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Una caricatura del Estado de Bienestar

Publicado por Pedro Romero

Actualmente el gobierno de Ecuador está desesperado por obtener financiamiento para mantener su política de expansión fiscal y afrontar los próximos pagos de deuda externa. En un contexto de precios de petróleo para el crudo ecuatoriano cayendo a un promedio de menos de $45 dólares y un dólar apreciado en lo que va del 2015, el gobierno dejó de financiar el 40 por ciento de las pensiones de los jubilados afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Ante esto último algunos representantes del IESS propusieron que se incremente en un 20 por ciento el impuesto al rol de pagos para financiar el déficit actuarial generado de está manera que según el mismo Presidente Correa implica que el IESS quebraría en 20 años, mientras que para otros analistas en unos doce.

Lo inverosímil es que el mismo gobierno está imponiendo un plan masivo de viviendas valuadas en $70.000 dólares o menos para personas que todavía no poseen una. Este plan se financiaría tanto con dinero que le “sobra” al IESS como con los depósitos en los bancos del Ecuador. Si sabemos algo acerca de la última crisis financiera internacionales que golpeó a Estados Unidos y Europa Occidental es que está podría ser la semilla para afectar seriamente la salud financiera de los bancos. Toda está estrategia es, por supuesto, para ganar apoyo ante las elecciones del 2017.

El despilfarro fiscal durante estos ocho años ha tenido sus consecuencias. Este gobierno no pagó una porción de la deuda externa ecuatoriana en el 2008, y ahora está pidiendo dólares de donde vengan, otros gobiernos con China como su principal acreedor, multilaterales, el mercado de bonos internacional, bancos extranjeros, el IESS y hasta su propio banco central. Hace poco el gobierno colocó bonos por $750 millones a una tasa de interés del 10,5 por ciento con sólo cinco años de plazo, la tasa más alta y el plazo más corto otorgado comparado con otros países similares. El margen entre está tasa y un bono del Tesoro de Estados Unidos con cinco años de vencimiento es de 8,94 por ciento, el más alto en la historia financiera del Ecuador. Así de desesperados están. En la deuda que ellos no pagaron por calificarla de ‘ilegítima’ este margen rondaba el 6 por ciento.

Está versión latina de un Estado de Bienestar creada por la “Revolución Ciudadana”, financiada por el boom petrolero parece estar terminándose. Justo al mismo tiempo en que muchos ecuatoriano que emigraron a España después de la crisis de 1999 están regresando con o sin dinero luego de la crisis financiera que afectó a ese país. La irresponsabilidad fiscal es, nuevamente, la causa fundamental como sucedió en casos similares en Grecia. Lamentablemente, está vez puede haber otra víctima: el dólar americano.

Adicionalmente, el ataque al dólar en Ecuador viene del frente financiero. Desde el pasado septiembre (2014) el gobierno y la asamblea han aprobado varias leyes y regulaciones cuyo principal objetivo es utilizar los depósitos del sistema bancario como se lo mencionó antes. Entre estos cambios los más importantes son: la creación del monopolio de la billetera electrónica por el Banco Central, la creación de una Junta Monetaria y Bancaria que tomará decisiones importantes y supervisará que los bancos cumplan con sus dictámenes de hacia donde deben dirigir los depósitos de todos los ecuatorianos, y la centralización de reservas en el Banco Central tanto del dinero papel como electrónico. Este último tipo de dinero, además, puede estar respaldado incluso por pasivos del Estado. Todo esto para seguir en está continua campaña electoral y así mantenerse en el poder, destruyendo la economía y la democracia. ¿Hasta cuándo durará?

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