¿Por qué el Colegio Electoral es una institución tan duradera?

Hoy en día, el Colegio Electoral no sólo no goza del favor de académicos y comentaristas, sino tampoco del público en general. ¿Por qué ha perdurado tanto tiempo a pesar del descontento? Reuvain Borchardt, de Hamodia, una publicación judía internacional que publica una edición en inglés, me entrevistó sobre el tema. Un extracto:

¿Por qué establecieron nuestros forjadores un sistema de Colegio Electoral para elegir a los presidentes?

Intentaban equilibrar y acomodar varios factores, algunos de los cuales son más relevantes hoy que otros.

En primer lugar, estaban interesados en mantener el poder de los estados sobre cómo celebrar las elecciones, y eso aparece en varios lugares diferentes de la Constitución. No hay una administración federal única para las elecciones federales; se confían a los estados.

Otra cosa muy importante para los Padres Fundadores fue algo que se ha perdido con los años: querían algún tipo de filtro a través de la experiencia en el que, en lugar de que los votantes decidieran directamente, los votantes eligieran a personas con talento o distinguidas que presumiblemente aportarían algún tipo de mejor juicio a la selección final de a quién votar para presidente.....

Así que esa es una idea original importante detrás del Colegio Electoral, pero si alguna vez funcionó de esa manera, ya no funciona de la misma manera ahora.

Otra cosa que creo que era bastante importante y que el Colegio Electoral ayuda a resolver es que los estados –tanto entonces como ahora– tienen tasas de participación muy diferentes....

Abordamos diversos temas, como el papel del Colegio Electoral en la prevención del peligro de que una emergencia o catástrofe regional suprima el voto de una sección; las ventajas (y una desventaja) de la idea de elegir a los electores por distrito, como hacen Maine y Nebraska, y por qué esa idea ha tardado en imponerse a pesar de su lógica; los defectos del NPVIC: el National Popular Vote Interstate Compact; la forma en que el Colegio Electoral disipa las incertidumbres derivadas de imprecisiones o malas prácticas, como los compartimentos de un submarino, para que no inunden todo el cálculo; los peligros de la centralización nacional, y mucho más, incluyendo por qué me describiría a mi mismo como abierto a la persuasión más que como un partidario convencido de la institución.

Léalo todo aquí.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 10 de septiembre de 2024.