El líder socialista portugués Mario Soares escribe en El País que para resolver la crisis las recetas son: "la ruptura de raíz con el pasado económico neoliberal y el inicio de una nueva era, como ha dicho Obama, con el predominio de la política sobre el economicismo, el restablecimiento de los principios éticos, el castigo de los responsables de los grandes escándalos bancarios especulativos, la abolición de los paraísos fiscales y de las retribuciones y bonus millonarios concedidos a los administradores y gestores de las grandes empresas".
Se supone que el economicismo es el apego desmedido a lo material, el egoísmo, etc. Pero si esto fuera así, entonces la forma de neutralizarlo es el espíritu y la generosidad. Don Mario, en cambio, no habla de eso sino de política, es decir, de la coacción. Quiere que predomine la política sobre la libertad.
El restablecimiento de los principios éticos es otro camelo, porque sospechosamente nunca hablan los políticos de la corrupción política. No. Ese mundo es impecable y los malos son los ciudadanos libres. Otra vez, la solución es que no lo sean.
Otro tanto vale para los malvados especuladores de la banca, porque Soares no hace ninguna referencia a la banca más importante, la banca responsable de la especulación, la burbuja y la crisis, la banca de los políticos, la banca central.
La abolición de los paraísos fiscales, por su parte, es una propuesta que apenas oculta la verdadera intención: subir los impuestos con más tranquilidad.
Regular los sueldos y primas de los ejecutivos es otra consigna demagógica al uso. Ya existe la forma de regularlos: el mercado. Pero eso es lo que el señor Soares y la izquierda abominan: la libertad.
Este comentario fue publicado originalmente en Libertad Digital (España) el 29 de marzo de 2009.