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El carnaval de los políticos

Publicado por Javier Paz

propaganda boliviaAlgo feo del carnaval cruceño es el abuso que se comete contra bienes públicos y privados que son pintarrajeados, ensuciados y orinados por los participantes. No debe ser nada agradable para el propietario de un negocio o para un habitante del centro de la ciudad amanecer el miércoles con su pared manchada con pinturas. Pero los carnavaleros no son los únicos que pintarrajean y ensucian la ciudad; los políticos cada cierto tiempo hacen lo propio. Cada elección viene precedida por una avalancha de afiches, banderines y pinturas que, como un tsunami, inundan, ensucian y afean la ciudad. La propaganda política no respeta nada: uno puede ver un canal de desagüe pintado con los colores de un partido, los postes de luz adornados con banderas de otro partido o las paredes de domicilios privados bombardeada con afiches de un candidato tapando los afiches del contrario.

Por supuesto que los candidatos tienen el derecho de hacer propaganda, como lo tiene cualquier empresa, pero la misma no debería infringir las normas, ni ensuciar espacios públicos o privados sin autorización; pero lo que sucede es que pintan paredes sin permiso de los dueños, prenden afiches en todas partes y llenan la ciudad de basura. Lo irónico de todo esto es que estos políticos, o al menos quienes salen victoriosos, son los responsables de hacer que las leyes y normas se cumplan, pero ellos ganan sus elecciones gracias a un aparato propagandístico que infringe las normas de limpieza, aseo y uso de espacios públicos y privados; incluso no nos debería sorprender que quien más ensucie sea el ganador.

Y así, los políticos cada cierto tiempo festejan su carnaval, embanderando, pintarrajeando y ensuciando la ciudad. En fin, no deberíamos ser tan duros con Evo por meterle nomás; en este país todos le meten nomás.

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