El jueves 22 de octubre Marcel Granier –-presidente de la emisora Radio Caracas Televisión (RCTV)-- estuvo en Montevideo invitado por el semanario Búsqueda. El objetivo era que diera a conocer en nuestro país la realidad venezolana.
Granier describió en forma elocuente la atmósfera reinante en Venezuela. Señaló que “la gente está harta de la inseguridad, de la escasez, de la inflación y de la corrupción” pero ya no protesta en la calle ni en las largas colas que debe hacer para aprovisionarse de lo más básico, “porque reina la desconfianza y el miedo”. Expresar en voz alta fastidio podría significar que a esa persona la saquen por la fuerza de allí, y ese día se quede sin poder adquirir absolutamente nada. Lo cual, en las condiciones actuales en esa nación, constituye una verdadera tragedia.
El empresario venezolano tildó a la forma de gobierno chavista de cuasi totalitaria. Explicó que hay una abismal diferencia ente una dictadura tradicional y un totalitarismo. En este último, los gobernantes aspiran a controlar y modificar por completo las mentes y los espíritus de la gente, tal como lo demuestran los conocidos casos del nazismo y el comunismo soviético. También Cuba –-que adiestró a Hugo Chávez en esas prácticas-- fue situada dentro de esa categoría.
La conferencia que dio a estudiantes de periodismo de la Universidad Ort fue especialmente emotiva. La razón es que entre el público se encontraba una joven venezolana, quien pidió la palabra. Explicó que junto a su familia se vio forzada a emigrar --dadas las condiciones imperantes en su tierra natal-- que añora regresar, pero le consta que es imposible por el momento. Expuso que su deseo era estudiar abogacía pero que en su entorno le decían: “¿Para qué vas a estudiar eso si en Venezuela ya no existen más ni el Derecho ni la Justicia independiente?”
Varias veces tuvo que interrumpir su alocución porque las lágrimas le impedían seguir hablando.
A nuestro juicio, esta chica personifica en forma vívida lo que significa existencial y espiritualmente los regímenes como el chavismo: la aniquilación de los sueños, el desarraigo, la frustración y el dolor.
Su madre –-quien también estaba presente-- intervino para clarificar varias desinformaciones propagadas por las autoridades venezolanas y sus acólitos. Afirmó que las manifestaciones callejeras son llevadas adelante por estudiantes por iniciativa propia. En ese contexto, han habido muchas muertes y está comprobado que fueron causadas por francotiradores situados en los altos de los edificios. Señaló que por lógica, esos asesinos solo pueden responder a fuerzas del gobierno, dado que cada vez que se va a realizar una protesta se prohíbe a la ciudadanía subir a las azoteas.
De esto está perfectamente consciente la gente común, a pesar de que nadie informa nada porque la casi totalidad de la prensa le pertenece o es controlada por el gobierno. Por eso la reacción popular de indignación cuando la “jueza” Susana Barreiros condena al líder opositor Leopoldo López a “13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas” de prisión, acusándolo de ser el culpable de los desmanes producidos durante las protestas callejeras. Por algo López antes de conocer el veredicto, le dijo a la magistrada: “Y si la sentencia no es así (absolutoria), usted va a tener más miedo de leerla que yo de escucharla”.
Uno de los estudiantes le preguntó a Granier, cómo es que se llega tan bajo y se pierden todas las libertades. Él le respondió que es un proceso paulatino y les aconsejó a los uruguayos que cuidaran a la forma republicana de gobierno, especialmente a su prensa libre y a la separación de poderes. Enfatizó que una República exige la permanente vigilancia de los ciudadanos sobre el accionar de sus gobernantes. En tal sentido, explicó que el primer paso de Chávez fue modificar la Constitución con el objetivo de poder “legalmente” someter tanto a la prensa como al Poder Judicial.
La advertencia de Granier viene como anillo al dedo en estos momentos en Uruguay. Decimos esto porque durante la pasada presidencia de José Mujica, éste tuvo varios enfrentamientos con la Suprema Corte de Justicia (SCJ), debido a que declaró inconstitucional varias leyes por él promovidas. El expresidente nunca ocultó su malestar ante esa situación, lo cual provocó que la relación entre ambos poderes fuera tirante.
Actualmente están a estudio de la Corte 19 recursos de inconstitucionalidad contra unos 60 artículos de la llamada “ley de prensa”. Asimismo, el Parlamento está discutiendo el proyecto de ley de Presupuesto enviado por el Ejecutivo, encabezado por Tabaré Vázquez (que pertenece al mismo partido que Mujica).
El referido texto causó asombro y preocupación entre los ministros de la Suprema Corte porque “no solo no recoge ninguna de las propuestas del Poder Judicial, sino que directamente no lo menciona”. Jorge Chediak –-presidente de la SCJ-- declaró que es una “señal fuerte” por parte del Ejecutivo. Recalcó que la decisión de la administración Vázquez de ignorar todas las iniciativas enviadas por ellos, es “atípica”.
Chediak afirmó, que el funcionamiento de uno de los tres poderes del Estado está en problemas por falta de presupuesto –-situación que se arrastra desde el período de Mujica-- y que eso “no es bueno” para la salud democrática del país. Indicó que “no hay entre las previsiones de Diputados una asignación por los menos para los rubros prioritarios que marcó la Corte en su comparecencia ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara”. Y enfatizó, que esas prioridades estaban directamente relacionadas con la mejora del servicio a los ciudadanos.
Relacionando esta situación con la vigilancia constitucional que debe realizar la SCJ, Chediak expresó que el controlador ejercido por la Corte, “conlleva la posibilidad de que al Poder controlado no le gusten las decisiones”. Pero, “las democracias han aprendido” que ése “es el funcionamiento normal del sistema”. Imbuido de la conciencia de las mejores prácticas de gobierno, remarcó que “hay poderes que son un motor y hay un Poder, guardián de la Constitución, cuya función es frenar”.
En sintonía con los consejos de Granier, el magistrado afirmó que “todos debemos defender todas las ramas de gobierno. La democracia uruguaya es una y depende del adecuado funcionamiento de los tres poderes”.
Gracias a que en Uruguay por ahora existe una prensa libre, es que los habitantes pueden enterarse de este tipo de medidas que simultáneamente desnudan dos amenazas: una, sobre la permanencia de un Poder Judicial independiente (con todo lo que eso conlleva); la segunda –-estrechamente relacionada con la primera-- sobre la sobrevivencia de las libertades de prensa, expresión y opinión.
Si queremos saber hacia dónde conduce el cercenamiento de esos dos derechos humanos, no tenemos más que observar lo que está ocurriendo en Venezuela…