Creciendo en la década de 1970 y 1980, mi show de televisión favorito era (y sigue siendo hasta el día de hoy) M*A*S*H. No solo es chistosa y creativa, también es emocionalmente emotiva y moralmente educativa. Creo que es un show que los libertarios y otros liberales clásicos –ya sea que estén a la izquierda o derecha del espectro político– deberían disfrutarla y gozarla especialmente.
Cuando la serie estaba siendo producida, e incluso hoy, sus críticos decían que M*A*S*H era “izquierdosa” y “progresista” (particularmente en las temporadas posteriores). De hecho, el liberalismo del show es de la variedad liberal clásica, repetidas veces presentando los peligros del poder estatal, los beneficios de los mercados y la propiedad privada, y una profunda apreciación del individuo y las libertades civiles. Y, por supuesto, regularmente muestra la miseria de la guerra y la crueldad del servicio militar obligatorio.
Considere este fragmento de diálodo del conscripto Max Klinger (representado por Jamie Farr) sobre por qué sigue tratando de ser dado de baja por las Fuerzas Armadas:
¿Por qué? hay...hay muchas razones.
Asumo que la muerte encabeza la lista. No quiero morir.
Y no quiero ver a otras personas mientras mueren.
Y no quiero que me digan dónde pararme mientras me pasa a mi.
Y no quiero que me digan que se lo haga a otra persona.
Y no lo voy a hacer. Punto. Eso es. Me voy a salir.
He escrito un ensayo acerca del liberalismo clásico de M*A*S*H para la organización Liberty Fund. Aparecerá como una serie de posteos breves en su blog popular Econlog. El primero de estos se encuentra aquí.
(Ese sitio de publicación es altamente adecuado; la estrella de la serie Wayne Rogers, quien representó a “Trapper” John McIntyre, asistió a seminarios de Liberty Fund).
Si nunca ha visto “la mejor media hora en televisión”, ahora es un gran momento para descubrirla. Y si es un antiguo fan, tendrá todavía más razones para apreciar las hazañas del Hospital Móvil Quirúrgico de las Fuerzas Armadas No. 4077.