Ya se le conoce como el "Watergate climático", y la noticia ha sido reseñada en el New York Times, Washington Post, Wall Street Journal, Die Welt, y otros importantes medios internacionales, pero por algún motivo ni un solo medio de comunicación impreso latinoamericano lo ha reproducido.
La historia es la siguiente: Un hacker logró acceso a aproximadamente 3.000 correos eletcrónicos y documentos privados de la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido. Este centro es uno de los más importantes en el mundo en materia de investigación climática, y sus científicos se encuentran dentro de los más prominentes en sus tesis de que el calentamiento global es una amenaza para la humanidad y se debe en gran medida al impacto del hombre a través de la emisión de gases de efecto invernadero (ya conocemos la historia).
Como lo presenta el diario en línea español Libertad Digital, los documentos e intercambios de correos electrónicos demuestran “Acuerdos para manipular datos, destrucción de pruebas, conspiraciones para evitar que los escépticos publiquen en revistas científicas, dudas privadas sobre sus propias aportaciones a la teoría del calentamiento global que no se reconocen en público, ocultamiento del ‘Periodo Cálido Medieval’, alegría por la muerte de un escéptico…”. Pueden leer toda la nota, e incluso acceder a los documentos hackeados, aquí. Recomiendo encarecidamente su lectura.
La Universidad de East Anglia ha reconocido la veracidad del origen de estos documentos, los cuales ponen en tela de juicio toda la “ciencia” (¿o mejor dicho propaganda?) alrededor del alarmismo sobre el cambio climático. Siempre quedaba la duda del por qué tanta gente se preocupaba por el calentamiento global si el planeta lleva 11 años enfriándose. Hoy, con la revelación de estos documentos, ya sabemos qué es lo que hay detrás del “consenso” sobre el cambio climático.
Los alarmistas tienen mucho qué explicar.