Tal vez resulte de alguna utilidad la siguiente propuesta para contrarrestar el socialismo que anuncia impondrá el gobierno de Ecuador. Se trata del establecimiento de una institución de posgrado que se ocuparía de ofrecer una Maestría en Administración de Negocios de alta calidad. Esto atraería a egresados universitarios de distintas áreas al efecto de capacitarse en el mundo de las empresas.
La duración habitual de estos tipos de cursos es de cuatro semestres. Cada una de las materias de la carrera deberían estar a cargo de los mejores profesionales en cada disciplina, independientemente de sus inclinaciones filosóficas. A su vez, en cada uno de los cuatro semestres se dictaría una asignatura de economía y, en los dos primeros semestres una de derecho y en los dos últimos una de filosofía política. Estas ocho materias constituyen la clave de la institución y deben estar a cargo de profesionales muy bien entrenados en la tradición de la Escuela Austríaca y similares para que el futuro dirigente empresario no solo se encuentre capacitado en sus áreas específicas sino que tenga una idea clara del contexto en el que opera la empresa.
La entidad debería contar con un Director/ra General apoyado por un Director Administrativo y un Director Académico y un reducido Departamento de Investigaciones para hacer de apoyo logístico a la cátedras referidas a las ocho asignaturas clave antes mencionadas. En ninguna de las áreas de esa casa de estudios deberían ponerse de manifiesto expresiones políticas ni coyunturales, solo referidas al ejercicio académico y a los fundamentos en el campo clave aludido y a los métodos de casos para las asignaturas de negocios. Por un lado, este requisito no dispersa energías y permite concentrar los esfuerzos en la comprensión de las ideas compatibles con la sociedad abierta y, por, otro tranquiliza a quienes financiarían la institución.
Los aportes para pagar los sueldos del staff, de los profesores, de los investigadores y el alquiler y mantenimiento del edificio debería salir de una extensa lista de empresarios que se harían cargo de sumas relativamente reducidas para atender becas. De este modo, las autoridades de la casa podrían seleccionar a través de exámenes de ingreso a las mejores cabezas independientemente de sus respectivos patrimonios.
En la declaración de principios y la misión de esta institución de posgrado debería quedar absolutamente claro que el objetivo consiste en formar empresarios de alto nivel en el contexto de una adecuada comprensión del significado de los mercado libres y la sociedad abierta. Los cupos de admisión deberían ser reducidos para contar con grupos que puedan participar activamente en las clases. Por otra parte, la casa debería designar un Consejo Consultivo integrado con prestigiosos académicos de distintas partes del mundo, eventualmente presidido por un premio Nobel como Vernon L.Smith o James M. Buchanan.
El que estas líneas escribe fue rector durante veintitrés años de una institución de posgrado en Argentina con características similares a las señaladas y sus cientos de egresados -a pesar de los sucesos que son del domino público en ese país- han contribuido a influir en distintos medios para una mejor comprensión de las ideas liberales que, a su tiempo, rendirán frutos en el primer plano de los acontecimientos. Todo siempre comienza en el nivel de las ideas.