El salto que Chile necesita
A dos días de la elección presidencial chilena, las campañas cierran y las últimas encuestas dan una ventaja de más de 10 puntos al candidato opositor Sebastián Piñera por sobre el oficialista ex presidente Eduardo Frei, mientras que el joven diputado socialista Marco Enriquez-Ominami llegaría en un tercer lugar, faltándole poco para pasar a segunda vuelta. Queda último Jorge Arrate, ex partidario de Allende y ex ministro del propio Frei.
Independientemente del resultado final, el 13 de diciembre del 2009 sera un hito histórico del Chile actual. Es claro que la gran derrotada sera la coalición gobernante desde hace 19 años. Efectivamente, la Concertación -surgida para derrotar a Pinochet en el plebiscito de 1988- vive sus últimas horas. Tras unos años 90 exitosos, hoy encarna el agotamiento de las ideas, la falta de audacia en continuar la transformación económica iniciada en los 70, el enquistamiento y falta de renovación de sus líderes y la corrupción en el manejo de fondos públicos, todos problemas aparejados al habituamiento al poder. Chile parece querer despertar de una siesta que lo lleva frenado y que le ha hecho estancarse en su liderazgo regional.
Los chilenos, aunque la Concertación insista en ello, al parecer dejarán atrás el pasado y mirarán el presente y el futuro. Sí, hay un voto de castigo en contra de la coalición de centro izquierda gobernante, pero por sobre todo el deseo de un cambio. Un cambio que como slogan lo impuso Joaquín Lavín en 1999 cuando estuvo cerca de derrotar a Ricardo Lagos, en la primera señal de alerta para quienes gobiernan. Que no dio resultado el 2005, pero que esta vez sí se hace eco en los votantes que apoyarán a Sebastián Piñera.
Éste ofrece una nueva forma de gobernar, su slogan es Cambio, Futuro y Esperanza. Si bien su base de apoyo es la alianza de centro derecha con Renovación Nacional y la UDI como pilares, es más amplia ya que lo apoyan descolgados de la Concertación e incluso un ex ministro de Allende. El mismo Piñera no fue un incondicional de Pinochet, oponiéndose y votando No en 1988. Además, su programa de gobierno esta construido en base al trabajo que por meses hicieron los grupos Tantauco, compuesto por profesionales de distintas tendencias, con amplia formación académica y experiencia profesional, quienes junto al candidato además escucharon las ideas, necesidades y propuestas de la propia gente en cabildos abiertos.
Chile elegirá un cambio. No sólo en quién encabece el gobierno, sino también en su forma de gobierno -transversal, con los mejores. Los únicos " ismos" seran el pragmatismo y el profesionalismo.Un cambio, que nace con la ilusión de los chilenos de dar el segundo salto en su transformación modernizadora que finalmente lo lleve al desarrollo, un momento histórico para conmemorar su bicentenario.
Fuente: Infolatam.