FTX
Juan Ramón Rallo señala que Sam Bankman-Fried llenó de donaciones a medios de comunicación y al partido político virtuoso dentro de EE.UU., luego estos le construyeron una reputación estelar sin haber logrado nada anteriormente.
Por Juan Ramón Rallo
Sam Bankman-Fried, fundador del exchange de criptoactivos FTX, fue detenido el pasado martes en Las Bahamas a instancias de las autoridades estadounidenses. Lo acusan de haber perpetrado uno de los mayores fraudes financieros de la historia del país. Y aunque este escándalo gire en torno al mundo de “lo cripto”, en realidad se trata de un fraude financiero bastante chusco y vulgar.
En teoría, los inversores, particulares o institucionales, utilizaban FTX para comprar criptoactivos y posteriormente FTX los custodiaba: pero, en realidad, Bankman-Fried y los suyos se apropiaban indebidamente del dinero de sus clientes para sufragar sus gastos personales, sus propias inversiones y, también, sus donaciones a partidos políticos. No en vano, Bankman-Fried se convirtió en el segundo mayor donante del Partido Demócrata estadounidense (después de George Soros): únicamente en las recientes elecciones mid-term, este (presunto) estafador donó 40 millones de dólares a los candidatos demócratas. Y esas donaciones se sufragaron con fondos robados a los clientes de FTX: no se trata de una especulación conspirativa, sino que así lo recoge la propia orden de detención de las autoridades estadounidenses. De hecho, esas y otras donaciones pueden haber sido cruciales en la gestación del fraude de FTX.
Y es que la orden de detención constata que FTX estuvo apropiándose del dinero de sus clientes desde su misma creación en 2019: no es que durante varios años mostrara un comportamiento ejemplar y sólo en la recta final, cuando la compañía se volvió grande y poderosa, Bankman-Fried cayó en la tentación de corromperse. No, al parecer FTX estuvo engañando a sus clientes desde el primer día pero, al poseer una excelente reputación en el sector, nadie desconfió de su operación.
¿Y por qué FTX poseía una excelente reputación si nada había acreditado previamente? Pues porque Bankman-Fried regó de donaciones a medios de comunicación y al partido político virtuoso y de los buenos ciudadanos dentro de EE.UU. ¿Cómo iba a ser Bankman-Fried un estafador siendo uno de los principales donantes del Partido Demócrata? Si fuese republicano, aun podríamos haber sospechado sobre sus malas artes pero, ¿siendo demócrata? La clásica estrategia del lobo con piel de cordero: sólo que en este caso era un lobo con el pin del Partido Demócrata.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 14 de diciembre de 2022.