Cuenta Plinio el Viejo en su obra "Naturalis Historia", que Apeles, el más ilustre de los pintores griegos y favorito de Alejandro Magno, era extremadamente exigente y crítico con su obra. Solía exhibir sus cuadros en la plaza pública y se escondía detrás de ellos para escuchar los comentarios y críticas de los transeúntes cuando se detenían ante sus obras. En una ocasión, un zapatero paró a observar uno de los lienzos de Apeles y se mofó del ancho de la sandalia de una de las figuras. Al oír esta crítica, el pintor corrigió el defecto. Al día siguiente, el zapatero volvió a pasar y empezó a criticar otras partes del retrato. Apeles, indignado, salió de su escondite y exclamó: "Ne sutor ultra crepidam", frase que en español se traduciría como "El zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias". Así nació el dicho "Zapatero, a tus zapatos".
Si hay alguien esta semana que ha encabezado la lista de zapateros como estos, ese ha sido el papa Francisco. Como comenta Axel Kaiser en esta entrevista que le hace el diario El Mercurio (Chile): "De economía el papa no sabe mucho; de lo contrario, no diría varias de las cosas que dice". Ian Vásquez ha analizado algunos de los dichos del pontífice sobre economía y medio ambiente aquí y aquí.
Si hay algo para reflexionar esta semana con la visita del papa Francisco a América Latina, es que necesitamos más Apeles y menos zapateros.