¿Por qué existe la tercerización?
Iván Alonso explica los beneficios de la tercerización, un servicio de intermediación que presta el servicio a las empresas de seleccionar personal, equiparlo y movilizarlo y organizar sus turnos.
Por Iván Alonso
Ojalá el pleno del Congreso ratifique el dictamen que acaba de aprobar la comisión de economía para derogar el decreto supremo 001-2002-TR, que limita la tercerización de las actividades laborales. Uno de los argumentos de los detractores de la tercerización es que las empresas la usan para pagarles menos a los trabajadores: contratan a un service por 3.000 soles mensuales, y éste le paga 1.000 al trabajador. Creemos haber leído este ejemplo numérico en una entrevista periodística a la ex ministro Betssy Chávez, pero no podemos asegurar que la estemos citando textualmente. De cualquier manera, sea o no un ejemplo verosímil, la pregunta es ¿por qué la empresa le regalaría ese margen a un intermediario?
La respuesta podría ser que la empresa se ahorra las cargas laborales (gratificaciones, vacaciones etc.) que tendría que pagar si contratara directamente al trabajador. Pero ésa no es una respuesta correcta, en la medida en que el intermediario tenga que asumir esas cargas. El intermediario simplemente se las trasladará a la empresa. El precio que le cobra por el servicio de tercerización –los 3.000 soles mensuales del ejemplo– incluirá los 1.000 que recibe el trabajador y el costo de todas las cargas, porrateado a lo largo del año.
Aun así, algún margen tiene que quedar para el intermediario; si no, nadie querría ser intermediario. Pero ese margen no es ningún regalo. Si la empresa quisiera hacer regalos, ¿por qué se los haría a un equis, y no a los trabajadores que contribuyen a crear valor para sí misma? El margen que queda para el intermediario es, más bien, el pago por un servicio que presta a la empresa.
¿Qué clase de servicio es ése? Tiene que ser algo que el intermediario pueda hacer a menor costo que la propia empresa. La selección del personal, el equipamiento y la movilidad, la organización de los turnos etc. son tareas que pueden beneficiarse de la especialización. La empresa podría hacerse cargo directamente de ellas, como podría hacerse cargo de producir todos los insumos que utiliza en su proceso de producción; pero, al renunciar a los beneficios de la especialización, estaría, como se dice, dejando plata sobre la mesa. Qué se hace in-house y qué se compra o terceriza es una decisión guiada por la búsqueda de la eficiencia (como saben los economistas desde el pionero artículo de Ronald Coase sobre La naturaleza de la empresa de 1937).
Contra lo que opinan sus detractores, la tercerización no perjudica a los trabajadores, sino todo lo contrario. Cuanto menor sea el costo de seleccionar, equipar, movilizar y organizar a un grupo de trabajadores, gracias a la intermediación de un service, mayores serán las remuneraciones que la empresa les podrá ofrecer por las tareas que desempeñan. No todo el ahorro irá, por cierto, a los trabajadores; pero el ahorro ayudará a la empresa a competir por los mejores en el mercado de trabajo.
¿Qué pasará si no se deroga el DS 001? No todos los empleos tercerizados (114,000 según el Ministerio de Trabajo) se perderán. Las empresas siempre necesitarán que alguien haga lo que vienen haciendo esos trabajadores. Habrá que ver nomás si pueden absorber el mayor costo de seleccionar y organizar al personal. Algunas, sin duda, podrán hacerlo; otras, solamente pagándoles menos a los trabajadores que incorporen a sus planillas; y otras, ni siquiera así. Poco o nada cambiará para los trabajadores del primer grupo. Los del segundo, que quizás sean los menos, verán reducirse sus ingresos. Los del tercero tendrán que encontrar qué cosa hacer; su destino probablemente sea engrosar las filas de la informalidad.