Camino de servidumbre

Camino de servidumbre
Autor: 
Friedrich A. Hayek

Friedrich August von Hayek (1899 – 1992) nació en Viena, Austria, que en ese entonces era una de las grandes capitales intelectuales de Europa. Hayek es particularmente conocido como un defensor del liberalismo clásico y del capitalismo en contra del socialismo y el pensamiento colectivista. Fue miembro de la Escuela Austriaca de economía y escribió extensamente acerca teoría monetaria, el cálculo en una economía socialista, la teoría de los órdenes espontáneos y la teoría del derecho evolutivo. Inició su carrera como profesor universitario en la Universidad de Viena, luego en la London School of Economics y posteriormente en la Universidad de Chicago y en la Universidad de Freiburg. En 1974 obtuvo el Premio Nobel de Economía por su trabajo relacionado a "la teoría monetaria y las fluctuaciones económicas y por su profundo análisis de la interdependencia entre los fenómenos económicos, sociales e institucionales".

El libro de Hayek, Camino de servidumbre —en alusión a la frase de Alexis de Tocqueville “el camino a la esclavitud”— fue publicado en el Reino Unido el 10 de marzo de 1944. De inmediato generó controversia puesto que explicaba de manera sencilla y clara la relación entre la libertad individual y la planificación económica centralizada. Para Hayek, las ideas colectivistas —ya sean de izquierda o de derecha— no conducen a una utopía sino que al darle cada vez más poder al Estado para controlar la economía, inevitablemente conducen a horrores como los de la Alemania Nazi y la Italia Fascista.

Edición utilizada:

Hayek, F.A. Camino de servidumbre. Textos y documentos. Madrid: Unión Editorial, 2008.

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Notas al pie de página

Notas al pie de página

[1]

Wendell Wilkie, One World (Nueva York: Simon and Schuster, 1943).


[2]

En su «Nota sobre la historia de la edición», escrita con motivo del cincuenta aniversario de la publicación del libro, Milton Friedman constataba que hacia 1994 Chicago había vendido aproximadamente 250.000 ejemplares y que se han publicado casi veinte traducciones autorizadas. La cifra de 350.000 es una estimación proporcionada por la editorial en 2005. La introducción y la nota de Friedman puede leerse en el Apéndice.


[3]

Carta de Isaiah Berlin a Elizabeth Morrow, 4 de abril de 1945, reimpresa en Isaiah Berlin: Letters, 1928-46, ed. Henry Hardy (Cambridge: Cambridge University Press, 2004), p 540.


[4]

Carta de Gardiner Means a William Benton, 28 de diciembre de 1944, en la recopilación de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 2, Biblioteca de la Universidad de Chicago, Chicago, Illinois.


[5]

Carta de Rudolf Carnap a Karl Popper, 9 de febrero de 1946, citada en Mark Notturno, «Popper’s Critique of Scientific Socialism, or Carnap and His Co-Workers», Philosophy of the Social Sciences, vol. 29, marzo de 1999, p. 41. Este comentario sugiere que Carnap tuvo que haber leído la reseña de A.R. Sweezy del 5 de noviembre de 1944, publicada en PM, una publicación izquierdista, en la que el libro de Hayek fue calificado de «libro de texto para reaccionarios».


[6]

Los lectores de su prefacio a la edición de 1976, incluida en este volumen, podrán ver que Hayek modificó algunos de estos puntos de vista en sus últimos años.


[7]

Esta última tarea, evidentemente, es necesaria siempre para adecuarse a un tiempo y un lugar específicos, y cada generación de lectores extrae de él lecciones diferentes. Como tal, quiero alertar, simplemente, al lector sobre el hecho de que esta introducción ha sido escrita por un historiador americano del pensamiento económico, y cuya última modificación se efectuó a finales de 2005.


[8]

F.A. Hayek, Prices and Production (Londres: Routledge & Sons), 1931 [trad. esp.: Precios y producción, Ediciones Aosta/Unión Editorial, 1996]. Está prevista una edición de Collected Works.


[9]

Sraffa no era inglés, sino italiano de Turín, y parece que nunca dejó de serlo (N. d. T.).


[10]

John Maynard Keynes, A Treatise on Money, 2 vols. [1930], reimpresión como volúmenes 5 y 6 (1971) de The Collected Writings of John Maynard Keynes, Austin Robinson y Donald Moggridge (eds., 30 vols. (Londes: Macmillan [para la Royal Economic Society], 1971-89). La polémica de Hayek con Keynes y Sraffa, incluida la correspondencia, han sido reproducidos en Contra Keynes y Cambridge: Essays, Correspondence, Bruce Caldwell (ed.), vol. 9 (1995) de The Collected Works of F.A. Hayek (Chicago: University of Chicago Press, y Londres: Routledge) [ed. esp.: Contra Keynes y Cambridge. Volumen IX de Obras Completas de F.A. Hayek, Unión Editorial, 1996].


[11]

F.A. Hayek, «The Trend of Economic Thinking», Economica, vol. 13, mayo de 1933, pp. 121- 37; reimpreso como capítulo 1 de The Trend of Economic Thinking: Essays on Political Economists and Economic History,W.W. Bartley III y Stephen Kresge (eds.), vol. 3 (1991) de The Collected Works of F.A. Hayek, pp. 17-34 [ed. esp.: La tendencia del pensamiento económico, vol. III de Obras Completas de F.A. Hayek, Unión Editorial, 1991].


[12]

Para más información sobre la historia de ambas escuelas, véase Bruce Caldwell, Hayek’s Challenge: An Intellectual Biography of F.A. Hayek (Chicaho: Chicago University Press, 2004), capítulos 1-4.


[13]

Este recuerdo está tomado de de una ficha que se hallaba entre cierto número de éstas que Hayek escribió para proporcionar información a Bill Bartley, que iba a ser el biógrafo de Hayek. (Bartley murió en 1990, cuando todavía no había avanzado mucho en la biografía.) Las transcripciones de las fichas están incluidas en un documento inédito que Bartley, en broma, tituló «Hayek Biography. “Inductive basis”». Bartley fue un filósofo educado en la tradición popperiana, y la «base inductiva» es un término de esa tradición para el conjunto de hechos para probar las teorías. La cita puede encontrarse en la p. 78.


[14]

F.A. Hayek, Hayek on Hayek: An Autobiographical Dialogue, Stephen Kresge y Leif Wenar (eds.) (Chicago: Chicago University Press, y Londres: Routledge, 1994) p. 102 [trad. esp.:Hayek sobre Hayek. Un diálogo autobiográfico, en el vol. I de Obras Completas de F.A. Hayek, Unión Editorial, 1997, pp. 99-100].


[15]

El informe original puede hallarse en los Friedrich A. von Hayek Papers, caja 105, carpeta 10, Hoover Institution Archives, Stanford, California.

Nota historiográfica: no hay nada en el manuscrito del «Nazi-Socialism» que indique que haya sido escrito para Beveridge. Y realmente, aunque yo sabía desde hacía mucho tiempo de la existencia del manuscrito en los archivos de Hayek, pienso que no es el informe de Beveridge, pues lleva la fecha de 1933, y, como se ha dicho, Hayek parecía implicar que se lo había dado a Beveridge en los últimos años 1930. Sin embargo, en el verano de 2004 Susan Howson me mostró una copia idéntica del informe (pero con un nuevo título y sin fecha) que había hallado entre los papeles de Beveridge. En esto se basa la afirmación de que era realmente el informe de Beveridge.

Como tal, la fecha de 1939 que Hayek menciona en sus recuerdos parece ser simplemente un error. Los dos artículos que surgieron del informe fueron se publicaron en 1938 y 1939, por lo que el informe debe haber sido escrito antes de 1938. Además, Beveridge dejó la LSE para ir a Oxford en 1937, por lo que presumiblemente la fecha sería incluso anterior. Mi mejor hipótesis es que Hayek, en sus recuerdos, simplemente, confundió la fecha de publicación de 1939 con la fecha del informe. Agradezco a un lector anónimo de la Chicago University Press cuyo cuidadoso examen de la prueba me ayudó a llegar a esta conclusión.


[16]

F.A. Hayek, «Nazi-Socialism», apéndice.


[17]

Ibid.


[18]

Las dos versiones de 1938 y 1939 de «Freedom and the Economic System» fueron publicadas de nuevo y aparecen como los capítulo 8 y 9 de F.A.Hayek, Socialism and War: Essays, Documents and Reviews, de Bruce Caldwell (ed.), vol. 10 (1997) de The Collected Works of F.A. Hayek, pp. 181- 88, 189-211 respectivamente [trad. esp.: «La libertad y el sistema económico», capítulos VIII y IX de Socialismo y guerra, vol. X de Obras Completas de F.A. Hayek, Unión Editorial, 1999].


[19]

F.A. Hayek, «Freedom and the Economic System» [1938], op. cit., p. 182 [pp. 218-19 de la versión española].


[20]

Ibid., pp. 193-209 [219-25].


[21]

F.A.Hayek (ed.), Collectivist Economic Planning: Critical Studies on the Possibilities of Socialism (Londres: Routledge & Sons, 1935; reimpr.: Clifton, N.J: Kelley, 1975).


[22]

Ludwig von Mises, «Economic Calculation in the Socialist Commonwealth», trad. Por S.Adler, en F.A. Hayek (ed.), Collectivist Economiic Planning, op. cit., pp. 87-130.


[23]

F.A. Hayek, «The Present State of the Debate», en Collectivist Economic Planning, op. cit., pp. 210-43. El ensayo introductorio de Hayek, titulado «The Nature and History of the Problem» y sus ensayos conclusivos se han reimpreso como capítulos 1 y 2 de F.A. Hayek, Socialism and War, op. cit., pp. 53-79, 89-116, respectivamente [trad. esp.: Socialismo y guerra, vol. X de Obras Completas de F.A. Hayek, cit., capítulos I y II). Para más datos sobre el debate, véase la introducción del coordinador a este volumen.


[24]

Oskar Lange, «On the Economic Theory of Socialism», en On the Economic Theory of Socialism, Benjamin E. Lippincott (ed.) (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1938; reimpresión: Nueva York: McGraw Hill, 1956), pp. 57-143.


[25]

F.A. Hayek, «Socialist Calculation: The Competitive “Solution”» [1940], reimpreso como capítulo 3 de F.A. Hayek, Socialism and War, op. cit., pp. 117-40 [trad. esp.: Socialismo y guerra, vol. X de Obras Completas de F.A. Hayek, cit., capítulo III].


[26]

Tanto Dalton como Durbin colaboraron en varios puntos como miembros laboristas del parlamento, y Dalton ocupó el puesto de Chancellor of the Exchequer de 1945 a 1947.Volveremos a encontrarlos más adelante en esta introducción.


[27]

Sydney y Beatrice Webb, Soviet Communism:A New Civilization?, 2 vols. (Londres:Longmans, Green, 1935).


[28]

Véase, por ejemplo, Sir Daniel Hall y otros, The Frustration of Science (Londres: Allen and Unwin, 1935; reimpres.: Nueva York: Arno Press, 1975); Findlay MacKenzie (ed), Planned Society: Yesterday, Today, Tomorrow. A Symposium by Thirty-Five Economists, Sociologists and Statesmen (Nueva York: Prentice Hall, 1937); y Harold Macmillan, The Middle Way: A Study of the Problem of Economic and Social Progress in a Free and Democratic Society (Londres: Macmillan, 1938). El clima de opinión en el seno de la intelligentsia británica en los años de entreguerras se reseña en Bruce Caldwell, Hayek’s Challenge, op. cit., pp. 232-37.


[29]

Lionel Robbins, Economic Planning and Economic Order (Londres: Macmillan, 1937), p. 3.


[30]

Para ampliar este punto véase la introducción del coordinador del libro de F.A. Hayek, The Pure Theory of Capital, edic. de Lawrence A.White, vol. 12 (de próxima publicación) de The Collected Works of F.A. Hayek, cit.


[31]

Carta de F.A. Hayek a Fritz Machlup, 27 de agosto de 1939, Fritz Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives. Machlup (1902-83) era compañero de clase de Hayek en la Universidad de Viena; llegó a los Estados Unidos con una beca Rockefeller en 1933. A medida que la situación en Europa iba deteriorándose Machlup, que era judío, decidió quedarse en Estados Unidos, ocupando un puesto en 1935 en la Universidad de Buffalo, Nueva York. Cuando los Estados Unidos entraron en guerra, se trasladó a a Washington para trabajar en la Oficina de Custodia de la Propiedad Extranjera. Hayek y Machlup se cartearon con frecuencia, lo que nos permite seguir muy de cerca las actividades de Hayek durante los años de la guerra. Veremos que Machlup desempeñó también un papel importante en la búsqueda de un editor estadounidense para Hayek.


[32]

F.A. Hayek, «Some Notes on Propaganda in Germany», p. 2. El informe, que tiene nueve páginas y que lleva la anotación «2.ª versión, 12/9/39», puede encontrarse en los Hayek Papers, caja 61, carpeta 4, Hoover Institution Archives. La caja 61, carpeta 5 contiene la carta de Hayek al director general, fechada el 9 de septiembre de 1939, lo mismo que la carta al comandante Anthony Gishford del 30 de diciembre.


[33]

Carta de F.A. Hayek a Fritz Machlup, 21 de junio de 1940, Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives.


[34]

Ibid.


[35]

Éstos se publicarían separadamente, como «The Counter-Revolution of Science», Economica, N.S., vol. 8, febrero de 1941, pp. 9-36;mayo de 1941, pp. 119-150; agosto 1941, pp. 281-320; y «Scientism and the Study of Society», Economica, N.S., vol. 9, agosto de 1942, pp. 267-91; vol. 10, febrero de 1943, pp. 34-63; vol. 11, febrero de 1944, pp. 27-39.Versiones revisadas de estos ensayos pueden hallarse en F.A. Hayek, The Counter-Revolution of Science (Glencoe, Ill.: The Free Press, 1952; reimpr. Liberty Press, Indianapolis, In. 1979) [trad. esp. de Jesús Gómez Ruiz:: La contrarrevolución de la ciencia. Estudios sobre el abuso de la razón, Unión Editorial, 2003].


[36]

Carta de F.A. Hayek a Fritz Machlup, 2 de enero de 1941, Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives.


[37]

Para más información sobre Neurath, véase la introducción del autor a F.A.Hayek, Socialism and War, op. cit. Se produjo una breve pero apasionante correspondencia entre Hayek y Neurath a finales de la Segunda Guerra mundial. Neurath la inició cuando envió a Hayek una reseña de The Road to Serfdom, y en una carta posterior le invitaba a un debate. Hayek se deshizo de él, alegando que estaba muy ocupado en un nuevo proyecto, lo que se convertiría más tarde en The Sensory Order: An Inquiry into the Foundation of Theoretical Psychology (Chicago: University of Chicago Press, 1952) [trad. es.: El orden sensorial. Los fundamentos de la psicología teórica, Unión Editorial, 2004]. El debate no se produjo nunca, pues Neurath murió en diciembre de 1945. La correspondencia se halla en los Hayek papers, caja 40, carpeta 7, Hoover Institution Archives.


[38]

Editorial, «Science and the National War Effort», Nature, vol. 146, 12 de octubre de 1940, p. 470.


[39]

Barbara Wootton, «Book Review: Marxism:A Post-Mortem», Nature, vol. 146, 19 de octubre de 1940, p. 508.


[40]

Comité Ejecutivo Nacional del Partido Laborista, The Old World and the New Society: A report on the Problems of War and Peace Reconstruction (Londres: Transport House, s.f.), pp. 3-4. El panfleto fue publicado por el Comité «para ser considerado por las distintas organizaciones afiliadas con anterioridad a las discusiones de una serie de conferencias regionales por todo el país, y en la conferencia anual del partido, que se celebraría en Londres en Whitsuntide (25-28 de mayo de 1942)».


[41]

Profesor H.J. Laski, «A Planned Economic Democracy», The Labour Party Report of the 41st Annual Conference (Londres: Transport House, Londres 1942), p. 111.


[42]

Aunque, como destaca el biógrafo de William Beveridge, «ya en junio de 1941… había una amplia opinión reformista interesada en —con puntos de vista consolidados al respecto— el conjunto de problemas que Beveridge y su comité iban a examinar detalladamente en los siguientes dieciocho meses».Véase Jose Harris, William Beveridge:A Biography, edición revisada en rústica (Oxford: Clarendon Press, 1997), pp. 367-368.


[43]

Brian Abel-Smith, «The Beveridge Report: Its Origins and Outcomes», en Beveridge and Social Security: An International Perspective, John Hill, John Ditch, y Howard Glennerster eds.), (Oxford: Clarendon Press, 1992), p. 14.


[44]

Janet Beveridge, Beveridge and His Plan (Londres: Hodder and Stoughton, 1954), p. 114. Quizá fuera la esposa de Beveridge la que informó sobre la longitud de la cola, o tal vez contaba una anécdota que había recibido de segunda mano.


[45]

Brian Abel-Smith, «The Beveridge Report», op. cit., p. 18.


[46]

Según el biógrafo de Beveridge, «el plan de la Seguridad Social formaba una mera punta de iceberg —y según Beveridge la punta menos importante— del mucho más ambicioso y trascendental programa de reconstrucción social que tenía en mente en esos tiempos… [que] comprendía objetivos tales como la nacionalización de la tierra y de la vivienda, la legislación sobre el salario mínimo nacional, la propiedad pública hasta el 75 por ciento de la producción industrial, la participación de empresas públicas para dirigir las inversiones públicas y privadas, y un control permanente del estado en la planificación de los ingresos, precios, y mano de obra». Véase Jose Harris, «Beveridge’s Social and Political Thought», en Beveridge and Social Security, op. cit., p. 29. Los cambios introducidos por el gobierno laborista de posguerra serían mucho menos dramáticos de lo que Beveridge, en privado, esperaba, y los niveles de asistencia, una vez cumplidos, eran menores de lo que se indicaba en su informe. Con todo, se estableció el estado de bienestar, y con él la presunción de que el estado sería responsable y capaz de mantener el «pleno empleo».


[47]

SirWilliam Beveridge, Social Insurance and the Allied Services (Nueva York: Macmillan, 1942), p. 6.


[48]

Carta de Fritz Machlup a F.A. Hayek, 23 de octubre de 1942, Hayek Papers, caja 36, carpeta 17, Hoover Institution Archives, cuyos derechos pertenecen a la Universidad de Stanford.


[49]

En una carta fechada el 13 de junio de 1943, Hayek informaba de que había enviado a Machlup copias de los capítulos 13 y 14 «hace unos dos meses» y le enviaba ahora el capítulo final (capítulo 15), así como un nuevo prefacio y un índice. Machlup confirmó la recepción en su carta del 9 de agosto de 1943. Ambas cartas se hallan en los Machlup Papers, caja 42, carpeta 15, Hoover Institution Archives. Quizá debamos constatar que son dieciséis, y no quince, capítulos en la versión final publicada, pero el último capítulo es sólo una conclusión de dos páginas que se añadió más tarde.


[50]

Machlup era consejero editorial de la casa editora académica Blakiston Company, y le dijeron que les agradaría publicar el libro cuando Hayek quisiese, pero al carecer de un departamento comercial, no podrían comercializar el libro de ninguna manera. Por lo que Machlup decidió intentar que se interesasen por el libro en otros lugares. 50. Carta de Fritz Machlup a F.A. Hayek, 21


[51]

Carta de Fritz Machlup a F.A. Hayek, 21 de enero de 1943, Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives, derechos de la Universidad de Stanford. Es difícil resistirse a añadir la frase con la que el correspondiente de Machlup, el señor Putnam, acabó su párrafo: «Sin embargo, si el libro lo publica algún otro y se convierte en un best-seller en el campo de la no ficción, lo apuntaremos a uno de esos errores de juicio que todos hacemos.» Desde luego.


[52]

Carta de Fritz Machlup a Harry Gideonse, 9 de septiembre de 1943, Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives, derechos de la Universidad de Stanford.


[53]

Carta de Ordway Tead a Fritz Machlup, 25 de septiembre de 1943, Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives. Tead añadía que «Asimismo, se sitúa de plano en la línea negativa como para dejar al lector que carece de claves sin saber qué dirección tomar en su pensamiento o política», queja de la que otros se harían eco.


[54]

53. Aaron Director (1901-2004) escribió su tesis en economía en Chicago,y enseñó allí brevemente antes de abandonar la enseñanza por un trabajo en el Departamento del Tesoro en 1933. Pasó también algún tiempo en los años 1930 en la LSE, donde conoció a Hayek. En 1946 Director pasó a la facultad de la Law School, en Chicago, y colaboró en la fundación del movimiento ley y economía durante su estancia allí. Su hermana Rose se casó con Milton Friedman.


[55]

Como el director de la editorial le contaba en una carta del 2 de mayo de 1945 a Hartley Grattan, «La idea de la editorial de publicar el libro en este país fue sugerida por un miembro del Departamento de Economía de la Universidad,que había conocido anteriormente a Hayek y sus trabajos; casi al mismo tiempo, otro amigo del autor, tiempo atrás en la Universidad pero en ese momento en Washington, en el gobierno, nos sugirió el libro y nos mandó las pruebas.» La carta de Scoon se halla en la Biblioteca de la Universidad de Chicago. Scoon y el director de la editorial, Joseph Brandt, se incorporaron a la editorial en enero de 1944, por lo que la versión de Scoon del proceso por el que el libro llegó a Chicago es indirecta. De todos modos, su carta está llena de información interesante (Milton Friedman utilizó incluso partes del libro en su «Note on Publishing History»), que se publica por primera vez en el Apéndice a este volumen.


[56]

Frank Knight, informe de lectura, 10 de diciembre de 1943, colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 1, Biblioteca de la Universidad de Chicago. El informe se publica por primera vez en el Apéndice.


[57]

Jacob Marschak, informe, 29 de diciembre de 1943, colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 1, Biblioteca de la Universidad de Chicago. El informe se publica por primera vez en el Apéndice.


[58]

Véase carta de Hayek a Machlup, 2 de febrero de 1944, Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives.


[59]

Como se dijo en el prefacio editorial, el texto de la edición americana sirve de base a la presente edición.


[60]

En una carta fechada el 26 de junio de 1944, Hayek explicaba al editor Scoon por qué las citas eran importantes: «El tono general de un capítulo queda determinado a veces por el hecho de que la idea principal se resume en la cita del encabezamiento, y yo, a veces, omito deliberadamente una conclusión general porque ya se expresa en la cita. Consideraré una gran calamidad para el libro si se acaba omitiéndolas realmente…» La carta se encuentra en la colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 1, Biblioteca de la Universidad de Chicago.


[61]

Una anécdota editorial: el libro está lleno de citas de otros, y, por desgracia,Hayek solía equivocarse al incluir las citas, incluso las del comienzo de los capítulos. En una carta fechada el 26 de febrero de 1944, Hayek pidió a Machlup que le corrigiese una de sus citas, la famosa frase de Acton, «El poder tiende a corromperse, y el poder absoluto tiende a corromperse absolutamente.» Por desgracia, incluso en la corrección Hayek se equivoca, diciendo a Machlup que debería leer ¡«El poder tiende a corromper, y el poder absoluto tiende a corromper absolutamente»! Machlup pasó por alto la «corrección», como era de esperar, pero sin duda la cita real era lo suficientemente conocida como para que el corrector de manuscritos de la editorial de Chicago viese el error, pues el libro apareció con la frase correcta. La carta se encuentra en los Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives.


[62]

Como Jeremy Shearmur, «Hayek, The Road to Serfdom, and the British Conservative Party», Journal of the History of Economic Thought, próxima aparición, informa, una edición británica abreviada la publicó Routledge utilizando papel que había sido transferido de la asignación proporcionada al Partido Conservador británico. La reducción del libro fue llevada a cabo por un miembro conservador del Parlamento, el comandante Archibald James, y en vez de las citas de Hume y de Tocqueville de la página del título, la versión abreviada llevaba una cita de ¡Winston Churchill, jefe del Partido Conservador!


[63]

F.A. Hayek, The Road to Serfdom (Dymock’s Book Arcade, Sydney 1944).


[64]

Para más detalles sobre los primeros momentos de la historia de su publicación en Estados Unidos, véase la carta de John Scoon del 2 de mayo de 1945 a C. Hartley Grattan, que se reproduce en el Apéndice.


[65]

Hayek mencionó a Eastman, que había simpatizado inicialmente con la Revolución rusa, pero que posteriormente se había retractado, en el capítulo 2. Véase el prólogo de la edición en rústica americana de 1956, en este volumen, p. 68.


[66]

El Reader’s Digest proporcionó cifras de circulación de 1945. Croswell Bowen, «How Big Business Raised the Battle Cry of “Serfdom”», PM, domingo, 14 de octubre de 1945, p. 13, estimó que los lectores del Reader’s Digest eran unos 10 millones, y es también la fuente para la cifra de reimpresiones del Book-of-the-Month Club. (Las ventas en quioscos y puntos de venta explican la discrepancia entre las cifras de circulación y lectura del Reader’s Digest.) En su «Note on Publishing History», Milton Friedman estimaba que la cifra de la reimpresión era de 600.000 ejemplares (en vez de «más de un millón»), pero se basaba probablemente en la estimación idéntica de John Scoon en su carta del 2 de mayo de 1945. Quizá el número aumentó entre mayo y octubre, cuando apareció el artículo de Bowen.


[67]

Hayek cuenta la historia de su viaje con más detalle en Hayek on Hayek, op. cit., pp. 103-5 [pp. 101-03 ed. esp.].


[68]

Tanto el texto condensado del Reader’s Digest como la versión cartoon de Look se reprodujeron en un opúsculo publicado por el Institute of Economic Affairs: F.A.Hayek, Reader’s Digest Condensed Version of The Road to Serfdom, Rediscovered Riches n.º 5 (IEA Health and Welfare Unit, Londres, 1999). El director del IEA, John Blundell me informó el 25 de febrero de 2005 respecto a que en el último año había habido más de 40.000 descargas de su página web de un PDF que contenía el texto de la versión condensada de Camino de servidumbre.


[69]

F.A. Hayek, «Planning and “The Road to Serfdom”: Friedrich Hayek Comments on Uses to Which His Book Has Been Put», Chicago Sun BookWeek, 6 de mayo de 1945.


[70]

F.A. Hayek, «The Road to Serfdom, an Address before the Economic Club of Detroit», 23 de abril de 1945, p. 6. Una transcripción del mensaje se encuentra en los Hayek Papers, caja 106, carpeta 8, Hoover Institution Archives.


[71]

Marquis W. Childs, «Apostle Hot Potato: Austrian for Whom Senator Hawkes Gave Party Embarrassed Republicans», Newark Evening News, 6 de mayo de 1945.


[72]

Esto lo tomamos de la frase final de la «Declaración de Objetivos» de la Sociedad, adoptada el 10 de abril de 1947, y reproducida en Fritz Machlup (ed), Essays on Hayek (Nueva York: New York University Press, 1976), p. XIII.


[73]

Como contaba más tarde Hayek en Hayek on Hayek, op. cit., p. 103 [p. 101 de la edición española], «prácticamente, todos los contactos que me condujeron a posteriores visitas y que finalmente me trasladaron a Chicago los establecí durante ese viaje».


[74]

En una carta a Machlup, del 20 de marzo de 1944, Hayek destacaba con cierta sorpresa la buena recepción inicial del libro en la prensa británica, y añadía: «Sin embargo, espero que los ataques empezarán pronto.» La carta se encuentra en los Machlup Papers, caja 43, carpeta 15, Hoover Institution Archives.


[75]

Véase el prólogo a edición americana en rústica de 1956, en este volumen, p. 67.


[76]

En las elecciones de 1945, Clement Attlee y Hugh Dalton, que pronto serían Primer Ministro y Ministro de Hacienda laboristas, respectivamente, acusaron a Winston Churchill de tomar sus ideas de Friedrich August von (con énfasis en el «von») Hayek. En un discurso (luego se le puso el mote de «discurso de la Gestapo»), Churchill había predicho que una victoria laborista habría conducido a serias restricciones de las libertades individuales. Para más información sobre todo esto, véase F.A. Hayek, Hayek on Hayek, op. cit., pp. 106-7 [p. 104 de la edición española]; cf. Jeremy Shearmur, «Hayek, The Road to Serfdom, y el Partido Conservador británico», op. cit.


[77]

Herman Finer, Road to Reaction (Little, Brown and Company, Boston 1945), p. IX.


[78]

Ibid., p. 36. Es cierto que Hayek creía que los límites constitucionales eran esenciales para proteger a los individuos contra la «tiranía de la mayoría». Pero se oponía a la planificación, no a la democracia. Y realmente, si su argumento es correcto, la democracia es más plausible que sea preservada bajo instituciones políticas y económicas liberales que bajo la planificación, sea cual fuere la forma que pueda adquirir.


[79]

Ibid., p. 210.


[80]

George Soule, «The Gospel according to Hazlitt: A Review of Economics in One Lesson», The New Republic, vol. 115, 19 de agosto de 1946, p. 202.


[81]

Croswell Bowen, «How Big Business…», op. cit., p.16.


[82]

F.A. Hayek, «Postscript», Hayek Papers, caja 106, carpeta 8, Hoover Institution Archives.


[83]

Véase el prólogo de 1956 para la edición americana en rústica en este volumen, pp. 41-42. Una atenta lectura del «postscriptum» de 1948 muestra que la respuesta inicial de Hayek fue menos comedida,y, al parecer, incluso la penúltima redacción de 1955 del «Prólogo» contenía algunas ideas sobre Rexford Tugwell y Wesley Clair Mitchell que incitaron el interés de un director de la editorial. Estas líneas se suprimieron en la versión final. Véase la carta de Alexandre Morin a Hayek el 18 de agosto de 1955, colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 4, Biblioteca de la Universidad de Chicago.


[84]

Véase John Blundell, «Introduction:Hayek, Fisher and The Road to Serfdom», en F.A.Hayek, Reader’s Digest Condensed Version of The Road to Serfdom, op. cit., pp. 16-25.


[85]

John Scoon a Hartley Grattan, 2 de mayo de 1945, op. cit., reproducido en el Apéndice.


[86]

Alvin Hansen, «The New Crusade against Planning», The New Republic, vol. 112, 1 de enero de 1945, pp. 9-10.


[87]

Carta de John Maynard Keynes a Hayek, 28 de junio de 1944, reproducido en John Maynard Keynes, Activities 1940-1946. Shaping the Post-War World: Employment and Commodities, edic. de Donald Moggridge, vol. 27 (1980) de The Collected Writings of John Maynard Keynes, op. cit., p. 385.


[88]

Ibid., p. 386.


[89]

F.A. Hayek, The Constitution of Liberty (University of Chicago Press, Chicago 1960) [trad. esp.: Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, 8.ª ed., 2008].


[90]

F.A. Hayek, Law, Legislation, and Liberty, 3 vols. (Chicago University Press, Chicago 1973-79 [trad. esp. en un volumen: Derecho, legislación y libertad, Unión Editorial, 2006].


[91]

Evan Durbin, «Professor Hayek on Economic Planning and Political Liberty», Economic Journal, vol. 55, diciembre de 1945, p. 360. Durbin tiene su propio libro sobre el socialismo democrático: véase Evan Durbin, The Politics of Democratic Socialism: An Essay on Social Policy (Londres: Routledge, 1940; reimpresión Nueva York: Kelley, 1969).


[92]

Ibid., p. 361.


[93]

F.A. Hayek, «Socialist Calculation: The Competitive “Solution”», op. cit., Hayek menciona la reseña en el capítulo 3, nota 4.


[94]

Ibid., p. 123.


[95]

Carta de Oskar Lange a Hayek, 31 de julio de 1940, incluida en Economic Theory and Market Socialism - Selected Essays of Oskar Lange, edic. de Tadeusz Kowalik (Cheltenham: Elgar, 1994), p. 298.


[96]

F.A.Hayek, «Postscript»,Hayek Papers, caja 106, carpeta 8, Hoover Institution Archives. En ese momento Durbin era miembro socialista del Parlamento y Secretario Parlamentario del Ministro de Trabajo.


[97]

Tadeusz Kowalik, «Oskar Lange’s Market Socialism:The Story of an Intellectual-Political Career» [1991], incluido en Why Market Socialism? Voices from Dissent, edic. de Frank Roosevelt y David Belkin (M.E. Sharpe, Armonk (N. York) 1994), pp. 137-54.


[98]

Véase Bruce Caldwell,«Hayek and Socialism», Journal of Economic Literature, vol. 35, diciembre de 1997, pp. 1.856-90, sobre los debates más recientes.


[99]

Durbin, op. cit. En su reseña, Durbin acusó repetidamente a Hayek de ser acientífico u hostil a la ciencia, ejemplificando claramente la visión del mundo positivista contra la cual Hayek tantas veces combatió.


[100]

Véase Barbara Wootton, Freedom under Planning, cit., pp. 28, 36-37, 50, y George Stigler, Memoirs of an Unregulated Economist (Nueva York: Basic Books, 1985), p. 146.


[101]

Paul Samuelson, Economics, 11 edición (Nueva York: McGraw-Hill, 1980), p. 827.


[102]

F.A. Hayek, prefacio a la edición de 1976, incluido en este volumen, p. 55. Obsérvese que Hayek dice «no es esto lo que dice el libro». Aquí puede haber querido decir implícitamente que las versiones condensadas y cartoon sobre este asunto eran responsables, al menos en parte, de tan difundido malentendido respecto a este mensaje. Y, efectivamente, en la versión condensada se omitió la insistencia de Hayek sobre que no describía tendencias inevitables, en tanto que parte de la frase siguiente, que no se subraya en el original, se escribe en cursiva: «Pocos reconocen que el surgimiento del fascismo y del nazismo [la versión de la IEA sustituye erróneamente, aquí, nazismo por marxismo] no fue una reacción contra las tendencias socialistas del periodo anterior, sino un resultado necesario de tales tendencias.» Véase F.A. Hayek, Reader’s Digest Condensed Version of The Road to Serfdom, cit., pp. 31-32.


[103]

Carta de Hayek a Paul Samuelson, 18 de diciembre de 1980, Hayek papers, caja 48, carpeta 5, Hoover Institution Archives. Hayek se equivocaba al afirmar implícitamente que Samuelson era la fuente del malentendido, pues era algo corriente. Los archivos contienen también la respuesta de Samuelson, en la que se disculpaba y prometía tratar de mostrar los puntos de vista de Hayek con mayor cuidado en sus trabajos futuros.


[104]

F.A. Hayek, «The Road to Serfdom, an Address before the Economic Club of Detroit», op. cit., p. 4.


[105]

En este volumen, capítulo X, p. 226.


[106]

F.A.Hayek,«Freedom and the Economic System» [1939], op.cit., p.205;[p. 245 de la trad. española]. Cuando he descrito la argumentación de Hayek en seminarios, más de una vez los miembros de la audiencia han notado sus semejanzas con el «Impossibility Theorem» de Arrow en la economía del bienestar.


[107]

Véase F.A, Hayek, prefacio a la edición de 1976, en este volumen, p. 83.


[108]

Agradezco a Steven Horwitz que me haya proporcionado estos ejemplos tan apropiados en sus colaboraciones para una sesión conmemorativa del 60 aniversario de la publicación de Camino de servidumbre, celebrado en 2004 en las reuniones de la History of Economics Society en Toronto, Canadá.


[109]

Numerosos ejemplos de la tesis de Hayek pueden verse en Robert Higgs, Crisis and Leviathan: Critical Episodes in the Growth of American Government (Nueva York: Oxford University Press, 1987). La presente introducción se ha escrito durante la presidencia de George W. Bush, que proporciona gran cantidad de pruebas adicionales.


[110]

John Maynard Keynes, The General Theory of Employment, Interest and Money [1936], reeditado como volumen 7 (1973) de los Collected Writings of John Maynard Keynes,. cit., p. 383 [trad. española de José Antonio de Aguirre: La teoría general del empleo, el interés y el dinero, Ediciones Aosta, 1998, p. 440].


[111]

[Este prefacio apareció en las ediciones británica, australiana y estadounidense. —Ed.]


[112]

[F.A. Hayek, «Freedom and the Economic System», Contemporary Review, abril de 1938, pp. 434-42; reimpreso como capítulo 8 de F.A. Hayek, Socialism and War: Essays, Documents, Reviews, op. cit., pp. 181-88. F.A. Hayek, Freedom and the Economic System (Chicago: University of Chicago Press, 1939), Public Policy Pamphlet N.o 29 en las series coordinadas por Harry D. Gideonse; reimpreso como cap. 9 ibid., pp. 189-211. —Ed.]


[113]

[Hayek fue profesor visitante en el Departamento de Economía en la London School of Economics and Political Science (LSE) durante el año académico 1931-32, al final del cual fue propuesto para la cátedra Tooke de Ciencia Económica y Estadística. La cátedra se fundó en el King’s College de Londres en 1859, al año de la muerte de Thomas Tooke. En 1919 la cátedra fue trasladada del King’s College a la LSE, ambas pertenecientes a la Universidad de Londres. Aunque la contratación de Hayek la hizo técnicamente la Universidad de Londres, sus clases las impartió en la LSE. —Ed.]


[114]

[Hayek se refiere a «La libertad y el sistema económico», cit., Véase el prefacio a las ediciones originales, n. 2.—Ed.]


[115]

[Es decir, la Unión Soviética. —Ed.]


[116]

[Véase mi introducción al presente volumen, nota 75. —Ed.]


[117]

El ejemplo más representativo de la crítica británica al libro desde un punto de vista de izquierda es probablemente el cortés y sincero estudio de B.Wootton, Freedom under Planning (George Allen & Unwin, Londres, 1946). Este libro se cita con frecuencia en Estados Unidos como una eficaz refutación de mi tesis, si bien, por mi parte, no puedo menos de pensar que más de un lector debe de haber tenido la impresión de que, como ha escrito un recensor americano, el mismo «parece que sustancialmente confirma la tesis de Hayek». Véase Chester I. Barnard, recensión de Freedom under Planning, en Southern Economic Journal, vol. 12, enero de 1946, p. 290.


[118]

[Hayek visitó Estados Unidos siendo estudiante desde marzo de 1923 a mayo de 1924. —Ed.]


[119]

No sabía entonces que, como luego admitió un consejero de una de esas editoriales, ese rechazo parecía deberse, no a dudas a propósito del éxito del libro, sino a prejuicios que llegaban a sostener que habría sido «inconveniente que lo publicara una editorial respetable» (véase a este respecto la afirmación de William Miller citada por W.T. Couch en «The Sainted Book Burners», The Freeman, abril de 1955, p. 423, y también W. Miller, The Book Industry: A Report of the Public Library Inquiry of the Social Science Research Council (Nueva York: Columbia University Press, 1949, p. 12). [La primera impresión del libro de Miller sobre la industria editorial contenía la siguiente afirmación: «Lo que la editorial universitaria hizo estaba sugerido por la publicación y promoción por la University of Chicago Press hace unos años del libro de Friedrich A. von Hayek The Road to Serfdom, un libro sensacionalista previamente rechazado por al menos una importante editorial comercial que era perfectamente consciente de sus posibilidades de venta.» Lo que la editorial universitaria «hizo» fue intentar incrementar sus beneficios buscando un provechoso bestseller, al margen desu calidad.W.T. Couch, entonces director de la University of Chicago Press, envió a Miller una carta el 7 de octubre de 1949 diciéndole que estaba equivocado. Couch ofreció una prueba documental en el sentido de que la University of Chicago Press no esperaba que el libro tendría una gran difusión, y pedía a Miller que rectificara en la próxima edición de su libro. En su respuesta a Couch, Miller prometió eliminar las líneas ofensivas, pero también calificaba el libro de Hayek de «producto despreciable  », llegando a hacer la afirmación, reproducida en su artículo en The Freeman, a la que Hayek alude en su nota. —Ed.]


[120]

No poco de ese éxito debe atribuirse a la publicación de una versión reducida en Rider’s Digest, y debo expresar aquí públicamente mi reconocimiento a los editores de esta publicación por la excelente versión que se llevó a cabo sin mi asistencia. Es inevitable que la necesidad de condensar un tema tan complejo en una fracción de su extensión originaria produzca algunas simplificaciones excesivas, pero es un resultado notable haberlo hecho sin distorsiones y mejor de lo que lo habría hecho yo mismo. [Hayek expone este episodio más ampliamente en Hayek on Hayek, cit., 104-5 {p. 101 de la ed. española}; véase mi introducción, pp. 18-22. —Ed.]


[121]

Al lector que quisiera ver un ejemplo de insulto e invectiva, que tal vez sea único en la discusión académica contemporánea, recomiendo una lectura del profesor Herman Finer, Road to Reaction (Boston, 1945). [Hayek en un principio pensó presentar una demanda por difamación, pero finalmente le mandó una carta rompiendo sus relaciones con él. Para más información sobre el caso Finer, véase mi introducción en este volumen, p. 44. —Ed.]


[122]

[John Emerich Edward Dalberg-Acton, Primer Barón Acton, «The History of Freedom in Antiquity», en The History of Freedom and Other Essays (Londres: Macmillan, 1907; reimpreso Freeport, NY: Books for Libraries Press, 1967), p. 1 {trad. esp.: «La historia de la libertad en la Antigüedad», en Lord Acton, Ensayos sobre la libertad y el poder, Unión Editorial, 1999, p. 57}. Lord Acton (1834- 1902) fue un liberal Miembro del Parlamento desde 1859 a 1864, líder de los liberales católicos en Inglaterra, y fundador-editor de la Cambridge Modern History, a la cual contribuyó con los dos primeros volúmenes.Hayek pensaba llamar a la sociedad Mont Pèlering Sociedad Acton-Tocqueville, pero Frank Knight se opuso a denominar a un movimiento liberal con el nombre de dos católicos. El artículo citado fue originariamente un discurso pronunciado ante los miembros de la Bridgnorth Institution en el Agricultural Hall en Bridgnorth,Shropshire, el 26 defebrero de 1877. —Ed.]


[123]

[El Nacional Planning Board se creó dentro del Departamento del Interior para ayudar en la preparación de un plan global para obras públicas bajo la dirección de Frederick Delano, Charles Meriam, y Wesley Clair Mitchell. Su última agencia sucesora, la Nacional Resources Planning Board, fue abolida en 1943. —Ed.]


[124]

[El «eminente crítico» era el economista Alvin W. Hansen (1887-1975), un destacado expositor de la economía keynesiana, que como consejero político desempeñó un papel en el desarrollo del sistema de seguridad social y en la creación de la Ley sobre Pleno Empleo de 1946. El pasaje que cita Hayek está tomado de la recensión que Hansen hizo de Camino de servidumbre bajo el título «The New Crusade against Planning», op. cit., p. 12. —Ed.]


[125]

La más eficaz de éstas fue, indudablemente, 1984: A Novel, de George Orwell (Nueva York: American Library, 1949). El autor tuvo la amabilidad de publicar una recensión de The Road to Serfdon en The Observer el 9 de abril de 1944. [George Orwell, pseudónimo de Eric Arthur Blair (1903-1950) fue un novelista y ensayista inglés, autor de Animal Farm {La granja de los animales}. La breve nota de Orwell se publicó en el Observer del 9 de abril de 1944, junto a una recensión de un libro de Konni Zilliacus, The Miror of the Past, Lest It Reflect the Future (Londres:V. Gollancz, 1944. —Ed.]


[126]

[Sobre la distinción entre conservadurismo y liberalismo, véase F.A. Hayek, «Why I Am Not a Conservative», postscript a The Constitution of Liberty, cit., pp. 397-411 {en español: «¿Por qué no soy conservador?», Post-Scriptum a Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, 8.ª ed., 2008, pp. 506 ss.}. —Ed.]


[127]

F.A. Hayek, Individualism and Economic Order (Chicago: University of Chicago Press, 1948. [Entre los artículos incluidos en esta colección están «Individualism:True and False», «Economics and Knowledge», The Use of Knowledge in Society, «The Meaning of Competition» y tres ensayos sobre el cálculo socialista. —Ed.]


[128]

The Counter-Revolution of Science, Glencoe, III., 1952, cit. [Este volumen contiene tres ensayos: «Scientism and the Study of Society», «The Counter-Revolution of Science», y «Comte and Hegel». —Ed.] { [trad. esp. de Jesús Gómez Ruiz: La contrarrevolución de la ciencia, Unión Editorial, 2003}.


[129]

Un primer esbozo de la exposición del tema fue publicado por el Banco Nacional de Egipto, en la forma de cuatro conferencias tituladas The Political Ideal of Rule of Law (El Cairo, 1955). [La esencia de estas conferencias se incorporó a los capítulos 11 y 13-16 de The Constitution of Liberty, cit. [trad. esp.: Los fundamentos de la libertad. Unión Editorial, 8.ª ed., 2008].


[130]

[Economic Survey for 1947, Cmd. 7046 (Londres: HMSO, 1947), p. 5. —Ed.]


[131]

[Hayek se refiere a la Control of Engagement Order de 1947, dictada por el ministro de Trabajo y, como legislación delegada, no sujeta a enmienda por el Parlamento. Ivor Thomas, en The Socialist Tragedy (Londres: Latimer House Ltd., 1949), pp. 104-5, ofrece esta sucinta descripción: «En virtud de esta Orden, los hombres entre los 18 y los 50 años y las mujeres entre los 18 y los 40 no pueden ser contratados a no ser a través de un cambio de empleo del Ministerio de Trabajo, a parte de algunas ocupaciones exceptuadas. Los trabajadores de las minas de carbón y de la agricultura no pueden dejar su trabajo. Otras aplicaciones en el cambio de empleo ofrecen trabajos que en opinión del gobierno tienen una más alta prioridad. Si un aspirante se niega a aceptar un trabajo, puede ser dirigido en última instancia, y si esta dirección fracasa, puede ser castigado con una multa o con la cárcel.» —Ed.]


[132]

[Economic Survey for 1947, cit., p. 9. —Ed.]


[133]

L.J. Barnes, Youth Service in an English County: A Report Prepared for King George’s Jubilee Trust, (Londres, 1945), pp. 18-21. [El primer pasaje citado aparece en pp. 18-20; el segundo en la p. 20 y el último en la p. 21. —Ed.]


[134]

A. de Tocqueville, Democracy in America, Parte II, Libro IV, cap. VI. Debería leerse todo el capítulo para comprender la gran agudeza con que Tocqueville fue capaz de prever los efectos psicológicos del Estado asistencial moderno. Digamos, de pasada, que fue la frecuente referencia de Tocqueville a la «nueva servidumbre» la que me sugirió el título del presente libro. [En su aguda descripción de la democracia en América, el historiador francés Alexis de Tacqueville (1805-1859) observa que la búsqueda de la mayor igualdad se obtiene típicamente mediante una mayor centralización del gobierno y una correspondiente reducción de la libertad. El título del capítulo citado es, «¿Qué tipo de despotismo deben temer las naciones democráticas?» —Ed.]


[135]

[Hayek cita el capítulo 10 de Camino de servidumbre, p. 226. —Ed.]


[136]

Ivor Thomas, The Socialist Tragedy (Londres: Latimer House, Ltd.), 1949, pp. 241 y 242. [Escritor, periodista, miembro laborista del Parlamento, Ivor Thomas (1905-1993) escribió para The Times y The New Chronicle, y posteriormente fue editor del The Dailey Telegraph. Abandonó el Partido Laborista en 1948, pasando posteriormente al Partido Conservador. Thomas cambió su nombre por Bulner-Thomas. —Ed.]


[137]

En un artículo publicado en el número del 19 de junio de 1954, dedicado a discutir el Report on the Public Inquiry Ordered by the Minister of Agriculture into the Disposal of Land at Crichel Down (Cmd. 9176; Londres: H.M. Stationery Office, 1954), documento que merece un atento examen por parte de quienes están interesados por la psicología de una burocracia planificada. [El artículo del Economist a que se refiere Hayek es, «What is the Public Interest», vol. 171, 19 de junio de 1954, pp. 951-52. El artículo describe cómo, en 1937, el Ministerio del Aire compró con la oposición de sus propietarios una extensión de terreno para destinarlo a campo de bombardeo. El terreno, parte de tres granjas, estaba situado en Crichel Down, Dorset. Después de la guerra, el campo se transfirió a otros ministerios y finalmente, mejorado, se vendió a un nuevo comprador. Durante todo el periodo, los propietarios originarios intentaron sin éxito comprar o alquilar su terreno. El episodio lo tomaba The Economist como «prueba evidente que venía a confirmar la sospecha creciente entre la población de que la burocracia inglesa había crecido con arrogancia y sin preocuparse por los derechos de la población  » (p. 951). El presidente de la Corte Suprema al que se refiere Hayek en el texto era a la sazón Gordon Hewart, Primer barón de Bury (1870-1943), que ocupó el cargo desde 1922 a 1940. En su libro The New Despotism (Londres: Ernest Benn Ltd., 1929; reimpreso,Westport, CT: Greenwood Press, 1975), Hewart criticaba las leyes que otorgaban una amplia discrecionalidad a los ministerios y departamentos responsables de ponerlas en práctica, discrecionalidad que les permitía interpretar las leyes come consideraran conveniente, sin revisión o apelación significativa, o incluso cambiar las propias leyes. Hewart pensaba que esto «tenía el efecto de establecer un campo amplio y creciente de la autoridad ministerial más allá del ámbito de la ley ordinaria» (p. 11). —Ed.]


[138]

G.W. Keeton, The Passing of Parliament (Londres: Ernest Benn Ltd., 1952), p. 33.


[139]

[Véase el prefacio a las ediciones originales, nota 2. —Ed.]


[140]

[El filósofo a quien alude es el positivista Rudolf Carnap; véase la cita completa en mi introducción al presente volumen, p. 18. —Ed.]


[141]

[Los volúmenes segundo y tercero aparecieron en 1976 y 1979 respectivamente. Véase F.A. Hayek The Mirage of Social Justice, vol. 2 (1976), y The Political Order of a Free People, vol. 3 (1979) de Law, Legislation, and Liberty, cit. —Ed.]


[142]

[El científico político Harold J. Laski (1893-1950) fue colega de Hayek en la LSE y antes del pacto de no agresión Moltov-Ribbentropp, fue un decidido defensor de Stalin y su política.Hayek destaca la proclividad «patológica» de Laski a mentir en Hayek on Hayek, op. cit., p. 82 {p. 81 de la trad. española}. El teórico del derecho, nacido en Austria, Hans Kelsen (1881-1973) dio clases en Viena, Colonia y, finalmente, en la Universidad de California-Berkeley. Kelsen desarrolló la «teoría pura del derecho» y fue conocido por su defensa del positivismo jurídico. —Ed.]


[143]

[Lord Acton, «Review of Sir Erskine May’s Democracy in Europe» [1878], reimpresión en The History of Freedom and Other Essays, cit., p. 62. —Ed. {en español: Lord Acton, «La democracia en Europa», Ensayos sobre la libertad y el poder, Unión Editorial, 1999, p. 295}]


[144]

[Hayek alude aquí a las tendencias que había identificado en su lección inaugural en la LSE, «The Trend of Economic Thinking,» op. cit. —Ed.] {En español: «La tendencia del pensamiento económico, cap. III del vol. III de Obras Completas de F.A. Hayek, cit.}.


[145]

[El estadista liberal del siglo XX, Sir William Vernon Harcourt (1827-1904) es el autor de la frase: «Ahora todos somos socialistas.» —Ed.]


[146]

Como algunas personas pueden considerar exagerada esta manifestación, será útil citar el testimonio de Lord Morley, quien en su Recollections da como «hecho sabido» que el principal argumento del ensayo On Liberty «no era original sino que procedía de Alemania».[Hayek cita a John,Primer Vizconde Morley, Recollections, vol. 1 (Nueva York: Macmillan, 1917), pp. 61-62. John Morley, Primer Vizconde Morley of Blackburn (1838-1923), fue un estadista y hombre de letras inglés.Escribió numerosas biografías, la más famosa de las cuales es una en cuatro volúmenes de William Gladstone. El poeta, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) fue el autor de Fausto y Las desventuras del joven Werther. El filólogo y estadista Karl Wilhelm von Humboldt (1767-1835) fue el primer ministro prusiano de Educación y fundador de la Universidad de Berlín. El ensayista y hombre de letras Thomas Carlyle (1795-1881), quien, a través de varias publicaciones contribuyó a introducir la cultura y la literatura alemanas para los lectores ingleses, es más conocido entre los economistas por haber calificado a los clásicos como «los monótonos profesores de una ciencia deprimente». El autor y propagandista de origen inglés Houston Stewart Chamberlain (1855-1927), que vivió en Alemania desde 1885 y que escribió principalmente de música y filosofía, era conocido por su apoyo a la doctrina de la supremacía aria. La nota de Hayek estaba colocada inicialmente después del nombre de «Humboldt.» —Ed.]


[147]

Hasta qué punto las opiniones corrientes en todos los sectores, incluso los más conservadores, de un país entero pueden estar teñidas por el izquierdismo predominante entre los corresponsales de su Prensa en el extranjero, lo ilustran bien las opiniones sostenidas, casi unánimemente, en los Estados Unidos acerca de las relaciones entre Gran Bretaña y la India. El inglés que desee ver los acontecimientos del continente europeo en su verdadera perspectiva debe meditar seriamente sobre la posibilidad de que sus opiniones hayan sido pervertidas precisamente de la misma manera y por las mismas razones. Esto no significa en modo alguno negar la sinceridad de las opiniones de los corresponsales norteamericanos e ingleses en el extranjero. Pero a nadie que conozca la índole de los círculos indígenas con los que es probable que establezcan estrecho contacto los corresponsales extranjeros, le será difícil comprender las fuentes de esta parcialidad.


[148]

Que existió un cierto parentesco entre el socialismo y la estructura del Estado prusiano, conscientemente ayudado desde arriba como en ningún otro país, es innegable, y ya lo reconocieron libremente los primeros socialistas franceses. Mucho antes de inspirarse el socialismo del siglo XIX en el ideal de dirigir el Estado entero conforme a los mismos principios que una fábrica cualquiera, el poeta prusiano Novalis había ya deplorado que «ningún Estado ha sido administrado jamás de manera tan semejante a una fábrica como Prusia desde la muerte de Federico Guillermo», en Novalis, Glauben und Liebe, oder der König und die Königin [1798] [El pasaje citado puede encontrarse en Novalis, Schriften, vol. 2 (Stuttgart: Verlag W. Kohlhammer, 1981, p. 494), y dice «Kein Staat ist mehr als Fabrik verwaltet worden, als Preussen, seit Friedrich Wilhelm des Ersten Tode.» Novalis era el pseudónimo del poeta y novelista prusiano Friedrich von Hardenberg (1772-1801), conocido como el «Profeta del Romanticismo». Novalis anticipaba en esta obra un futuro en el que la espiritualidad humana universal eliminaría la necesidad de gobierno. —Ed.]


[149]

[Franklin D. Roosevelt, «Recommendations to the Congress to Curb Monopolies and the Concentration of Economic Power», The Continuing Struggle for Liberalism, vol. 7 de The Public Papers and Addresses of Franklin D. Roosevelt (Nueva York: Macmillan, 1941), p. 320. El mensaje fue emitido el 29 de abril de 1938. Roosevelt lamentaba en su discurso la concentración de poder, o «colectivismo  » en la América empresarial, e hizo un llamamiento por la reintroducción de un «orden democrático competitivo» por medio de una regulación federal adicional de las empresas.Hayek estaba más esperanzado en estas fechas respecto a la futura vía emprendida por los Estados Unidos de lo que lo estaba respecto a Gran Bretaña en lo que atañe a la libre empresa. Para más información sobre esto, véanse sus observaciones en «Planning, Science, and Freedom,» Nature, vol. 143, 15 de noviembre de 1941, pp. 581-82, reproducido en el capítulo 10 de F.A. Hayek, Socialism and War: Essays, Documents, Reviews, cit., p. 219.—Ed.] {Trad. esp.: «Planificación, ciencia y libertad», capítulo X de Socialismo y guerra, vol. X de Obras Completas de F.A. Hayek, cit.}.


[150]

Ya en aquel año, en Informe Macmillan pudo hablar de «el cambio de perspectiva del Gobierno de este país en los últimos tiempos, su creciente preocupación, con independencia de partido político, acerca de la dirección de la vida del pueblo», y añadía que «el Parlamento se encuentra comprometido crecientemente en una legislación que tiene como finalidad consciente la regulación de los negocios diarios de la comunidad e interviene ahora en cuestiones que antes se habrían considerado completamente fuera de su alcance». Y esto pudo decirse antes de que aquel mismo año el país, finalmente, se zambullese de cabeza y, en el breve e inglorioso espacio que va de 1931 a 1938, transformase su sistema económico hasta dejarlo desconocido. [Hayek se refiere al Committee on Finance and Industry Report, Cmd. 3897 (Londres: HMSO, 1931). Los dos pasajes que cita Hayek se encuentran en las páginas 4 y 4-5, respectivamente. El Comité, presidido por el jurista británico Hugo Pattison Macmillan (1873- 1952), estaba encargado de descubrir las causas y formular los remedios para la deprimida economía de Inglaterra; sirvió asimismo como lugar donde J.M. Keynes se opuso a la «Treasury View.» —Ed.]


[151]

[Para más información sobre Acton y Tocqueville, véase el prólogo de la edición americana en rústica de 1956, notas 10 y 22, respectivamente. —Ed.]


[152]

Incluso advertencias mucho más recientes, que han demostrado ser terriblemente ciertas, se olvidaron casi por entero. No hace treinta años que Mr. Hilaire Belloc, en un libro que explica más de lo que ha sucedido desde entonces en Alemania que la mayoría de las obras escritas después del acontecimiento, expuso que «el efecto de la doctrina socialista sobre la sociedad capitalista consiste en producir una tercera cosa diferente de cualquiera de sus dos progenitores: el Estado de siervos» (The Servile State, 1913, 3.ª ed., 1927, pág., XIV). [El escritor y poeta británico, nacido en Francia, Hilaire Belloc (1870-1953), amigo de G.K. Chesterton y escritor de versos para niños, fue autor también de The Servile State (1912; 2.ª ed.: Londres y Edimburgo:T.N. Foulis, 1913; reedición, Indianápolis: Liberty Classics, 1977), de donde se ha tomado la cita (p. 32). —Ed.


[153]

[Los políticos ingleses Richard Cobden (1804-1865) y John Bright (1811-1889), ambos importantes miembros de la Anti-Corn Law League, fueron defensores acérrimos del libre comercio en la Inglaterra del siglo XIX. El economista escocés Adam Smith (1723-1790) ensalzaba el sistema de la libertad natural y condenaba las restricciones mercantilistas al comercio en su obra clásica An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. El filósofo e historiador escocés (y amigo íntimo de Adam Smith) David Hume (1711-1776) fue autor de A Treatise of Human Nature, obra fundamental de la tradición empirista en la filosofía británica, y de una History of England, en varios volúmenes. El filósofo inglés John Locke (1632-1704), otro miembro de la tradición empirista británica, enunció la teoría del contrato social en su Two Treatises of Government. El poeta inglés John Milton (1608-1674), autor de Paradise Lost and Paradise Regained, escribió asimismo un panfleto en apoyo de la Commonwealth y de la libertad de prensa. —Ed.]


[154]

[El humanista renacentista Desiderio Erasmo (1466-1536), «Erasmo de Rotterdam», fue autor de Laus stultitiae. El escritor francés Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592) introdujo el ensayo como género literario. En sus ensayos adoptó una actitud escéptica hacia lo que podía saberse y criticó a quienes defendían puntos de vista dogmáticos. El estadista y hombre de letras romano Marco Tulio Cicerón (106-43 aC) fue famoso por su habilidad oratoria; sus Filípicas contra Marco Antonio acabó costándole la vida. En sus Anales e Historias, el historiador romano Publio Tácito (ca. 55—ca. 120) hizo la crónica del Imperio Romano en el siglo primero. Bajo el gobierno del estadista ateniense Pericles (490-429 aC), florecieron en Atenas la arquitectura, la escultura, y el teatro. El historiador griego Tucídides (ca. 460—ca. 400 aC) fue autor de la Historia de la guerra del Peloponeso.—Ed.]


[155]

[Hayek criticaba la opinión de que el individualismo se asocia necesariamente al egoísmo y al egotismo en su artículo «Individualism: True and False», op. cit. —Ed.]


[156]

El más fatal de estos acontecimientos, preñado de consecuencias todavía no extinguidas, fue la sumisión y destrucción parcial de la burguesía alemana por los príncipes territoriales en los siglos XV y XVI. [Los lectores de Hayek podrían haber visto analogías entre sus referencias históricas y la destrucción de la influencia de la burguesía en Alemania después de la I Guerra mundial, cuando la hiperinflación barrió los ahorros de los obligacionistas alemanes de clase media y ayudó a abrir el camino al surgimiento de Hitler. El exterminio de los kulaks en tiempo que Stalin, que consolidó su poder, fue otro caso análogo. —Ed.]


[157]

[Auguste Comte, Système de Politique Positive (1851-1854), vol. 4 (París: Librairie Positiviste, 1912), pp. 368-69. El filósofo positivista y teórico social francés Auguste Comte (1798-1857) afirmaba que había tres estadios de conocimiento —el teólogico, el metafísico, y el positivo— y que el positivo era el más elevado. El saber positivo se ha obtenido en muchas ciencias naturales, y Comte opinaba que el positivismo debe ser introducido en el estudio de la sociedad. Hayek explica y critica el punto de vista de Comte en sus ensayos «The Counter-Revolution of Science» y «Comte and Hegel», op. cit. —Ed.]


[158]

[Hayek expone un argumento semejante en «The Trend of Economic Thinking,» op. cit. —Ed.]


[159]

El autor ha hecho un intento de remontarse a los orígenes de este desarrollo en dos series de artículos sobre «Scientism and the Study of Society» y «The Counter-Revolution of Science,» que aparecieron en Economica, 1941-44. [Revisiones de estos ensayos aparecieron en The Counter-Revolution of Science: Studies in the Abuse of Reason, op. cit., en pp. 17-182 y 183-363, respectivamente. —Ed.]


[160]

Karl Mannheim, Man and Society in an Age of Reconstruction, 1940, p. 175. [El sociólogo húngaro Karl Mannheim (1893-1947) enseñó en Heidelberg y Francfort antes de huir a la LSE en 1933.Al haber sido uno de los primeros académicos que dimitieron debido a la ley de restablecimiento del servicio civil de Hitler en marzo de 1933, fue invitado como profesor visitante bajo los auspicios del Academic Freedom Committee creado por Beveridge y sus colegas de la LSE. Para más documentación sobre este asunto, véase Ralf Dahrendorf, LSE: A History of the London School of Economics and Political Science, 1895—1995 (Oxford: Oxford University Press, 1995), pp. 286-87. Mannheim es recordado hoy sobre todo por su contribución a la sociología del conocimiento.—Ed.]


[161]

[El filósofo idealista alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) articulaba el método dialéctico describiendo la evolución de la conciencia y del progreso en la historia, que el teórico social revolucionario Karl Marx (1818-1883) situó en un marco materialista para predecir el inevitable hundimiento del capitalismo. En su libro Sistema nacional de economía política, el economista alemán Friedrich List (1789-1846) propugnaba el proteccionismo económico. Muchas de sus recomendaciones para la adopción de una política fueron aceptadas también por la Escuela histórica de economistas alemana, cuyo líder era Gustav Schmoller (1838-1917). Schmoller participó en la batalla por el método (Methodenstreit) con el fundador de la Escuela austriaca de Economía, Carl Menger. El historiador del desarrollo del capitalismo,Werner Sombart (1863-1941), fue quizá el último economista de la escuela histórica.Hayek consideraría su paso de un socialismo de izquierdas hacia un anticapitalismo de la variedad fascista, ejemplificando una tendencia natural. —Ed.]


[162]

[Para más datos sobre la tradición socialista alemana, veáse M.C. Howard y J.E. King, A History of Marxian Economics, Vol. I 1883-1914 (Princeton: Princeton University Press, 1989). Uno de los objetivos de Hayek al publicar el volumen Collectivist Economic Planning, cit., era informar a sus lectores ingleses sobre algunos documentos básicos de la literatura socialista en alemán. —Ed.]


[163]

[Johann Christian Friedrich Hölderlin, Hyperion, oder der Eremit in Griechenland. Sämtliche Werke, vol. 3 (Stuttgart:W. Kohlhammer Verlag, 1957),Tomo 1, Libro 1, p. 31. La cita en alemán dice: «Immerhin hat das den Staat zur Hölle gemacht, daß ihn der Mensch zu seinem Himmel machen wollte.» —Ed.]


[164]

[Véase Henri Saint-Simon, «Letters from an Inhabitant of Geneva to his Contemporaries», en Henri Saint-Simon (1760—1825): Selected Writings on Science, Industry and Social Organization, trad. y ed. Keith Taylor (Nueva York: Holmes and Meier, 1975), p. 78, en la que Saint-Simon dice, «todo aquel que no obedezca las órdenes será tratado por los demás como un cuadrúpedo». El reformador social Claude-Henri de Rouvroy, Conde de Saint-Simon (1760-1825) fue fundador del socialismo francés. En su informe sobre los orígenes del «cientismo» y del «abuso de la razón» Hayek caracterizaba a Saint-Simon como «visionario megalómano». Véase F.A. Hayek, «The Counter-Revolution of Science,» en The Counter-Revolution of Science: Studies in the Abuse of Reason, op. cit., p. 222 {p. 192 de la edición española}. La frase que contiene el pasaje que Hayek cita fue suprimida, evidentemente, por los discípulos de Saint-Simon en algunas versiones posteriores del folleto. —Ed.]


[165]

Alexis de Tocqueville, «Discours prononcé à l’assemblée constituante le 12 septembre 1848 sur la question du droit au travail», OEuvres complètes d’Alexis de Tocqueville, volumen IX, 1866, p. 546. [El pasaje original dice: «La démocratie étend la sphère de l’indépendance individuelle, le socialisme la resserre. La démocratie donne toute sa valeur possible a chaque homme, le socialisme fait de chaque homme un agent, un instrument, un chiffre. La démocratie et le socialisme ne se tiennent que par un mot, l’egalité; mais remarquez la différence: la démocratie veut l’egalité dans la liberté, et le socialisme veut l’egalité dans la gêne et dans la servitude.» —Ed.]


[166]

La característica confusión de la libertad con el poder, con la que nos enfrentaremos una y otra vez en esta discusión, es un tema demasiado importante para poder examinarlo aquí por entero. Tan vieja como el propio socialismo, está tan estrechamente aliada con él, que hace casi setenta años un universitario francés, discutiendo sus orígenes saint-simonianos, se vio llevado a decir que esta teoría de la libertad «est à elle seule tout le socialisme» (P. Janet: Saint-Simon et le Saint-Simonisme, 1878, p. 26, nota). El defensor más explícito de esta confusión es, cosa significativa, el influyente filósofo del izquierdismo americano, John Dewey, para quien la «libertad es el poder efectivo para hacer cosas determinadas», de manera que «la demanda de libertad es la demanda de poder» («Liberty and Social Control», The Social Frontier, noviembre 1935, p. 41).


[167]

Max Eastman: Stalin’s Russia and the Crisis of Socialism (Nueva York:W.W. Norton, 1940), los pasajes citados se encuentran en las páginas 82 y 154, respectivamente. [Originariamente Hayek puso ambas notas en la p. 82. El americano Max Eastman (1883-1969) fue editor del órgano radical The Masses. Viajó a la Unión Soviética después de la Revolución rusa y se casó con una rusa. En los años 1930 se desilusionó del experimento soviético, estimando que la meta original de la revolución de Lenin había sido subvertida por Stalin. Como se dice en mi introducción, p. 41, Eastman condensó The Road to Serfdom para el Reader’s Digest.—Ed.]


[168]

W.H. Chamberlin, Collectivism: A False Utopia (Nueva York: Macmillan, 1937), pp. 202-3. [El autor y periodista William Henry Chamberlin (1897-1969) visitó Moscú en 1922 en calidad de periodista del Christian Science Monitor. Aunque en un primer momento sintió simpatía por la causa revolucionaria, pronto se desengañó del stalinismo. —Ed.]


[169]

F.A.Voigt, Unto Caesar (Nueva York: G.P. Putnam’s Sons, 1938), p. 95. [El periodista y autor inglés Frederick Augustus Voigt (1892-1957) fue corresponsal en Berlín del Manchester Guardian en los años de entreguerra. No he conseguido localizar el pasaje citado en el libro de Voigt, aunque las siguientes líneas, tomadas de la p. 35, expresan sentimientos similares: «El marxismo podría ser un fenómeno de un interés poco más que histórico, viendo cómo ha fracasado incluso en su principal plaza fuerte, si no fuese tan afín al nacionalsocialismo. El nacionalsocialismo habría sido inconcebible sin el marxismo.» Voigt constata en su libro semejanzas entre el marxismo y el nacionalsocialismo, lo mismo que entre las personas de Lenin y Hitler. —Ed.]


[170]

Walter Lippmann, «The Government of Posterity», The Atlantic, vol. 158, noviembre de 1936, p. 552. [El periodista, autor y comentarista social estadounidense Walter Lippmann (1889-1974) escribió para el New York Herald Tribune. Obtuvo el Premio Pulitzer de información internacional en 1962. —Ed.]


[171]

Peter Drucker, The End of Economic Man: A Study of the New Totalitarianism (Nueva York: The John Day Co., 1939), pp. 245-46. [En el original, Hayek da erróneamente como p. 230 la página en la que se encuentra la cita. El asesor empresarial americano, vienés de nacimiento, Peter Drucker (1909-2005) enseñó en el Bennington College y en la Universidad de Nueva York antes de ser nombrado profesor de ciencias sociales en la Claremont Graduate School, hoy Claremont Graduate University, en California. —Ed.]


[172]

Una instructiva exposición de la historia intelectual de muchos dirigentes fascistas se encontrará en R. Michels (él mismo, un fascista ex marxista), Sozialismus und Faszismus als politische Strömungen in Italien: historische Studien, vol. 2, Sozialismus un Fascismos in Italien (Munich: Meyer & Jessen, 1925), pp. 264-6 y 311-12.


[173]

[El político francés Pierre Laval (1883-1945) fue diputado del mariscal Petain y posteriormente primer ministro durante el régimen de Vichy. Fue ejecutado por colaborador tras la liberación. El diplomático noruego Vidkun Quisling (1887-1945) creó el partido Nasjonal Samlung, a imagen de partido Nacionalsocialista alemán en 1933, y fue primer ministro marioneta durante la ocupación de Noruega]. Su nombre se convirtió en sinónimo de colaboracionismo. Quisling fue juzgado y ejecutado al final de la guerra. —Ed.]


[174]

Eduard Heimann; «The Rediscovery of Liberalism», Social Research, vol. 8, noviembre de 1941, p. 479. Conviene notar a este respecto que, cualesquiera que fuesen sus motivos, Hitler consideró conveniente declarar en uno de sus discursos públicos, en febrero de 1941 sin ir más lejos, que «fundamentalmente nacionalsocialismo y marxismo son la misma cosa».Véase el artículo «Herr Hitler’s Speech of February 24», The Bulletin of International News (publicado por el Royal Institute of International Affairs, vol. 18, 8 de marzo de 1941, p. 269). [Eduard Heimann (1889-1967) dio clases en la Universidad de Hamburgo de 1925 a 1933, cuando huyó de Alemania y obtuvo un puesto en la New School for Social Research de Nueva York. —Ed.]


[175]

[Élie Halévy, L’Ère des tyrannies: Études sur le socialisms et la guerre (París: Gallimard, 1938), p. 208. Para una traducción inglesa del libro de Halévy, véase Élie Halévy, The Era of Tyrannies: Essays on Socialism and War, traducido por R.K.Webb (Nueva York: New York University Press, 1966). —Ed.]


[176]

Citado por Dugald Stewart en Memoir of Adam Smith, según unas notas escritas por Smith en 1755. [Una reimpresión del informe de Stewart de 1793 se publicó por Augustus M. Kelley in 1966; la cita de Smith se encuentra en la p. 68. —Ed.]


[177]

[El pasaje citado por Hayek se encuentra en Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, ed. de R.H. Campbell y A.S. Skinner, vol. 2 de The Glasgow Edition of the Works and Correspondence of Adam Smith (Oxford: Clarendon Press, 1976, 1979; reedición Liberty Press, Indianapolis 1981), libro 5, capítulo 1, parte 3, p. 723. —Ed.]


[178]

Es cierto que, recientemente, algunos socialistas universitarios, bajo el acicate de la crítica, y animados por el mismo temor a la extinción de la libertad en una sociedad de planificación centralizada, han imaginado una nueva clase de «socialismo competitivo», que esperan evitaría las dificultades y peligros de la planificación central y combinaría la abolición de la propiedad privada con el pleno mantenimiento de la libertad individual. Aunque en las revistas científicas han aparecido algunas discusiones sobre esta nueva clase de socialismo, tiene pocas probabilidades de atraer a los políticos prácticos. Pero si alguna vez lo lograse, no habría dificultad para demostrar (como el autor lo ha intentado en otro lugar: véase Economica, 1940) que tales planes descansan en una ilusión y sufren una contradicción interna. Es imposible intervenir todos los recursos productivos sin decidir asimismo por quién y para quién serán utilizados.Aunque, bajo este supuesto socialismo competitivo, la planificación por la autoridad central tomaría formas algo más indirectas, sus efectos no serían fundamentalmente diferentes y el elemento competitivo apenas pasaría de una ficción. [Hayek se refiere a su artículo «Socialist Calculation: The Competitive “Solution”», op. cit. En el artículo, Hayek reseña y critica las propuestas del libro de H.D. Dickinson, Economics of Socialism (Londres: Oxford University Press, 1939), y de Oskar Lange y Fred M.Taylor, On the Economic Theory of Socialism, cit. Para más datos sobre el significado de la referencia de Hayek al «socialismo competitivo,» véase mi introducción al presente volumen, pp. 49-52. —Ed.]


[179]

[La afirmación de que «Hay muchas señales respecto a que los dirigentes británicos se están acostumbrado a pensar en términos de desarrollo nacional por medio de monopolios controlados…» apareció en The Spectator, n.º 5774, 3 de marzo, 1939, p. 337. —Ed.]


[180]

[Benito Mussolini, Informe al Gran Consejo Fascista, 1929, citado en E.B.Ashton, The Fascist: His State and His Mind (Nueva York:William Morrow and Co., 1937), p. 63, nota 5. —Ed.]


[181]

Para una discusión más completa de estos problemas véase el ensayo del profesor L. Robbins sobre «La inevitabilidad del monopolio», en The Economic Basis of Class Conflict, 1939, pp. 45-80.


[182]

Final Report and Recommendations of the Temporary National Economic Committee, 77.º Congreso, 1.ª Sesión, Documento del Senado n.º 35, 1941, p. 89. [Discurso del presidente Roosevelt, extracto del que se toma la cita al comienzo del capítulo I, fue el impulso para la formación del Temporary National Economic Committee . —Ed.]


[183]

C,Wilcox, Competition and Monopoly in American Industry, Temporary National Economic Committee, Monografía n.º 21 (Washington, DC: Government Printing Office, 1941), p. 314. [En el original, Hayek indica la fecha de publicación como 1940, no 1941. —Ed.]


[184]

[Para más datos sobre Sombart, véase cap. 1, nota 13. —Ed.]


[185]

Reinhold Niebuhr, Moral Man and Immoral Society: A Study in Ethics and Politics (Nueva York: Charles Scribner’s Sons, 1932), p. 182.


[186]

[En el verano de 1931 la crisis financiera inglesa llevó al hundimiento del gobierno laborista, a la creación de un «Gobierno Nacional» de coalición con Ramsey MacDonald a la cabeza, y al abandono del patrón oro. Una de las primeras decisiones del nuevo Gobierno nacional fue el establecimiento de la tarifa protectora general a la que se refiere Hayek. —Ed.]


[187]

Al corregir este texto me llega la noticia de haberse suspendido las obras de conservación de las autopistas alemanas.


[188]

[Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, ed. de R.H. Campbell y A.S. Skinner, vol. 1 de The Glasgow Edition of the Works and Correspondence of Adam Smith, op. cit., libro 4, capítulo 2, p. 456. —Ed.]


[189]

[En 1927 Hayek se convirtió en el primer director del recién creado Instituto Austriaco para la Investigación de los Ciclos Comerciales (Österreichisches Institut für Konjunkturforschung); una de sus tareas era recopilar datos económicos del tipo de los que incluye aquí. —Ed.]


[190]

S. y B.Webb, Industrial Democracy Londres, Nueva York,Bombay y Calcuta: Longmans, Green and Co., 1897), p. 800, n. [El reformista social inglés Sidney (1859-1947) y Beatriz (1858-1943) Webb fueron de los primeros miembros de la Sociedad Fabiana y cofundadores de la London School of Economics. En el pasaje citado, los Webb se lamentaban realmente de la «creciente incapacidad», más que de la «crecida incapacidad» de la Cámara de los Comunes para realizar su trabajo. —Ed.]


[191]

H.J. Laski, «Labour and the Constitution», The New Statesman and Nation, N.S., n.º 81, 10 de septiembre de 1932, p. 277. En un libro (Democracy in Crisis (Chapel Hill, NC: University of North Carolina Press, 1933), p. 87, donde el profesor Laski elaboró después estas ideas, expresa aún más claramente su determinación de no consentir a la democracia parlamentaria que constituya un obstáculo para la realización del socialismo. ¡Un gobierno socialista, no sólo «tomaría amplios poderes y legislaría bajo ellos por órdenes y decretos» y «suspendería las fórmulas clásicas de la oposición normal», y además, la «continuación del régimen parlamentario dependería de que [el gobierno laborista] recibiese del partido conservador garantías de no destrozar por derogación su labor transformadora en el caso de una derrota ante las urnas»!

Como el profesor Laski invoca la autoridad de la comisión Donoughmore, puede ser interesante recordar que el profesor Laski fue miembro de aquella comisión y probablemente uno de los autores de su dictamen. [El Comité Donoughmore sobre los Poderes de los Ministros fue creado para investigar las consecuencias de la expansión de la legislación delegada, es decir, la legislación establecida por los ministros con el fin de verificar la legislación primaria aprobada por el Parlamento. Hayek hace una ulterior referencia a sus hallazgos en la próxima nota. —Ed.]


[192]

Es instructiva a este propósito una breve referencia al documento del gobierno en el que se discutieron estos problemas no hace muchos años. Hace ya trece, es decir, antes de que Inglaterra abandonase por fin el liberalismo económico, el proceso de la delegación de facultades legislativas había llegado a un punto en que se sintió la necesidad de nombrar una comisión a fin de investigar acerca de «las garantías deseables o necesarias para asegurar la soberanía de la Ley». En su dictamen, el «Donoughmore Committee» (Report of the [Lord Chancellor’s] Committee on Ministers’ Powers, Cmd. 4060, 1932) demostró que ya en aquella fecha el Parlamento había recurrido a «la práctica de una delegación general indiscriminada»; pero lo consideraba (¡era antes de haber resbalado verdaderamente hacia el abismo totalitario!) como un desarrollo inevitable y relativamente inocuo. Y es probablemente cierto que esta delegación, como tal, no representara un peligro para la libertad. Pero lo interesante es el motivo de haberse hecho necesaria en tal escala la delegación. En primer lugar, entre las causas enumeradas, señala el dictamen que «el Parlamento aprueba ahora tantas leyes cada año» y que «tantos detalles son tan técnicos, que resultan inapropiados para la discusión parlamentaria  ». Pero si esto fuera todo, no habría razón para que los detalles no se elaborasen antes, mejor que después de aprobar la ley el parlamento. Lo que en múltiples casos es probablemente una razón mucho más importante para explicar por qué, «si el Parlamento no estuviese dispuesto a delegar su facultad legislativa, sería incapaz de aprobar la clase y la cantidad de legislación que la opinión pública exige», se revela inocentemente en una breve frase: «muchas de las leyes afectan tan íntimamente a la vida de las gentes que es esencial la elasticidad.» ¿Qué significa esto sino el otorgamiento de un poder arbitrario, de un poder no limitado por principios fijos y que, según la opinión del Parlamento, no puede limitarse por reglas definidas e inequívocas?


[193]

Élie Halévy, «Socialism and the Problems of Democratic Parliamentarism», International Affairs, vol. 13, julio de 1934, p. 501. [El artículo fue un mensaje dado el 24 de abril de 1934, en Chatham House, que desde 1920 ha sido la base del Royal Institute of International Affairs. El historiador francés Élie Halévy (1870-1937) fue autor de The Growth of Philosophical Radicalism, que hacía la historia del utilitarismo británico, y The Era of Tyrannies, del que Hayek tomó la cita inicial con la que empieza el capítulo 3. El estadista inglés Lord Eustace Percy (1887-1958) escribió libros tales como Democracy on Trial y The Heresy of Democracy. El político inglés Sir Oswald Mosley (1896-1980) empezó siendo conservador y luego giró hacia el Partido Laborista, convirtiéndose en miembro del Parlamento y en miembro del gobierno laborista de 1929 y, finalmente, dimitió para convertirse en líder de la Unión Británica de Fascistas. El político laborista Sir Stafford Cripps (1889-1952) giró cada vez más hacia la izquierda en los años 1930, y acabó siendo expulsado del partido en 1939 por sus actividades con el Frente Popular. Percy, Mosley, y Cripps, pues, representan diferentes extremos del espectro político, aunque, como constataron Hayek y Halévy, en ciertos asuntos los tres habían expresado puntos de vista semejantes. —Ed.]


[194]

[El estadista alemán Heinrich Brüning (1885-1970) fue canciller de Alemania desde 1930 a 1932, pero fue forzado a dimitir por los nazis. Abandonó Alemania dos años más tarde. Franz von Papen (1879-1969) asumió el cargo de canciller en 1932, y sirvió con Hitler, brevemente, como vicecanciller, luego como embajador en Austria y Turquía. Kurt von Schleicher (1882-1934) fue el sucesor de von Papen en el cargo de canciller, pero Hitler tomó el poder de él en 1933. Él y su mujer fueron juzgados sobre la base de acusaciones inventadas y ejecutados por los nazis al año siguiente. —Ed.]


[195]

K. Mannheim: Man and Society in an Age of Reconstruction, op. cit., p. 340. [La segunda mitad de la cita aparece en la página 341. —Ed.]


[196]

[Lord Acton, «The History of Freedom in Antiquity», op. cit., p. 22 {p. 78 de la edición española, op. cit.}]. —Ed.]


[197]

[Karl Mannheim, Man and Society in an Age of Reconstruction, cit., p. 180. —Ed.]


[198]

De acuerdo con la clásica exposición de A.V. Dicey, en Introduction to the Study of the Law of the Constitution (8.ª ed. (Londres: Macmillan and Co., 1915), p. 198), rule of law «significa, en primer lugar, la absoluta supremacía o predominio del derecho común, como oposición al ejercicio del poder arbitrario, y excluye la existencia de arbitrariedades, prerrogativas y hasta de una amplia autoridad discrecional por parte del Estado». En gran parte como resultado de la obra de Dicey, esta expresión ha adquirido, sin embargo, en Inglaterra, un significado técnico más estrecho, que aquí no nos concierne. El más amplio y antiguo significado de este concepto de la supremacía o imperio de la ley, que en Inglaterra alcanzó el carácter de una tradición, más tenida por demostrada que discutida, fue objeto de la más completa elaboración en Alemania, precisamente porque levantaba lo que allí eran nuevos problemas, en las discusiones de comienzos del siglo XIX acerca de la naturaleza del Rechtsstaat. [Más datos sobre la última tradición en F.A. Hayek, The Constitution of Liberty, op. cit., capítulo 13; {en español: Los fundamentos de la libertad, cit., cap. XIII}. —Ed.]


[199]

[Hayek trata el declive del estado de derecho en The Constitution of Liberty, cit., capítulo 16. —Ed.]


[200]

[Sir Henry Maine, Ancient Law: Its Connection with the Early History of Society and Its Relation to Modern Ideas. Cuarta edición americana de la décima edición de Londres (Nueva York, Henry Holt, 1906), p. 165. El jurista e historiador inglés Sir Henry Maine (1822-1888), desde 1877 profesor Whewell de derecho internacional en Cambridge, escribió ampliamente sobre los orígenes y desarrollo de las instituciones jurídicas y sociales. La cita está tomada de la frase final del capítulo 5, titulada «Primitive Society and Ancient Law». —Ed.]


[201]

No es, pues, del todo falsa la oposición que el teórico del Derecho del Nacionalsocialismo, Carl Schmitt, establece entre el liberal Rechtsstaat (es decir, el Estado de Derecho, la supremacía de la Ley) y el ideal nacionalsocialista del gerechte Staat (el Estado justo); sólo que la justicia que opone a la justicia formal implica necesariamente la discriminación entre personas. [El jurista alemán Carl Schmitt (1888-1985) criticaba el parlamentarismo liberal y defendía el estado autoritario. En los años 1930 trató de reconciliar sus puntos de vista con los de los nazis, proporcionando justificaciones jurídicas de su toma del poder y defendiendo las Leyes de Nuremberg que excluían a los judíos de la vida pública y social. Pese a que perdió el favor de los nazis hacia 1936, fuera de Alemania fue considerado frecuentemente como teórico jurídico del Nacionalsocialismo. Hayek se refiere también a la Freirechtsschule, que es el término alemán de «realismo jurídico», doctrina que sostiene que el instinto más que el acatamiento de la ley es la base real de la interpretación judicial de la ley. —Ed.]


[202]

[No he podido localizar la cita atribuida a Kant, pero para la otra Hayek se refiere a François- Marie Arouet de Voltaire, Oeuvres Complètes de Voltaire, vol. 23 (París: Garnier, 1879), p. 526, donde Voltaire escribe: «La liberté consiste à ne dépendre que des lois». —Ed.]


[203]

El conflicto no está, pues, como a menudo se creyó equivocadamente, en las discusiones del siglo XIX entre libertad y ley. Como ya evidenció John Locke, no puede haber libertad sin ley. El conflicto está entre las diferentes clases de ley, tan diferentes que difícilmente pueden designarse con el mismo nombre: una es la ley del Estado de Derecho, principios generales sentados de antemano, «reglas del juego» que permiten al individuo prever cómo se utilizará el aparato coercitivo del Estado o lo que les está prohibido u obligado hacer, en determinadas circunstancias, a él y a sus conciudadanos. La otra especie de ley da de hecho poder a la autoridad para hacer lo que considere conveniente. Así, evidentemente, el Estado de Derecho no puede mantenerse en una democracia que decide resolver cualquier conflicto de intereses, no de acuerdo con las normas previamente establecidas, sino según «las circunstancias del caso». [Locke describía el estado de naturaleza como «un estado de libertad perfecta». Pero continuaba diciendo que los hombres forman sociedades civiles y se someten a las leyes con el fin de preservar mejor su libertad y propiedad. Véase John Locke, Two Treatises of Government, ed. Peter Laslett (Cambridge: Cambridge University Press, 1988), Tratado 2, capítulos 4, 9. —Ed.]


[204]

[El jurista inglés Charles John, Primer Barón Darling (1849-1936) fue miembro conservador del Parlamento, juez y miembro de varias comisiones reales. Para más datos sobre Lord Hewart, véase el prólogo a la edición americana en rústica de 1956, nota 25. —Ed.]


[205]

Otro ejemplo de infracción legislativa del Estado de Derecho es el bill of attainder, familiar en la historia inglesa. La forma que la supremacía de la ley adopta en el Derecho penal se expresa usualmente por el dicho latino nulla poena sine lege, no hay castigo sin ley que expresamente lo prescriba. La esencia de esta regla consiste en que la ley ha de tener existencia como norma general antes de que surja el caso individual al que se aplique. Nadie aseguraría que cuando, en una famosa causa durante el reinado de Enrique VIII, el Parlamento resolvió con respecto al cocinero del obispo de Rochester: «que el llamado Richard Rose será quemado vivo, sin atender al privilegio de su condición eclesiástica»,promulgó tal disposición bajo la supremacía de la ley. Pero si ésta ha llegado a ser una parte esencial del procedimiento penal en todos los países liberales, no puede mantenerse en los regímenes totalitarios. En éstos, como dijo muy bien E.B.Ashton, la máxima liberal se ha sustituido por el principio nultum crimen sine poena, ningún «crimen» quedará sin castigo, lo disponga o no la ley explícitamente. «Los derechos del Estado no terminan con el castigo de quienes quebrantan la ley. La comunidad tiene derecho a todo lo que considere necesario para la protección de sus intereses; y la observancia de la ley, tal como existe, es sólo una de las más elementales exigencias» (E.B. Ashton, The Fascist, His State and Mind, 1937, p. 119). Lo que haya de entenderse como infracción de los «intereses de la comunidad» son, por supuesto, las autoridades quienes lo determinan. [Hayek incorrectamente afirma que la cita de Ashton la encontró en la p. 119, no en la 127. —Ed.]


[206]

[El noveslita inglés H.G.Wells (1866-1946) es más conocido hoy por sus clásicos de la ciencia ficción The Time Machine y The War of the Worlds. En su época fue conocido asimismo por sus mordaces críticas sociales, contribuciones a la divulgación histórica, y por su compromiso con numerosas causas progresistas. En 1939 redactó una «Declaración de los Derechos Humanos» que fue publicada en The Daily Herald y en otros periódicos, y que provocó numerosos comentarios. Algunas de estas ideas se reelaboraron e incluyeron en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1948. La «Declaración» de Wells se reeditó con el título «Diez puntos para la paz mundial», Current History, vol. 51, marzo de 1940, pp. 16-18, de donde se han tomado las siguientes citas. —Ed.]


[207]

[Wells, «Ten Points for World Peace», op. cit., p. 18. —Ed.]


[208]

[Ibid. —Ed.]


[209]

[Ibid. —Ed.]


[210]

[Hayek cita el editorial titulado «True Democracy,» The Economist, vol. 87, 18 de noviembre de 1939, pp. 242-43. —Ed.]


[211]

[Hilaire Belloc, The Servile State, cit., p. 46. —Ed.]


[212]

[La cita de Chase, pero sin mención de la fuente original, se halla en Walter Lippmann, «The Collectivist Movement in Practice,» Atlantic Monthly, vol. 158, diciembre de 1936, p. 729. Contable, escritor freelance, y autor prolífico, Stuart Chase (1888-1985) fue un escritor popular en los años de entreguerras. Entre sus muchos libros sobre economía están The Tragedy of Waste (Nueva York: Macmillan, 1925) y A New Deal (Nueva York: Macmillan, 1934). —Ed.]


[213]

Cf. L. Robbins: The Economic Causes of War (Londres: J. Cape, 1939), Apéndice. [El economista británico Lionel Robbins (1898—1984) era amigo íntimo y colega de Hayek en la London School of Economics. En su apéndice, Robbins trata del significado del término «causación económica», y concluye, «Las causas de guerra deben ser consideradas económicas si el objetivo es meramente instrumental para garantizar para alguna persona o personas un mayor control sobre los recursos en general... Y deben ser consideradas como no económicas si el objetivo no es instrumental para ninguna otra cosa —si es que, en definitiva, es un fin en sí mismo más que medio para cierto número de fines.» Op. cit., p. 118. —Ed.]


[214]

En ninguna parte se ilustra mejor que en el ámbito de los intercambios con el exterior la extensión del control sobre la vida entera que confiere el control económico.A primera vista, nada parece afectar menos a la vida privada que la intervención oficial de las operaciones sobre el cambio exterior, y la mayoría de la gente consideraría su introducción con completa indiferencia.Y, sin embargo, la experiencia de la mayoría de los países continentales ha hecho que la gente culta considere este paso como un avance decisivo en el camino del totalitarismo y de la supresión de la libertad individual. Es, en efecto, la entrega completa del individuo a la tiranía del Estado, la supresión final de todos los medios de escape; no sólo para el rico, sino para todos. Cuando el individuo ya no tiene libertad para viajar, no tiene libertad para comprar libros o periódicos extranjeros; cuando todos los medios de contacto exterior pueden limitarse a los que aprueba la opinión oficial o son considerados por ella como necesarios, el dominio efectivo de la opinión es mucho mayor que el que jamás ejerció ninguno de los gobiernos absolutistas de los siglos XVII y XVIII.


[215]

Para justificar estas fuertes palabras pueden citarse las conclusiones siguientes, a las que ha llegado Mr. Colin Clark, uno de los más conocidos entre los jóvenes especialistas en estadística económica y hombre de opiniones indudablemente progresistas y de actitud estrictamente científica, en su Conditions of Economic Progress (Londres: Macmillan, 1940), pp. 3-4): Las «frecuentes afirmaciones acerca de la «pobreza en el seno de la abundancia» y de cómo los problemas de la producción estarían ya resueltos si entendiésemos los de la distribución, han dado lugar al más falso entre los modernos clichés... Sólo en los Estados Unidos es una cuestión de considerable importancia la escasa utilización de la capacidad productiva, aunque en ciertos años haya alcanzado también alguna importancia en la Gran Bretaña,Alemania y Francia, mas para la mayor parte del mundo aquélla está completamente dominada por el hecho, más importante, de que sea tan poco lo que puede producirse con un pleno empleo de los recursos productivos. La era de la plétora tardará aún mucho en llegar... Si el paro evitable se eliminara a lo largo del ciclo económico, ello significaría una mejoría notable en el nivel de vida de la población de los Estados Unidos, pero desde el punto de vista del mundo entero, sólo significaría una pequeña asistencia para la resolución del problema, mucho mayor, de elevar la renta real de la masa de la población del mundo hasta algo que se acerque a un nivel civilizado.» [El estadístico y economista británico Colin Clark (1905-1989) enseñó y mantuvo posturas favorables al gobierno en Inglaterra, los Estados Unidos y Australia. Militó en el Partido Laborista entre los años 1920 y los primeros 1930 (de aquí sus «firmes opiniones progresistas»), y fue pionero en la estimación de estadísticas sobre la renta nacional. —Ed.]


[216]

No es casualidad que en los países totalitarios, tanto en Rusia como en Alemania o Italia, se haya convertido en un problema de planificación el modo de organizar el ocio de las gentes. Los alemanes han llegado incluso a inventar para este problema el nombre horrible y en sí contradictorio de Freizeitgestaltung (literalmente: la configuración del tiempo libre), como si aún pudiera llamarse «tiempo libre» el que ha de gastarse de una forma dispuesta autoritariamente.


[217]

[Lord Acton, «The History of Freedom in Christianity,» en History of Freedom and Other Essays, cit., p. 57 {trad. esp.: «Historia de la libertad en el cristianismo», en Lord Acton, Ensayos sobre la libertad y el poder, cit., p. 111}. —Ed.]


[218]

Es probable que sobreestimemos habitualmente la parte que en la desigualdad de las rentas se debe principalmente a los ingresos derivados de la propiedad, y, por consiguiente, la proporción en que se reducirían las mayores desigualdades si las rentas de propiedad se aboliesen. La escasa información que poseemos acerca de la distribución de las rentas en la Rusia soviética no indica que las desigualdades sean sustancialmente menores que en una sociedad capitalista. Max Eastman (The End of Socialism in Russia, 1937, pp. 30-34) da alguna información procedente de fuentes oficiales rusas que sugiere que la diferencia entre los salarios más altos y los más bajos pagados en Rusia es del mismo orden de magnitud (del orden de 50 a 1) que en los Estados Unidos; y Leon Trotsky, según un artículo citado por James Burnham (The Managerial Revolution, 1941, p. 43), estimó, no más allá de 1939, que «el 11 ó 12 por 100 superior de la población soviética recibe ahora aproximadamente el 50 por 100 de la renta nacional. Esta diferencia es más aguda que en los Estados Unidos, donde el 10 por 100 más alto de la población recibe aproximadamente el 35 por 100 de la renta nacional». [En el original, Hayek incluye incorrectamente el pasaje de Trotsky como aparece en la página 43, no en la 46, del libro de Burnham. —Ed.]


[219]

Max Eastman en The Reader’s Digest, julio de 1941, p. 39. [La cita original de Hayek, en «Max Eastman in the Reader’s Digest, July, 1941, p. 39», presenta el número de la publicación y de la página equivocados, y Hayek se olvidó de intercalar guiones en «free-and-equalness» tal como Eastman había hecho. —Ed.]


[220]

Las palabras son del joven Disraeli. [La verdadera cita dice: «no public avenues to wealth and honor would subsist save through the Government», y está tomada del ensayo del político y novelista tory Benjamin Disraeli (1804-1881) «Vindication of the English Constitution in a Letter to a Noble and Learned Lord» (1835), reeditada en Benjamin Disraeli, Disraeli on Whigs and Whiggism, ed. de William Hutcheon (Nueva York: Macmillan, 1914), p. 216, trabajo que consagró «al joven Disraeli» como escritor y pensador político. Utilizó el ensayo para atacar a los utilitaristas y otros que podrían «formar instituciones políticas sobre principios abstractos de ciencia teórica, en vez de permitir que surjan del curso natural de los acontecimientos, y que sea creado de forma natural por las necesidades de las naciones» (p. 119). Sus críticas de aquellos que «revocarían las zafias y casuales instituciones de Inglaterra y las substituirían por sus propias invenciones a la moda, formadas sobre la base indiscutible de la Razón y de la Utilidad» (p. 134) evoca la posterior crítica de Hayek al «constructivismo racionalista  ». —Ed.]


[221]

Véase. M. Muggeridge, Winter in Moscow, 1934; A. Feiler: The Experiment of Bolshevism, 930.


[222]

[El político americano Harold Lasswell (1902-1978) dio la ya clásica definición de la política en su libro Politics:Who Gets What,When and How? (Nueva York y Londres: McGraw-Hill, Whittlesey House, 1936). —Ed.]


[223]

J.S. Mill: Principles of Political Economy, libro II, capítulo I, § 4. [En el original, Hayek invirtió los números del libro y del capítulo, escribiendo Libro 1, capítulo 2. —Ed.]


[224]

G.Wieser, Ein Staat stirbt, Oesterreich, 1934-1938, París (París: Internationale Verlags-Anstalt, 1938), p. 41.


[225]

Los clubs de lectura («book clubs») públicos en Inglaterra proporcionan un paralelo no despreciable. [Balilla era el nombre de una organización fascista italiana para muchachos jóvenes, llamada así por el muchacho que inició la insurrección que expulsó a los austriacos de Génova en 1746. La Hitlerjugend, o Juventudes Hitlerianas, era la organización para el adoctrinamiento de la juventud en Alemania. Dopolavoro era el programa recreativo que comprendía actividades deportivas, culturales y turísticas. Su contrapartida alemana era Kraft durch Freude. Fundada en 1933 en el seno del Frente de Trabajo alemán, y copiada del Dopolavoro, estaba pensada para ganarse a las clases trabajadoras al Nacionalsocialismo, que era especialmente importante una vez abolidos los sindicatos. —Ed.]


[226]

Hace ahora doce años, uno de los intelectuales socialistas europeos más destacados, Hendrik de Man (que, consecuente consigo mismo, evolucionó e hizo las paces con los nazis), observaba que, «por primera vez desde los comienzos del socialismo, los resentimentos anticapitalistas se han vuelto contra el movimiento socialista» (Sozialismus und Nacional-Faszismus, Potsdam, 1931, pág. 6). [Hendrik de Man (1885-1953) fue presidente del Partido Socialista belga. Cuando Alemania invadió Bélgica en 1940 el partido fue disuelto y se declaró que la destrucción de la democracia parlamentaria en el «Nuevo Orden» impuesto por los nazis habría permitido liberar a las clases trabajadoras. En ausencia fue procesado en 1946 en Bélgica y acusado de colaboracionismo; los últimos días de su vida residió en Suiza. —Ed.]


[227]

[La cita está tomada de la más importante contribución a la teoría política marxista de Vladímir Lenin, «The State and Revolution: The Marxist Theory of the State and the Tasks of the Proletariat in the Revolution», cuya traducción puede hallarse en Robert Tucker, ed., The Lenin Anthology (Nueva York: Norton, 1975). La cita se encuentra en el capítulo 5, sección 4, p. 383. —Ed.]


[228]

[Leon Trotsky, The Revolution Betrayed:What Is the Soviet Union and Where Is It Going? Traducción de Max Eastman (Garden City,NY: Doubleday, Doran & Company, 1937), p. 283. —Ed.]


[229]

Si la simple ciudadanía de un país otorga el derecho a un nivel de vida más elevado que en cualquier otro, surgen también serios problemas en las relaciones internacionales, que no deben descartarse con demasiada ligereza.


[230]

[Hayek se refiere aquí a las políticas que luego se llamarían «keynesianas», políticas de gestión de la demanda. —Ed.]


[231]

Sugerencias muy interesantes para mitigar estos sufrimientos, dentro de una sociedad liberal, las ofreció recientemente el profesor W.H. Hutt en un libro que merece un estudio cuidadoso (Plan for Reconstruction, 1943).


[232]

D.C. Coyle, «The Twilight of National Planning», Harpers’ Magazine, octubre de 1935, p. 558. [El primer pasaje citado se encuentra en la página 559 del artículo. —Ed.]


[233]

W. Röpke, Die Gesellscbaftskrisis der Gegenwart, Zurich, 1942, p. 172. [El libro se tradujo más tarde; véase Wilhelm Röpke, The Social Crisis of Our Time (New Brunswick: Transaction Publishers, 1992). —Ed.]


[234]

[Beamtenstaat puede traducirse por «estado de servicio civil», pero si se usa peyorativamente, como Hayek sugiere aquí que es lo apropiado, deberá traducirse también por «estado burocrático». —Ed.]


[235]

H.J. Laski, Liberty in the Modern State (Pelican, 1937, p. 51): «Los que conocen la vida normal del pobre, su obsesionante sensación de una inminente desgracia, su vacilante persecución de una belleza que perpetuamente le escapa, comprenderán bastante bien que sin seguridad económica la libertad carece de valor.»


[236]

[Benjamin Franklin, «Pennsylvania Assembly: Reply to the Governor, November 11, 1755», que se encuentra en The Papers of Benjamin Franklin, ed. de Leonard W. Labaree, vol. 6 (New Haven y Londres : Yale University Press, 1963), p. 242. —Ed.]


[237]

[Lord Acton, Historical Essays and Studies, ed. de John Neville Figgis y Reginald Vere Laurence (Londres: Macmillan, 1919), p. 504. —Ed.]


[238]

[La lista de Hayek comprende una galería de sinvergüenzas, de infames, de «canallas y asesinos  ». El periodista y político Julius Streicher (1885-1946), que inicialmente estuvo asociado a Hitler, es recordado por la vehemencia de su persecución de los judíos en su periódico Der Stürmer. Fue acusado de crímenes de guerra en el juicio de Nuremberg, y ahorcado. Manfred von Killinger (1886- 1944) se hizo un nombre en los primeros años 1920 por su papel en el asesinato de Matthias Erzberger, el político que firmó el armisticio. Miembro de las SA (Sturmabteilung), las tropas de asalto de camisa parda que sirvieron como primera fuerza armada del partido nazi, más tarde ingresó en la diplomacia. Killinger se suicidó en Bucarest en el momento en que el ejército soviético entraba en la ciudad. Robert Ley (1890-1945) fue el motor dirigente de la reorganización forzada de los sindicatos en un único frente laboral, y también, dentro de éste, del movimiento recreativo Kraft durch Freude. Se suicidó ahorcándose en Nuremberg antes de que comenzasen los juicios. Edmund Heines (1897—1934) era general de la SA e íntimo asociado de su primer dirigente, Ernst Röhm. Fue ejecutado en junio de 1934 durante la «Noche de los Cuchillos Largos» en la que Hitler purgó elementos de la SA. Tras la purga, las SS (Schutzstaffeln), de camisa negra, que había comenzado como guardia personal de Hitler, fueron colocadas por encima de las SA, y Heinrich Himmler (1900-1945) fue situado a la cabeza de las SS y de la Gestapo (Geheime Staatspolizei), o policía secreta del estado. Himmler expandió y transformó a las SS en una guardia de elite que, entre sus tareas, tenía la de la administración de los campos de concentración y exterminio. Principal artífice del holocausto,Himmler escapó a la ejecución ingiriendo una tableta de cianuro tras su captura por los británicos. Reinhard Heydrich (1904-1942), conocido por «el ahorcador», estaba bajo el mando de Himmler en la Gestapo. Fue asesinado por la resistencia checa en 1942: como represalia la aldea de Lidice fue arrasada y todos los hombres ejecutados. —Ed.]


[239]

Véase. sobre esto una instructiva discusión en Franz. Borkenau, Socialism, National or International? (Londres: Routledge and Sons, 1942.


[240]

Pertenece por entero al espíritu del colectivismo lo que Nietzsche hace decir a su Zarathustra: «Mil objetivos han existido hasta aquí porque han existido mil individuos. Pero falta todavía la argolla para los mil cuellos: el objetivo único falta. La humanidad no tiene todavía un designio.

Pero decidme, por favor, hermanos: si aún falta a la humanidad el designio, ¿no es la humanidad misma lo que falta?»

[Hayek cita del libro de Friedrich Nietzsche Also sprach Zarathustra; el pasaje aparece en el capítulo 15. —Ed.]


[241]

De un artículo del Dr. Niebuhr, citado por E.H. Carr, en The Twenty Years’ Crisis, 1941, p. 203. [El artículo que Carr cita es el de Reinhold Niebuhr, «A Critique of Fascism», Atlantic Monthly, vol. 139, mayo de 1927, p. 639. El teólogo protestante americano Reinhold Niebuhr (1892-1971) propugnaba el realismo cristiano. En su Moral Man and Immoral Society, cit., Niebuhr examinaba las implicaciones de la idea de que los grupos sociales llevan a cabo prácticas que pueden ser consideradas repugnantes a nivel individual. —Ed.]


[242]

Findlay MacKenzie (ed.), Planned Society,Yesterday,Today,Tomorrow: A Symposium, 1937, p. xx. [La reseña de Hayek, de 1938, del volumen de MacKenzie, se ha reeditado en F.A.Hayek, Socialism and War,. cit., pp. 242-44 {páginas 287-88 de la traducción española, cit.}. —Ed.]


[243]

E. Halévy, L’Ère des Tyrannies, París, 1938, p. 217, e History of the English People, Epílogo, vol. I, pp. 105-6. [El primer libro de Halévy se tradujo con el título de The Era of Tyrannies: Essays on Socialism and War, cit., y la discusión de los Webb y Shaw se encuentra en la página 271 de la traducción. El dramaturgo y ensayista irlandés George Bernard Shaw (1856-1950) fue uno de los primeros miembros de la Sociedad Fabiana. Su obra más famosa es Pygmalion, pero fue conocido también, en el periodo de entreguerras, por folletos como The Intelligent Woman’s Guide to Socialism and Capitalism (Londres: Constable, 1928). Para más datos sobre los Webb, véase capítulo 5, nota 3. —Ed.]


[244]

Véase K. Marx, Revolución y Contrarrevolución, y la carta de Engels a Marx el 23 de mayo de 1851. [Revolution and Counter-revolution es una historia de la revolución de 1848, escrita por Friedrich Engels y publicada en origen como artículos en el New York Tribune entre octubre de 1851 y septiembre de 1852. Se incluyó en Friedrich Engels, The German Revolutions (Chicago: University of Chicago Press, 1967), y la discusión de los polacos y los «checos» se halla en las pp. 174-81. Aunque escritos por Engels, los artículos se enviaban al periódico a través de Marx y publicados bajo el nombre de Marx, y por ello Hayek se refiere a Marx como autor, en vez de a Engels. Aquí reproducimos parte de lo que Engels escribió a Marx en su carta del 23 de mayo de 1851: «Cuanto más pienso sobre ello, más obvio se me hace que los polacos son une nation foutue [una nación acabada] que sólo sigue sirviendo para algo hasta que llegue el tiempo en que la propia Rusia se lance a la revolución agraria. A partir de ese momento Polonia ya no tendrá razón de ser absolutamente. La única contribución de los polacos a la historia ha sido caer en estúpidas travesuras a la vez valerosas y provocadoras. No se puede citar ni un solo momento en que Polonia, aun comparada solamente con Rusia, haya representado progreso o hecho algo de importancia histórica.» La correspondencia Marx-Engels puede verse online en http://www.marxists.org/archive/marx/. —Ed.]


[245]

[El historiador suizo Jacob Burckhardt (1818-1897) escribió principalmente sobre el Renacimiento italiano y la civilización griega, esperando que el conocimiento de los fundamentos de la cultura europea serviría de baluarte contra los trastornos sociales, políticos y culturales de los que fue testigo el siglo XIX. En su libro Force and Freedom: Reflections on History, trad. de James Hastings Nichols (Nueva York:Pantheon, 1943), basado en las lecciones que dio inmediatamente antes de la formación del Imperio alemán, proféticamente advirtió de la llegada de periodos de grandes guerras nacionales y de los peligros de los estados todopoderosos. El filósofo inglés Bertrand Russell (1872-1970), que hizo importantes aportaciones a los fundamentos de las matemáticas, a la lógica, y a la filosofía analítica, fue también una figura pública famosa por su sus actividades antibelicistas, sus frecuentes matrimonios e incluso sus numerosos negocios, y en los últimos años, por apoyar el desarme nuclear. —Ed.]


[246]

Bertrand Russell, The Scientific Outlook, 1931, p. 211.


[247]

B.E. Lippincott, en su Introducción a O. Lange y F.M.Taylor, On the Economic Theory of Socialism, cit., p. 35.


[248]

No debemos dejarnos engañar nosotros mismos por el hecho de que la palabra poder, además del sentido que recibe con respecto a las personas, se usa también en un sentido impersonal (o más bien, antropomórfico) para cualquier causa determinante. Siempre habrá, por supuesto, algo que determina cualquier cosa que suceda, y en este sentido la cuantía del poder existente será siempre la misma. Pero esto no es verdad para el poder ejercido conscientemente por los seres humanos.


[249]

[Véase este capítulo, nota 2, para más datos sobre la Gestapo, las SA, y las SS. —Ed.]


[250]

El profesor F.H. Knight, en The Journal of Political Economy, diciembre de 1938, p. 869.


[251]

[E.H. Carr, The Twenty Years’ Crisis, cit., p. 172. Carr usa realmente el término nacionalización de la opinión, en vez de nacionalización del pensamiento. —Ed.]


[252]

[Gleichschaltung suele traducirse por «coordinación», y es el término utilizado para describir los intentos de los nazis para coordinar todas las actividades políticas, económicas, culturales e incluso recreativas en apoyo del estado. La reorganización forzada de los diferentes sindicatos en un único «frente» de trabajo es un ejemplo típico. —Ed.]


[253]

[Blut und Boden, expresión introducida por primera vez por el historiador Oswald Spengler, era la doctrina de que el estado consiste en un pueblo de una raza uniforme en su propia tierra. Los nazis lo utilizaron para justificar cierto número de cambios en la política agrícola, incluida la confiscación de tierras a los no alemanes y el establecimiento de un Derecho agrícola hereditario destinado a preservar un campesinado exclusivamente alemán como fuente de linajes de sangre para el Volk alemán. —Ed.]


[254]

[Las «nobles mentiras» de Platón se refieren a las mentiras que los dirigentes de la república deben decir para conseguir que cada persona cumpla la función que los dirigentes crean que es más adecuada a su naturaleza, garantizando así una sociedad estable. El filósofo francés Georges Sorel (1847- 1922) afirmaba que para tener éxito, la oposición política deberá usar la violencia, y que los «mitos sociales» son necesarios para inspirar la necesaria acción colectiva. —Ed.]


[255]

Este es el título, New Liberties for Old, de una obra reciente del historiador norteamericano C.L. Becker. [Hayek se refiere a Carl Becker, New Liberties for Old (New Haven:Yale University Press, 1941). —Ed.]


[256]

Man and Society in an Age of Reconstruction, pág. 379. [Hayek, de forma incorrecta, incluyó la cita de Mannheim como aparece en la p. 377. —Ed.]


[257]

Mr. Peter Drucker (The End of Economic Man, cit., 74) observa correctamente que «cuanto menos libertad hay, más se habla de la “nueva libertad”. Pero esta nueva libertad es una simple palabra que cubre exactamente lo contrario de todo lo que Europa entendió siempre por libertad... La nueva libertad que se predica en Europa es, en realidad, el derecho de la mayoría contra el individuo». [La primera parte de la cita aparece en realidad en la página 79, y la última parte en la página 80. —Ed.]


[258]

Sidney y Beatrice Webb, Soviet Communism: A New Civilization?, cit., vol. 2, p. 1038. [La reseña de Hayek de 1936 del libro de Webb se ha reimpreso en F.A. Hayek, Socialism and War, op. cit., pp. 239-42 {pp. 283-287 de la trad. española]}. —Ed.]


[259]

[Ibid., p. 1.000. —Ed.]


[260]

[El físico alemán Philipp von Lenard (1862-1947) hizo cierto número de aportaciones a la física experimental, y durante el nazismo obtuvo el título de Jefe de la Física Alemana. La obra en cuatro volúmenes a la que se refiere Hayek es Deutsche Physik in Vier Bänden (Munich: J.F. Lehmann, 1936- 1937). —Ed.]


[261]

[El conferenciante era Nikolai V. Krylenko,Comisario Popular de Justicia, y lo dijo en el congreso de ajedrecistas de 1932. La cita se da completa en Boris Souvarine, Stalin:A Critical Survey of Bolshevism, traducido por C.L.R. James (Londres: Alliance, Londres 1939; reedición, Nueva York: Octagon, 1972), p. 575. —Ed.]


[262]

[Franz Gurtner fue Ministro de Justicia nazi desde 1933 hasta 1941 incluido. Franz Schlegelberger fue su sucesor como Ministro en Funciones, y Otto Georg Thierack fue Ministro de 1942 a 1945. No está claro quién es el responsable de la declaración del texto. —Ed.]


[263]

J.G. Crowther, The Social Relations of Science (Nueva York: Macmillan,1941), p. 333.


[264]

[Arthur Moeller van den Bruck, Das dritte Reich (Hamburgo: Hanseatische Verlagsanstalt, 1931), p. 102. Una traducción condensada autorizada apareció en 1934; véase Arthur Moeller van den Bruck, Germany’s Third Empire, trad. E.O. Lorimer (Londres: G.Allen and Unwin, 1934; reedic. Nueva York: Fertig, 1971). —Ed.]


[265]

[Para más datos sobre Carlyle y Chamberlain, véase la introducción del autor, nota 4. Sobre Comte y Sorel, véase el capítulo 1, nota 9, y el cap. 11, nota 4, respectivamente. —Ed.]


[266]

[Hayek se refiere aquí a Rohan Butler, The Roots of National Socialism (Nueva York: E.P. Dutton, N. York 1942). —Ed.]


[267]

[El filósofo alemán Johann Gottlieb Fichte (1762-1814) enseñó en Jena, Berlín, y Erlangen, y en 1810 fue el primer rector de la nueva Universidad de Berlín. En 1807-08 publicó una serie de lecciones con la intención de impulsar el nacionalismo alemán para oponerse a Napoleón; sus categorías filosóficas anticiparon el concepto nazi de Herrenvolk. El economista alemán Johann Karl Rodbertus (1805-1875) es conocido como fundador del socialismo científico y propuso un programa que habría conducido gradualmente a un estado socialista en el Imperio alemán. El autor político y panfletista alemán Ferdinand Lassalle (1825-1864) fundó la Allgemeiner Deutscher Arbeiterverein (Asociación General de los Trabajadores Alemanes), precursora del Partido Socialdemócrata. —Ed.]


[268]

Y sólo parcialmente. En 1892, uno de los jefes del partido socialdemócrata, August Bebel, fue capaz de decir a Bismarck: «el Canciller del Reich puede estar tranquilo; la socialdemocracia alemana es una especie de escuela preparatoria del militarismo.» [Ferdinand August Bebel (1840-1913) fue un dirigente del movimiento socialdemócrata alemán y uno de sus principales portavoces en el Reichstag. —Ed.]


[269]

[Werner Sombart, Händler und Helden: patriotische Besinnungen (Munich y Leipzig: Duncker & Humblot, 1915). Más sobre Sombart en el capítulo 1, nota 13. —Ed.]


[270]

[Sombart, Händler und Helden, cit., p. 19. —Ed.]


[271]

[Volksgemeinschaft podría traducirse como «comunidad del pueblo», si bien con los nazis fue llevada más allá con el fin de incluir algo parecido a una «comunidad racialmente pura». —Ed.]


[272]

[Los dos libros de Johann Plenge a los que se refiere Hayek son Marx und Hegel (Tubinga: H. Laupp, 1911), y 1789 und 1914: die symbolischen Jahre in der Geschichte des politischen Geistes (Berlín: J. Springer, 1916). Historiador y pensador político, Johann Plenge (1874-1963) enseñó en Leipzig y en Münster. Fue uno de los impulsores del «socialismo organizativo» y apoyó también un resurgir de la sociología, ciencia que pensaba que podía ser utilizada para adiestrar a los ejecutivos que dirigirían las organizaciones a gran escala. —Ed.]


[273]

[Hayek se refiere a la obra de H.G.Wells, Future in America:A Search after Realities (Londres y Nueva York: Harper & Brothers, 1906). —Ed.]


[274]

[Johann Plenge, 1789 und 1914,. cit., p. 20. —Ed.]


[275]

[Ibid., p. 82. —Ed.]


[276]

[Ibid., p. 120. —Ed.]


[277]

[Ibid., p. 121. —Ed.]


[278]

[Ibid. —Ed.]


[279]

[Ésta y la siguiente cita aparecieron evidentemente en el periódico socialista Die Glocke poco antes del final de la guerra. Los redactores de la edición alemana de los Collected Works no pudieron localizar la fuente exacta de la cita, y yo tampoco he podido. —Ed.]


[280]

[El químico alemán Friedrich Wilhelm Ostwald (1853-1932) dio clases sobre todo en Leipzig, donde fundó un periódico y un instituto; colaboró también en la fundación de muchas sociedades científicas. Sus muchos descubrimientos hicieron que se le concediera el Premio Nobel en 1909. —Ed.]


[281]

[El industrial y político alemán Walther Rathenau (1867-1922) aportó su experiencia como ex director del cartel de la electricidad en calidad de asesor en la obtención de materias primas para el Ministerio de la Guerra alemán durante la I Guerra mundial. En un influyente panfleto publicado después de la guerra propugnó la socialización de la economía prosiguiendo la planificación del tiempo de guerra en tiempos de paz. Internacionalista progresista, y judío, Rathenau fue asesinado en 1922 al poco tiempo de ser nombrado Ministro de Asuntos Exteriores. Sobre la influencia de Rathenau en Hayek, véase F.A. Hayek, Hayek on Hayek, cit., p. 47 {p. 50 de la edición española} —Ed.]


[282]

Un buen resumen de las ideas de Naumann, tan características de la combinación germana de socialismo e imperialismo como todas las que hemos citado en el texto, se encontrará en R.D. Butler, The Roots of National Socialism, 1941, pp. 203-9. [Hayek se refiere a Friedrich Naumann, Mitteleuropa (Berlín:G. Reimer, 1915). El libro fue traducido por Christabel Meredith con el título Central Europe (Nueva York: A.A. Knopf, 1917; reeditado en:Westport, CT: Greenwood, 1971). Periodista, escritor y dirigente político, Friedrich Naumann (1860-1919) fundó el Partido Democrático Alemán al final de la I Guerra mundial. En su libro Naumann propugnaba una reorganización económica y política de la Europa central bajo la hegemonía germano-prusiana. —Ed.]


[283]

[El economista y periodista alemán Paul Lensch (1873-1926) estaba asociado, antes de la guerra, al ala marxista del Partido socialdemócrata alemán, pero fue deslizándose cada vez más hacia la derecha durante la guerra. Sus críticas al partido le valieron la expulsión en 1922. Probablemente Hayek se refiere aquí a los libros de Lensch Die deutsche Sozialdemokratie under der Weltkrieg: eine politische Studie (Berlín: Singer, 1915) y Das englische Weltreich (Berlín: Singer, 1915). —Ed.]


[284]

Paul Lensch: Drei Jahre Weltrevolution, 1917. Una persona sagaz permitió disponer, todavía en curso la anterior guerra, de la traducción inglesa de esta obra: Three Years of World Revolution. Prólogo de J.E.M. (Londres: Constable and Co., Ltd., 1918).


[285]

[Ibid., pp. 25-26. En este pasaje Lensch decía en realidad: «desde el punto de vista del desarrollo histórico, ese país tiene que ser considerado revolucionario o no.» —Ed.]


[286]

[Ibid., pp. 67-68. —Ed.]


[287]

[Ibid., p. 204. —Ed.]


[288]

[Ibid., p. 208. —Ed.]


[289]

[Ibid., p. 210. —Ed.]


[290]

Lo mismo vale para otros muchos de los dirigentes intelectuales de la generación que produjo el nazismo, tales como Othmar Spann, Hans Freyer, Carl Schmitt y Ernst Jünger. Respecto a éstos, véase el interesante estudio de Aurel Kolnai, The War against the West, 1938, que padece, sin embargo, el defecto de pasar por alto a sus creadores socialistas por limitarse al periodo de la posguerra, cuando de estos ideales se habían apoderado ya los nacionalsocialistas. [El libro del historiador y crítico Arthur Moeller van den Bruck (1876-1925) Das dritte Reich («El Tercer Reich»), fue publicado originariamente en 1923, e influyó profundamente en Adolf Hitler. En el libro, del que un extracto proporcionaba la cita que introduce el capítulo, Moeller van den Bruck criticaba ideologías como el socialismo, el liberalismo y la democracia, y pedía la formación de una nueva conciencia propia de los alemanes y la institución de un estado autoritario con control centralizado estricto de la economía. El filósofo de la historia alemán Oswald Spengler (1880-1936), otro crítico de la democracia parlamentaria liberal, predijo la inevitable decadencia de la cultura europea, que sería sustituida por una nueva época de cesarismo (análoga a la sustitución de la cultura griega por la romana, siendo esta última «carente de inspiración, bárbara, disciplinada, práctica, protestante, prusiana»—p. 26), en su libro The Decline of the West, traducido por Charles Francis Atkinson, 2 vols. (Nueva York: A.A. Knopf, 1926-1928). El sociólogo y economista austriaco Othmar Spann (1878-1950) enseñó en la Universidad de Viena, donde Hayek fue uno de sus alumnos. Era el profeta del «universalismo intuitivo», que preparó el camino al austrofascismo, atacó la democracia, el liberalismo, el socialismo, y el individualismo en sus leccions. Más datos sobre Spann, y la reacción de Hayek contra él, en Caldwell, Hayek’s Challenge, cit, pp. 137-39. El filósofo y sociólogo alemán Hans Freyer (1887-1969) fue otro precursor intelectual de los nazis. En su libro Revolution von Rechts («Revolución en la Derecha»), publicado en 1931, propugnó el fin de la lucha de clases y, por medio de «reformas» educativas, el surgimiento de un «estado del pueblo» alemán nacionalista. En sus escritos, el escritor y ensayista alemán Ernst Jünger (1895-1998) glorificó los aspectos estéticos, espirituales, y heroicos de la guerra, y propugnó que la nación alemana hiciese suyo un ethos y una organización militarista. Su relato de primera mano de la guerra de trincheras en la I Guerra mundial, In Stahlgewittern, traducido al inglés como Storm of Steel por Michael Hofmann (Nueva York: Penguin Books, 2004). Sobre el jurista Carl Schmitt, véase cap. VI, nota 5. —Ed.]


[291]

[Hayek se refiere a Oswald Spengler, Preussentum und Sozialismus (Munich: Beck, 1920). —Ed.]


[292]

[Ibid., p. 4. —Ed.]


[293]

[Ibid., p. 7. —Ed.]


[294]

[Ibid., p. 62. Bajo su liderazgo, el estadista prusiano Karl August, Fürst von Hardenberg (1750- 1822) supervisó la abolición de la servidumbre, una reforma extensiva de los militares prusianos y, con Heinrich Stein, la reforma del sistema educativo prusiano. Para más datos sobre Humboldt, véase la introducción del autor, nota 4. —Ed.]


[295]

La fórmula spengleriana encuentra su eco en una frase, a menudo citada, de Carl Schmitt, la primera autoridad nazi en Derecho constitucional, según la cual la evolución del Estado se realiza «en tres etapas dialécticas: del Estado absoluto de los siglos XVII y XVIII, a través del Estado neutral del liberal siglo xix, al Estado totalitario, en el que Estado y sociedad son idénticos». (C. Schmitt, Der Hüter der Verlassung. Tubinga, 1931, p. 79.)


[296]

[Oswald Spengler, Preussentum und Sozialismus, cit., p. 15. —Ed.]


[297]

[Ibid., p. 34. —Ed.]


[298]

[Ibid., p. 43-44. —Ed.]


[299]

[Ibid., p. 60. —Ed.]


[300]

[Ibid., p. 97. —Ed.]


[301]

Arthur Moeller van den Bruck: Sozialismus und Aussenpolitik (Breslau:W.G Korn, 1933), pp. 87, 90 y 100. Los artículos aquí recogidos, particularmente el relativo a «Lenin y Keynes», que debate más detalladamente el tema discutido en el texto, se publicaron primero entre 1919 y 1923. [En el original, las tres referencias de Hayek son sobre las citas de van den Bruck, y las incluye incorrectamente como aparecen en las páginas 87, 90, y 100 respectivamente, y no donde aparecen realmente, en las páginas 100-102. —Ed.]


[302]

[Ibid., pp. 101-2. —Ed.]


[303]

K. Pribram: «Deutscher Nationalismus und deutscher Sozialismus», en el Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, volumen 49, 1922, pp. 298-99. El autor menciona como otros ejemplos de la misma vía de argumentación al filósofo Max Scheler, predicador de «la misión mundial socialista de Alemania», y al marxista K. Korsch, que escribía conforme al espíritu de la nueva Volksgemeinschaft. [El filósofo alemán Max Scheler (1874—1928), que escribió sobre ética, religión, metafísica, y sobre el lugar de la persona en la sociedad, pertenecía al movimiento fenomenológico con Husserl. Durante la I Guerra mundial elaboró textos de propaganda para el gobierno. El periodista y escritor marxista Karl Korsch (1886-1961) fue un dirigente del Partido Comunista alemán desde 1920 a 1926, que escribía con frecuencia para sus diarios y redactaba su periódico teórico, Die Internationale. Fue expulsado del partido bajo acusaciones de revisionismo en 1926, y abandonó Alemania en 1934, estableciéndose finalmente en los Estados Unidos. —Ed.]


[304]

[El periodista alemán Ferdinand Fried (1898-1967) escribió de economía para varios periódicos, y fue el teórico económico del Tatkreis, grupo de jóvenes revolucionarios conservadores. En su órgano Die Tat (traducido de varias maneras como «La Acción» o «El Hecho») se oponían a la democracia parlamentaria y al capitalismo, y propugnaban una economía nacional autárquica y planificada. —Ed.]


[305]

[«The Home Front,» The Times, 24 de febrero de 1937, p. 15. En las notas sobre las fuentes de los encabezamientos de este capítulo,Hayek se equivoca al dar la fecha del 24 de febrero de 1940. —Ed.]


[306]

The Spectator, 12 de abril de 1940, p. 523. [El diplomático y escritor Sir Harold George Nicolson (1886-1968) fue miembro de la delegación británica en la conferencia de paz de Versalles, ayudante del primer secretario general de la Sociedad de Naciones, y miembro del Parlamento por el Partido Laborista desde 1935 a 1945. —Ed.]


[307]

[A comienzos del siglo XX muchos miembros de la Sociedad Fabiana se alinearon con los conservadores y contra los liberales (lo mismo que otros socialistas) en temas tales como el apoyo a la guerra de los Boers, la reforma educativa, y la preferencia imperial. —Ed.]


[308]

[Hayek se refiere al historiador nacionalista alemán Heinrich von Treitschke (1834-1896), que propugnaba un fuerte imperio alemán cuyos intereses estuviesen guiados por un poderoso estamento militar. —Ed.]


[309]

[Sobre Morley, véase la introducción del autor, nota 4; sobre Acton, véase el prólogo a la edición americana en rústica de 1956, nota 10.Hayek tenía razón al mencionar al jurista de Oxford A.V. Dicey (1835-1922) en su discusión sobre el estado de derecho en el capítulo VI, nota 2. El filósofo de Cambridge Henry Sidgwick (1838-1900) escribió de ética y también de economía. Representaba la quintaesencia de la época victoriana, pese a que su vida coincide escasamente con el reinado de la reina Victoria. —Ed.]


[310]

[En los años posteriores a la I Guerra mundial, las astucias diplomáticas de Bismarck fueron consideradas con frecuencia una virtud: se pensaba que había sido tan hábil como para haber llevado a su país a una situación en la que la guerra era inevitable. Véase, por ejemplo, el contraste entre él y el Kaiser Guillermo II en Esme Howard, «Great Men and Small», The Atlantic Monthly, vol. 155, mayo de 1935, pp. 523-33. El político liberal William Ewart Gladstone (1809-1898), junto con su colega tory Benjamin Disraeli, dominaron la vida política británica durante gran parte de la era victoriana. El ataque a todas las virtudes de la época victoriana fue obra principalmente del compañero de John Maynard Keynes en el Grupo de Bloomsbury, Lytton Strachey, cuyo libro Eminent Victorians (Londres: Chatto and Windus, 1918; reedición Londres: Penguin, 1986) se convirtió en locus classicus del género. —Ed.]


[311]

Economic Journal, 1915, p. 450. [La reseña de Keynes es sobre tres ediciones de la revista Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik sobre el tema Krieg und Wirtschaft, que contenía los primeros artículos de economistas alemanes sobre la economía alemana durante la guerra. El artículo de Jaffé apareció en el número de marzo de 1915 y se titulaba «Die Militarisierung unseres Wirtschaftsleben.» —Ed.]


[312]

Especialmente cuando consideramos la proporción de antiguos socialistas que se hicieron nazis, es importante recordar que el verdadero significado de esta proporción sólo se ve si la referimos, no al número total de los antiguos socialistas, sino al número de aquellos cuya conversión no se hubiera hecho imposible, en todo caso, por su ascendencia. En efecto, uno de los rasgos sorprendentes de la emigración política procedente de Alemania es el número relativamente pequeño de refugiados de izquierdas que no son «judíos», en el sentido alemán de esta palabra. Con demasiada frecuencia hemos oído elogios del sistema alemán prologados por alguna afirmación como la que iniciaba en una reciente conferencia la enumeración de las «características de la técnica totalitaria de movilización económica, sobre las que sería bueno meditar», y que decía así: «Herr Hitler no es mi ideal; lejos está de serlo. Hay razones personales muy importantes por las que Herr Hitler no sería mi ideal; pero...»


[313]

[E.H. Carr, The Twenty Years’ Crisis, 1919-1939, cit., y Conditions of Peace (Nueva York: Macmillan, 1942). —Ed.]


[314]

[E.H. Carr, The Twenty Years’ Crisis, 1919-1939, cit., p. 84. —Ed.]


[315]

[La frase, «The realist cannot logically accept any standard of value save that of fact» [El realista no puede aceptar lógicamente cualquier criterio de valor salvo el de hecho] se halla en ibid., p. 28. No pude hallar la frase «who makes morality a function of politics,» [el que hace de la moralidad una función de la política] sino la frase «who regard ethics as a function of politics» [el que considera la ética una función de la política], que se halla en la p. 54. —Ed.]


[316]

[Ibid., p. 32. —Ed.]


[317]

[Ibid., p. 38. —Ed.]


[318]

[Ibid., p. 243. La frase latina pacta sunt servanda, o «los pactos deben respetarse», se refiere a un principio fundamental del derecho civil e internacional. —Ed.]


[319]

[Ibid., p. 100.Veinticinco años antes el presidente americano Woodrow Wilson (1856-1924) abogó por la Sociedad de Naciones en la conferencia de paz de París. El estadista inglés Robert, Primer Vizconde Cecil of Chelwood (1864-1958) colaboró en la redacción del acuerdo de la Sociedad de Naciones y fue presidente de la Sociedad de Naciones de 1923 a 1945. Le fue concedido el Premio Nobel de la Paz en 1937. El historiador inglés Arnold Joseph Toynbee (1889-1975), también delegado en la conferencia de paz de París, expresó sus puntos de vista en un documento titulado The World After the Pace Conference, Being an Epilogue to the «History of the Peace Conference of Paris» and a Prologue to the «Survey of International Affairs 1920-1923» (Oxford: Oxford University Press, 1925). —Ed.]


[320]

[Ibid., p. 269. Más información sobre Carl Schmitt en el capítulo VI, nota 5. Hayek omite una cláusula de la frase de Carr, que dice:«We can no longer find much meaning, within the national community, in the distinction familiar to nineteenth-century thought between “society” and “state.”» [Ya no podemos encontrar demasiado significado, en la comunidad nacional, en la distinción familiar al pensamiento del siglo XIX entre “sociedad” y “estado”]. Puede que Carr se refiriese a lo que la comunidad nacional creía, más que a lo que creía él mismo. —Ed.]


[321]

[Ambos pasajes se encuentran en ibid., p. 171. —Ed.]


[322]

[E.H. Carr, Conditions of Peace, cit., p. 8. —Ed.]


[323]

[Ibid., pp. 10-11.—Ed.]


[324]

[Ibid., p. 218. —Ed.]


[325]

[Ibid., p. 131. —Ed.]


[326]

[Ibid., p. 30. —Ed.]


[327]

[Para más información sobre Friedrich List, véase el cap. I, nota 13. —Ed.]


[328]

[E.H. Carr, The Twenty Years’ Crisis, 1919-1939, cit., p. 155. Carr dijo en realidad que «la promoción artificial de cierto grado de autarquía es una condición necesaria para una existencia social ordenada». —Ed.]


[329]

[E.H. Carr, Conditions of Peace, cit., p. 237. —Ed.]


[330]

[Ibid., p. 237. Grossraumwirtschaft traduce literalmente «economía regional extensiva», y se refiere a la integración de otras economías de la Europa central y oriental en una economía alemana en expansión, visión de la Mitteleuropa articulada por Friedrich Naumann, que se describe en el capítulo XII, nota 19. —Ed.]


[331]

[La sección sobre «The Moral Function of War» comienza ibid., p. 116, y los tres pasajes se encuentran en las páginas 116, 119, y 119, respectivamente. —Ed.]


[332]

Cf. Franz Schnabel: Deutscbe Geschichte in neunzehnten Jahrhundert, vol. 2 (Friburgo in Br.,: Herder, 1933), p. 204.


[333]

Creo que fue el autor de Leviathan quien primero sugirió la supresión de la enseñanza de los clásicos, ¡porque inculcaba un peligroso espíritu de libertad! [Thomas Hobbes condenó las opiniones antimonárquicas de los griegos y de los romanos en el capítulo 21 del Leviathan, titulado «Of the Liberty of Subjects.» [Sobre la libertad de los súbditos]. Véase Thomas Hobbes, Leviathan (1651; Indianápolis: Hackett, 1994), parte 2, capítulo 21, pp. 140-141. —Ed.]


[334]

El servilismo de los hombres de ciencia hacia los poderes apareció primero en Alemania, a la par del gran desarrollo de la organización oficial de la ciencia, que hoy es objeto de tanto elogio en Inglaterra. Uno de los hombres de ciencia alemanes más famosos, el fisiólogo Emil du Bois-Reymond, no se avergonzó de proclamar, en un discurso pronunciado en 1870 en su doble condición de rector de la Universidad de Berlín y presidente de la Academia Prusiana de Ciencias, que «Nosotros, la Universidad de Berlín, situada frente al Palacio Real, somos, por los títulos de nuestra fundación, la guardia intelectual de la Casa de Hohenzollern» (A Speech on the German War (Londres: Bentley, 1870), p. 31. —Es curioso que Du Bois-Reymond considerase conveniente publicar una edición inglesa de su discurso.) [El fisiólogo alemán Emil du Bois-Reymond (1818-1896) enseñó en Berlín y es conocido por ser el descubridor de la neuroelectricidad. —Ed.]


[335]

Bastará citar un testimonio extranjero: R.A. Brady, en su estudio sobre The Spirit and Structure of German Fascism, concluye su detallada referencia de la evolución del mundo académico alemán afirmando que «en la sociedad moderna, el hombre de ciencia, per se, es quizá el más fácilmente utilizado y “coordinado” de todas las gentes con formación especializada. Los nazis, para decir verdad, destituyeron a muchos profesores universitarios y expulsaron de los laboratorios de investigación a muchos hombres de ciencia. Pero fue principalmente entre los profesores de ciencias sociales donde hubo una desconfianza más general y una crítica más persistente de los programas nazis, y no entre los de las ciencias de la Naturaleza, cuyo pensamiento se supone ser más riguroso. Los destituidos de este último campo fueron primordialmente judíos o excepciones a la generalización anterior, debidas a una aceptación igualmente acrítica de las creencias opuestas a las nazis. Por consecuencia, los nazis pudieron “coordinar” a universitarios y científicos con relativa facilidad, y con ello introducir en su esmerada propaganda el aparente peso y el apoyo de la mayor parte de la opinión docta alemana.»


[336]

[Hayek se refiere a Julien Benda, La trahison des clercs (París: Gasset, 1927, pp. 286-87. Escritor y filósofo francés, Julien Benda (1867-1956) comenzó su carrera escribiendo sobre el asunto Dreyfuss. En su libro más famoso, Benda afirmaba que en épocas pasadas los intelectuales (clercs) se comprometían en una búsqueda desinteresada de las verdades universales; buscaban ideales que trascendiesen las necesidades del estado o de la sociedad en que vivían. En los tiempos recientes, en cambio, los intelectuales se habían ido convirtiendo cada vez más en siervos de las causas políticas y nacionales. Resultado de esta traición de los clercs, las pasiones políticas extremistas se han hecho recientemente más universales, coherentes, continuas y preponderantes. —Ed.]


[337]

[Hayek cita según la traducción inglesa del libro de Benda. Véase Julien Benda, The Betrayal of the Intellectuals, trad. Richard Aldington (Nueva York:William Morrow, 1928; reedición, Boston: Beacon, 1955), p. 182. La edición original de 1928 llevaba el título de The Treason of the Intellectuals [La traición de los intelectuales], pero «betrayal», elegido para la reedición, se adapta mejor a los argumentos de Benda que la más literal traducción por «traición». —Ed.]


[338]

[Véase la declaración de J.G. Crowther, capítulo XI, nota 13. —Ed.]


[339]

[Hayek se refiere a C.H.Waddington, The Scientific Attitude (Harmondsworth: Penguin, 1941). El embriólogo y genetista inglés Conrad Hal Waddington (1905-1975) hizo aportaciones a la teoría evolucionista y fue autor asimismo de cierto número de textos populares sobre la ciencia En los primeros días de la guerra los directores de Nature avalaron con frecuencia la utilización de la planificación científica tanto para el esfuerzo de guerra como para la posguerra, como ya destaqué en mi introducción, pp. 31-32. —Ed.]


[340]

[C.H.Waddington, The Scientific Attitude,. cit., p. 101. —Ed.]


[341]

[Ibid., p. 27. La edición del 6 de septiembre de 1941 de Nature incluía un trabajo de Waddington titulado «The Relations between Science and Ethics» [Las relaciones entre ciencia y ética] junto con comentarios sobre el artículo por otros ocho autores. Ediciones sucesivas incluían ulteriores intercambios entre Waddington y varios otros.Todo esto fue reunido en un libro por C.H.Waddington et al., Science and Ethics (Londres: Allen and Unwin, 1942). —Ed.]


[342]

[Julien Benda, The Betrayal of the Intellectuals, cit., más de una vez critica a los intelectuales alemanes por haber iniciado la traición de los clercs y por haber facilitados que otros pudiesen seguir. Y esto es lo que afirma en las pp. 42-43: «El “intelectual” nacionalista es esencialmente una invención alemana. (…) Es innegable que desde el momento en que Alemania posee un Mommsen, Francia se ve especialmente obligada a tener un Barrès, para no verse penalizada viéndose obligada a situarse en una posición de gran inferioridad en el fanatismo nacionalista...» —Ed.]


[343]

[C.H.Waddington, The Scientific Attitude, cit., p. 110. —Ed.]


[344]

[Ibid., p. 112. —Ed.]


[345]

[Ibid., p. 125. —Ed.]


[346]

[Entre las referencias que Waddington citaba ibid., pp. 89-91, se hallan las panorámicas sociales de la revista Time, y libros como el de Frank Verulam, Production for the People (Londres: Gollancz, 1940) y John Boyd Orr, Food, Health and Income: Report on a Survey of Adequacy of Diet in Relation to Income (Londres: Macmillan, 1936). —Ed.]


[347]

[C.H.Waddington, The Scientific Attitude,. cit., p. 81. —Ed.]


[348]

[Ibid., p. 84. —Ed.]


[349]

[Ibid., p. 14. —Ed.]


[350]

[Ibid., p. 124. —Ed.]


[351]

[Ibid., p. 19. —Ed.]


[352]

Otro elemento que después de esta guerra reforzará probablemente las tendencias en esta dirección lo constituirán algunos de los hombres que durante la guerra saborearon el poder de la intervención coercitiva y encontrarán difícil volver a los humildes papeles que habían desempeñado hasta entonces. Aunque después de la anterior guerra los hombres de esta clase no fueron tan numerosos como lo serán probablemente en el futuro, ejercieron, sin embargo, entonces una influencia no despreciable sobre la política económica de Inglaterra. En la compañía de algunos de estos hombres, hace ya diez o doce años, experimenté por vez primera en este país la entonces inusitada sensación de ser transportado repentinamente a lo que estaba acostumbrado a considerar como una atmósfera intelectual completamente «alemana». [«Diez o doce años» antes Hayek acababa de incorporarse a la facultad en la London School of Economics. Como expongo en mi introducción, pp. 20-21, Hayek difundió la afirmación de que ciertos puntos de vista que entonces eran corrientes entre el público británico recordaban los que existían anteriormente en Alemania en su lección inaugural, «The Trend Economic Thinking,». cit. —Ed.]


[353]

[Sir Richard Acland, Bt. (1906-1990) formó el Partido socialista de la Commonwealth en 1942 junto con el escritor y comentarista político John Boynton Priestly (1894-1984). El partido tuvo escaso éxito en las elecciones y fue disuelto en 1945. Priestly fue presidente del «Committee of 1941» [Comité de 1941] del que era miembro Acland. El Comité reclamaba una planificación central más amplia durante el esfuerzo de guerra, y para que continuase después de que terminase la guerra.Acland fue autor de Unser Kampf: Our Struggle (Harmondsworth: Penguin, 1940) y The Forward March (Londres: George Allen and Unwin, 1941). En el segundo argumentaba que en la nueva edad de abundancia hacia la que marchábamos, los hombres sentían que debían servir a una causa más elevada y participar en algo más grande que ellos mismos. Acland esbozó una nueva «economía de servicio» en la que todo esto podía darse. —Ed.]


[354]

Véase sobre este punto el instructivo y reciente artículo de W. Arthur Lewis titulado «Monopoly and the Law», en The Modern Law Review, vol. VI, núm. 3, abril de 1943.


[355]

Aún más sorprendente, quizá, es la notable ternura que muchos socialistas están dispuestos a mostrar hacia el rentista, el tenedor de obligaciones, a quien la organización monopolista de la industria garantiza frecuentemente una renta segura. Uno de los más extraordinarios síntomas de la perversión de valores que se ha producido durante la última generación es que la ciega enemistad hacia los beneficios lleve a la gente a representarse una renta fija obtenida sin esfuerzo como más deseable social o moralmente que aquéllos, y a aceptar incluso el monopolio para asegurar una renta así garantizada a los tenedores, por ejemplo, de obligaciones ferroviarias.


[356]

[Hayek se refiere aquí a la política del Partido Laborista británico tal como había sido enunciada en un opúsculo del Partido Laborista, The Old World and the New Society: A Report on the Problems of War and Peace Reconstruction, cit., o en el mensaje de Harold Laski ante la Conferencia del Partido Laborista en 1942. —Ed.]


[357]

El profesor H.J. Laski, en su discurso en la 41 Asamblea anual del partido laborista, Londres, 26 de mayo de 1942 (Report, p. 111). Merece la pena señalar que para el profesor Laski es «este absurdo sistema de la libre competencia el que extiende la pobreza por todos los pueblos, y la guerra como consecuencia de esta pobreza»: curiosa interpretación de la historia de los últimos ciento cincuenta años. [Hayek se refiere al mensaje de Laski de mayo del 26 de mayo de 1942, en apoyo de una resolución, que se halla en la p. 110, que dice así: «Esta conferencia afirma que no debe haber vuelta atrás, después de la guerra, a una economía competitiva no planificada, que inevitablemente produce inseguridad económica, ineficacia industrial y desigualdad social. Se constata que la presión de la guerra ha necesitado ya un control de largo alcance de la industria, una planificación central de la vida económica de la nación, y la subordinación de muchos intereses privados al bien común, e insta a que este proceso sea llevado más allá con el fin de conseguir una victoria rápida y total. Declara que las medidas de control gubernamental que se necesitaron para movilizar los recursos nacionales en la guerra no son menos necesarias para garantizar su mejor uso en tiempo de paz, por lo que deben ser mantenidas hasta que se consiga la victoria final. Contempla la socialización de las industrias y servicios básicos del país, y la planificación de productos de consumo para la comunidad, como único fundamento duradero para un justo y próspero orden económico en el que la democracia política y la libertad personal puedan combinarse con un razonable nivel de vida para todos los ciudadanos.

«Por ello, la Conferencia afirma que es urgente emprender sin dilación la preparación necesaria para los cambios vitales que se han propuesto aquí.» La resolución, tal como se ha dicho, fue aprobada por la asamblea. —Ed.]


[358]

The Old World and the New Society, cit., pp. 12 y 16.


[359]

[John Milton, «The Ready and Easy Way to Establish a Free Commonwealth», in Areopagitica and Other Prose Works (Londres: J.M. Dent and Sons, Everyman’s Edition, 1927), p. 181. —Ed.]


[360]

[En este párrafo Hayek se refiere a temas que encontramos en la obra de Peter Drucker The End of Economic Man: A Study of the New Totalitarianism, cit. Drucker sostenía que los europeos han buscado la libertad y la igualdad durante siglos, primero en la esfera espiritual y, posteriormente, en la intelectual, la política y la económica. El fascismo surgió debido a los fallos del capitalismo y del socialismo por sus promesas de libertad e igualdad en la esfera económica. Las «Sociedades Noeconómicas Fascistas» surgieron en las que la autoridad de mando sustituye al privilegio económico y donde se abandonaron todas las esperanzas de un crecimiento económico y de creación de riqueza. Bajo el fascismo el individuo sirve a una sociedad corporativa más amplia, y aunque se alcanza la igualdad, se ha renunciado a la libertad individual y a la iniciativa. Drucker pronosticaba un enfrentamiento entre los estados totalitarios y las democracias occidentales, y recomendaba que éstas últimas creasen sus propias sociedades no económicas que conservasen la búsqueda de la libertad y de la igualdad de los individuos. —Ed.]


[361]

El uso frecuente que, como argumento contra la libre competencia, se hace de la ocasional destrucción de trigo, café y otras materias primas es un buen ejemplo de la deshonestidad intelectual contenida en mucha parte de este argumento, pues un poco de reflexión mostraría que en un mercado en régimen de libre competencia nadie que poseyese tales stocks ganaría con su destrucción. El caso de la supuesta exclusión de patentes útiles es más complicado y no puede discutirse adecuadamente en una nota; pero las condiciones en que sería ventajoso congelar una patente que el interés social aconsejaría utilizar inmediatamente son tan excepcionales, que surgen muchas dudas acerca de si se han producido en algún caso importante.


[362]

Quizá sea este el lugar para subrayar que, por grande que pueda ser nuestro deseo de un rápido retorno a una economía libre, esto no puede llevarnos a suprimir de un plumazo la mayoría de las restricciones de guerra. Nada desacreditaría más al sistema de libre empresa que la aguda, aunque probablemente breve, dislocación e inestabilidad que semejante intento provocaría. El problema está en saber hacia qué tipo de sistema debemos apuntar durante el proceso de desmovilización, y no en si debe transformarse el sistema de guerra en una organización más permanente mediante una política cuidadosamente pensada de gradual aflojamiento de los controles, que puede tener que extenderse a varios años.


[363]

John Milton, «Areopagitica», reedición como Areopagitica and Other Prose Works, cit., p. 18. —Ed.]


[364]

Esto se muestra tanto más claramente cuanto más se aproxima el socialismo al totalitarismo, y en Inglaterra se afirma más explícitamente que en ningún otro lugar en el programa de la última y más totalitaria forma del socialismo inglés: el movimiento de la «Common Wealth» de Sir Richard Acland. El principal rasgo del nuevo orden que promete es que, en él, la comunidad «dirá al individuo: “No te preocupes de la manera de ganarte tu propia vida”». En consecuencia, como es lógico, «tiene que ser la comunidad en cuanto tal la que decida si un hombre será empleado o no, con nuestros recursos, y cómo, cuándo y de qué manera trabajará», y la comunidad tendrá que «establecer campos para vagos, en condiciones muy tolerables». ¿Es extraño que el autor descubra que Hitler «se ha encontrado por casualidad (o por fuerza) con algo, o quizá, se diría, con un aspecto particular de lo que, en última instancia, necesita la Humanidad»? (Sir Richard Acland, Bt., The Forward March, 1941, pp. 127, 126, 135 y 32).


[365]

[En este pasaje Hayek compara los escritos de pensadores conservadores como Carlyle y Disraeli, y los de socialistas como los Webb y H.G.Wells, con los de los escritores de la tradición liberal inglesa. Nosotros hemos encontrado a algunos de estos hombres con anterioridad: Carlyle y Morley en la introducción del autor, nota 4; los Webb en el capítulo V, nota 3;Wells en el capítulo VI, nota 10, Disraeli en el capítulo VIII, nota 4, y Gladstone en el capítulo XIII, nota 6, aunque hay que añadir que los trabajos más relevantes de Carlyle en el presente contexto son probablemente sus textos sobre los héroes y la admiración por el héroe (en los que se propugna la necesidad de dirigentes fuertes para forjar la historia de la nación), y su historia en numerosos volúmenes del rey prusiano Federico el Grande. Del lado liberal, la obra del autor, historiador y miembro del Parlamento Thomas Babington Macauley (1800-1859), History of England, suele considerarse ejemplo de la «historia whig». En su libro On Liberty, el filósofo John Stuart Mill (1806-1873) defendía la libertad del individuo frente al control político y social. —Ed.]


[366]

Aunque el tema de este capítulo ha invitado ya a más de una referencia a Milton, es difícil resistir la tentación de añadir aquí una más, una muy familiar, aunque tal, al parecer, que nadie sino un extranjero se atrevería hoy a citar: «Que no olvide Inglaterra su prioridad en enseñar a vivir a las naciones.» ¡Es quizá significativo que nuestra generación haya conocido toda una hueste de detractores de Milton, americanos e ingleses, y que el primero de ellos, Mr. Ezra Pound, ha hablado durante esta guerra desde la radio de Italia! [La cita en el texto es del poema de William Wordsworth que comienza: «It Is Not To Be Thought Of,» que se encuentra en The Poetical Works of William Wordsworth, ed. de E. Selincourt y Helen Darbishire (Oxford: Clarendon Press, 1946), volumen 3.º, p. 117. El pasaje completo dice: «debemos ser libres o morir, quien habla la lengua que Shakspeare habló; que sostiene la fe y la moral que Milton sostuvo.» La cita de Milton es de «The Doctrine and Discipline of Divorce», reedición en Areopagitica and Other Prose Works, cit., p. 193.Al poeta y crítico americano Ezra Pound (1885-1972) le atribuyó T.S. Eliot el ser la fuerza impulsora de la poesía «moderna». Pound vivió en Italia de 1924 a 1945, donde se entusiasmó con las ideas fascistas. En la última parte de la guerra lanzó mensajes por la radio criticando la democracia. Después de la guerra fue acusado de traición, pero en vez de ser llevado ante los tribunales, fue declarado loco y pasó más de un decenio en un manicomio. Fue liberado en 1958. —Ed.]


[367]

[Lord Acton, «Review of Sir Erskine May’s Democracy in Europe», cit., p. 98 {p. 330 de la edición española, citada}. Acton dijo en ralidad: «De todas las pruebas de la democracia, el federalismo ha sido la más eficaz y la más apropiada.» —Ed.]


[368]

Sobre todos estos y los puntos siguientes, que aquí sólo podemos tocar de manera sucinta, véase el libro del profesor Lionel Robbins, Economic Planning and International Order (Londres: Macmillan, 1937), passim.


[369]

Véase en particular el significativo libro de James Burnham, The Managerial Revolution, 1941.


[370]

La experiencia en la esfera colonial, de Inglaterra tanto como de cualquier otro país, ha mostrado muy ampliamente que incluso las formas moderadas de planificación que denominamos desarrollo colonial envuelven, lo queramos o no, la imposición de ciertos criterios a aquellos a quienes tratamos de ayudar. Es justamente esta experiencia la que ha hecho que los técnicos coloniales, incluso los de mentalidad más internacional, sean tan escépticos acerca de la posibilidad de una administración «internacional» de las colonias.


[371]

Si todavía hay alguien que no ve las dificultades o abriga la creencia de que con algo de buena voluntad podrían dominarse todas ellas, le convendrá tratar de representarse las consecuencias de una dirección centralizada de la actividad económica aplicada a escala mundial. ¿Es muy dudoso que ello significaría un esfuerzo más o menos consciente para asegurar el dominio del hombre blanco, y que así sería considerado rectamente por todas las demás razas? Mientras yo no encuentre una persona normal que crea seriamente en la sumisión voluntaria de las razas europeas para que su nivel de vida y su grado de progreso fuesen determinados por un Parlamento mundial, seguiré considerando absurdos esos planes. Pero esto no impide, desgraciadamente, que se propugnen en serio medidas particulares que sólo podrían justificarse si el principio de la dirección mundial fuese un ideal asequible.


[372]

[Hayek puede haber tenido presentes estudios tales como el de C.A. Macartney, Problems of the Danube Basin (Cambridge: Cambridge University Press, 1942), o Antonin Basch, The Danube Basin and the German Economic Sphere (Nueva York: Columbia University Press, 1943). —Ed.]


[373]

[La Tennessee Valley Authority era una agencia creada durante el New Deal para generar electricidad y controlar las inundaciones en una región formada por los siete estados situados en torno a la cuenca del río Tennessee. —Ed.]


[374]

El profesor C.A.W. Manning, en una reseña del libro Conditions of Peace, del profesor Carr, en el International Affairs Review Supplement, junio de 1942, p. 443.


[375]

Es significativo en más de un aspecto que, como se ha observado recientemente en un semanario, «se había ya comenzado a esperar algo del estilo de Carr lo mismo en las páginas del New Statesman que en las de The Times» («Four Winds», en Time and Tide, 20 de febrero de 1943). [Time and Tide comenzó como una revista y luego se convirtió en un periódico semanal independiente. Editado en el n.º 38 de Bloomsbury Street, estaba dirigido por mujeres y escrito para ellas. —Ed.]


[376]

Es una gran lástima que la inundación de publicaciones federalistas que no hace muchos años cayó sobre nosotros haya privado de la atención que merecen a unas cuantas obras, entre ellas, importantes y sagaces. Una que en particular debe ser cuidadosamente consultada cuando llegue el tiempo de elaborar una nueva estructura política de Europa, es el librito del doctor W. Ivor Jennings, A Federation for Western Europe (Nueva York: Macmillan, y Cambridge: Cambridge University Press, 1940. [Tanto Hayek como Lionel Robbins estaban a favor de alguna forma de federación para Europa; véanse las cartas de Hayek a The Spectator tituladas «War Aims» y «An Anglo-French Federation», incluidas en la obra de F.A. Hayek, Socialism and War, cit., pp. 161-64 {pp. 193-197 de la edición española}. —Ed.]


[377]

Véase sobre esto el artículo del autor: «Economic Conditions of Inter-State Federation», The New Commonwealth Quarterly, vol.V, septiembre de 1939. [Este artículo se publicó posteriormente en F.A. Hayek, Individualism and Economic Order, cit., pp. 255-72. —Ed.]


[378]

[Hayek se refiere al poema de Lord Alfred Tennyson «Locksley Hall.» Véase The Poetical Works of Alfred Lord Tennyson (Boston y Nueva York: Houghton Mifflin, 1892), p. 60, donde una batalla en el cielo termina con las siguientes frases:

Till the war-drum throbb’d no longer, And the battle flags were furl’d In the Parliament of man, the Federation Of the world.

El poema comienza con el amargo lamento de un joven que ha sido separado de su primer amor, su prima, que se ha casado con otro. Existe un paralelo con la propia vida de Hayek; véase Bruce Caldwell, Hayek’s Challenge, cit., p. 133, nota 1. —Ed.]


[379]

Véase sobre esto el libro del profesor Robbins, ya citado, pp. 240-57.


[380]

Ya en los años finales del siglo XIX, Henry Sidgwick pensaba que «no estaría fuera de los límites de una previsión prudente el contar con una cierta integración de los Estados de la Europa occidental; y si esto ocurre, parece probable que se seguirá el ejemplo de América y que el nuevo conjunto político se formará sobre la base de una constitución federal» Véase Henry Sidgwick, The Development of European Polity (Londres: Macmillan, 1903), p. 439), publicado póstumamente. Sidgwick dijo realmente que no está fuera de los límites de una sobria previsión el que pueda tener lugar una ulterior integración en los estados de Europa occidental...» —Ed.]


[381]

[La frase «reculer pour mieux sauter» es una recomendación de recular un poco antes de iniciar nuestro ataque. El consejo «Drop back and punt» [aproximadamente, «coger impulso para dar el puntapié  »] puede servir más o menos como el equivalente americano. —Ed.]


[382]

[Hayek se refiere aquí a Élie Halévy, «The Age of Tyrannies» (trad. de May Wallas), Economica, N.S., vol. 4, Febrero de 1941, pp. 77-93, y Élie Halévy, «Socialism and the Problem of Democratic Parliamentarianism», International Affairs, vol. 13, julio-agosto de 1934, pp. 490-507. —Ed.]


[383]

Estos documentos han sido traducidos al español para la presente edición por Carlo A. Caranci, quien también ha traducido las «notas del editor» en el texto principal.


[384]

[El informe se encuentra en los Hayek Papers, caja 105, carpeta 10, Hoover Institution Archives. En el informe original las comillas encierran «Nazi» al estilo alemán, y Socialismo se escribió originariamente «Sozialism» pero se corrigió. —Ed.]


[385]

[Gottfried Feder (1883-1941) fue uno de los primeros consejeros económicos de Hitler. Elemento fundamental de sus enseñanzas económicas era el concepto de «esclavitud del interés» y su recomendación de que el interés debe ser abolido. Una vez en el poder, Hitler abandonó el programa de Feder con el fin de atraerse mejor el apoyo de los industriales alemanes. —Ed]


[386]

[Para más información sobre Die Tat, véase capítulo XII, nota 41. —Ed.]


[387]

[Las protestas estudiantiles de Berlín culminaron en una quema de libros en la Operaplatz en la noche del 1.º de mayo de 1933. —Ed.]


[388]

[Karl Mannheim era uno de los principales defensores de la «sociología del conocimiento»; véase especialmente su Ideology and Utopia: An Introduction to the Sociology of Knowledge, trad. inglesa de Louis Wirth y Edward Shils, volumen de la serie The International Library of Psichology, Philosophy, and Scientific Method (Nueva York: Harcourt, Brace, 1936) —Ed.]


[389]

[En los primeros meses de régimen nazi los autonombrados radicales del partido nazi marcharon sin más contra ciertas empresas y se apoderaron de ellas, concediéndose a sí mismos y a sus cómplices, por lo general, sustanciosos salarios y otras gratificaciones. Göring y los demás líderes nazis consideraban peligroso a estos supuestos Kommisars y para finales de 1933 habían sido expulsados la mayoría de ellos. —Ed.]


[390]

[Frank Knight, informe de lectura, 10 de diciembre de 1943, puede verse en la University of Chicago Press Collection, caja 230, carpeta 1, University of Chicago Library. —Ed.]


[391]

[Jacob Marschak, informe de lectura, 20 de diciembre de 1943, puede verse en la colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 1, University of Chicago Library. —Ed.]


[392]

[La numeración de las páginas en el informe de Marschak se ha tomado del manuscrito original de Hayek, por lo que no corresponde a la numeración del presente texto. —Ed.]


[393]

[Contable, escritor freelance y autor estadounidense Stuart Chase (1888-1985) fue un escritor popular en el periodo de entreguerras. Fue autor del libro The Tragedy of Waste (Nueva York: Macmillan, 1925) y escribió el prólogo para el libro de Thorstein Veblen, The Theory of the Leisure Class (Nueva York: Modern Library, 1934). Para más información sobre Walter Lippmann, véase capítulo II, nota 8. —Ed.]


[394]

[Para más información sobre Walter Rathenau, véase capítulo XII, nota 18. —Ed.]


[395]

[Para más información sobre Drucker, véase capítulo II, nota 9. The End of Economic Man, de Drucker,. cit., se discute en el capítulo XIV, nota 2. —Ed.]


[396]

[Para más información sobre Sidney y Beatrice Webb, véase capítulo V, nota 3. —Ed.]


[397]

[La carta de Scoon se encuentra en la colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 3, University of Chicago Library. —Ed.]


[398]

[Frank Knight. —Ed.].


[399]

[Aaron Director. —Ed.]


[400]

[Fritz Machlup. —Ed.].


[401]

[Scoon se equivoca sobre el origen del título. Como explicó una vez Hayek en una entrevista, «La idea vino de Tocqueville, que habla del camino hacia la servitud; me habría gustado elegir ese título, pero no sonaba bien. Por lo que cambié “servitud” por “servidumbre”, por meras razones fonéticas.» F.A, Hayek, «Nobel Prize Winning Economist», edic. de Armen Alchian. Transcripción de una entrevista realizada en 1978 bajo los auspicios del Oral History Program, University Library, UCLA, copyright Regents of the University of California, p. 76. —Ed.].


[402]

[Scoon se refiere a Ludwig von Mises, Omnipotent Government.The Rise of Total State and Total War (New Haven:Yale University Press, 1944). —Ed.]. {Trad. española: Gobierno omnipotente, Unión Editorial, 2002}.


[403]

Gran parte de esta sección se basa en la investigación realizada por Alex Philipson, director de promociones en la University of Chicago Press.


[404]

Véase prólogo de Hayek para la edición americana en rústica de 1956.


[405]

[Véase mi introducción a este volumen, p. 41, para una ulterior discusión sobre la cifra de 600.000 ejemplares. —Ed.]