Estados Unidos quiere prohibir TikTok, pero la Primera Enmienda exige argumentos más sólidos sobre seguridad nacional
Jennifer Huddleston señala que si bien muchos temen que China manipule los datos de los estadounidenses recogidos en TikTok, la información de los usuarios ya se puede comprar en el mercado abierto a través de intermediarios de datos.
Hace una semana, la Cámara de Representantes aprobó por 352 votos a favor y 65 en contra la Ley para Proteger a los Estadounidenses de las Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros. Prohibiría la distribución, mantenimiento o actualización de TikTok u otra aplicación designada "controlada por un adversario extranjero" en un plazo de 180 días a partir de la promulgación de la ley, a menos que se produzca una "desinversión cualificada", es decir, una venta aprobada por el poder ejecutivo.
La propuesta suscita preocupación por los derechos de expresión de 170 millones de usuarios estadounidenses si las acciones del gobierno exigen una venta o una prohibición total de TikTok.
En particular, a diferencia de propuestas anteriores, el proyecto de ley no es una prohibición inmediata, sino que ofrece la opción de una venta o desinversión aprobada por el gobierno. La distinción entre una "prohibición directa de TikTok" y una venta o desinversión forzosa podría no afectar a los usuarios si la venta no llega a producirse.
Sin embargo, será importante en cualquier desafío legal bajo el análisis de la Primera Enmienda.
Aunque hay otras plataformas para vídeos cortos, los usuarios de TikTok –creadores de contenidos, consumidores o pequeñas empresas– han elegido esa plataforma como la que mejor se adapta a sus necesidades y preferencias. Para superar los problemas que plantea la Primera Enmienda, es probable que el Gobierno tenga que demostrar que la desinversión forzosa o la prohibición de otro tipo de la aplicación promueve un interés gubernamental imperioso y representa el medio menos restrictivo de promover ese interés.
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¿Cuál podría ser ese interés gubernamental imperioso?
TikTok tiene su sede en Singapur y Los Ángeles, pero su empresa matriz, ByteDance, es china. Debido a esta conexión, a algunos miembros del Congreso les preocupan sobre todo los datos que TikTok recopila sobre los estadounidenses y cómo, si se entregan al Partido Comunista Chino, podrían utilizarse contra los intereses de Estados Unidos.
Otros afirman que Pekín podría manipular el algoritmo de TikTok para llevar a cabo actividades nefastas como la interferencia electoral o la desinformación.
Sin embargo, muchos de los datos recogidos por TikTok ya están disponibles para su compra en el mercado abierto a través de corredores de datos, y parece que China prefiere obtener información de esa manera que torpedear TikTok por completo.
Además, el hecho de que el Gobierno regule TikTok debido a su preocupación por cómo organiza su algoritmo podría abrir la puerta a una regulación y censura similares de las empresas estadounidenses que recopilan datos sobre sus usuarios –como Facebook y X (antes Twitter)– en caso de que un presidente decida alegar que sus dirigentes están influidos de algún modo por adversarios extranjeros.
Seguridad nacional frente a "nuestro compromiso con la libertad de expresión
Muchos han considerado que, si bien TikTok puede suscitar inquietudes que lleven a distintas decisiones individuales sobre el uso de la aplicación, el Gobierno aún no ha presentado argumentos suficientemente sólidos sobre la seguridad nacional.
De hecho, el miembro de mayor rango del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el representante Jim Himes, demócrata por Connecticut, votó en contra de la propuesta, escribiendo que cree que hay "una manera de abordar el desafío planteado por TikTok que sea coherente con nuestro compromiso con la libertad de expresión".
Incluso en casos de propaganda conocida, como la publicación RT America, la emisión estadounidense de Russia Today, respaldada por el Kremlin, Estados Unidos no prohibió el acceso a la información, sino que confió en que los estadounidenses eligieran la verdad en el mercado de la expresión. En última instancia, fueron las decisiones de actores privados y no del Gobierno las que llevaron al canal de noticias, que llevaba una década en antena, a dejar de emitirse en 2022 (aunque todavía se puede acceder a contenidos de RT en inglés a través de determinados servicios de streaming online).
Ahora mismo, no sabemos qué hace el gobierno chino con los datos de TikTok ni qué influencia puede tener, si es que tiene alguna, en las decisiones sobre el algoritmo. Por eso, para proteger a los estadounidenses, hay medidas menos restrictivas que el Congreso podría considerar y que tendrían menos impacto en la libertad de expresión que la desinversión forzosa.
El Gobierno estadounidense, por ejemplo, ha prohibido TikTok en los dispositivos públicos. También podría considerar la posibilidad de exigir a las aplicaciones que publiquen avisos si tienen vínculos con el gobierno chino u otras naciones adversarias, para que los usuarios sean conscientes de la preocupación por la propaganda, o podría exigir que los datos se guarden en sitios locales.
Estas medidas también tienen contrapartidas y consecuencias, pero afectarían menos a los derechos de libertad de expresión de los usuarios estadounidenses de TikTok.
En particular, el proyecto de ley puede no afectar únicamente a las empresas extranjeras. Se centra en la distribución, mantenimiento o actualización de una aplicación o sitio web designado. Como resultado, las cargas y sanciones relacionadas con su aplicación podrían recaer en empresas estadounidenses.
Se trata de empresas que han optado por permitir TikTok en sus tiendas de aplicaciones, por ejemplo, y, si no se produce una desinversión, podrían verse obligadas a retirar la aplicación aunque consideraran que cumple sus requisitos de seguridad de datos.
Esto hace temer una intromisión gubernamental potencialmente inconstitucional en las decisiones de estas plataformas sobre qué contenidos albergar. Además, podría sentar un peligroso precedente de intervención gubernamental en el espacio en línea que muchos considerarían anatema en el espacio fuera de línea.
Dado el impacto potencial sobre la libertad de expresión, las preocupaciones sobre TikTok deben abordarse de una manera matizada, y debe haber una alta carga de la prueba para las preocupaciones de seguridad nacional del gobierno.
La atención no debe centrarse únicamente en la empresa, sino en el impacto sobre los millones de estadounidenses que han elegido TikTok como foro de expresión, y en el posible precedente que podría sentar para la intervención gubernamental en las redes sociales.
Este artículo fue publicado originalmente en USA Today (Estados Unidos) el 20 de marzo de 2024.