Una política pro-comercio para el Partido Demócrata
James Bacchus considera que el Partido Demócrata debería tomar la bandera de la liberalización comercial multilateral en lugar de tratar de competir con el presidente Trump demostrando su escepticismo acerca de los méritos del comercio internacional.
Por James Bacchus
Los Demócratas esperan elegir al presidente Demócrata y los Demócratas esperan elegir un congreso de mayoría demócrata en noviembre. Si lo logran, serán responsables de fijar una nueva política comercial para el país, la cual ha estado de retirada de la liberalización comercial y de la cooperación con el comercio internacional bajo el presidente Donald Trump. Incluso si no ganan en noviembre, los Demócratas necesitarán diseñar una política comercial para el futuro. En un nuevo Análisis de Política Pública publicado la semana pasada, presento varias sugerencias. Este artículo provee un breve resumen de esas sugerencias. Cualquiera que sea el resultado de la elección, al construir una política comercial, los Demócratas no deberían de tratar de competir con el presidente Trump al demostrar su escepticismo acerca de los méritos del comercio internacional. En cambio, los Demócratas deberían delinear claramente los argumentos positivos a favor de una continua liberalización comercial y a favor del Estado de Derecho en el comercio. El respaldo al comercio debe ser una parte esencial de cualquier política integral Demócrata que aspire a restaurar y revitalizar la prosperidad estadounidense ampliamente dispersa.
Los Demócratas deben recuperar en el Congreso la autoridad sobre el comercio prevista en la Constitución. Durante demasiado tiempo, el Congreso ha venido cediendo su autoridad constitucional a la rama ejecutiva. Bajo el presidente Trump, esta delegación de autoridad ha sido muy abusada con acciones caprichosas que imponen aranceles unilaterales a los socios comerciales de EE.UU. y por razones dudosas.
Los aranceles unilaterales impuestos por la administración de Trump deben ser derogados. Estos aranceles violan las obligaciones estadounidenses bajo el tratado que estableció la Organización Mundial del Comercio (OMC), el cual requiere que haya una resolución de disputas antes de tomar tales medidas comerciales. Además, esos aranceles son perjudiciales para los consumidores y productores estadounidenses debido a los incrementos en los precios de las importaciones que resultan de ellos.
Los Demócratas deben rechazar el unilateralismo y volver al multilateralismo en el comercio. Deberían re-afirmar el duradero compromiso bi-partidista de EE.UU. con las soluciones de comercio multilateral y con la centralidad del sistema mundial de comercio basado en la multilateral OMC. La dependencia en las normas básicas de no-discriminación, que son el núcleo de la estrategia multilateral frente al comercio, maximiza las ganancias económicas derivadas de los acuerdos comerciales para todos los países que participan en el sistema de la OMC.
El presidente Trump y sus asesores comerciales han tratado con su mejor esfuerzo de socavar el Estado de Derecho en el comercio y de reemplazarlo con el imperio del poder. Ellos han paralizado el proceso de apelaciones del mecanismo de fijación de disputas de la OMC y sembrado dudas acerca del propósito de los fallos del panel de la OMC al bloquear la designación de nuevos jueces para el Cuerpo de Apelaciones de la OMC. Al mismo tiempo, han esparcido, como una de sus muchas “grandes mentiras” al pueblo estadounidense, la ficción de que los jueces de apelación han excedido su mandato en virtud del tratado cuando fallan en contra de EE.UU.
Los Demócratas también deben renovar el compromiso de EE.UU. con el Estado de Derecho en el comercio. Deberían trabajar en conjunto con otros miembros de la OMC para encontrar una solución multilateral que salve el sistema independiente e imparcial para adjudicar apelaciones en las disputas de comercio internacional en la OMC. El Estado de Derecho en el comercio mundial debería ser fortalecido restaurando el Cuerpo de Apelaciones y fortaleciéndolo en contra de cualquier asalto político en el futuro.
Los Demócratas también deberían unirse a otros miembros de la OMC en el intento de modernizar la OMC. Aunque fueron escritas en el siglo 20, muchas de las reglas de la OMC todavía sirven en el siglo 21. Pero unas pocas normas comerciales requieren ser actualizadas y, en muchos aspectos del comercio contemporáneo, se necesitan nuevas reglas para mantener a la OMC relevante frente a las realidades del comercio mundial.
Los Demócratas deberían respaldar la negociación de nuevas y mejores reglas acerca del comercio digital, el comercio de servicios, y la propiedad intelectual. Se requieren nuevas reglas también para facilitar la inversión y asegurar una competencia internacional libre y justa. Necesitamos mejores reglas para disciplinar los subsidios que distorsionan el comercio, incluyendo nuevas reglas que prohíben lo discriminatorio y favorecen a las empresas estatales.
Las normas de la OMC también son necesarias para proveer protecciones en contra de las transferencias forzadas de tecnología, mientras que alientan la difusión legal hacia países en desarrollo más pobres de todas las tecnologías nuevas que necesitan urgentemente para confrontar los desafíos globales ambientales, sanitarios y de otra índole. Las normas nuevas y mejores son de igual forma requeridas para abordar los estándares de productos, las regulaciones técnicas, y la proliferación de otras barreras no-arancelarias al comercio que cada vez más sustituyen a los aranceles y que constituyen obstáculos proteccionistas al comercio.
Sin duda, hay preocupaciones legítimas acerca de las prácticas comerciales proteccionistas de China. Pero la estrategia unilateral de Trump, mediante la cual pretende amedrentar a los chinos con una serie de aranceles unilaterales e ilegales ha logrado nada mientras que innecesariamente ha empeorado las relaciones comerciales entre EE.UU. y China. En lugar de insultar nuestros mejores aliados e imponerles aranceles ilegales, los Demócratas deberían trabajar de cerca con nuestros aliados y otros socios comerciales para confrontar a China dentro del marco legal de la OMC.
Otra de las “grandes mentiras” de Trump acerca de la OMC es que esto no se puede lograr bajo las reglas existentes. Aún así numerosas opciones para enfrentar a China en virtud de las normas de la OMC todavía no se han intentado. Las acciones multilaterales conjuntas dentro del mecanismo de resolución de disputas en la OMC son la mejor manera de sancionar las prácticas comerciales injustas de China, asegurar el trato no-discriminatorio de nuestros productos y servicios, y ayudar al pueblo chino a dar pasos más rápidamente hacia la creación de una economía de mercado más amplia que logrará tanto para ellos como para nosotros una mayor prosperidad.
Además de respaldar el multilateralismo en el comercio mediante el apoyo a la OMC, los Demócratas deberían también respaldar los acuerdos bilaterales y regionales a favor de un comercio más libre que últimamente pueda conducir a la liberalización comercial multilateral. Los Demócratas deberían reconsiderar la adhesión al Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (TPP), que el presidente Barack Obama negoció pero que el presidente Trump rechazó en su primer día en el poder. Un retorno por parte de EE.UU. al acuerdo debería estar condicionado a un acuerdo entre los otros 11 países de implementar las cerca de 20 provisiones que fueron colocadas en pausa cuando Trump retiró a EE.UU., incluyendo las protecciones a los derechos de propiedad intelectual, garantías en contra de la captura y comercio ilegal de la vida salvaje, entre otras.
Una apertura comercial es un pre-requisito para lograr la competitividad nacional, pero no la garantiza. Una política pro-comercio para los Demócratas en 2021 y más allá de esta fecha debe estar acompañada de políticas domésticas que permitan a todos gozar de las ganancias del comercio. Muchas veces, las ganancias del comercio no han sido ampliamente compartidas. Pero la política doméstica, no la política comercial, ha sido en gran medida la culpable de esto. Los Demócratas deben hacer mucho más de lo que se ha hecho durante la última generación para preparar a los estadounidenses para competir en una economía global cada vez más integrada y tecnológicamente avanzada.
Las acciones domésticas efectivas para ayudar a todos los estadounidenses a aprovechar al máximo las ganancias del comercio, fortaleciendo la competitividad estadounidense en EE.UU. y en los mercados globales son esenciales. Facilitar que los estadounidenses innoven y compitan en casa y en el extranjero es un elemento crucial para la prosperidad continua y más dispersa en EE.UU.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 11 de agosto de 2020.