¡No al acuerdo de Escazú!
Edwin Zarco N. considera que el Acuerdo de Escazú daría el control de la Amazonía Peruana a organizaciones radicales e ideológicas que se opondrían a casi cualquier tipo de inversión.
Por Edwin Zarco N.
En las últimas semanas en el Perú se viene discutiendo la firma del acuerdo de Escazú, un acuerdo ambientalista radical que busca entregar el 53% de la Amazonía Peruana a instancias supranacionales. En palabras sencillas, si el congreso de la República aprueba este acuerdo y luego el presidente lo ratifica, estaríamos poniendo en jaque la soberanía y gestión de nuestra amazonía.
Este acuerdo busca que la administración de justicia en asuntos de medio ambiente en la amazonía sea abordado tanto por el derecho nacional como por el internacional, lo que abriría la puerta a que temas como los conflictos sociales o desacuerdos sobre proyectos de inversión en la amazonía puedan atenderse a nivel de tribunales internacionales.
En letras grandes puede sonar bien pero en letras pequeñas esta situación legal implicaría perder jurídicamente la operatividad sobre el 53% de la Amazonía Peruana, en vista que este territorio caería bajo el régimen especial del tratado y la influencia de organizaciones ambientalistas radicales, poniendo a un lado el derecho nacional.
Como indica el ex canciller Francisco Tudela “Todo acuerdo entre Estados es un tratado, en ese sentido este tratado formaría parte del derecho nacional, en consecuencia todas las propuestas en la amazonía respecto a los trabajos forestales, petróleo, gas quedarían dentro de esta estructura”. En palabras sencillas, bajo este esquema una organización radical que éste en contra de la inversión privada en la amazonía peruana podría impugnar ante la Corte Internacional de la Haya, bloqueado y paralizando diferentes proyectos de inversión por tiempo indefinido.
El fondo del asunto es que está acuerdo ensombrece aún más la definición de los derechos de propiedad en la Amazonía Peruana, en vista que vuelve jurídicamente vulnerable la propiedad y capital de una persona interesada en invertir en este territorio. Es decir, cualquier empresario o inversionista que quisiera invertir en la amazonía estaría expuesto a una impugnación o denuncia malintencionada de una organización radical e ideológica que esté en contra de cualquier tipo de inversión.
Esperemos que el congreso de la Republica y el presidente no aprueben y ratifiquen este tratado radical e ideologizado, y por lo contrario se concentren en impulsar acciones más puntuales. Como por ejemplo: definir los derechos de propiedad de las comunidades amazónicas para que estas puedan poner en valor sus territorios, impulsar las concesiones de conservación, concesiones foréstelas, impulsar el ecoturismo, impulsar proyectos sostenibles de infraestructura, impulsar proyectos petroleros y de gas ambientalmente sostenibles. En resumen, hacer de nuestra amazonía un territorio próspero, donde el respeto al medio ambiente y el desarrollo económico convivan de manera armoniosa.
Por estas razones, ¡No al Acuerdo de Escazú! No debemos caer en acuerdos supranacionales que lo único que generarán es un conflicto entre los peruanos y más pobreza para nuestra amazonía peruana.