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Archivo por Agosto 2010

Más censura en Venezuela

Más de 16.000 asesinatos ocurrieron en Venezuela en 2009. Esa cifra hay que compararla con los 4.550 homicidios reportados en 1998, el año en que Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales. El hecho de que Venezuela ahora tiene una de las tasas de criminalidad más altas del mundo resalta la negligencia de las funciones básicas y adecuadas del gobierno.

Aún así el gobierno intenta restarle importancia al problema culpando, inexplicablemente, al capitalismo y a la pobreza a pesar de que las cifras oficiales muestran una reducción en la tasa de pobreza. Como para resaltar la insensibilidad del gobierno, el presidente de un canal de televisión estatal, TeleSUR, recientemente se reia cuando se discutio este problema en una entrevista en CNN que fue vista por una amplia audiencia en la región.

La semana pasada, el periódico El Nacional publicó en su portada esta foto de víctimas del crimen en una morgue. Un tribunal controlada por el gobierno respondió a este acto prohibiendo que los medios de prensa publiquen imágenes violentas durante un mes. Por lo tanto, hoy El Nacional publicó la foto que pueden ver en la portada aquí abajo. Así como va la Revolución Bolivariana, los venezolanos pueden esperar que el gobierno continúe resolviendo los problemas sociales de la misma manera.

El Nacional

La frase de los primeros “100 días” no tiene su origen en Franklin Roosevelt como muchos piensan, sino que nació en el siglo XIX para marcar el período entre el escape de Napoleón de la isla Elba, su paso devastador por Europa y su derrota final en los campos de Waterloo. Como podemos ver, se puede hacer mucho daño en poco más de 3 meses. Por suerte la administración de Laura Chinchilla en Costa Rica no ha sido tan nefasta como Napoleón, pero las confusas señales que la presidenta delinéo hace unos días como sus principales metas y objetivos para el 2014 me generan bastante preocupación. Vamos por puntos:

Impuestos: Quizás el punto más inquietante es el énfasis que la presidenta está poniendo en la necesidad de más impuestos. No solo resulta sumamente deshonesto dado que en campaña ella se negó a hablar sobre si era necesario aumentar los impuestos –-y ahora dice que sin más tributos no podrá cumplir con muchas de sus promesas–- sino que dicha insistencia me da la sensación de estar ante un refrito de la administración de Abel Pacheco (2002-2006). Don Abel pasó sus 4 años en el poder sin hacer mayor cosa ya que no le aprobaban el paquete de impuestos que impusaba a toda costa. ¿Nos saldrá igual doña Laura?

La administración Chinchilla al parecer ha optado por revivir el paquete de impuestos de don Abel sin detenerse un segundo a contemplar si es más sensata una reforma fiscal que simplifique el pago de impuestos y desincentive la evasión. Veremos entonces las mismas ideas de siempre: impuesto sobre las sociedades anónimas, impuesto de renta global y mundial, ampliar el impuesto de ventas a los servicios (IVA), además de otras joyas como el impuesto a los ingresos brutos (no netos) de los casinos, etc. Amparados en la nebulosa figura de una supuesta baja carga tributaria, la administración Chinchilla la arremeterá contra los bolsillos de los costarricenses, todo bajo el supuesto de querer ayudarlos.

Tampoco en ningún momento ha delineado la administración Chinchilla un plan para contener el gasto público, el cual continúa aumentando a una tasa por arriba del 20% con respecto al año anterior. Tenemos instituciones como el Consejo Nacional de la Producción que dejan miles de millones de colones en pérdidas todos los años, pero el gobierno no se atreve a hacer lo correcto y cerrarlas. Hasta que el gobierno no haga un esfuerzo serio por poner sus finanzas en orden y contener el desbocado gasto público, debe resistirse cualquier aumento de impuestos.

[Aquí no puedo dejar de mencionar el programa escolar anunciado por el gobierno para enseñarle a los niños la importancia de pagar impuestos. Dentro de los juegos programados para fomentar la obediencia en la niñez, se contempla uno en donde los estudiantes simularán ser diputados y debatirán sobre cómo poner impuestos y distribuir la riqueza nacional. A eso hemos llegado: en lugar de enseñarle a los niños la importancia del emprendimiento y la generación de riqueza, en nuestro sistema educativo se les enseña a cómo quitarle plata a los demás y "distribuirla".]

Empleo: La presidenta anunció su intención de recuperar 64.000 empleos que se perdieron durante la crisis económica. Resulta curioso cuando sus primeras acciones son impulsar la prohibición del servicio privado de transporte de personas llamado "porteo" (figura legal de la cual dependen miles de costarricenses), anunciar miles de inspecciones para hacer cumplir el salario mínimo (aunque, como lo confesara la ministra de Trabajo, esto aumentará el desempleo), e impulsar más impuestos, en especial aquellos como el de las sociedades anónimas que golpean a las pequeñas empresas. ¿Será que la presidenta Chinchilla se refiere a que el Estado siga siendo el principal generador de empleos en el país?

Más gasto social: La presidenta anunció además un nuevo gasto por ¢32.000 millones para la red de cuido de niños y adultos mayores. Como señala Fernando Marín, ministro de Desarrollo Social y encargado del programa, el mismo “no desfinancia ninguna otra iniciativa social”, es decir, simplemente crea un nuevo gasto. No importa que actualmente la mayoría de los pobres en Costa Rica estén fuera de los programas contra la pobreza, o que ni las mismas autoridades sepan en qué se gasta el 82% de los recursos destinados al combate de la misma. En lugar de poner orden, la administración Chinchilla opta por la creación de otro programa social encima de todos los demás que no cumplen su objetivo.

Reducir la pobreza en un 10%: La presidenta también se fijó la meta de reducir la pobreza en un 10% de aquí al 2014. Sin embargo su receta no da campo para la esperanza. Como hemos visto, consiste en aumentar el asistencialismo y clientelismo estatal al tiempo que incrementa los impuestos y castiga a la pequeña y mediana empresa. Eso sin mencionar la negociación de acuerdos comerciales como el recién concluido con la Unión Europea que terminan abaratando los licores europeos y el aceite oliva, pero que no hacen lo mínimo por reducirle el costo de los alimentos de la canasta básica a los pobres. Es una receta fracasada que le deparará a Costa Rica el mismo porcentaje de pobres dentro de 4 años al que tenemos hoy en día.

Si por la víspera se saca el día, en el mejor de los casos la administración Chinchilla serán 4 años más perdidos para Costa Rica. En el peor de los escenarios, experimentaremos un aumento vertiginoso en el tamaño y peso del Estado sobre los hombros de los costarricenses, peso que terminaremos pagando con más impuestos, inflación y deuda.

Un recuerdo abominable

Publicado por Alberto Benegas Lynch

Las canalladas parecen no tener límite. Del 3 al 10 de octubre de 2005 a poco de haber asumido como Papa Benedicto XVI, lo envió a Cuba al entonces Arzobispo de Génova Tarcisio Bertone quien, después de entrevistarlo a Fidel Castro, públicamente elogió “su notable lucidez” y “su solidaridad” en el contexto de la “necesidad de apoyar a los pobres” y subrayó que “en Castro hay un espacio creciente para escuchar a Dios” y que “no ha dejado de dar un buen ejemplo”.

¿Puede concebirse un cretinismo moral más repugnante por parte de quien a poco andar Benedicto BVI lo designó Cardenal y Secretario de Estado del Vaticano y quien es doctor en Teología y doctor en Derecho Canónico? ¿Es posible que el Cardenal Bertone condene a la muerte, a la tortura, a la miseria y al sufrimiento más atroz al pueblo cubano a manos de una yunta de tiranos desde hace más de cinco décadas? ¿Es este el sentido de la misericordia, el amor al prójimo y el respeto recíproco propagada a los cuatro vientos desde las alturas de la Iglesia Católica Apostólica Romana?  ¿Hay algún dato adicional a los aportados por los Carlos Alberto Montaner, Armando Valladares, Huber Matos de nuestra época para sacudir a los Judas insertos en la Iglesia de Cristo? ¿Es esa la manera de retribuir y acompañar a un pueblo en gran medida religioso donde muchos frente al pelotón de fusilamiento de los esbirros castristas exclamaban (y exclaman) Viva Cristo Rey?

En la antigua Grecia, cuando el gran escultor Fidias pretendió cobrar sus emolumentos por la terminación de Atenea, la diosa de la sabiduría de doce metros de altura en el Partenón, se le dijo que dado que la escultura estaba en lo alto del monte Olimpo y que por ende solo se veía el frente, el no podía pretender la cobranza por toda la escultura, a lo que Fidias respondió que la parte de atrás “la ven los dioses”. Las declaraciones infames a que nos venimos refiriendo, entonces recogidas por muchos medios orales y escritos, fueron públicas pero también y principalmente “la ven los dioses”.

Es de gran importancia tener presente en la memoria hechos de esta naturaleza al efecto de saber quien es quien en este mundo. El antes mencionado Armado Valladares, después de la visita de Bretone a la isla-cárcel cubana escribió un muy difundido y sustanciosos artículo titulado “El pastor bendice al lobo” donde denuncia la patraña de marras. Tal vez Valladares ha sido lo único realmente rescatable de las Naciones Unidas ya que el Presidente Reagan lo designó Embajador de EE.UU. ante la Comisión de Derechos Humanos de ese organismo internacional en Ginebra. En su libro Contra toda esperanza, Valladares —quien ha estado preso 22 años en el Gulag cubano— escribe que “algún día, cuando toda la historia se conozca con detalles, la humanidad se horrorizará como lo hizo cuando se conocieron los crímenes de Stalin”. En verdad, no resulta necesario conocer con más detalles las masacres castristas para condenar con todas las fuerzas a este régimen siniestro.

Huber Matos en sus memoria tituladas Como llegó la noche nos dice respecto al aparato instalado en tierras cubanas que “destruir seres humanos es su oficio” porque como escribe Montaner en Viaje al corazón de Cuba, allí “es legal matar a los opositores”.

Nuevamente fue el Cardenal Bertone a Cuba enviado por el Vaticano en febrero de 2008 a raíz de lo que declaró fue “una invitación particularmente cálida de las autoridades civiles” y esta vez se entrevistó con el otro sicario (Raúl Castro) sobre quien destacó “su misión al servicio del país” y le deseó “votos de éxito” y aprovechó para rememorar y alabar a Monseñor Cesare Zacchi, el nuncio en el primer tramo de la revolución comunista que tercamente insistía en “los profundos valores cristianos de Fidel Castro”.

Y no se trata solo de los Castro sino de todos los que los han rodeado como artífices y cómplices del drama cubano. Hace algunos años se publicó un artículo del que estas líneas escribe titulado “Mi primo, el Che” (Guevara Lynch…la familia no se elige, se eligen los amigos, conocido aforismo que solía repetir mi padre que aplicaba con énfasis a este caso) donde mostraba el perfil de ese otro asesino glorificado por idiotas morales de muy diversa calaña. Hoy los hermanos Castro deciden liberar algunos pocos presos políticos para aliviar la presión de valientes opositores y para engatusar a los distraídos en cuanto a que el sistema cambiará mientras que se ajustan las clavijas de quienes quedan en la isla y se confirma la bota hedionda de los criminales en el poder.

Recientemente Chávez —el bufón del Orinoco— gran admirador del comunismo cubano y de la autocracia iraní decidió romper relaciones diplomáticas con Colombia (en presencia de Maradona, otro apologista de la tiranía castrista) con la intención de ocultar la denuncia del gobierno de este país en cuanto a que Venezuela está albergando guerrillas de las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas: mil quinientos terroristas en ochenta y siete campamentos venezolanos comprobados en base a innumerables documentos ampliamente difundidos por la mayor parte del periodismo independiente del mundo.

Además del socialismo español, el Unasur manejada por otro admirador de Cuba y de Chávez y, piloteada por quien fuera gran amigo de Salvador Allende, la inefable OEA, trascendió que el Vaticano también ofrece sus servicios de mediador en este conflicto. Se puede conjeturar la eventual inclinación de los tres primeros, pero esto último no deja de agregar cierta preocupación si la intervención la administra el Cardenal Bertone en su calidad de Secretario de Estado del Vaticano, a menos que la mediación opere en la dirección constructiva, sensata y muy oportuna con que en su momento lo hizo el Cardenal Samoré en épocas de Juan Pablo II que evitó una absurda y suicida guerra con los hermanos chilenos después que la Argentina recibiera el fallo arbitral adverso de la corona británica. En estos instantes se agrega a la lista de oficio la mandataria argentina con pronóstico parecido a los tres primeros candidatos y los interrogantes que suscita el cuarto.

Por su parte, el coronel Chávez decidió transformar la denuncia colombiana en una amenaza de conflicto armado al imponer “el estado de alerta máximo” y reunir tropas en la frontera con Colombia lo cual incluye armamentos provistos últimamente por los rusos. Busca afanosamente parapetarse en chivos expiatorios para salir del colosal marasmo en que el mismo ha sumido a su pobre país.

Como ha señalado el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma —quien se desempeña en el cargo a pesar de los ataques permanentes del aparato totalitario chavista— “la ruptura de relaciones con Colombia es para disimular no solo que el gobierno de Venezuela apaña la guerrilla colombiana, sino para distraer la opinión de la corrupción del gobierno, la inflación, el desabastecimiento y la andanada contra la libertad de prensa”. Algunos dignatarios de la Iglesia adelantaron su opinión favorable al régimen del “socialismo del siglo XXI de la república bolivariana”, lo cual trae a la memoria el recuerdo abominable de las antedichas visitas a Cuba en representación del Vaticano.

Por primera vez, el presidente mexicano Felipe Calderón dijo ayer que era "medular" tener un debate acerca de la legalización de las drogas. Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), se había negado hasta ahora a prestar atención a los crecientes llamados en México y América Latina para que se sostenga un debate hemisférico sobre la legalización de las drogas. Una vez que salieron de sus cargos, dos de los antecesores de Calderón--Ernesto Zedillo y Vicente Fox--también han reconocido la necesidad de legalizar las drogas como una manera de combatir la violencia relacionada al narcotráfico que azota a México. Otros, como Jorge Castañeda, ex ministro de relaciones exteriores de México, también ha pedido que se acabe con la prohibición.

En su edición de hoy El Universal de México asevera que el cambio de actitud de Calderón tiene algo que ver con una reunión que sostuvo hace pocos días con Juan Manuel Santos, el presidente electo de Colombia. De acuerdo a fuentes del periódico, Santos le dijo a Calderón que el narcotráfico no está bajo control en el territorio colombiano y que México debería ser el país que lidere un debate público acerca de la legalización o despenalización de las drogas.

Como he señalado antes, hay un creciente consenso dentro de América Latina acerca del fracaso de la guerra contra las drogas y la necesidad de implementar una estrategia sensata en cuanto a políticas sobre drogas. La pregunta sigue siendo: ¿Hay alguien en Washington que esté prestando atención?

Es déjà vu en Costa Rica. Todo indica que el debate sobre el inminente paquete de impuestos que promete la administración de Laura Chinchilla será muy similar al que ya vivió ese país en el período 2002-2006, cuando la administración de Abel Pacheco vendía un aumento histórico en los impuestos bajo la premisa de que era la única manera de salvar a Costa Rica de un inminente colapso fiscal. De igual forma, en aquel entonces, no faltaba uno que otro catedrático o experto fiscal que dijera que una mayor carga tributaria es una condición sine qua non para el desarrollo económico.

Uno de ellos es Jaime Ordóñez, director de la cátedra de Teoría del Estado de la Universidad de Costa Rica, con quien ya tuve hace 6 años un intercambio sobre este tema en las páginas de opinión de La Nación. El argumento de Ordóñez es muy sencillo: “¿Quiere Costa Rica ser rica como Europa? Entonces tiene que pagar impuestos como los europeos”. En ese entonces (2004), le señalé a don Jaime que correlación no prueba causalidad. Ciertamente Europa es un continente rico (y en declive), pero eso no indica de ninguna manera que los europeos se hicieron ricos simplemente porque aumentaron sus cargas fiscales a altísimos niveles. Todo lo contrario, si vemos la evidencia empírica, notaremos que las tasas de crecimiento en Europa caen conforme más aumenta la carga tributaria. ¿Queremos los costarricenses hacernos ricos? Pues entonces necesitamos altas tasas de crecimiento, y la Europa esclerótica con la que sueña Jaime Ordóñez no es el ejemplo a seguir.

Sin embargo, 6 años después, Ordóñez continúa con la misma cantaleta. Hoy, en su columna semanal en el Diario La Extra, don Jaime recurre al ejemplo de Irlanda (!vaya usted a ver!) como muestra de un país que se hizo rico, según él, gracias a una alta carga tributaria. Para probar su tesis Ordóñez menciona únicamente dos cifras: el PIB per cápita de Irlanda en el 2009 y la carga fiscal lograda en algún año (no especifica cuál) de la presidencia de Mary Robinson (1990-1997). Nuevamente, Ordóñez cierra la columna con su sempiterna lección: ¿Quéremos ser ricos como Irlanda? Aumentemos los impuestos.

La realidad es totalmente contraria a lo que presenta Jaime Ordóñez. Es cuestión de revisar las estadísticas de la OCDE para ver que más bien fue una disminución de la carga tributaria la que contribuyó a desencadenar al llamado “tigre celta”. La carga tributaria de Irlanda permaneció relativamente estable en el 28% del PIB durante la década de los setenta. Fue en 1979 cuando empezó a aumentar, hasta llegar a un pico del 36,8% en 1988. Durante este período, el crecimiento del PIB per cápita (dólares constantes, PPP) fue del 2,2% anual, una cifra que no saca a ningún país del subdesarrollo en el corto o mediano plazo.

Sin embargo, a raíz de una seria crisis fiscal en 1986 (el gasto público creció más rápido que los impuestos durante la década previa), Irlanda se vio forzada a adoptar un serio programa de austeridad que implicaba una fuerte reducción del gasto y, (¡sorpresa!) una disminución en las principales tasas de impuestos. La carga tributaria cayó del 36,8% de 1988 al 33,5% al año siguiente. En el 2007 la carga tributaria era del 30,8%. ¿Resultado? Durante este período el crecimiento del PIB per cápita en Irlanda fue del 5,3% anual, lo suficiente para transformar a dicho país del tercero más pobre de Europa Occidental en la década de los ochenta al segundo más rico del Viejo Continente. Si alguna relación se puede sacar del comportamiento del crecimiento económico con respecto a la carga tributaria, es que el primero era más robusto en los años en que bajaba la carga tributaria (Ver gráfico):

Carga tributaria en Irlanda
Elaborado a partir de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Es cierto que durante el gobierno de Mary Robinson hubo un aumento de la carga tributaria en Irlanda, que pasó del 33,1% en 1990 a un pico del 35,1% en 1995. Sin embargo, cuando ésta salió de su cargo en 1997, la carga tributaria de Irlanda era del 31,7%. Además, Mary Rosinson fue presidenta, no primera ministra como indica Ordóñez en su columna, y por lo tanto no tenía papel alguno en las políticas fiscales de Irlanda durante esos años.

Por supuesto que uno no puede ser simplista como Jaime Ordóñez y achacar el “milagro” irlandés exclusivamente a los impuestos (en este caso, a su disminución). Otros factores entraron en juego, como la apertura comercial, apertura en el sector de servicios, disminución del gasto público, bajas tasas de interés producto de la adopción del euro (lo que luego inflaría una burbuja inmobiliaria), etc. Para una explicación detallada de la transformación de la economía irlandesa, recomiendo este ensayo: “Libertad económica y crecimiento: El caso de Irlanda” por el economista Benjamin Powell. Pero la reducción en las tasas impositivas, tanto a personas como a empresas, fue crítica en la transformación económica de Irlanda.

Es una lástima que académicos como Jaime Ordóñez continúen apelando a la desinformación en su cruzada por aumentarle los impuestos a los costarricenses. No le sienta bien.

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