El capítulo más largo y menos optimista de mi nuevo libro Mad about Trade (Cato Institute, 2009) es el capítulo nueve, donde describo todos los aranceles y restricciones al comercio que nuestro gobierno todavía impone a nuestra libertad de comerciar con personas en otros países. Seguramente no somos "el mercado más abierto del mundo”, como afirmó la semana pasada un miembro del gabinete del Presidente Obama en China. De hecho, de acuerdo a una medida clasificamos en un bajo puesto 28.
Últimamente, después de mencionar esto en discursos, me han pedido más de una vez nombrar los mercados más abiertos del mundo. Según el último Libertad Económica en el Mundo: Informe Anual 2009 (en inglés), estas son las diez economías más abiertas:
- Hong Kong
- Singapur
- Chile
- Irlanda
- Panamá
- Países Bajos
- Emiratos Árabes Unidos
- República Eslovaca
- Hungría
- Luxemburgo
(La lista es un poco diferente de la que cito en el libro, que se basa en el informe de 2008).
Uno de los miembros más notables de la lista es Chile. Hace varias décadas fue uno de los más cerrados y proteccionistas de América Latina. Hoy en día es el más abierto. De hecho, si se considera que Hong Kong es una región administrativa especial de China y Singapur es una pequeña ciudad-estado, Chile es el país de gran tamaño más abierto del mundo (¡Espero que nuestros amigos del libre comercio en Singapur no se ofendan por esto!).
No es casualidad que Chile se ha convertido en la estrella económica de América Latina.
¿Será que nuestro propio presidente y el Congreso aprenderán del ejemplo de Chile?