Es muy popular el dicho “uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde” pero esta vez, al menos con el caso de la prensa paraguaya, no se ha necesitado perder la libertad de expresión, al menos por el momento, para saber que tenemos una prensa crítica, si uno prefiere, no llamarla buena.
Y, ¿cuál fue el parámetro si no se ha censurado aún? Pues la sola mención que el tirano ecuatoriano Rafael Correa hiciera sobre ella, diciendo que la “Prensa Paraguaya es peor que la Ecuatoriana”, es decir, aplicando la lógica, ¡Paraguay todavía goza de libertad de expresión!
Consideremos que Ecuador está atravesando una de las peores crisis en materia de libertad de expresión. Cada vez son más duros los hostigamientos por parte del Estado y hay un rápido acaparamiento de la famosa y terrible “prensa oficial” (que solo encuentra parangón en Venezuela, que es por cierto el modelo a seguir de esta gente terriblemente populista y dañina que contaminan toda la región).
Si bien, se debe reconocer que existen falencias en muchos medios, como la falta de objetividad de algunos periodistas y la utilización de los medios muchas veces para perseguir a enemigos, dichas falencias no pueden ser un parámetro para decir que la prensa paraguaya sea peor que la ecuatoriana, el parámetro es otro muy distinto y es precisamente el modelo goebbeliano. Es decir, que todos estos males sean el monopolio exclusivo de una sola prensa, como por ejemplo la estatal.
En Ecuador, si bien, quizás ya no exista tanta vorágine de criterios en la prensa, lo cual es gravísimo pues indica cercenaciones, por el otro existe prácticamente un monopolio de la mentira, la tergiversación y la persecución, y mucho peor: la utilización del impuesto de la gente en su contra, como ocurrieron siempre en los estados totalitarios, tanto de fascistas como de comunistas, o dicho de otra forma en los mal llamados regímenes de derecha e izquierda.
Si bien es cierto que la libertad de expresión no podrá jamás garantizar que ningún medio abuse de su derecho o que sea un paraíso terrenal, como lo intentan hacen creer los colectivistas cuando quieren dar ese monopolio al gobernante de turno, sino que simplemente dará la oportunidad de que la propia gente identifique quien es quien y finalmente opte por el que le parece: la más seria, la más confiable y especialmente la más objetiva y aunque siempre será solo “la más” aunque sea un tantito, jamás será la dueña de la verdad. Esa es la gran diferencia y a la vez la garantía. Así que prensa paraguaya, felicitaciones por ser mejor que la prensa ecuatoriana.