Chile: ¿Pasarle un gol al país?
Los goles de última hora, aunque sea en los descuentos, son válidos; fueron las palabras del candidato de la ultra izquierda Jorge Arrate, al referirse a la acogida que hizo el oficialista Eduardo Frei en su cierre de campaña frente al llamado del primero de hacer un pacto electoral, de cara a la segunda vuelta. Es el momento de la unidad en torno a un objetivo: derrotar a la derecha, se puede leer del discurso pronunciado por el ex presidente. Por su parte, el joven diputado Marco Enríquez-Ominami sigue una línea similar, al llamar también en su último acto de campaña al voto útil, insistiendo que él es el único que puede derrotar a Sebastián Piñera. Una pena, que queriendo marcar el cambio, caiga en el mismo discurso.
Ambos llamados demuestran que tanto a la Concertación como a sus descolgados, sólo les interesa una cosa: mantenerse en el poder a como de lugar. “Derrotar a Piñera”, “Impedir que la derecha llegue al poder”, son sus frases demostrando un discurso anquilosado en el pasado, al tiempo de ser preocupante. Es una lógica de los odios y las exclusiones, de las cuales Chile ya tuvo bastante en la segunda mitad del siglo pasado, vivimos sus graves consecuencias y hoy nos debiera servirnos para no cometer los mismos errores a que nos condujeron.
El objetivo de los candidatos presidenciables debiera ser el “bien del país”, no “derrotar” o “impedir” que gane el otro. No es una cuestión de matices ni puntos de vista, sino de intenciones.
Mientras tanto el gobierno -olvidándose que debe gobernar para todos los chilenos hasta el último día- también recurre al pasado y pone una agenda de derechos humanos que la instrumentaliza y enloda su verdadero sentido, cual es conocer y juzgar la verdad histórica. Hacerlo a días de la elección presidencial si bien gana un efecto electoral –que no es claro cuántos votos atrae-, lamentablemente la afecta en su sentido más permanente y profundo. Para algunos era el “as bajo la manga” que tenía preparado para la segunda vuelta, pero ante los pronósticos adversos de las encuestas, se hace necesario sacarlo antes en este momento, lo cierto es que a esta altura da igual. Antes o después de la primera o segunda vuelta, debió hacerse fuera de un contexto electoral.
Tras la primera vuelta también se espera el desembarco de ministros en la campaña de Frei, en el entendido que éste pase a segunda vuelta y ME-O no de una sorpresa. Es el caso de Carolina Tohá. El ministro de hacienda Andrés Velasco inicialmente ha dado señales que no lo hará, sin embargo no es del todo claro, mientras que Rodrigo Peñailillo, Jefe de Gabinete de la Presidenta es uno de los nexos principales del comando oficialista con La Moneda. ¿Prescindencia política del gobierno? De ningún modo.
Efectivamente, los partidos de futbol se ganan con goles, no basta jugar bien. Mas, sí éstos se hacen en el descuento provocaran la felicidad de quienes se llevan el triunfo y la impotencia, el sabor amargo y la injusticia con el rival que, jugando mejor, con más entrenamiento y mejores resultado en la temporada no obtuvo el campeonato. Son las cosas del fútbol. Sin embargo, se equivoca Jorge Arrate, al comparar la la presidencia de Chile con un partido de fútbol. Da la sensación que el oficialismo quiere “meterle un gol al país” (otro más). Mejor dejemos que sean los votantes, quienes libremente elijan su próximo gobierno, y que quien gobierne del 2010 al 2014 no sea el resultado de un arreglo entre cuatro paredes, mucho menos el producto de un acuerdo de exclusión que busca derrotar al otro. Esa no es la forma de gobernar que Chile necesita.
Fuente: HACER.