Estuve en un foro discutiendo con otros editorialistas la reforma a las universidades en Ecuador. Me sorprendió que ninguno de los presentes consideró tres asuntos que yo creo esenciales para reformar las universidades en el país: los incentivos, la verdadera autonomía universitaria y la libertad para elegir de cada estudiante.
- Incentivos: Si se prohíbe por ley que las instituciones educativas tengan fines de lucro, se obstaculiza la creación de un mercado dinámico de educación superior. Como el mercado de educación es tan poco surtido y controlado por el Estado, se reduce al mínimo la competencia entre las instituciones educativas.
- Autonomía universitaria: ¿De qué autonomía (real) hablan aquellas universidades que reciben y dependen de fondos del Estado?
- Libertad para elegir: Nadie protesta porque ambas propuestas de reforma a las universidades ecuatorianas (la del Gobierno y la del Consejo Nacional para la Educación Superior) atentan contra la libertad para elegir de cada estudiante. Porque ambas pretenden determinar "qué carreras se deberían ofrecer...de acuerdo a la realidad nacional". Eso significa que si el Estado decide qué carreras se deben ofrecer (de acuerdo a lo que unos burócratas creen que el país necesita) el estudiante ecuatoriano verá su libertad para decidir por sí mismo que estudiar severamente limitada.
Si se ignoran estos tres puntos claves, no creo que cambie mucho la educación universitaria en el país.