La ausencia del Presidente de Honduras, Porfirio Lobo, en la Cumbre del Grupo de Río en Cancún probablemente no será lo más comentado de esta cumbre luego del enfrentamiento verbal que hubo entre Hugo Chávez y Álvaro Uribe. No obstante, dice mucho acerca de los líderes de la región.
México decidió seguir las consignas de la OEA y no extender una invitación al presidente hondureño, recientemente elegido en las elecciones de noviembre de 2009 por una mayoría del electorado hondureño. Las elecciones se desenvolvieron con transparencia y normalidad (cosa que no se puede decir de ya varios procesos electorales en Venezuela). Las primarias de noviembre de 2008 incluso fueron reconocidas por observadores enviados por la OEA y todos los candidatos de oposición (menos uno de la extrema izquierda) querían que estas se lleven a cabo. Sin embargo, el gobierno mexicano (con el aparente consenso casi todos los demás los líderes presentes) decidió recibir en Cancún a Raúl Castro, quien lidera su país por el simple hecho de ser el hermano del convalesciente dictador.
En Honduras hay más de un partido político y elecciones, algo que no se puede decir de Cuba. Aún así, solamente Oscar Arias de Costa Rica lamentó que al presidente hondureño no se lo haya incluído en la cumbre.