EE.UU. se encuentra entre el tercio de países ricos con la menor porción de población nacida en el extranjero

David Bier señala que mientras que la porción de la población estadounidense era de 15% en 2019 según las Naciones Unidas, naciones ricas como Australia y Suiza tienen 30% y 29%, respectivamente.

Por David J. Bier

La porción de inmigrantes en la población estadounidense se estancó bajo el presidente Donald Trump durante múltiples años por primera vez desde la Gran Recesión —posiblemente la primera vez durante una bonanza económica desde la década de 1960. Este hecho debería ser considerado en el contexto dentro del cual EE.UU. ya tenía una de las políticas migratorias más restrictivas del mundo. 

Nuevas estadísticas de las Naciones Unidas para 2019 confirman que EE.UU. se ubica entre el tercio más bajo de países ricos tanto en términos de porción de la población nacida en el extranjero y aumento per cápita en la población nacida en el extranjero. El cierre de las fronteras en 2020 por parte del presidente Trump solo ha sumado restricciones a un sistema que ya era sumamente cerrado. 

Muchas personas llaman a EE.UU. “el país más generoso en el mundo” cuando se trata de inmigración, pero mientras que si tiene la mayor cantidad de inmigrantes en términos absolutos, EE.UU. también es uno de los países más ricos y poblados del mundo, así que una comparación adecuada debería ser ajustada para la riqueza y el tamaño de la población. 

Según las Naciones Unidas, 15 por ciento de la población estadounidense nació en el extranjero. A diferencias de las estimaciones del Buró del Censo, las Naciones Unidas incluye a los estadounidenses nacidos en el extranjero de padres estadounidenses que no son “inmigrantes” en el sentido legal dado que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses por nacimiento, pero para realizar comparaciones a través de distintos países donde las leyes de ciudadanía varían, es necesario incluirlos. 

De los 217 países y territorios semi-autónomos para los que las Naciones Unidas provee un conteo de la población (más Taiwán), EE.UU. se ubica en la posición No. 61 del mundo tanto para la porción de la población nacida en el extranjero como para su aumento per cápita de la población nacida en el extranjero entre 2017 y 2019. 

Como podemos ver en el Cuadro 1, entre los 57 países o territorios con un PIB per cápita de más de $20.000, EE.UU. se ubicó en la posición No. 40 —o en el percentil 30— según su porción de la población nacida en el extranjero. El país rico promedio tenía una porción de la población nacida en el extranjero de 30 por ciento, el doble que aquella de EE.UU. De manera similar, EE.UU. se ubicaba en la posición 39 según su aumento per cápita en la población nacida en el extranjero entre 2017 y 2019. Su población de extranjeros creció 0,27 por ciento comparado con un promedio de 1,8 por ciento para los países ricos.  

Otros países mantienen porciones de población nacida en el extranjero mucho más altas que EE.UU. Emiratos Árabes Unidos tuvo la porción más alta de población nacida en el extranjero con un 88 por ciento. Otros estados del Golfo —Kuwait y Qatar— también tenían la mayor porción de su población nacida en el extranjero. Algunas naciones isla y ciudades estado se ubican al tope de esta lista, pero Australia y Suiza ambas tenían porciones de la población de alrededor de 30 por ciento. Israel, Nueva Zelandia, Canadá y Austria tuvieron entre 20 y 23 por ciento.

Vale la pena notar también, como vemos en el Gráfico 1, que EE.UU. está “haciendo trampa” incluso ubicándose en esa posición así de alta porque muchos de sus inmigrantes están presentes de manera ilegal en el país. En otras palabras, si EE.UU. hubiese hecho cumplir sus leyes al pie de la letra, hubiese tenido una porción de la población nacida en el extranjero todavía menor. Cerca de un quinto de la población estadounidense nació en el extranjero, según una estimación de Pew Research Center, así que removiendo esas admisiones EE.UU. quedaría en una posición mucho peor. Por supuesto, algunos inmigrantes viven ilegalmente en otros países, pero en ningún país sucede en el mismo grado que en EE.UU. 

La idea de que EE.UU. es el país “más generoso” respecto de la inmigración está entre las frases más reveladores del mundo. Sí, es engañoso incluso en el sentido en el que se pretende, pero más importante todavía, EE.UU. no necesita ser “generoso” con aquellos que vienen a disfrutar del sueño americano. Solo necesita dejar de reunirlos, deportarlos, y mantenerlos afuera. Hacer eso no sería “generosidad” ni una ayuda, sería un respeto básico de la libertad de otros seres humanos. 

Como he escrito antes, también le conviene al propio interés del país no prohibir que los extranjeros vivan y trabajen en EE.UU. Permitir que la gente se mueva y trabaje libremente donde desean no es caridad. Es una expansión del libre mercado y permite a la gente contribuir a la prosperidad económica del país y a expandir la torta para todos. Desafortunadamente, las políticas de nuestro país —incluso antes de Trump— no reflejan estos principios. Desde hace mucho que deberían.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 25 de septiembre de 2020.