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Premio Nóbel vs Premio Nóbel

Publicado por Juan Carlos Hidalgo

Costa Rica siempre se ha caracterizado por una política exterior basada en la promoción de la paz, los derechos humanos y el respeto a la democracia. Fue el primer país del mundo en abolir el ejército en 1949. En 1987 el entonces presidente Oscar Arias Sánchez ganó el Premio Nóbel por su impulso a los procesos de paz en Centroamérica.

De tal forma que, cuando Arias fue electo nuevamente presidente hace dos años, muchos esperábamos que esta tradición de política exterior continuara e incluso se viera fortalecida. Sin embargo, para sorpresa y desagrado de muchos, la política exterior costarricense ha dado un giro de 180 grados.

Arias, quien se precia de criticar a Estados Unidos por su base en Guantánamo y a la Unión Europea por sus hipocresía en temas políticos y comerciales, ha felicitado a través de su Cancillería a Vladimir Putin por "afianzar la democracia en su país" y se rehusó a condenar la agresión de Rusia contra Georgia en el Consejo de Seguridad de la ONU, haciendo incluso un llamado para que las "fuerzas de paz" rusas permanezcan en Osetia del Sur. De esta manera, Costa Rica condona la invasión de un país democrático por parte de un vecino agresor.

La administración Arias también se encuentra impulsando activamente la incorporación de Costa Rica a Petrocaribe, la estratagema petrolera chavista con la cual el autócrata venezolano pretende comprar voluntades políticas en Centroamérica y el Caribe. Esperemos ver pronto a Costa Rica apoyando a Venezuela en foros internacionales y hemisféricos.

Sin embargo, Arias parece haber cruzado la raya recientemente cuando le pidió al Dalái Lama, otro Premio Nóbel de la Paz, no visitar Costa Rica para una actividad espiritual que iba tomar lugar en el país. Esto lo hizo con tal de no ofender a la República Popular de China, con quien Arias estableció relaciones recientemente luego de romperlas con Taiwán. Costa Rica le rechaza así la entrada a uno de los principales símbolos mundiales a favor de los derechos humanos, todo para no ofender a la dictadura comunista china.

Como si eso no fuera poco, se especula además que en cualquier momento la administración Arias establecerá relaciones diplomáticas con Cuba y Corea del Norte.

En fin, un Premio Nóbel de la Paz se ha encargado en tan solo dos años de tirar por la borda décadas de tradición democrática y pro derechos humanos en la política exterior costarricense.

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