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Sobre la ayuda militar de EE.UU. a Egipto

Publicado por Dalibor Rohac

El senador John McCain (Republicado de Arizona) tiene toda la razón en su llamado (en inglés) a que se suspenda toda la ayuda militar para Egipto. El único problema es que su llamado llega un poco tarde. Desde 1948, la ayuda provista por EE.UU. a Egipto —que en gran medida estuvo destinada a las fuerzas armadas— sumó un total de alrededor de $70.000 millones (en inglés). Tan solo unas semanas antes del golpe, en una exhibición notable de falta de premonición, la administración Obama aprobó $1.300 millones en ayuda militar, obviando las condiciones relacionadas a la democracia y a los derechos humanos que antes habían sido impuestas por el congreso al paquete de ayuda.

Los efectos de fortalecer a las fuerzas armadas de Egipto son inmediatamente visibles. Las fuerzas armadas son las más grandes en el continente africano y controlan un gran fracción de la economía, entre el 15 y el 40 por ciento del PIB (en inglés), de acuerdo a algunos cálculos. Las fuerzas armadas tienen hoteles y centros turísticos, así como también negocios de manufacturas que producen cualquier cosa desde electrodomésticos hasta aceite de oliva y agua embotellada.

Los incidentes actuales en el país dificultan argumentar que la ayuda militar a Egipto ha favorecido a los intereses estadounidenses de alguna medida discernible. Si es que algo ha logrado, la ayuda ha contribuido a la creación de una abultada organización que es opaca y extremadamente poderosa y que ahora parece ser el principal obstáculo de Egipto en su transición hacia un gobierno representativo que podría ser un aliado confiable de EE.UU.

Conforme el futuro de Egipto depende de la sabiduría y benevolencia de los generales del país, uno necesita enfatizar que la ayuda militar de EE.UU. también ha hecho un gran daño al pueblo egipcio. Incluso si uno decide ignorar los excesos de principios de mes —como la matanza que ocurrió el 7 de julio y en la cual 51 partidarios de la Hermandad Musulmana murieron— el golpe ha fijado un precedente terrible para la transición del país, dado que sugiere que un gobierno electo en el futuro podría estar últimamente a las órdenes de los generales egipcios y no a las del electorado. Mientras que gran parte del daño que ha sucedido en los últimos días es irreparable, debería ser tremendamente claro que una continuación de la ayuda militar a Egipto no es nada menos que una insensatez.

Este artículo fue publicado originalmente en U.S. News and World Report Online (EE.UU.) el 10 de julio de 2013.

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