Ante lo que está sucediendo en la Franja de Gaza no se puede permanecer en silencio. Los muertos se apilan en los hospitales y morgues palestinas, y cada vez son más civiles los que caen víctimas de las bombas del ejército israelí. Ayer, una de éstas impactó una escuela de la ONU donde cientos de mujeres y niños se refugiaban de los ataques. Al menos 42 personas murieron.
En el conflicto israelí-palestino no hay blancos ni negros. Ciertamente Israel está reaccionando ante meses de ataques con cohetes a objetivos civiles en el sur del país desde la Franja de Gaza, donde el gobierno de Hamas --un grupo terrorista-- permite dichos ataques ya que desconoce el derecho a la existencia del Estado de Israel. Sin embargo, la respuesta de Tel Aviv ha sido totalmente desproporcionada ante cualquier tipo de estándar. Antes del inicio de la ofensiva israelí, los ataques con morteros y cohetes desde Gaza no habían matado a ningún civil, aunque sí causaban daños materiales y aterrorizaban a la población local. Eran una molestia bastante grave, pero no causaban bajas. Por su parte la respuesta israelí ha matado a casi 700 personas, incluyendo cientos de civiles.
Pero aquí está algo más en juego que simplemente poner a Hamas en raya. Próximamente Israel tendrá elecciones generales en donde probablemente el derechista Likud de Binyamin Netanyahu derrote al oficialista Kadima del actual primer ministro Ehud Olmert, que es encabezado ahora por la canciller Tzipi Livni. Parece que esta ofensiva tiene mucho que ver con fortalecer las credenciales de mano dura de Kadima de cara a las elecciones. Sin embargo, es muy posible que el resultado sea otro fiasco similar al que tuvo Olmert en su guerra contra Hezbollah en el verano del 2006.
Si la intención de Israel es "enseñarle una lección" a la población de Gaza sobre las consecuencias de tener a Hamas en el gobierno, con el fin de que los boten y opten en su lugar por Fatah (que gobierna la Ribera Occidental) dicha estrategia se aproxima mucho a ser terrorismo de Estado. Al final de cuentas los grupos terroristas también atacan objetivos civiles con el fin de "darles una lección" para que cambien a sus gobernantes. Recordemos el 11 de marzo del 2004 en España. Peor aún, ningún palestino va a empezar a querer a Israel si su ejército vuela a la mitad de su familia.
Sí, Hamas es una organización terrorista que merece ser tratada como tal. No se puede negociar con ellos hasta que reconozcan el derecho de Israel a existir como Estado. Y mientras que el objetivo de Hamas es matar a civiles israelíes, el objetivo de Tel Aviv es matar a terroristas palestinos, con el agravante de que los cobardes tienden a ocultarse en casas y escuelas, exponiendo a la población civil. Hay ciertamente una diferencia de grado. Pero jamás se puede justificar que el ejército israelí bombardee de todas formas estas casas y escuelas y trate a las bajas civiles como daño colateral.
El ataque a Gaza debe acabar de inmediato.