¿Ucrania, que no es miembro, tiene un compromiso de facto bajo el artículo 5 de la OTAN?

Ted Galen Carpenter dice que la administración de Biden ha borrado la diferencia entre los miembros y no miembros de la OTAN.

Por Ted Galen Carpenter

Una característica supuestamente crucial y desafortunada que separa a Ucrania de los miembros formales de la OTAN es que Kiev no tiene una garantía de seguridad en virtud del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte. Esa provisión proclama que un ataque contra cualquier miembro de la OTAN se considerará un ataque contra todos. Algunos críticos de la falta de voluntad de la OTAN para responder favorablemente a la campaña de cabildeo del presidente George W. Bush en 2008 para la membresía de Kiev insisten en que la decisión envalentonó a Rusia y posteriormente condujo a la invasión de febrero de 2022. Si Ucrania hubiera disfrutado de una garantía en virtud del Artículo 5, y especialmente de la presencia de tropas estadounidenses, dice el razonamiento, Vladimir Putin nunca se habría atrevido a lanzar su guerra de agresión. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, expresa certeza sobre este punto. 

Hay dos problemas principales con este argumento. Primero, Putin y otros líderes rusos habían enfatizado durante mucho tiempo que la membresía de Ucrania en la OTAN cruzaría una línea roja, lo que desencadenaría una guerra. De hecho, los funcionarios del Kremlin consideraron acciones occidentales aún más limitadas, como el envío de armamento sofisticado a Kiev, la realización de juegos de guerra conjuntos con las fuerzas de la OTAN y Ucrania, y el intercambio de inteligencia con el gobierno de Ucrania, como provocaciones graves. 

Los entusiastas de la OTAN técnicamente tienen razón en que si la Alianza hubiera extendido una invitación de membresía a Ucrania en 2008 (o en 2014 luego de la revolución de Maidán en Ucrania y la posterior anexión de Crimea por parte de Moscú), probablemente no habría habido una invasión rusa en 2022. En cambio, la invasión habría ocurrido en 2008 o 2014. Sin embargo, en ningún momento Rusia estuvo dispuesta a aceptar dócilmente que Ucrania se convirtiera en un activo militar de la OTAN. Los partidarios de la OTAN se engañan si creen que tal escenario alguna vez fue posible. 

El segundo gran problema con la tesis de que la pertenencia a la OTAN y su garantía del Artículo 5 para Kiev, habría disuadido a Rusia de atacar a Ucrania es que la suposición se basa en una falacia sobre el Artículo 5. Esa disposición no significa que la OTAN definitivamente habría montado una respuesta militar completa a una invasión de Ucrania. El lenguaje del Artículo 5 es sorprendentemente vago sobre la supuesta garantía de seguridad para los miembros de la Alianza. La sección pertinente dice: 

Las Partes acuerdan que un ataque armado contra uno o más de ellos en Europa o América del Norte se considerará un ataque contra todos ellos y, en consecuencia, acuerdan que, si se produce tal ataque armado, cada uno de ellos … asistirá a la Parte o Partes atacadas tomando inmediatamente, individualmente y en acuerdo con las otras Partes, las acciones que considere necesarias, incluido el uso de la fuerza armada, para restaurar y mantener la seguridad del área del Atlántico Norte [Énfasis añadido].

La naturaleza de tal compromiso dista mucho de ser una promesa vinculante por parte de cada miembro de utilizar sus propias fuerzas militares para ayudar a la víctima de la agresión. Una ayuda muy limitada, incluso no militar (imponiendo sanciones económicas, por ejemplo) podría calificar como un cumplimiento de la obligación del tratado de un miembro. Suministrar armas a los defensores asediados o compartir información de inteligencia ciertamente lo haría. 

Sin embargo, Washington y sus aliados europeos están haciendo todas esas cosas ahora en nombre de un país que no es miembro: Ucrania. Las potencias occidentales están vertiendo material militar en ese país y tanto el tamaño como la potencia de las armas que se suministran están aumentando. EE.UU. y otros países de la OTAN también están compartiendo datos de inteligencia con Kiev, incluso brindando a las fuerzas ucranianas información de objetivos en tiempo real. En un caso, dicha asistencia supuestamente permitió a las defensas aéreas de Ucrania derribar un avión de transporte ruso que transportaba cientos de tropas. Aparentemente, el intercambio de inteligencia también ha permitido que las fuerzas de Ucrania asesinen a un numero creciente de generales rusos de alto nivel

Tales actividades no difieren mucho del tipo de asistencia que Washington probablemente brindaría a un miembro de la OTAN bajo ataque. La administración Biden ha tratado de enfatizar una distinción al afirmar rotundamente que las tropas estadounidenses no lucharán contra Rusia en Ucrania, mientras que insiste que EE.UU. hará todo lo que sea necesario para defender “cada centímetro” del territorio de la OTAN.

A pesar de tales garantías oficiales, no es del todo seguro que EE.UU. cumpla con su obligación del Artículo 5 usando sus propias fuerzas para luchar contra Rusia. La horrible realidad que tomar tal acción conlleva es el riesgo de desencadenar una guerra nuclear con Rusia. Ese peligro se aplica tanto a la defensa de un miembro de la OTAN como a la defensa de Ucrania. En ambos casos, es probable que existen límites al grado de riesgo que Washington está dispuesto a asumir. Ucrania parece estar recibiendo el nivel de asistencia que lógicamente podría esperar, ya sea miembro de la OTAN o no. En esencia, la administración Biden ha borrado la distinción anterior entre miembros y no miembros de la Alianza. Las consecuencias finales de ese movimiento en el caso de Ucrania aún están por verse.

Este artículo fue publicado originalmente en Antiwar.com (EE.UU.) el 10 de mayo de 2022.