Ecuador: 25 años dolarizados

Ian Vásquez sostiene que no es exagerado decir que, sin la dolarización, Ecuador sería Argentina o Venezuela.

Por Ian Vásquez

En enero del 2000, en medio de una crisis económica que se agudizaba, el entonces presidente ecuatoriano, Jamil Mahuad, anunció un cambio radical de moneda: el dólar reemplazaría al sucre. Así, Ecuador inició lo que ha sido el período de estabilidad monetaria más larga en su historia.

La dolarización de la economía ecuatoriana no ocurrió de un día para el otro. Hubo un período de transición, hasta setiembre del 2000, durante el que la gente podía cambiar sucres a dólares a un tipo de cambio fijo. 

Pero el solo anuncio de que se iba a dolarizar la economía generó confianza inmediatamente. En vez de seguir debilitándose, los bancos empezaron a recibir una creciente cantidad de depósitos desde el primer día. Los depósitos en el sistema financiero crecieron a una tasa anual de 18% desde finales del 2000 hasta finales del 2006. En 20 años, se multiplicaron por más de diez. 

Hasta que se anunció la dolarización, los ecuatorianos habían estado sufriendo devaluaciones e inflación alta, producto de políticas fiscales y monetarias descontroladas. Lo que hizo la dolarización fue reconocer la preferencia que mostraron los ecuatorianos en el uso de la moneda, pues en la práctica ellos mismos ya habían dolarizado la economía en buena medida.

La dolarización, por definición, eliminó el riesgo cambiario, promoviendo así la estabilidad y la actividad económica. También redujo la inflación rápidamente. Esta fue de alrededor del 100% en el 2000 y en tres años ya estaba en un solo dígito. Junto con Panamá El Salvador, los otros dos países latinoamericanos dolarizados, Ecuador tiene la inflación más baja de América Latina. Además, las tasas de interés bajaron y el crédito aumentó. 

La dolarización no garantiza que todo irá bien. Los políticos todavía pueden manejar el resto de la economía mal. Pueden subir el gasto y la deuda de manera irresponsable, como hizo el populista Rafael Correa (2007-2017). Pero la dolarización les pone ciertos límites a los políticos, pues ya no pueden pagar los gastos a través de la impresión de dinero y la alta inflación. 

Esto se traduce en otros beneficios. Emilio Ocampo compara Ecuador con Argentina, dos países sujetos a políticas populistas muy similares, con excepción de la política monetaria ecuatoriana, que es la dolarización. Ambos países dispararon el gasto, los déficits fiscales y la deuda pública. Ambos también entraron en ‘default’.

Observa Ocampo que “la tasa promedio de crecimiento real anual del PBI de Ecuador entre el 2007 y el 2023 fue de 3,2%, más del doble de Argentina, que fue de 1,5%. Además, tuvo significativamente menor volatilidad. Una de las razones que explican esta diferencia es que los ‘defaults’ del 2008 y el 2020 y la falta de acceso a los mercados tuvieron menos impacto sobre la intermediación financiera doméstica y la actividad económica que en Argentina. El sistema bancario siguió operando sin una crisis, las tasas de interés domésticas se mantuvieron estables y el crédito al sector privado se expandió llegando a representar casi el 55% del PBI en el 2023. La estabilidad morigeró el efecto de los desmanes del populismo correísta. En contraste, en Argentina ocurrió lo contrario. El crédito bancario al sector privado cayó significativamente en términos absolutos y relativos y hoy representa aproximadamente el 5% del PBI”. No es exagerado decir que, sin la dolarización, Ecuador sería Argentina Venezuela.

Aun así, una crítica a la dolarización es que le quita competitividad a la economía y les resta a las autoridades las herramientas monetarias para contrarrestar ‘shocks’ externos. Pero Ecuador muestra que la dolarización resguarda contra los más probables y severos ‘shocks’ internos generados por la propia política doméstica. Incluso frente a ‘shocks’ externos, los países dolarizados obtienen resultados superiores.

Si Argentina se dolariza, como ha prometido el presidente Javier Milei, el impacto positivo y continental de la dolarización ecuatoriana será innegable.

Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 14 de enero de 2025.