sobre todo, retinas disímiles que captan de modo desigual los colores. Muchos ejemplos se pueden dar de formas diferentes de apreciar la misma cosa.

Sin embargo, cuando se trata de pronunciarse sobre la belleza de una obra de arte estamos refiriéndonos a una cualidad que hace a la cosa que, es cierto, captamos de modo desigual pero siempre con la intención de descubrir y describir del modo más ajustado aquello que tenemos delante de nuestra vista. Lo contrario sería referirse simplemente al gusto personal: si nos atrae o no la obra es una cuestión distinta de la descripción de sus atributos. Si dijéramos que arte es todo aquello que la gente estima es arte no habría tal cosa como destacados críticos de arte ya que sus juicios no diferirían en sapiencia del emitido por cualquier ignorante en materia artística. Del mismo modo, los entendidos en música puede distinguir fácilmente una melodía de un simple ruido.

El asunto se complica cuando comprobamos que aquél que se ajusta a lo que le enseñan en la academia de arte podrá ser un buen copista pero, en rigor, no es un artista puesto que para ello se requiere romper con lo convencional y crear nuevos paradigmas. Entonces viene el problema en cuanto a dictaminar que es y que no es arte. La forma de establecer estos criterios consiste en dejar que transcurra el suficiente tiempo al efecto de recabar la mayor cantidad de opiniones que estimamos competentes para poder escoger y concluir en esa materia, según sean nuestros conocimientos o la confianza que depositamos en los respectivos opinantes.

Lo mismo ocurre con la ciencia o cualquier contribución nueva o aporte al acervo cultural. En un primer momento puede aparecer como una idea estrafalaria que con el tiempo y los suficientes debates queda claro si se trata de una sandez o de un avance científico. En el momento en que aparece en escena lo nuevo no resulta posible juzgarlo con la debida ponderación ni con el debido detenimiento y perspectiva. Lo que si puede sostenerse es que el arte, la ciencia o una manifestación de cultura no radica en cualquier cosa en cualquier sentido y que las valoraciones subjetivas en cuanto a los gustos y preferencias deben distinguirse de la objetividad de la cosa sujeta a juicio.Personalmente hice mis primeras armas en el intercambio de ideas sobre estas especulaciones con mi abuelo materno que fue durante veinte años Director del Museo de Bellas Artes en Buenos Aires, miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes y a partir de su tesis doctoral en medicina, titulada No hay enfermedades sino enfermos. El caso de la individualidad en la medicina, comenzó a desarrollar una especial sensibilidad para el caso particular, lo cual le permitió una mirada peculiar sobre las distintas manifestaciones del arte (quien, igual que Paul Johnson -el autor del voluminoso y muy reciente Art: A New History- no puede decirse que guardaba especial estima por expresiones como el arte abstracto, que en rigor consideraba manifestaciones correspondientes más bien al plano de la decoración).

En todo caso, del mismo modo que Umberto Eco aplica el método popperiano a la interpretación de textos para acercarse lo más posible a lo que se lee, puede aplicarse esa metodología de refutaciones y corroboraciones provisorias al arte. Los elementos subjetivos y las características objetivas suelen ilustrarse en diversos ensayos con la temperatura que existe en una habitación: objetivamente es susceptible de medirse en el termómetro y subjetivamente, cada uno, puede pronunciarse de diferente manera según sienta más o menos calor o frío en concordancia con el contraste de la temperatura ambiente de donde proviene el sujeto y según el funcionamiento del termostato individual.

Este debate subjetividad-objetividad tiene lugar en muy diversas manifestaciones de la ciencia, por ejemplo, en economía donde se ha pretendido asimilar el relativismo epistemológico con la teoría marginalista del valor, sin percibir que se trata de dos planos completamente distintos de análisis y para nada incompatibles: la verdad objetiva por una parte (en el sentido que las cosas son independientemente de nuestras opiniones) y los gustos y preferencias por otra (de lo que depende el valor crematístico del bien).De más está decir que cuando aludimos al arte nos estamos refiriendo a lo realizado por el ser humano. Solo metafóricamente decimos que el nido del hornero, el panal o el capullo es una obra de arte. Del mismo modo, solo analógicamente nos referimos a la belleza de una puesta de sol, a la espuma del mar, a un caracol en la playa o a la noche estrellada.En el caso de las bellas artes, de lo que se trata es de juzgar acerca de las propiedades, atributos y las técnicas (siempre en evolución) para las proporciones, profundidad, manejo de luz, perspectiva y demás características que posee la obra, independientemente del gusto personal de quien la observa. Como decíamos al abrir esta nota, el tema es sumamente controvertido y hay muchos costados de la biblioteca que resultan opuestos...en ninguna materia se dice la última palabra y mucho menos en ésta. No en vano el lema de la Royal Society de Londres reza nullius in verba.

Mercantilismo 101

Publicado por Juan Carlos Hidalgo

Según El Tiempo de Colombia, estas son las razones por las cuáles los países eliminan aranceles ya sea de manera unilateral o a través de acuerdos comerciales:

"Los principales propósitos que llevan a las autoridades a reducir aranceles son dos: que los empresarios adquieran maquinaria que no se encuentra en el país y que les permite modernizarse, y que accedan a materias primas que no hay aquí o no son suficientes. Ambos, con el objetivo final de reducir costos y ser más competitivos".

Me pregunto: ¿Y qué hay de beneficiar a los consumidores al abaratar y ampliar el rango de opción de los productos que consumen?

Sobre el federalismo

Publicado por Alberto Benegas Lynch

En vista que ahora está sobre el tapete el debate sobre federalismo, es el momento de reflexionar sobre una idea tan proclamada y tan poco adoptada en los últimos sesenta años de la historia argentina e incluso, antes de la organización nacional, utilizada ad nauseam por el unitarismo rosista.

El eje medular de la idea federal es descentralizar y fraccionar el poder. Uno de sus puntos más destacados en la literatura y en la política aplicada en diversas latitudes consiste en que las provincias o estados miembros compitan en materia fiscal y mantengan en brete al gobierno central. Supongamos que hoy se distribuyeran todas las erogaciones entre las provincias (excepto las correspondientes a relaciones exteriores, interior y defensa) en proporción al número de habitantes, producto bruto interno o extensión territorial. A partir de ese momento cada gobierno local decide su política fiscal.

En ese contexto, los incentivos operarán en dirección a evitar que la población se mude a otra jurisdicción con tributos más razonables y para atraer inversiones. En esta misma línea argumental, a su vez, gravámenes equilibrados y que no signifiquen una maraña incomprensible con dobles y triples imposiciones, obligarán a mantener el gasto público en niveles moderados y, de paso, se liberarían los “expertos fiscales” para que puedan dedicarse a actividades útiles.

También la llamada “coparticipación” sería desde las provincias hacia el gobierno central ya que son las provincias las que constituyeron la nación y no al revés, a diferencia de lo que hoy ocurre con cajas para disciplinar a gobernadores “díscolos”. En verdad si se consultara hoy a gobiernos provinciales sobre la idea de aplicar un genuino federalismo, muchos lo rechazarían puesto que los caudillismos locales prefieren que el gobierno central haga la tares sucia de la recaudación mientras ellos gastan alegremente las dádivas que reciben de sus jefes en Buenos Aires.

Es de interés señalar que el federalismo también apuntala los principios rectores de la democracia ya que al diseminar el poder evita la concentración de mayorías que pueden lesionar derechos de las minorías (es más directo a los intereses de cada uno y, por ende, requiere mayor cuidado el votar en un consorcio por el color de la alfombra de la entrada que emitir la opinión en el Parlamento de un gobierno central para succionar recursos de personas ubicadas en la otra punta del país). Como ha escrito Juan González Calderón, los demócratas de los números ni de números entienden puesto que se basan en dos ecuaciones falsas: 50% más 1% = 100%  y 50% menos 1% = 0%.

Más claro que el agua

Publicado por Juan Carlos Hidalgo

"¿Para qué van a la OEA si allá está Argentina, 14 o 15 gobiernos caribeños de Petrocaribe; se van a conseguir a Daniel Ortega, Honduras, Brasil, Correa en Ecuador, Uruguay? ¿Quién estará asesorando a esta gente?".

Hugo Chávez cuestionándose porqué la oposición planea presentar una denuncia contra su gobierno en la OEA. Y hay todavía gente que piensa que la OEA sive para algo.

Como libertario me siento muy orgulloso y contento de haber participado en la gesta cívica, del sábado 30 de agosto, contra la corrupción y los impuestos abusivos en Guatemala. ¡Fue un éxito! Cientos de personas nos reunimos libre, responsable y voluntariamente para expresarnos como ciudadanos, como electores y como tributarios. Pero, ¿por qué? Porque perseguimos la fundación de un verdadero estado de derecho en el que se respeten los derechos individuales de todos y la igualdad de todos ante la ley.

Llegaron niños y ancianos, familias completas, gente de la ciudad y gente de otras poblaciones; había una madre con dos niños discapacitados y una pareja de no videntes.  A pitazo limpio le dijimos "¡No a la corrupción y a los impuestos!" La gente llevó pancartas, mantas, playeras, cintas para la cabeza, pitos, banderas, globos, música y alguien ¡hasta llevó un ataúd de verdad, con corona de flores y todo!

La gesta ha sido una lección de participación cívica ejemplar: no obstruimos el tránsito, no dañamos propiedad ajena, dejamos la plaza de El Obelisco totalmente limpia y quedamos de volver a juntarnos el sábado 20 de septiembre de 2008, a las 9:30 en ese mismo lugar que, por cierto, es el monumento a los Próceres de la Independencia de Centroamérica.

Lea la cobertura de Prensa, aquí: Ciudadanos protestan contra malos manejos de los fondos públicos y Movimiento ciudadano protesta contra la corrupción.

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