Una encuesta nueva en Venezuela muestra que la aprobación del Presidente Hugo Chávez ha caído de alrededor de 60 por ciento a principios de este año a 46 por ciento hoy. De igual manera, la desaprobación del Presidente ha aumentado desde alrededor de 30 por ciento a principios de este año a 46 por ciento hoy, y 59 por ciento de aquellos encuestados ven de manera negativa la situación del país.
A pesar de haber recibido más de $800.000 millones en ganancias durante los diez años de Chávez en el poder, el gobierno está haciendo un pésimo trabajo en cumplir son sus funciones legítimas--tales como el control del crímen o la corrupción--y la administración pública en otras áreas se está deteriorando. Chávez recientemente anunció cortes regulares de electricidad y en la provisión del agua (Estos asuntos serán discutidos próximamente en un Foro del Cato Institute acerca de Venezuela el 10 de noviembre).
Mientras que las condiciones domésticas deterioran, Chávez aparentemente se está sintiendo cada vez más poderoso, o al menos siente la necesidad de continuar su insaciable acumulación de poder. Hoy, El Universal, un periódico venezolano, reporta que Chávez ha anunciado que el puede expropiar empresas privadas cuando así lo quiera porque el recibió esa potestad del pueblo. ¿Por qué preocuparse acerca del Estado de Derecho cuando uno tiene la habilidad de interpretar la voluntad del pueblo? Los comentarios de Chávez reportados hoy deberían descartar cualquier duda acerca de si Chávez se considera o no el salvador de su país:
"Cada día soy más revolucionario, cada día soy más socialista...Voy a llevar a Venezuela hacia el socialismo, con el pueblo y los trabajadores...Ni se negocia la revolución, ni se negocia el socialismo, porque cada día estoy más convencido de que el socialismo es el reino de Dios aquí en la tierra. Eso fue lo que vino a anunciar Cristo".