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Archivo por Febrero 2016

Ecuador: Reviviendo el trauma

Publicado por Paola Ycaza Oneto

Tuve la oportunidad de viajar a Perú usando nuestras maravillosas carreteras. Pude compararlas con las peruanas las cuales se encontraban en terribles condiciones, aún en lugares turísticos. Sin embargo, algo más me llamó la atención: los precios en Perú. Cabe destacar que el sur de Ecuador y el Norte de Perú se asemejan mucho en cuanto a paisaje, gente y hasta comida típica pero la diferencia de precios entre ambos países es abismal siendo los bienes de consumo e incluso los servicios, absurdamente más baratos que en Ecuador.

La función del precio es la de identificar la escasez relativa de un bien o servicio en relación con su demanda[1]. El precio al final del día transmite información de esa escasez. En Ecuador, los elevadísimos precios de muchos productos, debido a las barreras comerciales, han dejado de cumplir esta función pues ya no indican si la demanda es alta o la oferta limitada. El precio, lejos de informarnos, nos recuerda que sobre-pagamos productos debido a los aranceles y salvaguardias que se ha creído oportuno cobrar a los importadores (y exportadores que importan insumos) afectando el bolsillo del consumidor. Estos impuestos nos empobrecen porque nos impiden utilizar ese dinero extra en comprar algo adicional o ahorrar. Así, nuestro poder adquisitivo baja desmedidamente.

Es una percepción generalizada aquella de ir a comprar y al oír el gran total, ese valor no coincida con la utilidad de la compra… ¡es mucho mayor! Y uno mira los víveres y mira la pantalla de números digitales y repite el movimiento un par de veces más solo para confirmar que los productos “no valen” lo que se está cobrando. Si yo, que soy un individuo y pienso que estoy sobre-pagando, me puedo imaginar el sinnúmero de tentaciones que han tenido empresarios ecuatorianos y extranjeros de irse a operar a Perú: costos de insumos más bajos, flexibilidad laboral y hasta la posibilidad de sacar su capital sin pagar un impuesto de salida de divisas. Con un dólar fuerte y confiable, deberíamos ser el país más atractivo de la región para invertir, trabajar, e incluso vacacionar y estamos muy lejos de serlo.

Si bien la diferencia de precios entre ambos países se debe también a la depreciación del sol peruano, esta depreciación porcentualmente es menor que ciertas sobretasas que pagamos por consumir productos importados en Ecuador[2]. Asimismo, no falta quien culpa a la dolarización, y con ella, a la coyuntural apreciación del dólar, por el altísimo costo de la vida. Recordemos que las devaluaciones del sucre y la espiral inflacionaria que estas causaban indicaban que en ese momento lo idóneo era dolarizar, aunque inicialmente sufriríamos un decrecimiento traumático del poder adquisitivo pero, ¿por qué estamos reviviendo el trauma hoy? Las políticas comerciales irresponsables de la última década han sido las encargadas de revivirlo.

Si cumplen una función informativa, esto es lo que me informaron los precios de Perú: el bolsillo de los ecuatorianos sufre a diario pero tenemos carreteras estupendas que nos llevan a Colombia y a Perú… como a muchos inversionistas.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 29 de febrero de 2016.

Fuentes:

[1] Bullard, Alfredo. "La fábula del precio bajo". El Comercio (Perú). 6 de febrero de 2016. Disponible en: http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/fabula-precio-bajo-alfredo-bullard-noticia-1876637.

[2] "Ecuador presentó cronograma para desmantelar las salvaguardias desde enero". El Comercio (Ecuador). 19 de noviembre de 2015. Disponible en: http://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-cronograma-salvaguardias-pagos-balanza.html.

Violencia “pacífica”

Publicado por Javier Paz

Hace un algunos días escuché por la radio a un dirigente del transporte hablando sobre los bloqueos de carreteras que su gremio está realizando. Al ser cuestionado sobre actos vandálicos respondió que que no habían tirado piedras a las oficinas de impuestos, porque no era su intención destruir propiedad pública y que solo habían lanzado huevos porque su marcha era pacífica al igual que sus bloqueos. La lógica del dirigente, es tan estúpida como popular en Bolivia. Por algún motivo que escapa a mi entendimiento, en este país muchos creen que bloquear una calle no es un acto violento, o que se puede avasallar una propiedad agrícola y destruir los bienes pacíficamente mientras nadie salga apaleado.

Por supuesto, si quienes son dañados por estos pacifistas, ya sea porque no pueden transitar de su casa a su trabajo o porque no pueden cosechar su siembra, deciden hacer uso de su legítimo derecho a la defensa, corren el riesgo de terminar hospitalizados e incluso pasar a mejor vida.

No pretendo con esto hacer una condena inequívoca de la violencia. Al contrario, considero legítimo el uso de la misma en casos extremos. Creo que si un ladrón entra a mi casa, yo tengo el deber de defender a mi familia y que en legítima defensa debería poder matarlo a tiros sin que el Estado me persiga por ello. Creo también, al igual que John Locke, que la sociedad civil tiene el derecho a derrocar a un gobierno tiránico. Pero la violencia debe ser un recurso extremo, debe ser ejercida excepcionalmente solo con fines defensivos dirigida exclusivamente a quienes amenazan la vida, la libertad, la integridad y la propiedad ajena.

En Bolivia, sin embargo, se ha popularizado el bloqueo de rutas, una forma de violencia que perjudica a miles de personas inocentes, a trabajadores asalariados, empresarios y transportistas, a toda una sociedad que no tiene culpa, poder o responsabilidad con relación al reclamo que provocó el bloqueo. En este país folclórico y carnavalesco, hay bloqueo por todo y por nada: Algunos bloquean para obtener privilegios especiales del Estado, otros para luchar por la democracia y los derechos civiles, uno porque su novia lo dejó, otro porque la justicia en Bolivia es una mierda. Hay razones más valederas que otras, pero no deberíamos caer en el eufemismo de calificar a ningún bloqueo como pacífico. Todo bloqueo, en tanto y en cuanto coarta el derecho de otros a movilizarse libremente por las vías públicas es un acto de violencia, aunque nadie termine con un ojo morado o un palazo en la cabeza.

Santa Cruz de la Sierra, 04/02/16

Otra vez la embarró Petro-Perú

Publicado por Mario Zuniga

“—Dime una cosa, Jon: si llegara un día en que tu padre tuviera que elegir entre su honor y sus seres amados, ¿qué haría?

—Haría lo correcto. Pasara lo que pasara.

—Entonces Lord Eddard es un hombre entre diez mil. La mayoría no somos tan fuertes”.

George R.R. Martin

"Juego de Tronos". Canción de Hielo y Fuego, No. 1.

Mientras escribo estas líneas, cientos de personas trabajan para remediar (o para minimizar el daño, ya que en buena medida los daños serán irreparables) los dos derrames que han afectado la Amazonía peruana en las últimas semanas. El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, ha sido claro en señalar que Petro-Perú es la única responsable de estos daños, debido a un inadecuado manejo de los oleoductos que recorren la zona.

Sería muy oportunista de parte de quienes creemos en el rol subsidiario de la actividad empresarial del Estado señalar que la negligencia e ineficiencia de Petro-Perú en este grave caso se debe exclusivamente a su condición de empresa estatal. Petroleras privadas también se ha visto involucradas en casos similares. Vemos muchos casos de empresas privadas que también son ineficientes y no mantienen adecuadamente su infraestructura.

Sin embargo, creemos que quienes creen en la presencia del Estado en ciertas “industrias estratégicas” sí pueden hacer algunas reflexiones:

  • Una empresa estatal no es garantía de un mayor cumplimiento de la ley ni de un comportamiento más altruista; ni de que se actúe “en interés de todos los peruanos”. Petro-Perú venía incumpliendo sistemáticamente el plan de adecuación de sus ductos. Esto, entonces, no es un mero accidente. El manejo posterior, incluso, ha sido muy malo. Su presidente incluso habría mentido al ser cuestionado acerca de la contaminación del río Chiriaco.
  • El satanizado “fin de lucro” ¿no existe acaso en el Estado? ¿No se amplían (innecesariamente) los puestos de trabajo?, ¿no se aumentan los ya generosos sueldos o dietas sus funcionarios? ¿No se busca ampliar las cuotas de poder? Que no se entreguen dividendos no quiere decir que no haya codicia (y mientras tanto los ductos, bien gracias).
  • La multa la terminaremos asumiendo todos los peruanos. No se trata sólo de los $3.380.308 en impuestos por OSINERGMIN (por incumplir procedimientos de seguridad). Sobre eso, el OEFA podría aplicar una multa (por daños al medio ambiente) de aproximadamente $16.619.850 millones.

Muchos señalan que Petro-Perú no es per-se ineficiente: “el asumir que el Estado es ineficiente es una posición meramente ideológica”. Y sí, si uno parte de una ideología liberal, la regla general es que el Estado actúe sólo como un garante del cumplimento de la Ley, no como un empresario. Pero esta posición ideológica tiene sustento en la lógica y en los hechos. En primer lugar, los peruanos no podemos olvidar el fracaso que significó la aventura del Estado empresario en los 70’s y 80’s. Como reseña ComexPerú en este post: “(d)e acuerdo con el IPE [Instituto Peruano de Economía], en 1969, a inicios de la dictadura militar de Velasco Alvarado, las pérdidas acumuladas de las empresas públicas ascendían a solo US$46 millones. Una década después, estas sumaban US$ 2.481 millones (equivalentes al 10% del PBI), esto es, se multiplicaron por 54 en tan solo diez años”. Un desastre.

Petro-Perú, en particular ha tenido siempre una larga historia de corruptelas e ineficiancia. Ver, por ejemplo, aquí la opinión de Hans Rothgiesser (@mildemonios), o esta dura opinión de Pablo Secada. La historia reciente, además, nos permite afirmar que Petro-Perú ha ocasionado 21 (¡21!) derrames en los últimos 5 años.

Pero…. pero… ¿acaso no hay empresas estatales en otros países que son eficientes? Sí, hay casos. Es posible, al menos en teoría, generar incentivos contractuales para alinear intereses entre los administradores y empleados de una empresa pública y el Estado y los ciudadanos, a fin de asegurarse de que su actuar sea eficiente.

Pero hay que partir por reconocer que es un tema de incentivos. Y eso es algo a lo que un sector (principalmente, desde la izquierda) no se quiere reconocer (¿y ellos nos acusan de ideológicos?).

Veamos el caso de los países nórdicos, frecuentemente citados como “ejemplos”[1] de que el socialismo puede funcionar bien. Como destaca este artículo de The Economist de 2013, los noruegos han entendido la importancia de los incentivos:

“En lo que respecta a los servicios públicos, los nórdicos han sido igualmente pragmáticos. Mientras los servicios públicos funciones, no les interesa quien los preste. Dinamarca y Noruega permiten que las empresas públicas manejen hospitales públicos. Suecia tienen un sistema universal de vouchers que permite que las escuelas privadas con fines de lucro compitan con escuelas públicas. Dinamarca también tiene vouchers –que pueden ser complementados con ingresos propios. Cuando se trata de oportunidades para elegir, Milton Friedman estaría más cómodo en Estocolmo que en Washington, DC”[2].

Otro artículo de The Economist explica cómo Suecia es el líder mundial en lo que se refiere a la privatización de la gestión de servicios públicos. Específicamente, en lo que se refiere a hospitales públicos, empresas privadas proveen el 20% de la atención hospitalaria y 30% de la atención médica primaria. El artículo relata el caso del Hospital Saint Goran, un emblema del “Estado de Bienestar” sueco, hoy administrado por Capio, una empresa privada. Los doctores y enfermeras son empleados de esta empresa, y responden ante sus gerentes y aplican criterios aplicados en empresas privadas para fomentar la eficiencia e innovación (de hecho, el “modelo Toyota de producción” parece ser el mantra del hospital). Sin reducir la calidad del servicio, y reduciendo sus costos (de ahí provienen sus ganancias) Capio ha minimizado el tiempo de internamiento de los pacientes y la probabilidad de que contraigan infecciones. El tratamiento todavía es gratuito (aplica un pago simbólico), pero, más allá de que Suecia haya mantenido su “Estado del Bienestar”, claramente ha asumido que los costos y los incentivos no pueden dejar de ser tomados en cuenta. Pero claro, cuando tratamos de hacer algo así en el Perú, los sindicatos y sus candidatos ponen el grito en el cielo y denuncian “privatizaciones encubiertas”.

Ahora bien, por más incentivos contractuales que pongamos, el Estado nunca tendrá los mismos incentivos de propiedad que una empresa privada. En la empresa privada, si ésta es mal manejada, el accionista pierde su plata. En el caso de la empresa pública, si esta es mal manejada, el gobernante de turno pierde nuestra plata. Por eso es que muchas veces las empresas públicas se manejan persiguiendo fines políticos. Por eso SEDAPAL gasta plata en poner agua en nuevos asentamientos humanos que no estaban previstos en sus planes de expansión de red, o mantiene demasiado bajas las tarifas; antes que dar un buen mantenimiento a sus redes. Lo primero da rédito político en el corto plazo, lo segundo no. Esto es algo que reconocen incluso entusiastas de la actividad empresarial del Estado como Humberto Campodónico. Sin instituciones fuertes y buen gobierno corporativo, toda empresa pública es susceptible a este tipo de manejos.

En el caso de la actividad empresarial del Estado, además, hay que tomar en cuenta que no sólo es que no se den los incentivos correctos. También pasa que se generan incentivos perversos. Acaso el más peligroso es que el Estado se vuelva “juez y parte” en un determinado mercado. En el caso de puntual de los últimos derrames ocasionados por Petro-Perú, creo que Osinergmin y el OEFA están actuando adecuadamente. Pero en el pasado se han dado casos en los que ha habido laxitud con las empresas estatales. Hoy en día tenemos buenos funcionarios en el puesto, pero no hay garantías de que eso se mantenga así.

Finalmente, no podemos olvidar, tampoco, que hay un problema de recurso humano. No hay suficientes buenos funcionarios para hacer bien todo lo que tiene que hacer el Estado. Lo ideal sería que el Estado se concentre en sus tareas más básicas: seguridad, justicia, infraestructura, salud, educación, entre otras. Para ponerlo de otro modo: es un crimen incrementar gerencias en Petro-Perú cuando hay localidades sin postas ni comisarías. Hay zonas en las que en efecto hay “muy poco Estado” o el Estado sencillamente no existe. Prioricemos.

Sin ánimo de cerrar el debate; reflexionemos sobre estos puntos la próxima vez que propongan “reforzar” o “modernizar” esta empresa; y antes de proponer otras aventuras empresariales del Estado. La mayoría de personas no somos tan fuertes como Eddard Stark, así que necesitamos los incentivos correctos.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Mario Zúñiga el 25 de febrero de 2016.

Referencias:

[1] Entre comillas, ya que lo que los nórdicos tienen no es socialismo. Si bien es cierto que se trata, en general, de países con altos impuestos y un fuerte gasto público, los agentes económicos suelen gozar de una fuerte protección a la propiedad y una amplia libertad empresarial. Vean el artículo de Nina Sanandaji que cito en este post: http://mariozuniga.org/2016/01/18/los-diez-mejores-articulos-de-politicas-publicas-del-2015/

[2] Traducción original del siguiente texto: “On public services the Nordics have been similarly pragmatic. So long as public services work, they do not mind who provides them. Denmark and Norway allow private firms to run public hospitals. Sweden has a universal system of school vouchers, with private for-profit schools competing with public schools. Denmark also has vouchers—but ones that you can top up. When it comes to choice, Milton Friedman would be more at home in Stockholm than in Washington, DC”.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog Asuntos Capitales el 25 de febrero de 2016.

Hace un año aproximadamente comencé a escribir en Libremente.org, mi primera columna estuvo enfocada a los 40 años de la puesta en marcha del “Plan de Recuperación Económica” impulsado en Chile en 1975.

Muchas cosas acontecieron desde esa primera columna, no tan solo una serie de vaivenes intelectuales y de organización por parte de Circulo Acton Chile, sino además conocer más a fondo lo que fue aquel hito de primera fuente de quienes fueron sus protagonistas y artífices.

El primero de ellos fue una entrevista con Jorge Cauas, quien anunciara en cadena nacional de radio y televisión los alcances de este plan. Don Jorge es una persona extremadamente sencilla, con una voluntad en aclarar puntos y circunstancias, con gentileza y paciencia aclaro una serie de dudas que tenía el historiador Ángel Soto en una sencilla reunión concertada. De su relato me quedo impregnado un espíritu de entrega por el devenir de Chile y de cumplir las tareas encomendadas, generosidad del conocimiento y la experiencia, el desafío que había asumido no era fácil, pero la confianza y convicción en el equipo de trabajo que se había conformado fue fundamental para enfrentar las circunstancias. El inicio de la “revolución de las libertades” comenzaba con un discurso que llamaba a “…cada uno de los chilenos ser protagonistas del proceso más importante de la historia…”, eran las ideas de la economía libre que se vieron plasmado en el país, focalización en el gasto social y el rol del Estado Subsidiario, permitieron poco a poco sacar de la miseria a un país devastado tras estar sumido en la violencia marxista leninista bajo la dictadura de la Unidad Popular (1970-1973).

Es de esta forma que desde su oficina, en un e piso 16, podíamos apreciar en lo concreto que había significado en la práctica esta revolución, no tan solo un país moderno, sino también con oportunidades, generación de innovación y emprendimiento, que son en gran parte el motor de un modelo que muy poco sirve sin la natural aspiración de búsqueda de felicidad de cada uno de los habitantes del país, transformaciones que él confeso no haber esperado dado que lo importante era salir de la crisis que agobiaba al país.

El segundo, siempre necesario y dispuesto a ayudar, fue el profesor Rolf Lüders quien expuso en una conferencia para jóvenes convocados a conmemorar los 40 años del hito que había cambiado el rostro de Chile en el Ex Congreso Nacional, lugar donde se vivió la más encarnizada oposición al gobierno encabezado por Salvador Allende. Siempre con sencillez y mucha humildad explicó a los presentes, algunos sin formación económica, las ideas que eran los pilares del “Plan de Recuperación Económica”, su origen y autores que dieron forma al “Ladrillo”, quizás el documento más importante en la historia económica reciente de Chile. Recordó a la serie de personas que fueron claves como Sergio De Castro, Pablo Barahona y Roberto Kelly, lo principios esenciales de un gobierno limitado, propiedad privada, Estado focalizado, sistema de Administración de Fondos de Pensiones (privado) y fuerte sentido de iniciativa por parte de las personas. Para quién suscribe no tan solo fue una gran oportunidad, sino un privilegio poder presentar y presenciar tan magnifica conferencia.

El profesor Lüders dejo en claro varias cosas, entre ellas, una que es fundamental para comprender el origen de este proceso es el rol de las ideas y la formación: la Universidad de Chicago. ¿Qué hubiese sido del proceso chileno de recuperación económica sin estas ideas? La verdad es difícil aventurarse a un resultado certero, lo seguro es que la “revolución de las libertades” no hubiese encontrado terreno fértil entre ideas estatistas y proteccionistas, entre el mercado regulado que aplicado en su extremo había demostrado ser un fracaso pero tenía sus adherentes. Es por ende que el rol de los denominados “Chicago Boys” es fundamental, no tan solo por dar el ingrediente académico a las circunstancias sino también un punto de vista renovado y con una metodología clara. Los nombres claves en este proceso indican desde todas direcciones a nombre, el profesor Arnold Harberger: “El padre de los Chicago Boys”.

De esta manera llegamos al tercer protagonista en este camino, aunque claramente el fundacional, Arnold “Alito” Haberger, quien arribó a Chile en 1955 y sería uno de los artífices del convenio entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Chicago para los estudios de postgrado en esta universidad. No tan solo gestionaba el tema administrativo sino que también era profesor, más que eso terminó siendo el maestro de una generación de economistas que vieron en él un amigo hasta el día de hoy.

Conocerlo, gracias a las gestiones del profesor Lüders, representa uno de los más grandes honores que he tenido como historiador, nuevamente una característica en común: sencillez ante todo. Durante casi dos horas y medias respondió preguntas a un reducido grupo de jóvenes de Circulo Acton Chile, entregó consejo y recalcó lo importante del trabajo duro.

Su principal legado no son las decenas de libros, centenares de artículos o sus asesorías por el mundo entero, lejos de poder jactarse de su brillante carrera académica, señaló con voz emocionada “mi mayor legado son mis alumnos, que ahora son mis amigos”.

Sin duda en lo trascendente de los 40 años del “plan de recuperación económica” son las ideas, principios y valores que hicieron de Chile un referente, esto se ve plasmado en la Constitución política de la República de Chile de 1980, pero como muy bien todos sabemos de muy poco vale la tinta en un papel sin un grupo de hombres y mujeres que realice el trabajo con pasión y entrega, con convicción en las ideas y que transcurrido más de cuatro décadas vieron como Chile pasaba de ser un país postergado en la modernidad a un referente de libertad. Es difícil no pensar en ellos como héroes, pero ¿por qué no?, ¿acaso no hubiesen tenido un devenir más cómodo en la empresa privada que en el servicio público? Sin duda su entrega y esmero los hace digno de elogios, no tan solo a los tres acá nombrados, sino a una serie de personas que trabajaron sin descanso por entregar a una nueva generación un Chile libre, próspero y con una paz estable, evitando la arrogancia, muchas veces en silencio trascendiendo en acciones y para afrontar a una de las crisis económicas más grandes que había vivido Chile: la de imposición de la vía socialista que pareció imparable.

Es difícil no contagiarse con el optimismo de estas personas, mucho de eso hay en Free to Choose de Milton y Rose Friedman, de una u otra forma quienes creemos en la libertad tenemos que ser optimistas, más aun en los peores escenarios, en donde la fuerzas de las ideas parecen apagarse y ser aplastadas, aun ahí se encontrará una luz de esperanza, no es un llamado a esperar “milagros” sino a trabajar duro y con rigor esperando avanzar paso a paso.

El viaje de Obama a Cuba

Publicado por Juan Carlos Hidalgo

Al inicio del año hubo mucha especulación sobre si el Presidente Obama podía superar su histórica reconciliación con Cuba con una visita igual de histórica a la isla. La especulación se acabó con el anuncio de ayer acerca de su viaje en marzo.

Muchas cosas han cambiado durante el último año en la relación entre EE.UU. y Cuba: los lazos diplomáticos se han restaurado, los líderes de ambos países se han reunido dos veces, docenas de vuelos comerciales al día han sido autorizados, cientos de miles de estadounidenses están viajando a la otrora isla prohibida, y muchas sanciones económicas se han levantado.

Aún así hay una cosa que no ha cambiado: la naturaleza represiva de la dictadura comunista de Cuba. Si en algo ha cambiado, es que podría haber intensificado la represión. El columnista del Miami Herald, Andrés Oppenheimer, recientemente reportó que el número de trabajadores autónomos en Cuba de hecho ha caído durante los últimos seis meses. Las detenciones arbitrarias de activistas pacíficos de oposición están aumentando. Las reformas económicas todavía son demasiado tímidas. Si hay mucho entusiasmo acerca de Cuba últimamente, esto tiene que ver más con lo que Washington está haciendo que con lo que la Havana realmente está haciendo.

Esto no es para decir que la reconciliación de Obama con Cuba ha fracasado: la anterior política de Washington de aislar a la isla fue totalmente contraproducente. Pero no deberíamos engañarnos acerca de un cambio inminente en la naturaleza del régimen de los Castro.

El Presidente Obama ha dicho que el principal objetivo de su viaje será “mejorar las vidas de los cubanos”. Si es así, debería seguir los pasos de Jimmy Carter cuando visitó la isla en 2002: el ex presidente se reunió con los disidentes y se le permitió hablarle a la nación en un discurso sin censura que fue transmitido en televisión nacional, discurso en el que hizo un llamado a que se celebren elecciones democráticas, se respeten los derechos humanos y haya más libertades civiles.

Si Obama no logra obtener concesiones similares, su viaje solamente fortalecerá la posición del régimen de los Castro. Se tratará todo acerca de asegurar su legado y no acerca de tratar de mejorar las vidas de los cubanos de a pie.

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Hace un par de meses se aprobó la ley denominada SPACE Act of 2015 (SPACE, según sus siglas en inglés), presentada en el congreso por el representante Kevin McCarthy (Republicano, California, Distrito No. 23) y ya aprobada por el presidente Barack Obama, lo que convierte a EE.UU. en un pionero en relación al campo de la minería en el espacio estelar.

Básicamente, la nueva Ley permite a los ciudadanos de EE.UU. tomar parte en la exploración y explotación comercial de los recursos del espacio, lo que incluye, por ejemplo, al agua y a los minerales que puedan llegar a extraerse de los cuerpos celestes. Esto abre inmensas posibilidades de encontrar nuevas grandes cantidades de los metales ya conocidos, como ser oro, plata, platino o cobre, nuevos lotes de agua para consumo humano, yacimientos de petróleo que prolonguen el uso del mismo para crear energía, y por qué no, nuevos tipos de elementos químicos hoy desconocidos por nosotros pero que pueden llegar a revolucionar nuestra vida cotidiana actual.

Ahora bien, para poner en contexto esta noticia, conviene detenerse unos minutos en el pasado. La historia del mundo ha demostrado que es imposible operar en los mercados sin un marco institucional que nos permita definir claramente sus reglas y, así, asumir o no la posibilidad de tomar riesgos con la intención de minimizar lo más posible los costos en que se van a incurrir. Este contexto no le es, ciertamente, ajeno a la historia de EE.UU. Es que, salvando las distancias, se puede comparar esta novedad directamente con la llamada Gold Rush, o Fiebre del Oro, que se dio en la costa oeste americana hacia el año 1850. En esa época, miles de personas dejaban sus ciudades originarias y tomaban el riesgo (y la aventura) de atravesar el desierto central, para migrar a las costas californianas y así llegar a la posibilidad de hacerse del preciado oro que les cambiaría, tal vez, la vida para siempre. Obviamente esto no solo les trajo ganancias personales a los pioneros, sino que tales beneficios se diversificaron hacia toda la sociedad y permitieron las bases del fabuloso progreso y conquista del Lejano Oeste, con obras monumentales para la época como la construcción de líneas ferroviarias que conectaban el este con el oeste, florecieron incontables pueblos (luego algunos grandes ciudades), los telégrafos, etc.

Es importante resaltar que, finalmente, en el fondo de las causas de la Gold Rush estaba el respeto irrestricto a los derechos individuales de propiedad. Comparativamente, mientras la gente en el norte arriesgaba todo por un poco de oro, en Latinoamérica pasaba todo lo contrario. Y sucede que la diferencia entre América Latina y EE.UU. fue que, en la primera, el Rey durante la colonia era dueño de todo el subsuelo (en ese momento fundamentalmente oro y de la plata), y luego de los distintos procesos independentistas, ese propiedad pasó de la corona a los gobiernos federales (en otras palabras, de un monopolio del monarca a un monopolio gubernamental), mientras en EE.UU. pasó todo lo contrario. Al independizarse y dejar de ser una colonia inglesa, los minerales en el suelo y subsuelo pasaron a ser propiedad de las personas, no de los gobiernos. En definitiva, tomaron el respeto inviolable del Rule of Law, de su anterior colono, y lo aplicaron al nuevo estado naciente.

Hoy, 150 años después, se toma como correcto punto de partida el derecho romano y el concepto res nullius, a través del cual la propiedad no le pertenece a nadie en abstracto, sino hasta que alguien reclama posesión de la misma. Es decir, se enfatiza en el espíritu de la libertad y una estructura de leyes para la defensa de la propiedad de sus ciudadanos.

La Ley SPACE de 2015 es la versión siglo XXI de EE.UU., que ha dado más libertad de ejercicio a sus ciudadanos como nunca en la historia de la humanidad, teniendo en cuenta que el motor del progreso de las civilizaciones es la libre acción humana. Por supuesto, la libertad individual le permitirá a cada uno actuar y proceder por sus propios valores. Los mismos se someterán, claro, a un proceso deliberado de preferencias, elecciones y selecciones de medios para lograr los nuevos fines que les brinda esta nueva Ley. Pero la misma abre un promisorio futuro para la humanidad, tan importante y complejo que hoy no es posible aventurar un pronóstico final acerca de la conquista del espacio. Pero si podemos afirmar que se trata de un excelente primer paso.

En esta noticia podemos ver declaraciones de políticos y empresarios ecuatorianos que indican que estarían llegando a un acuerdo acerca de una medida para sustituir las salvaguardias (aranceles adicionales por encima de las barreras comerciales previamente existentes) impuestas por el gobierno en marzo de 2015.

Gobierno y empresarios discuten alternativa... por Teleamazonas

Estas salvaguardias, al igual que otras anteriores y potenciales próximas restricciones comerciales, suelen ser justificadas con el argumento de que tenemos que evitar que salgan más dólares de los que entran. Aunque los problemas de balanza de pagos no se dan en una economía dolarizada (por ser la oferta de dinero determinada por la oferta y demanda de los usuarios de dólares), persiste en Ecuador la pesadilla de que un día nos quedaremos sin dólares. Esta pesadilla es aprovechada por el gobierno para implementar todo tipo de medidas mercantilistas, que, como es de esperar, agradan a no poco empresarios que esperan beneficiarse de ellas. Sucede que desde tiempos de Adam Smith, cuando los políticos y los empresarios se ponen de acuerdo, suelen salir goleados los consumidores.

En medio de esta confusión, el gobierno ha venido anunciando la posible implementación de un timbre cambiario que no es necesario, sería contraproducente, y no sería otra cosa que un subsidio a los exportadores costeado por los consumidores. Esto equivaldría a crear una especie de "cupos de importación", algo inconsistente con la dolarización y que equivaldría a ejercer una especie de política cambiaria.

En el primer Libro IV de La riqueza de las naciones, Adam Smith esgrime argumentos que considero relevantes a la situación actual de un Ecuador dolarizado, sistema monetario que es lo más cercano en el mundo moderno al patrón oro:

"Un país sin minas propias debe indudablemente obtener su oro y plata en el exterior, igual que obtiene sus vinos un país sin viñedos. No es necesario que el Estado atienda más a uno de estos objetos que al otro...Podemos confiar con total seguridad en que el comercio libre nos proveerá del vino que necesitamos, y con la misma seguridad en que siempre nos suministrará todo el oro y toda la plata que podamos comprar o emplear en la circulación de nuestras mercancías o en otros usos.

La cantidad de cualquier mercadería que el trabajo humano puede comprar o producir se regula naturalmente en cualquier país por la demanda efectiva, o la demanda de aquellos que están dispuestos a pagar el total de la renta, el trabajo y los beneficios que hay que pagar para prepararla y traerla al mercado. Pero ninguna mercancía se regula más fácil y precisamente según esa demanda efectiva que el oro y la plata, ninguna mercancía puede ser transportada de un sitio a otro más fácilmente...

Cuando la cantidad de oro y plata importada en un país supera a la demanda efectiva, ninguna vigilancia estatal impedirá su exportación....

...Desde cualquier punto de vista, entonces, nunca se emplea más innecesariamente la acción del gobierno que cuando se dirige a vigilar la preservación o el aumento de la cantidad de dinero de un país.

Y sin embargo, no hay queja más extendida que la de la escasez de dinero. El dinero, como el vino, siempre será escaso para los que no tienen medios para comprarlo ni crédito para tomarlo prestado. Los que tienen cualquiera de ellos rara vez echarán en falta el dinero o el vino que necesiten...Sería ridículo proceder seriamente a demostrar que la riqueza no consiste en dinero ni en oro ni plata sino en lo que el dinero puede comprar, y sólo vale porque lo puede comprar...

[…]

La importación de oro y plata no es el principal ni mucho menos el único beneficio que una nación deriva de su comercio exterior. Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho comercio, todos ellos obtiene del mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte excedente del producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el país, y trae de vuelta a cambio de ella otra cosa para la que sí hay demanda...Así, la estrechez del mercado local no impide que la división del trabajo en ninguna rama de las artes o las manufacturas alcance el grado más alto de perfección. Al abrir un mercado más amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la riqueza reales de la sociedad....

[…]

Lo que es prudente en la conducta de una familia nunca será una locura en la de un gran reino. Si un país extranjero nos puede suministrar una mercancía a un precio menor que el que nos costaría fabricarla, será mejor comprársela con el producto de nuestro trabajo, dirigido en la forma que nos resulte más ventajosa. Ciertamente no es ventajoso cuando se lo dirige hacia un objeto que es más barato comprar que fabricar. El valor del producto anual es evidentemente disminuido en un cierto grado cuando resulta así desviado de la producción de mercancías que claramente tienen más valor hacia la de mercancías que tienen menos....

[…]

Aunque la ausencia de esas intervenciones cause que la sociedad nunca tenga esa industria, ello no significa necesariamente que será más pobre en cualquier período de su existencia...

Los comerciantes y los industriales son las personas que obtienen el mayor beneficio del monopolio del mercado nacional...al estar agrupados en ciudades y acostumbrados al espíritu corporativo monopólico que prevalece entre ellos, procuran naturalmente obtener contra sus compatriotas los mismos privilegios exclusivos que habitualmente poseen contra los habitantes de sus ciudades respectivas.

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