El Cienciano y "Public Choice"
Wilfredo Camacho explica cómo fue que los políticos en el Cuzco gastaron más prometiendo un hospital y un estadio al día y terminaron sin ninguna de las dos cosas.
No me deja de sorprender como la realidad es la mejor maestra. Llego a esta conclusión luego de querer —durante mucho tiempo— entender la escuela de Public Choice u Opción Pública, y lo termino haciendo gracias al Cienciano, un equipo de fútbol de Cuzco.
Pero usted se preguntará qué tiene que ver esta teoría, que le valió el Nobel de Economía a James Buchanan, con un equipo de futbol, y más aun con tener una relación con el estadio Garcilaso y el Hospital Lorena. Bueno vayamos por partes.
El Public Choice es una teoría que trata de entender, utilizando la economía, el comportamiento del político. Esta nos dice que los agentes políticos, así como en el mercado, son motivados por interesas personales; esto quiere decir que buscan maximizar su beneficio. Entendiendo que nosotros, los electores, no votamos por “razones racionales”, sino sentimentales, ello porque evitamos el costo de un “voto racional” (informarse, leer planes de gobierno, etc.). Esto lleva a los políticos a tomar decisiones que impacten en nuestras emociones, y sumada a la miopía gubernamental, hacen que proyectos más beneficiosos o necesarios se posterguen.
Un ejemplo utilizado en Public Choice es la del político que va a preferir inaugurar un estadio antes que un hospital. Es aquí donde todas las piezas encajan.
A finales del año pasado los cusqueños estábamos siguiendo con apasionamiento el camino del tan ansiado retorno a la primera división del Cienciano, aquel histórico equipo que decía ser el “papá de América”, caído en desgracia por la corruptela de sus antiguos dirigentes. Este contexto no fue pasado por alto por los gobernadores de turno, que empezaron a ponerle más “voluntad política” al estadio Garcilaso en desmedro del Hospital Lorena, que viene siendo postergado desde el 2012. Por eso no sorprendía ver trabajar más rápido la obra del estadio según como el Cienciano se acercaba a la tan ansiada primera división.
A diferencia del futbol que no tiene lógica, a la decisión política le sobra lógica. Por eso es que cuando el Cienciano vio truncado sus sueños de volver a primera, el estadio dejó de ser prioritario. Si antes la intención era entregar la obra antes de que acabe la gestión, para que el Cienciano tenga donde jugar en primera división, ahora la intención era que mejor la nueva administración se encargue de ello.
Y así es como hoy no tenemos ni estado ni hospital puestos al día, pero sí un elevado gasto que terminó en nada.