Acerca de Akbar Ganji

Acerca de Akbar Ganji

Akbar GanjiNacido en la provincia de Qazvin, Irán, en 1960, Akbar Ganji es un laureado periodista, crítico abierto del gobierno iraní y disidente político cuyo compromiso con la libertad y los derechos humanos es reconocido a nivel mundial. Ganji creció en el sur de Teherán en una familia pobre y devota y se convirtió en un activista del movimiento islámico en contra del Shah. Participó en la Revolución Iraní de 1979 y luego se unió a la Guardia Revolucionaria Islámica durante la cruenta guerra entre Irán e Irak. Después fungió como miembro del despacho para cultura y prensa de la embajada iraní en Turquía para luego trabajar en el Ministerio de Inteligencia y de Seguridad Nacional de Irán.

Conforme su vínculo con el régimen se profundizaba, Ganji se decepcionó cada vez más con la orientación y  el carácter del gobierno islámico. Como resultado, a mediados de los noventa se trasladó enérgicamente hacia el periodismo investigativo y pronto empezó a publicar artículos sobre los excesos del régimen del presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani en periódicos reformistas y pro-democracia, muchos de los cuales eventualmente fueron clausurados por el gobierno.

La determinación de Ganji de exponer la corrupción y los excesos alcanzó una disyuntiva crítica en 1999 con la publicación de sus artículos en el importante periódico Sobh-e Emrooz (“Esta Mañana” en español) sobre los asesinatos de cinco escritores y disidentes en 1998. Los artículos de Ganji sobre las ahora conocidas “Matanzas en Cadena de Irán” revelaron muchos aspectos anteriormente secretos, expusieron la participación del entonces presidente Rafsanjani junto a los principales miembros del clérigo e implicaron a altos funcionarios del Ministerio de Inteligencia y de otras agencias de seguridad que se encontraban bajo las órdenes del presidente.

Esta destacada serie de artículos fue publicada en el libro, El calabozo de los fantasmas (The Dungeon of Ghosts) y rápidamente se convirtió en un best seller. Al libro se le acreditó parcialmente la derrota de muchos candidatos conservadores en las elecciones parlamentarias del 2000 y contribuyó considerablemente a la elección de candidatos reformistas. También provocó a los conservadores extremos y colocó a Ganji en una posición de gran vulnerabilidad.

La respuesta del gobierno fue rápida. Ganji fue arrestado en abril del 2000 luego de volver a Irán de una conferencia en Berlín titulada “Irán después de la elección”. Fue acusado de haber “perjudicado la seguridad nacional” y de haber participado en una conferencia considerada como “anti-islámica” y “anti-revolucionaria”. Ganji fue sentenciado en enero del 2001 a 10 años de cárcel, que serían seguidos de 5 años de exilio interno.

Ganji fue enviado a la conocida prisión Evin en Teherán. Su sentencia original fue reducida luego de la apelación, para luego ser aumentada a otros seis años en cárcel debido a cargos levantados en su contra por artículos escritos antes del 2000 y por haber poseído copias de periódicos extranjeros. Fue declarado culpable de “recolectar información confidencial y perjudicial para la seguridad nacional y difundir propaganda en contra del sistema islámico”.

Ganji fue puesto en encierro solitario, pero continuó escribiendo. Sus cartas fueron enviadas secretamente al exterior desde la prisión. Estas denunciaban el autoritarismo y demandaban el respeto de derechos humanos básicos. En 2002 Ganji escribió un Manifiesto republicano (Republican Manifesto) de seis capítulos, en el cual se describen las características de una verdadera democracia iraní e hizo un llamado a boicotear todas las elecciones en la República Islámica.

Ganji se declaró en huelga de hambre por más de 80 días a mediados del 2005, y capturó la atención internacional sobre los abusos de derechos humanos en Irán. En una carta enviada secretamente desde la cárcel —“Carta a las personas libres del mundo”— dijo que “De ser es necesario, continuaré con mi huelga de hambre hasta morir. Hoy, mi rostro enflaquecido desenmascara a la República Islámica, me he convertido en un símbolo de justicia frente a la tiranía, mi cuerpo demacrado está exponiendo las contradicciones de un gobierno donde la justicia y la tiranía han sido trocadas”.

A fines de mayo del 2005, a Ganji se le permitió salir por 12 días de la cárcel justo antes de las elecciones presidenciales, las cuales iban a llevarse a cabo a principios de junio. Ganji utilizó sus días en libertad para participar en entrevistas con agencias noticiosas en las que criticó a Ayatollah Ali Khameni, el “líder supremo” de Irán, y pidió que su cargo sea sometido a elección popular. Las autoridades pidieron su arresto por dar “entrevistas ilegales”, Ganji se entregó a las autoridades. Volvió a su huelga de hambre en encierro solitario el 11 de junio de 2005.

Muchos iraníes no estaban al tanto de esto debido a la censura de los reportajes de la huelga de hambre de Ganji, pero su caso capturó la atención mundial. Cientos de importantes activistas de derechos humanos, académicos, escritores y periodistas reclamaron la libertad incondicional en una petición dirigida a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, al Parlamento Europeo y a las autoridades iraníes. Expresaron su “asombro frente al hecho de que una persona, que ha servido a su país, ha dedicado su vida al mejoramiento de la sociedad civil y ha llegado a ser conocido como uno de los periodistas más vocales y respetados de esta época, fuese tratado de tal manera”.

Desde que fue liberado en marzo de 2006, Ganji ha viajado internacionalmente en un esfuerzo para revelar al mundo los abusos a los que son sometidos los prisioneros políticos en Irán. Ha sido reconocido ampliamente por escritores y grupos de derechos humanos internacionales por su valiente trabajo defendiendo firmemente la libertad y la democracia. Ganji ha sido un partidario de las recientes protestas pacíficas a favor de la democracia en Irán. Su libro más reciente, El camino hacia la democracia en Irán (The Road to Democracy in Iran) (2008), es su primer libro traducido a inglés.