Informe de la pobreza en el 2019

Iván Alonso señala que la pobreza en el Perú se ha reducido a menos de la mitad en menos de quince años, que los pobres son cada vez menos pobres, que la pobreza se ha reducido más en la selva y las áreas rurales y que la disparidad entre ricos y pobres también se ha seguido reduciendo.

Por Iván Alonso

El Instituto Nacional de Estadística (INEI) ha publicado la semana pasada su informe anual sobre la pobreza correspondiente al 2019. Hay cuatro hallazgos dignos de resaltar. Primero, la pobreza continúa reduciéndose. Segundo, los pobres son cada vez menos pobres. Tercero, donde más se reduce la pobreza es en la selva y las áreas rurales. Cuarto, la disparidad entre ricos y pobres se sigue también reduciendo.

El índice de pobreza, que es el porcentaje de la población cuyos gastos de consumo no alcanzan un nivel mínimo, se ubicó en 20,2%. Continúa así una tendencia decreciente, solamente interrumpida brevemente en el 2017, que muestra cómo se ha reducido la pobreza a menos de la mitad en menos de quince años. Mucho más se ha reducido en ese mismo lapso –a la cuarta parte– la pobreza extrema, aunque en este caso la cifra del 2019 es mínimamente superior a la del año anterior (2,9% contra 2,8%).

El segundo hallazgo de importancia es que los pobres no solamente son menos, sino que son menos pobres. Dicho de otra manera, están cada vez más cerca de la línea de pobreza, que se sitúa en un rango de 260 a 400 soles mensuales por persona, según el lugar de residencia. Hace diez años los gastos de consumo de una familia pobre estaban, en promedio, 10% debajo de la línea de pobreza; hace cinco años estaban 6% debajo; y el año pasado, solamente 4,5% debajo.

El informe del INEI ratifica otra tendencia: que donde más rápidamente se reduce la pobreza es en la selva y en las áreas rurales de las tres regiones naturales. El año pasado, en realidad, solamente se redujo en la selva y en las áreas rurales, lo cual fue suficiente para reducir el promedio a nivel nacional. Pero lo que queremos destacar es que la pobreza en la selva bajó a 3,9%, la cuarta parte de lo que era diez años atrás, y a 9,8% en las áreas rurales, la tercera parte de lo que era diez años atrás. 

Por si fuera poco, la distancia entre el 10% más rico y el 10% más pobre del país sigue acortándose. El gasto mensual por persona en el decil 10 (el 10% más rico) es ahora 9 veces mayor que el gasto mensual por persona en el decil 1 (el 10% más pobre). Cinco años atrás era 10 veces mayor; y diez años atrás era 13 veces mayor. Similares acercamientos se observan entre el decil más alto y otros deciles.

¿Cómo se llama el sistema económico que le está permitiendo a la gente salir poco a poco, pero masivamente, de la pobreza? Se llama economía de libre mercado. Sólo el decil más bajo tiene un nivel de gastos superior al de sus ingresos; la diferencia la cubren los programas sociales. El resto está progresando a medida que aumentan los sueldos que ganan o las utilidades que obtienen en sus emprendimientos.

Seguramente cuando salga el informe de la pobreza del 2020 veremos un retroceso en varios indicadores, a consecuencia de esta larga cuarentena, que está diezmando los ingresos de todos. Pero cualquier retroceso será pasajero, si logramos mantenernos dentro de un sistema de libre mercado, en el que se respete el derecho de la gente a disfrutar los frutos de su trabajo. El mayor obstáculo para seguir reduciendo la pobreza no es el coronavirus. Son el intervencionismo del gobierno, que se despliega silenciosamente bajo pretexto de la lucha contra la pandemia, y el populismo desbocado del Congreso, que se niega a reflexionar antes de legislar.

Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 29 de mayo de 2020.