Así decía el ex-Presidente de Chile Ricardo Lagos frente a problemas en los que prefería no dar su opinión. Esperemos que en verdad funcionen, porque esa parece la única salida cuando la"dignidad pública" no es suficiente: varios casos de irregularidades que en cualquier parte del mundo (incluída América Latina) habrían signficado la salida de los responsables, en Chile sólo han servido para reafirmar en el cargo a los culpables. Ya saben: como decía Lord Acton "el poder corrompe".
Ahora se abre una ventana de esperanza, por cuanto en el reciente escándalo por los voucher en educación, parlamentarios de oposición e independientes acusarán constitucionalmente a la ministra de educación. Lo interesante es que tienen los votos para una eventual destitución. De lograrlo, sería primera vez desde el retorno de la democracia que un ministro de gobierno es botado de su cargo por el Congreso Nacional. Ahora veremos si las instituciones funcionan...