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Argentina: una historia de éxito y fracaso, de frustración y resentimiento

Publicado por Guillermina Sutter Schneider

"Argentina era un país muy exitoso hasta la segunda guerra mundial". Así comenzó hoy la presentaciónde Ricardo López Murphy en el Cato Institute. López Murphy fue ministro de Defensa, ministro de Economía y ministro de Infraestructura y Vivienda durante la presidencia de Fernando de la Rúa. ¿Qué fue lo que Argentina hizo mal? Aumentar el gasto público y las regulaciones.

Casi sesenta años después, el gasto público y las regulaciones siguen siendo los parámetros que representan el flagelo mayor para la economía argentina. El gasto público primario (sin los intereses de deuda) en 2015, casi duplicó al de 2002. Esto, sumado a la política monetaria expansiva durante los mandatos de Cristina Kirchner, resultó en una serie de obstáculos económicos que el gobierno de Macri heredó:

  • Crecimiento económico estancado desde 2011
  • Baja inversión
  • Alta inflación
  • Altos desequilibrios fiscales producto de la también alta participación del gobierno en la economía financiado vía impuestos distorsivos.
  • Altos niveles de pobreza
  • Distorsiones de precios en energía y transporte, por ejemplo.
  • Múltiples tipos de cambio
  • Regulaciones no sanas

Según López Murphy, el único "activo" que Macri heredó del gobierno anterior fue un nivel bajo de deuda pública y privada.

Ahora, ¿cuál es la estrategia con la que el nuevo gobierno está enfrentando esta herencia? Un crecimiento basado en inversiones, un objetivo inflacionario bastante ambicioso atado a una política monetaria más rígida y un aumento en la deuda externa para amortiguar la transición. Se espera también una eliminación de los subsidios a la energía y transporte en los próximos 4 años y una desmantelamiento gradual de regulaciones perjudiciales para la economía (esto comenzó con la eliminación del cepo cambiario en diciembre de 2015). De igual forma, se espera una corrección gradual en el ámbito fiscal, con un gasto público congelado en términos reales, y una reducción de impuestos para trabajadores de baja calificación. Sin embargo, estos dos últimos puntos, los que más comprometen a la economía argentina, prevén realizarse en el largo plazo. 

El riesgo de que esta situación no termine en una nueva crisis depende de cuán rápido se ataque el problema déficit fiscal. Mientras más se espere en reparar las cuentas fiscales, como ha venido haciendo el actual gobierno, más cerca estará Argentina de una futura crisis. A este gradualismo también se le suma el problema de apoyarse en deuda externa, además de otros factores externos que podrían afectar a la situación económica argentina: la recuperación de Brasil, los precios internacionales de los commodities, las condiciones financieras internacionales y otros factores climáticos que afectan directamente al sector agrícola argentino.

Los próximos pasos a dar deberían estar enfocados en sanear la situación fiscal de inmediato. De no ser así, no sería descabellado pensar en una posible recaída al populismo.  

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