Empleo y salario mínimo
Juan Ramón Rallo indica que las cifras agregadas de ocupación no pueden dar por zanjado el debate en torno al salario mínimo y su efecto sobre el empleo, dado que el salario mínimo no es el único factor que influye sobre la creación de empleo.
Por Juan Ramón Rallo
Las cifras de empleo en España son, qué duda cabe, positivas. Lo están siendo, en términos generales, en todos los países de nuestro entorno debido a que estamos experimentando tasas de crecimiento inusuales: no sólo por el rebote vinculado a la reactivación postpandemia, sino también por los gigantescos estímulos monetarios y fiscales que están en marcha.
Con todo, los hay que pretenden que esta bonanza en el empleo diga más de lo que en realidad puede hacer: en particular, los hay que pretenden dar por zanjado el debate sobre si el salario mínimo ha destruido empleo atendiendo únicamente a las cifras agregadas de ocupación.
El ejercicio es desacertado por dos motivos. El primero es que, en realidad, el salario mínimo de España ha descendido en términos reales a lo largo de 2021: este año, el salario mínimo nominal aumentó un 1,5% (desde 1.108 a 1.125 euros mensuales) mientras que la inflación se ha ubicado en el 6,7%, de manera que el SMI real ha sido recortado en un 4,8%. Si pretendiéramos extraer lecciones conectando únicamente dos puntos (evolución del SMI y creación de empleo), deberíamos decir que la reducción del SMI está fomentando esta acelerada creación de empleo.
Pero, en segundo lugar, tampoco cabe hacer esa afirmación. Del mismo modo que sería un despropósito sentenciar que las vacunas contra el coronavirus no funcionan porque han muerto algunas personas vacunadas, tampoco tiene sentido afirmar que el SMI es inocuo por el hecho de que, en agregado, se esté creando empleo.
El SMI no es el único factor que influye sobre la creación de empleo, ni siquiera tiene por qué ser el más importante. Si, pongamos por caso, el crecimiento económico contribuye a crear 600.000 empleos y el SMI, a su vez, contribuyera a destruir 100.000 empleos, en términos agregados observaríamos que se han creado 500.000 empleo. ¿Significaría ello que el SMI no ha sido dañino? Obviamente no. De ahí que sea necesario aislar el efecto marginal que cada variable tiene sobre el empleo. Y, en este sentido, la mejor estimación de cuantas disponemos hasta la fecha, la efectuada por el Banco de España, nos indica que en 2019 la elevación del SMI pudo destruir hasta 170.000 puestos de trabajo. Ése es, de momento, el único dato fiable que tenemos sobre los efectos de subir el salario mínimo en España.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 5 de enero de 2022.