Trump no debería prohibir a los inmigrantes que crean empleos para los estadounidenses

David J. Bier y Alex Nowrasteh indican que los inmigrantes no dejan sin empleo a los estadounidenses, estimulan al mercado laboral aumentando la demanda de los consumidores y desempeñando trabajos que son cruciales para volver a la normalidad lo más pronto posible.

Por David J. Bier y Alex Nowrasteh

El presidente Donald Trump decidió dejar de emitir visas de trabajo para inmigrantes temporales que vienen a trabajar en la gran mayoría de categorías de visado durante al menos el resto del año y, probablemente, hasta el fin de su administración. El presidente dice que quiere evitar que los inmigrantes le quiten trabajos a los estadounidenses, pero los nuevos trabajadores no solo que no quitan trabajos —los crean.

Las empresas contratan trabajadores para producir lo que los consumidores quieren. Mientras más deseen los consumidores, más producción y contratación se requerirá. Pero, ¿de dónde viene esta demanda de los consumidores? Viene de los salarios que los consumidores reciben como trabajadores, salarios que están basados en la productividad del trabajador. Esto significa que cada vez que una empresa emplea a un trabajador para aumentar la producción, esta indirectamente crea una demanda para otros trabajadores y otras empresas. Este es un hecho económico. Siempre y cuando los consumidores valoren lo que los trabajadores producen, esa producción conducirá a una demanda de otros trabajadores y más producción en otros lugares. Esto explica cómo la fuerza laboral en EE.UU. pudo duplicarse desde 1970 pero no condujo a un desempleo del 50 por ciento. Los trabajadores nuevos crean empleos para otros trabajadores.

Pero el desempleo es alto ahora, y esto es precisamente porque muchas personas no pueden trabajar ni consumir debido a la pandemia. El miedo al virus y las órdenes estatales de quedarse en casa han resultado en que muchos millones de estadounidenses no puedan trabajar. Cuando la pandemia pase, el consumo y el trabajo volverán. Pero, ¿significa eso que más trabajadores perjudicarían la recuperación? Exactamente lo contrario. Mientras más rápidamente puedan los empleadores llenar las posiciones disponibles de trabajo, más rápido aumentará la demanda de los consumidores, y más rápido será el crecimiento de los empleos.

Los nuevos trabajadores migrantes son específicamente importantes durante una recuperación económica porque estos pueden rápidamente ir donde son más necesitados. Mientras tanto, muy pocos estadounidenses desempleados venderán sus casas y abandonarán a sus amigos y familiares para ir a una ciudad diferente que necesita trabajadores, especialmente durante una recesión temporal como esta.

George Borjas, el economista más destacado que estudia la inmigración, dice que los inmigrantes “aceitan las llantas del mercado laboral” porque son tan móviles —por definición. No es que los estadounidenses nunca se ajustarían, muchos de nosotros nos hemos movido a través del continente en busca de oportunidades. Es solo que al ayudar a los empleadores a llenar las posiciones rápidamente, los inmigrantes aceleran el círculo virtuoso de aumentar la producción y la demanda de los consumidores, lo cual crea empleos. Borjas estima que el estímulo de los inmigrantes al mercado laboral, junto con otros impactos de ellos sobre la economía, aumentan el salario en alrededor de $51.000 millones para los estadounidenses nacidos en territorio nacional.

Otro beneficio relacionado para los trabajadores estadounidenses es que los trabajadores nuevos hace que sea más fácil contratar y los empleadores reprenden contratando a más trabajadores. Dicho de manera sencilla, reducir el costo de contratación conduce a mayores contrataciones y en una revisión integral de las investigaciones sobre esta cuestión, la Academia Nacional de Ciencias concluyó que “la inmigración puede reducir el desempleo doméstico al reducir los costos de búsqueda para los empleadores”.

Todo esto ignora los tipos de empleos que los trabajadores extranjeros están viniendo a desempeñar, muchos de los cuales han salvado empleos estadounidenses durante la pandemia. Los trabajadores H-1B abrumadoramente trabajan en el sector de la información tecnológica, y el economista Adam Ozimek ha descubierto que el trabajo a distancia “ha reducido el riesgo de pérdida de empleos desde el inicio de la crisis entre un 32 y 53 por ciento”. Él y muchos otros investigadores han descubierto que los estados con proporciones más altas de información tecnológica han salvado más empleos.

Esto explica por qué —conforme la National Foundation for American Policy ha descubierto— la tasa de desempleo en empleos relacionados a la computación de hecho ha caído durante la pandemia. Aún así esta prohibición los perjudicara principalmente a ellos, conforme los empleos de computación dominan las categorías como H-1B y L-1 de programas para trabajadores altamente calificados —ambas categorías estando en la lista de visados prohibidos por el presidente. Es extraño prohibir justo a los trabajadores que la economía dice que más necesitamos.

Historias similares se podrían contar en la escala más baja de los salarios donde los inmigrantes trabajando en los sectores de entregas a domicilio y servicios están facilitando el comercio en línea para permitir que los consumidores ordenen en línea y donde los servicios de limpieza hacen que la gente se sienta más cómoda acerca de ir al trabajo y a las tiendas. Sin estas actividades que son de manera desproporcionada desempeñadas por inmigrantes, la demanda de los consumidores se hubiese desplomado todavía más y más empleos se hubieran perdido. 

La buena noticia es que la economía —como el presidente mismo continúa enfatizando— ya está recuperándose y el desempleo está cayendo. Pero una recuperación pronunciada requiere que los empleadores sean capaces de seguir contratando y volviendo a lo normalidad tan pronto como sea posible. Al apuntar a los empleados extranjeros, Trump está socavando, no ayudando, la recuperación.

Este artículo fue publicado originalmente en Real Clear Policy (EE.UU.) el 26 de junio de 2020.